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‹ Anterior (31/01/2007) MES Siguiente (2007-04-01)› ‹ Anterior (2010-06-01 - US) PAIS Siguiente (2010-06-15 - US)› Spain Alhambra (ver en mapa) 09/03/2007: Ya hace tres días que hemos iniciado esta nueva aventura, yo y Alexandra. Hemos estado tres meses en casa mis padres, en Vic, descansando de la primera etapa: Europa, y preparando esta segunda etapa, que a buen seguro será mucho más emocionante: África, Asia y Australia, que recorreremos en 2 o 3 años con una autocaravana. Nos hemos estado dirigiendo hacia el sur de la península Ibérica, Alexandra bastante emocionada y yo no tanto, como si eso de viajar se estuviera convirtiendo en una rutina o ya hubiera asumido que ésta es mi vida; una vida que transcurre tranquilamente a lo largo de muchos países y peripecias; una vida que he escogido y que me hace feliz, muy feliz. Hemos llegado a Granada en dos días, sin prisas, ya que por otro lado nos hemos tenido que detener algunas veces: en Sant Sadurní D'Anoia, donde cargamos ropa de la ONG CC que distribuiremos a una escuela de Mauritania; en el Vendrell, donde nos despedimos de una amiga; y en Calpe, donde un esponsor nos insertó un líquido en las ruedas que evita los pinchazos. No había vuelto a visitar el Alhambra desde que tenía la mitad de años que tengo ahora. Entonces me había impresionado y ahora me ha vuelto a maravillar, a Alex también. La visita ha estado una buena manera de ir tomando contacto con la cultura musulmana. De todos modos, no creo que estos increíbles detalles del arte islámico los volvemos a ver a menudo en el Marruecos o en el África negra. Morroco Tetouan (ver en mapa) 10/03/2007: Es sorprendente la cantidad de agencias que venden billetes de barco de Aljeciras a Ceuta o Tanger. Las hay a lo largo de muchos kilómetros en la autopista y también en la terminal de embarque. También es sorprendente los precios tan dispares entre una agencia y otra. De todos modos, todas ellas tenían ofertas que en general incluían el viaje de vuelta: - Yo no necesito viaje de vuelta - Les decía. - ¡Oh! No te preocupes, el billete de vuelta tiene una validez de un año. - De acuerdo, pero es que en realidad no vuelvo por Marruecos, vuelvo por Egipto. Entonces me giraban a la cara ignorante-me, como si les hubiera ofendido con una excusa barata. Finalmente, después de comparar todos los precios, he comprado el billete más económico, dirección a Tanger, que costaba 72€ para dos personas y la autocaravana. Pero navegando por las aguas del estrecho nos hemos dado cuenta del porqué del precio, económico en comparación a las otras ofertas: el barco era bastante viejo, aunque se le estaban dando una nueva capa de pintura, y el viaje en vez de ser de una hora, tal como anunciaban las otras agencias, ha durado tres horas. Al desembarcar hemos tenido que cruzar la frontera, donde nos han retenido un poco comprobando todos los papeles y discutiendo sobre política. Sucede que en los laterales de la autocaravana, junto con los logos de los esponsores, tengo pegado un mapa de todo el mundo con el recorrido aproximado que estamos realizando. Este mapa lo había descargado hace un año y medio de Internet y entonces me había parecido curioso que hubiera dibujada una frontera separando Marruecos del Sahara Occidental. Me había olvidado completamente de ello, por eso me ha extrañado que un oficial me haya hecho bajar de la autocaravana y me haya situado delante del mapa. Había dos más que lo estaban observando. Uno de ellos me ha preguntado: - ¿Qué es eso? - Es el recorrido que estamos realizando. - ¿Y eso? - Ha vuelto a preguntar poniendo el dedo exactamente sobre la línea que separaba Marruecos en dos. - Eso ... Ostras, me sabe mal, sé que eso es una ofensa pero no se me había fijado, había bajado el mapa de Internet hacía tiempo ... Las disculpas han sido aceptadas pero entonces ha venido el trabajo de la rectificación. Han rascado el adhesivo con la uña, hasta alinear la frontera negra que según ellos no existía y después han pintado con un tipex blanco el rasguño para que el país quedara sin ninguna división visible. En el otro lado de la autocaravana tengo otro mapa idéntico, pero me ha hecho pereza comentarles que lo tenía y repetir todo el proceso. Hemos hecho noche en Tetouan, al lado de una gasolinera. Hemos mirado una película en el ordenador y mientras la estábamos viendo hemos escuchado un par a veces los gritos de gol de una multitud. Al terminar la película he salido y me he encontrado dentro de un bar con un centenar de hombres sentados enfrente de un televisor preparados para ver la segunda parte de la Barcelona - Madrid. Estaban 2 a 2, al principio de la segunda parte ha marcado el Madrid y pocos minutos antes del final ha empatado la Barcelona, momento en que todo el mundo se ha alzado chillando y celebrándolo. Yo también, claro está. Lo que me ha sorprendido es que estuvieran tan animados sin ninguna cerveza. Chefchaouen (ver en mapa) 11/03/2007: Chefchaouen es un encantador pueblo enclavado en la pendiente de una de las montañas de los Atlas. Es un pueblo muy visitado, tanto por turistas locales como extranjeros, y realmente vale la pena. La medina (o casco antiguo) es muy bonita. Las calles serpentean entre las casas de color blanco, azul cielo o azul intenso. El suelo es empedrado, limpio y a veces pintado también de los mismos colores claros, de manera que al andar te da la sensación de estar flotando en el cielo. Hay pequeñas tiendas por todas partes, muy limpias, y en la parte baja una pequeña plaza alargada con unos cuantos restaurantes y muchas más tiendas. Había bastante gente paseando, seguramente porque era domingo, y mucha más por la noche, cuando las calles casi se han desbordado del gentío. Ya sabía que en Chefchaoen se vende mucha marihuana, por eso ha sido sencillo esquivar con uno "no, gracias" a los chicos que de vez en cuando se me acercaban susurrándome la droga que tenían disponible. Fez (ver en mapa) 14/03/2007: Ayer por la mañana nos despertamos temprano, encara con la hora española (una más) y nos fuimos a pasear por las calles desiertas de la medina con la esperanza de encontrar un zoco (mercado) de verduras que hay los lunes. Aunque el paseo fue agradable, no encontramos el zoco por ningún sitio de la medina ni en los alrededores. Y no fue hasta que salimos con la autocaravana para dirigirnos hacia Fez que lo descubrimos en una barriada un poco apartada. El viaje hacia Fez fue mágico, con la luz fantástica de la mañana iluminando los prados verdes. Es increíble que en el otro lado del estrecho la tierra esté seca hasta casi pasado Valencia y en cambio en el sur, no parezcan sufrir problemas de agua. En los lados de la carretera siempre había niños saludando, hombres paciendo pequeños rebaños de ovejas o cabras o gente simplemente esperando que se detuviera un taxi, todos ellos de la marca Mercedes, antiguos y llenos a reventar. Llegando a Fez el paisaje se volvió más árido y empezaron a aparecer carretas o burros cargados con bidones de agua y niños que los guiaban. Fez está enclavado en una gran llanura delante de los Atlas nevados. Tiene una gran medina que visitamos ayer y hoy, con calles de suave pendiente todos ellas llenas de de pequeñas tiendas, artesanos trabajando la piel, el latón u otros materiales, alguna mezquita y madrassa (allí donde educaban a los jóvenes según las costumbres islámicas). Visitamos la madrassa de Bou Inania que en un solo patio contiene un arte tan fino y detallista que no tiene nada a envidiar al Alhambra. Las calles de la medina no estaban tan limpias como en Chefchaoen, aunque observamos algún burro cargado de basuras dirigiendose hacia las afueras. Por otro lado, en las entradas de la medina también hay guías no oficiales que se hacen pesados para intentar venderte una visita guiada. Pero con un poco de paciencia se pueden sacar de sobre educadamente. Hoy también hemos visitado la medina semi antigua, dónde hemos tomado el tradicional té a la menta mientras nos intentaban vender unas alfombras, y hemos ido a comer a la ciudad nueva, bulliciosa y ajetreada como una ciudad europea aunque en un entorno árabe. Para comer me he pedido una tagine de pollo con ciruelas, deliciosa. Alexandra, que es bastante delicada con la comida, lo ha probado y también la ha encontrado buena, de manera que se ha atrevido a pedir una tagine de verduras. Por la tarde hemos ido a andar por las afueras de la muralla donde hemos conocido a unos simpáticos argentinos que curiosamente vivían en Barcelona, donde regentaban un Bar. Por la noche, nuestros vecinos (una autocaravana con matrícula de suiza) han golpeado la nuestro puerta. Han resultado ser un Alemán y una Filipina que se han alegrado mucho de conocer Alexandra, ya que Rumania es un país que habían visitado tres veces y del que estaban enamorados. Por la noche, Alexandra ha vuelto a maldecir, por tercera noche consecutiva, las plegarias de las mezquitas que puntualmente resuenan a las cinco y diez por toda la ciudad superponiéndose las melodías entre sí. Yo ya me acostumbré en otros viajes y me acaban molestando más las palabrotas de Alex que las ensordecerodas recitaciones. Meknes (ver en mapa) 15/03/2007: Al salir de Fez, hemos parado a una gasolinera a pedir agua para la autocaravana y el propietario de la gasolinera nos la ha ofrecido a cambio de cargar gasoil. Mientras esperábamos hemos iniciado una conversación sobre la situación de Marruecos. Le he comentado que el país parece seguro y la gente preocupada para los turistas: tengo la impresión que si algún ratero se atreve a robar un extranjero en una medina, los comerciantes y transeúntes lo intentarán cazar por todos los medios. Me ha preguntado sobre nuestro viaje y entonces le he explicado el proyecto de tomar el pulso al mundo que realizamos durante el viaje y le he propuesto de entrevistarlo para el proyecto. En Yusef opinaba que el principal problema del mundo era el terrorismo. Los estados tendrían que encontrar la solución, de todas maneras él podría colaborar dando trabajo a la gente. Hay gente que no tiene nada que piensa que suicidarse por la religión es la mejor opción de la vida. El principal problema de Marruecos es social, aunque están mejorando gracias al gobierno. De todos modos, se tendría que invertir en mas en educación. Yusef está feliz porque vive en un país estable. Si todo el mundo fuera más feliz él también lo sería. El secreto de la felicidad es amar a la gente de tus alrededores. Hemos aparcado en una gran plaza de Meknes y después de comer hemos salido a pasear, hacia el sur, por calles sin ningún tipo de de interés, con las tiendas cerradas y la gente extrañada de nuestra presencia. Finalmente nos hemos dado cuenta que estábamos mal posicionados en el mapa y que la medina y monumentos interesantes estaban situados en el norte. Aparte de la transcurrida medina, no más interesante que la de Fez, hemos visitado el mausoleo de Moulay Ismail, un impresionante recinto que no tiene nada de envidiar al finísimo arte de la madrassa de Bou Inania o al mismo Alhambra. Aunque ya había estado en el Marruecos unos diez años atrás, no recordaba estos monumentos con estas cenefas, grabados y pinturas geométricas, que llenaban cada centímetro cuadrado de las paredes y techo. Rabat (ver en mapa) 19/03/2007: Rabat es la capital política del Marruecos, y como todas las capitales tiene bastantes lugares de interés, aunque otras ciudades la ganen en atractivo. Destaca el mausoleo de Mohammed V, monumento contemporáneo pero de un arte exquisito, comparable a los anteriores monumentos visitados. Cerca del mausoleo se alza la bonita torre de Hassan, en medio de un bosque de columnas de una mezquita inacabada del siglo XII. La medina de Rabat tiene algunas calles cubiertas interesantes que desembocan en la Kasba de los Oudaia, un pequeño pueblo fortificado que hace frente a las olas del océano. Las callejuelas azules de la Kasba recuerdan Chefchaoen, aunque no tienen nada de envidiar. Hacia las afueras de la ciudad, en medio de grandes avenidas, verdes y limpias, se encuentra la necrópolis de Chellah, las ruinas de una antigua ciudad que me sorprendieron por la gran cantidad de pájaros: cigüeñas y otra especie, que anidaban muy juntos en las copas de los árboles de un pequeño bosque. Rabat también es una gran ciudad, por lo tanto fue aquí donde pudimos contactar a bastante gente a través de internet, con la cual nos reunimos el sábado a diferentes horas. Primero nos encontramos con Hamid, un chico de mirada profunda que hablaba muy bien el inglés, y Nizar, su amigo que llevaba la voz cantante, aunque básicamente hablaba francés y no lo podíamos seguir tan bien. Los dos eran pequeños empresarios. Como casi siempre, fui bastante directo y empecé a preguntarles por la situación del país. Primero me interesé por la situación del Sahara Occidental, una región de Marruecos con un fuerte sentimiento de independencia liderado por el Frente Polisario. Me explicaron que el Frente Polisario está formado por argelinos ya que, según ellos, Argelia siempre ha querido tener una salida al Pacífico. A pesar de creer firmemente que el territorio pertenece al Marruecos, estaban de acuerdo a darles una cierta autonomía. Por otro lado Nizar comentaba: - Porque tenemos que dividir el país si en todo el mundo los países se están uniendo. Lo que tendríamos que hacer es desenterrar el viejo sueño de unir todos los países del Magreb: Marruecos, Mauritania, Libia, Argelia y Túnez. También pregunté por la libertad de expresión y me manifestaron que la había, aunque es lógico que no se pueda criticar al rey, porque es lo único que puede mantener la cohesión de Marruecos. A continuación empezamos el tema de la religión. Me explicaron que el Islam es una religión de paz, por eso ha habido más cristianos que se convierten al Islam que al revés. A continuación Hamid me explicó que el Corán es un libro sagrado dictado por Dios, ya que en Él se describen países que Mahoma nunca había visitado. Intenté argumentar que en aquel tiempo ya había viajeros que podían haberle descrito tales países, pero a pesar de escucharme con mucho de interés no pareció que lo convenciera ni una pizca. Finalmente empezamos a hablar del derecho de hombres a estar casados hasta con cuatro mujeres al mismo tiempo. Me explicó que éste es un derecho que Alá dio a los hombres para que no tuvieran que buscar el sexo fuera del matrimonio. Ya que por otro lado, el sexo fuera del matrimonio está totalmente prohibido, por lo tanto, concluyó, en Marruecos ni en ningún otro país Islámico la juventud tiene novio o novia, simplemente están comprometidos para después casarse. Por la tarde, me encontré con Yassime (el Alexandra se quedó en la autocaravana durmiendo). Yassime iba con muletas porque tres años atrás se había roto la pierna en un accidente de moto. Me explicó que lo tuvieron que operar en un hospital público y que a causa de la inadecuada esterilización del material quirúrgico a posteriori la pierna se le infectó hasta el hueso, perdiendo 8 centímetros de éste. Actualmente ya está mucho mejor, aunque no esté recuperado del todo. Quizás por este motivo, Yassime era más crítico con el sistema que los dos amigos de la mañana. Comentó que en el Marruecos hay mucha corrupción, tanto en la clase baja (policía, médicos ...), como a la clase alta, hecho que explica los grandes yates de empresarios o políticos marroquíes que hay en Marbella. También me explicó el caso de una enfermera, que sólo cobraba 250€ al mes, de los cuales tenía que destinar 100 al alquiler de un piso y 2 al día para el transporte. Esta enfermera no trabajaba a gusto a no ser que algún paciente le ayudara con alguna propina. Y según él, esta falta de motivación es el principal problema en el mundo laboral. Cambié de tema y le pregunté por el Sahara Occidental, para contrastar las opiniones de la mañana, pero me dijo que no sabía demasiado nada del tema. Sólo sabía que en el hospital militar donde estaba ingresado había diversos militares y oficiales atendidos a causa de las heridas de alguna mina, ya que el desierto por aquella zona está infestado. Seguimos la conversación con el terrorismo islámico, y me comentó que a pesar de haber habido un atentado fallido en Casablanca recientemente, el terrorismo difícilmente arraigará entre los musulmanes, primero porque el Islam está fundamentado en la paz y comprensión y segundo, porque los diferentes medios de comunicación están educando mucho en contra del terrorismo. Volvimos a hablar de los matrimonios múltiples y me argumentó que una segunda mujer es mejor porque así el hombre puede cubrir sus necesidades si la primera se pone enferma. De todas maneras no me supo responder cuando le pregunté porque las mujeres no se podían casar más de una vez. Con respecto a la prohibición del sexo fuera del matrimonio me contó que en algunos pueblos en las montañas, al casarse una pareja, ésta tiene que mostrar un pañuelo manchado de sangre después de la primera noche de bodas para demostrar que la chica era virgen. Sin que esta vez yo sacara el tema, curiosamente la conversación volvió a derivar hacia el razonamiento del origen divino del Corán. Explicó. - En el Corán se explica que para limpiar un plato sin jabón se tiene que pasar hasta siete veces bajo el agua y hasta hace poco no se ha podido demostrar científicamente que si se sumerge seis veces en el plato todavía restan bacterias, pero en la séptima ya no. ¿Cómo lo podían saber entonces? La explicación sólo puede venir de Alá. Habíamos mantenido la conversación en la terraza de un café, estrechos en unas sillas situadas en línea. Durante la conversación Yassime me tocaba las manos u hombros para expresarse mejor. No me resultaba ofensivo, porque para los musulmanes la homosexualidad es inimaginable, pero no por eso resultaba extraño. Al levantarnos me ofrecí a pagar, pero al igual que había pasado por la mañana, Yassime insistió en invitarme. Después de pagar, hizo una llamada con el móvil y lo pasó a buscar a una amiga. Me propusieron ir a tomar algo en uno algún otro lugar y acepté a condición de pasar a buscar a Alexandra, que ya se había despertado. Fuimos a un bar moderno donde nos esperaba otro chico que también habíamos contactado por Internet, Salim, que estaba acompañado de una chica Francesa. Salim había estado viviendo 15 años en Francia y hacía pocos meses que había vuelto para quedarse en Marruecos. Trabajaba en una gran discoteca, donde explicó que corría bastante alcohol, aunque la mayoría de musulmanes consideraran que el alcohol no era necesario para divertirse. No tuve demasiado rato para hablar con ellos porque se tenían que marchar, de todos modos, antes de que se marcharan pregunté a Salim si era musulmán. Él me respondió que era musulmán no practicante. Al marcharse, Yassime y su amiga reprobaron esta respuesta, diciéndome que no se puede ser musulmán no practicante y que con esta respuesta se podría encontrar con bastantes problemas. El lunes, antes de marcharnos de Rabat hacia Casablanca volvimos a ir a la embajada de Anglola en el Marruecos (el viernes ya habíamos ido pero no había la persona que nos podía informar). Preguntamos sobre la posibilidad de obtener el visado de Angola pero nos respondieron que para nosotros sería imposible ya que el primer requisito era tener la residencia en el Marruecos. Yo tenía la posibilidad de obtener el visado de Angola desde España, aunque era bastante laborioso. Pero el Alexandra lo tenía que obtener desde algún país vecino a Rumania (donde reside), porque en Rumania no había embajada Angolina. Habíamos sido avisados por otros viajeros africanos que obtener el visado de Angola durante el camino era prácticamente imposible, pero nos habíamos arriesgado debido a las complicaciones de tramitarlo en origen. Ahora, ante la primera negativa (sólo la primera), ya me empezaba a plantear otras alternativas al itinerario trazado. África es un inmenso laberinto, con fronteras cerradas, países peligrosos, carreteras intransitables ... Si no podemos pasar para Angola, que actualmente parece un país relativamente seguro, inevitablemente tendremos que cruzar otros de inestables, como República Centro Africana o la República Democrática del Congo (antiguo Zaire). -- El sábado también tomé el pulso al mundo a los nuevos amigos de Rabat y los entrevisté: En Hamid y en Nizar opinaban que el principal problema del mundo es la guerra provocada por las desigualdades al poder y riqueza. La solución se encontraría en la comprensión, aceptación y ayuda de los otros, independientemente del color de la piel y la religión. El principal problema en Marruecos es la falta de trabajo, aunque parece que está mejorando. La solución se encontraría invirtiendo en el país creando más seguridad, de manera que se crearan nuevos puestos de trabajo con el incremento del turismo. Los dos ayudan en la solución con la creación de sus respectivas empresas. Los dos eran felices porque se sentían orgullosos de ser musulmanes y marroquíes. Nazir seria más feliz cumpliendo sus sueños, por ejemplo teniendo una familia. El secreto de la felicidad es creer más en Alá y esforzarse más para ser un buen musulmán. En Yassine opinaba que los principales problemas del mundo son los problemas económicos que generas terrorismo, problemas con petróleo, crisis nucleares ... Él no sabría encontrar ninguna solución porque otros con más conocimiento tampoco lo han encontrado. Pero él puede hacer algo para mejorar el mundo, por ejemplo hacer boicot a la Cocacola, porque salva vidas (el precio de una Cocacola es el precio de una bala que manta niños en Palestina). El principal problema en Marruecos es la falta de trabajo y la pobre calidad de la educación. De todas maneras, parece que el país está mejorando en este sentido. Para ayudar en este sentido, él necesitaría más estudios para revertir el conocimiento al país. En Yassine se considera muy feliz, ya que está vivo, con familia, amigos ... a pesar de tener algunos problemas. Sería más feliz con una mejor educación. El secreto de la felicidad es la paz. Si tú vives en paz, aunque seas pobre, serás feliz. Casablanca (ver en mapa) 21/03/2007: Casablanca, a pocos kilometros de Rabat, es una ciudad enorme con un cierto aire europeo, aunque también tiene su medina antigua (sin ningún interés), una medina nueva (mucho más interesante) y sus mezquitas, entre las cuales la enorme y majestuosa Mezquita de Hassan II. Aparcamos en el parque de la liga Árabe, que está atravesado por una ruidosa calle. De todos modos, el parque es tranquilo, con un romántico paseo con palmeras alineadas. Al final del parque empieza un barrio construido al principio del siglo XX, con cierto encanto pero también uno poco decadente. Cruzando el barrio hay una calle para peatones - poco típico fuera de las medinas - con pequeños comercios no muy concurridos. Al final de esta calle, a mano derecha, descubrimos un mercado cubierto donde se vendían flores, verduras, cestos ... En el centro de éste, en otro edificio había diversas paradas de pescado y marisco. A las afueras había diversos restaurantes que cocinaban los productos del mercado con los propietarios peleándose entre ellos para ver quién nos obtenía como clientes. De todos modos, antes fuimos a una pizzería donde el Alexandra pudo engullir una comida europea y después me dejé seducir por uno de los restaurantes donde me ofrecieron una delicioso plato de pescado frito. La ciudad es bastante limpia, aunque no hay muchas papeleras. Hay bastante transido, pero no suficiente como para que la gente no se aventure a cruzar las calles entre los coches en marcha. En cualquier caso, no hay semáforos para peatones y hay pasos cebra no se respetan por norma. La fauna humana es diversa, con chicos y chicas vistiendo de manera moderna, algunas incluso provocativas, aunque las xilaves y los velos cubriendo el cabello son los que dominan. También se ve bastante pobreza, los más incapacitados dedicándose a mendigar y el resto a la venta ambulante, o a limpiar zapatos, coches, vigilarlos ... En Casablanca hemos vuelto a contactar con gente a través de Internet, esta vez con chicas, con el fin de analizar a la sociedad desde otro punto de vista. Hoy por la tarde nos hemos reunido con Ayache, una chica musulmana de mirada triste que no llevaba velo, aunque consideraba que lo tendría que llevar. Tan buen punto nos hemos sentado en un bonito café, Ayache nos ha sorprendido pidiéndonos consejo en un tema delicado. Le gustaría ir a vivir a Europa, porque aunque ha estudiado filología Inglesa i ve difícil encontrar trabajo en el Marruecos. Entonces nos ha explicado que un marroquí que vive en Alemania le ha propuesto casarse con él, aunque ya está casado con otra mujer. Se casarían en una mezquita aunque el matrimonio no quedaría registrado por el civil, de todas maneras, cuándo ella tuviera un hijo ya tendría la estancia en Europa asegurada. Al cuestionarnos qué haríamos nosotros le hemos preguntado si ella lo amaba, pero ella ha respondido que ni tan solo lo había visto nunca, pero que de todas maneras no cree en el amor - más joven había tenido un desengaño . Por otro lado consideraba normal que un hombre estuviera casado dos veces si podía mantener a las dos mujeres. Ante este planteamiento también nos ha sorprendido que nos explicara que según el alcorán el hombre y la mujer están en una misma posición, y en la realidad también. Y a continuación nos ha explicado la lógica de algunas diferencias, por ejemplo que el hombre pueda pedir el divorcio pero no una mujer: El hombre tiene más juicio y en cambio la mujer es más emocional, si el hombre se equivocara en una pequeña cosa la mujer correría a pedir el divorcio, en cambio al hombre se lo repensaría antes de actuar así. Al cuestionarla más nos hemos dado cuenta de que no había incongruencias en su manera de razonar, por ejemplo nos ha explicado que le gustaría vivir en Arabia Saudita, porque allí los maridos protegen más a las mujeres, no las dejan salir de casa sin que vayan acompañadas de un familiar. Eso no sería posible en el Marruecos - decía - porque aquí las mujeres tienen que trabajar. Respecto a cubrirse todo el cuerpo, incluso la cara, lo encontraba normal, porque a la naturaleza, todas las cosas bellas se protegen, al igual que lo hacen las perlas. Explicaba que hay chicas tan guapas que ellas mismas (o el hombre) se cubren completamente con el fin de no atraer a otros hombres. De todos modos, las cosas cambian y las tradiciones desaparecen y con un aire de nostalgia comentaba que en cualquier caso, la apariencia no puede cambiar la esencia de la religión, para acabar expresando que sentía añoranza del pasado, en el que el tiempo no tenía tanta importancia. Nos hemos despedido de Ayache comprometiéndosenos a aceptar su invitación de comer cuscús mañana en su casa. Momentos más tarde nos hemos con Verónica, una chica de Venezuela que hace cuatro meses vive en el Marruecos, porque está enamorada de un marroquí. Al preguntarle por la religión nos ha comentado que si el chico no fuera no practicante (aunque musulmán) ella no podría salir con él, aunque los musulmanes después hacen lo que quieren. En Casablanca la juventud tiene mucha influencia de Europa y la juventud cambia muy rápidamente de mentalidad. Nos explicaba que en las discotecas se bebe bastante alcohol, además de haber mucha prostitución, y por supuesto los turistas no son los únicos consumidores. Al preguntarle por Venezuela nos ha explicado que la situación está muy enrarecida y que en el Marruecos se vive mucho mejor y con más seguridad. Más tarde nos hemos encontrado con Anis, su chico, y hemos ido a cenar unos tagines. Anis y Verónica se conocieron en París, donde estudiaban, por lo tanto era lógico que Anis demostrara una manera de pensar más abierta y crítica. Por ejemplo, hablando con el Alexandra sobre abogados - Alexandra ha estudiado derecho -, Anis manifestaba que los abogados en Marruecos estaban muy mal pagados, porque si uno realmente quiere ganar un juicio, en vez de pagar un buen abogado paga directamente al juez. De todas modos, igual que todos los Marroquíes, defendía al Rey, de quien comentaba que había aportado apertura y estabilidad económica. Y al preguntarle por la democracia, Anis explicaba que en el Marruecos todavía no están preparados para un gobierno completamente democrático. Finalmente me he interesado sobre la religión en el Marruecos - siempre saco este tema - y Anis ha resumido su pensamiento comentando que en Marruecos ser musulmán es una manera de pertenecer a la sociedad. 22/03/2007: Antes de encontrarnos con Ayache hemos visitado la enorme Mezquita de Hassan II, la tercera mayor del mundo, construida a finales de los años 80. También debe ser una de las más costosas porque, según el guía, costó 700 millones de dólares. En cualquier caso, con el minarete de 200 metros de altura, es el edificio religioso más alto del mundo. En su interior y en la explanada de delante caben hasta casi 200.000 personas, que realmente se llenan durante las plegarias del mes del ramadán. El impresionante interior de la mezquita es lujo por todas partes, trabajado por 10.000 artesanos de todo Marruecos. Lástima que el guía no te deje disfrutar los detalles, porque la siguiente visita entra en una hora, antes que se obra la mezquita para los creyentes. La visita sigue por la sala de abluciones, bajo la mezquita, y los baños, que no se han utilizado nunca por temas de seguridad. Al mediodía nos encontramos con Ayache en el centro. Subió a la autocaravana y nos guió hasta su casa, una barriada bastante alejada del centro. Durante el camino atravesamos barrios de casas ricas y barrios de barracas, aunque en ambos casos, las antenas parabólicas no faltaban nunca en los tejados. Ayache y su madre viven en un apartamento de sólo dos habitaciones, ya que cuándo su padre murió, los hijos de la otra mujer del padre se quedaron la parte mayor de la casa original. Nos descalzamos en la cocina y pasamos al comedor, que de noche se convierte en habitación. En el comedor, sobre una gran alfombra de tonalidades azules, había tres sofás rojos en torno una pequeña mesa redonda. Al sentarnos en el sofá, nos fijamos en el techo, exquisitamente decorado con flores y figuras geométricas cortadas en relieve. En las paredes había flores de plástico colgadas y al otro extremo del comedor un gran armario con algunos ositos de peluche y unos libros encima. La madre, con la cara cansada - Ayache nos ha explicado que estaba enferma - y un tatuaje en la barbilla - señal que había estado casada -, ha traído una cazuela inmensa de cuscús que ha dejado al centro de la mesilla. Sobre el cuscús había un montón de vegetales hervidos y algún corte de carne que sobresalía debajo. Ayache ya nos había advertido que el cuscús se come con la mano - la derecha - y así hemos empezado a hacerlo, aunque las dos anfitrionas conseguían aprestar el cuscús con los dedos creando una bola que a continuación se comían, y en cambio, yo y Alexandra teníamos que aspirar el cuscús que se nos caía de las manos para poder saborearlo, que por cierto, estaba delicioso. La prueba es que Alexandra ha comido con ganas. Otro pequeño problema de comer el cuscús con las manos era que éste quemaba y mientras nosotros dejábamos escapar algún grito o conseguíamos controlar el dolor, las anfitrionas lo engullían sin notar la temperatura. En cualquier caso, la experiencia ha sido inolvidable y la repetiríamos si volviéramos a tener unos anfitriones tan amables. -- Hemos tomado el pulso al mundo con Ayache que ha opinado que el principal problema del mundo es la guerra, la solución sería entendernos los unos con otros y no fabricar más armas. Ella puede aportar paz ayudando su entorno y rogando a Dios que detenga la guerra. El principal problema en Marruecos es el terrorismo que está naciendo entre algunos jóvenes pobres. Ella está totalmente encontra y cree que los terroristas no se pueden considerar musulmanes porque el Islam es paz. Se tendrían que crear asociaciones para educar a esta juventud. Ayache se considera feliz porque puede dormir y porque ella es una persona buena y pura, con una buena relación con Dios. Ella es más feliz cuando seca las lágrimas de un niño o ayuda a los otros. Así pués, el secreto de la felicidad es ayudar a los otros, porque no puedes ser feliz si ves tu entorno sufriendo. Marrakech (ver en mapa) 24/03/2007: Una vez más - pero esta vez de manera especial - hemos sido recibidos con gran hospitalidad. Yassime de Rabat nos había dado el contacto de una amiga suya en Marrakech, Hafsa, que regentaba un Riad, un hotel tradicional. Llegamos el jueves a la noche a Marrakech y a pesar de estar prohibido dormir en la autocaravana en la ciudad dormimos en una aparcamiento vigilado. Al día siguiente por la mañana enviamos un mensaje al móvil de Hafsa y ella nos llamó en el instante. Nos dio la bienvenida en Marrakech y nos invitó a pasar los días que quisiéramos en su RIAD, aunque ella no estaría en Marrakech hasta el domingo. Nos dijo que su padre, Miloud, nos esperaría y que estaría muy contenta si aceptáramos su invitación. Aceptamos agradecidos y nos dirigimos al Riad, escondido en una callejuela próxima a una de las grandes arterias de la ciudad. Miloud nos abrió y nos ofreció un té tradicional mientras nosotros nos paseábamos maravillados por la sala principal del Riad. Toda la sala estaba decorada exquisitamente, exactamente como una turística madraza o mezquita. El suelo estaba engalanado con alfombras; en los alrededores de la sala había confortables sofás con pequeñas mesas en frente, de madera ricamente grabada y trozos de hueso incrustados; la pared se alzaba cubierta de baldosas de figuras arabescas y a media altura empezaba la verdadera obra maestra: la pared restante y el techo estaban espléndidamente esculpidos con las formas geométricas y dibujos más variados llenando cada centímetro cuadrado donde la vista se dirigiera. Después de tomar el té dudando de si realmente habíamos sido invitados, Miloud nos mostró la que sería nuestra habitación, en el primer piso, desde el cual se podía contemplar la sala principal detrás de unas bonitas barandas madera. La habitación era más sencilla, pero no por eso menos confortable y enseguida nos sentimos como casa. Hoy por la mañana, después de pasar la primera noche en el riad, Miloud nos ha ofrecido un delicioso desayuno, incluyendo té, café, leche, croissant, crepes, pan, mermelada, miel, mantequilla ... Ante esta maravilla de mesa, hemos vuelto a susurrar entre nosotros si realmente estábamos invitados o eso formaba parte de algún truco marroquí, para llevar turistas al Riad y después hacerles pagar. Finalmente nos hemos convencido de que realmente estábamos invitados y que simplemente estábamos saboteando la famosa hospitalidad magrebí. Aparte de disfrutar de este espléndido alojamiento estos dos días los hemos aprovechado para visitar esta bella ciudad marrón anaranjada. Sólo de salir a la calle te das cuenta de que Marrakech es diferente a las otras ciudades marroquíes, y asimismo lo deben considerar los millares de turistas que llenan las calles. Es una gran ciudad espaciosa, limpia, con palmeras alzándose por encima los terrados, con unas altivas murallas rodeando una enorme medina, de la cual hasta ahora sólo hemos visitado la parte más comercial, los zocos y la famosa plaza de la cual Jemma el Fna. Los zocos de Marrakech son los más elegantes de los visitados hasta ahora, quizás demasiados turísticos y menos tradicionales que los de Fez, pero definitivamente atractivos, tanto que difícilmente podía sacar Alexandra fuera de éstos. Al final, hoy hemos decidido que yo la esperaba en la terraza de un café que dominaba la plaza Jemma el Fna mientras ella seguía el paseo por los zocos en busca de unos zapatos. La plaza Jemma el Fna es considera uno de los espectáculos más fascinantes de mundo, a todas horas hay movimiento y música, música estridente de trompetas de los encantadores de serpiente y rítmica de los tambores de los bailadores. La multitud deambula arriba y abajo, entre las paradas que venden zumos de cítricos (mucho más caras que diez años atrás), los restaurantes que cocinan carne en la brasa o hervida, las paradas de los ungüentos milagrosos, las brujas que adivinan el futuro, las bereberes que pintan las manos con henna, los charlatanes o verdaderos actores de teatro, los vistosos vendedores de agua, las otras paradas de ropa y objetos tradicionales o turísticos que te introducen en los zocos. En todo este desconcierto, la música sólo ha parado de repente unos momentos, justo antes de que sonaran las primeras notas de la plegaria de una mezquita próxima, pero transcurridos por estos instantes de tranquilidad, el caos ha vuelto a gobernar el ambiente. 26/03/2007: La Hafsa no pudo venir el domingo ni hoy tampoco, de todas maneras, esta noche, al comentar a Miloud que mañana por la mañana nos marcharíamos, me he asegurado de que realmente habíamos sido invitados - nos costaba entender que pudiéramos haber sido acogidos en un hotel tan encantador. El hijo de Miloud, Tarik, también estaba y como él hablaba inglés le he preguntado sobre el riad. Me ha explicado que el riad fue construido hace unos 40 años por su abuelo. Durante estos años, el riad ha estado su casa: dormían en el primer piso y cocinaban y comían en el segundo. La sala de la planta baja, la que tiene la decoración más exquisita, sólo la utilizaban para reunir a la familia y los amigos. El padre, Miloud, era inspector de policía en la sección de estupefacientes - ahora circula menos droga que antes me ha contestado a una pregunta - pero hace un par de años se retiró y decidieron convertir su casa, el riad, en un hotel. Conociendo la historia me ha estado más fácil aceptar la invitación, al fin y al cabo habíamos estado alojados en su casa. De todos modos, sintiéndome en deuda con la familia Sraidi publicaré sus datos de contacto para si alguno de los lectores del diario está interesado en hospedarse en su Riad: Riad Kenza Rue Yougoslavie, 84 - Gueliz - Marrakesh Membrana: +21224448686 Fax: +21276754716 Mail: ryadkenza@hotmail.com Hoy ha soplado bastante viento, un viento que levantaba un polvo fino que te cegaba - hemos cruzado los dedos para no encontrarnos con ninguna tormenta de arena en el desierto -, así pues no hemos paseado mucho, en cambio ayer recorrimos una parte de la medina que todavía no habíamos visitado, al sur de los zocos y de la plaza Jemma el Fna. En esta zona hay diversos palacios que se pueden visitar. Nosotros visitamos el palacio de la Bahia (o de la bella según la traducción), y aquí tendría que volver a escribir por enésima vez que el palacio no tenía nada de envidiar del Alhambra o de los otros fabulosos monumentos visitados a posteriori. El palacio de la Bahia es un edificio enorme con espléndidas salas repletas de relieves caligráficos y geométricos cubriendo las paredes y vistosas pinturas en la madera del techo, por lo tanto, que quede escrito de una vez por todas que me equivoqué cuando al visitar el Alhambra escribí: "no creo que estos increíbles detalles del arte islámico los volvemos a ver a menudo en el Marruecos o en el África negra". Telouet (ver en mapa) 27/03/2007: Hemos salido de Marrakech en dirección a los Atlas, con la intención de cruzarlos y llegar a Ouarzazate, una ciudad del desierto. A medida que nos acercábamos los hemos empezado a discernir, bastante nevados. La carretera ha abandonado la rectitud de la plana y ha empezado a curvándose enfilando un valle, verde cerca de las aguas del río y seco a más altitud. La temperatura a fuera de la autocaravana ha ido descendiendo mientras nosotros seguíamos ascendiendo, atravesando pequeños pueblos y más arriba, pasando de largo los vendedores de piedras que nos hacían señales para que paráramos. Nos hemos detenido en un rellano para hacer algunas fotos y entonces se nos han acercado unos vendedores de piedras que nos han mostrado su material, piedras volcánicas que habían cortado por la mitad mostrando su interior cristalino de colores intensos y brillantes: verde, rojo, gris ... Mientras subía al coche, los vendedores me iban cantando los precios de las piedras a la baja, como en una subasta, hasta que al final nos han preguntado si teníamos alguna cosa para cambiar. Les he ofrecido unas gafas de sol, que la ONG CCONG nos había regalado, y después de negociar un rato hemos acabado cambiando cinco gafas por una bonita piedra negra con unos relucientes cristales grisáceos en el interior. Bastantes curvas más tarde, hemos llegado al puerto de Tizi N’Tichka, de 2260 metros de altura, con grandes clapas de nieve en las montañas de los alrededores. Hemos seguido la carreterita de bajada y pocos kilómetros más tarde nos hemos desviado a la izquierda, por un camino asfaltado, que se dirigía hacia Telouet. Al cruzar el primer pueblo me he parado a hacer una foto y un grupo de niños se han acercado tímidamente pidiendo cualquier cosa, signo que el camino es frecuentado por turistas y que los niños están acostumbrados - si lo piden insistentemente - a recibir caramelos u otros regalos insignificantes. Nosotros no hemos querido ser menos y hemos sacado una caja de rotuladores que CCONG nos había dado para repartir por el camino. He entregado la caja de rotuladores al niño mayor explicándole que los tenía que repartir entre los diez niños reunidos. Pero Alexandra no se ha fiado y prefería que los repartiéramos nosotros mismos. Entonces he llamado al chico y le he reclamado que me devolviera la caja, que lo ha hecho de mala gana. Entonces hemos abierto la caja y hemos sacado los 30 rotuladores que había, momento en que todos los niños se han apilado en las dos ventanas alzando las manos para conseguir alguno de los rotuladores. Hemos intentado repartirlos con equidad, pero cuando ha acabado la caótica distribución y los niños se han agrupado para evaluar las ganancias, nos hemos dado cuenta de que algunos niños habían conseguido unos diez y otros ninguno, algunos de los cuales lloraban. Demasiado tarde. Hemos intentado explicar a la niña que tenía más que los tendría que repartir y ha parecido adquirir el compromiso. De todos modos nos hemos marchado antes de que se arreglaran las cosas. Espero que la sangre no llegara al río, porque éste parece un caso perfecto para explicar que la buena fe sin inteligencia puede empeorar las cosas. Finalmente hemos llegado a Telouet, un pequeño pueblo donde hay un gran palacio que fue habitado por "el último señor del Atlas" territorio independiente antes de la constitución de Marruecos, no es de extrañar pues, que la actual dinastía del país tenga en el olvido este palacio que de todos modos todavía se conserva suficiente bien. Hemos aparcado la autocaravana en el pueblo en una plaza al lado de otra autocaravana francesa, y me he dirigido a pie al palacio, atravesando campos y un pequeño río. He cruzado unos arcos medio destruidos y en una plaza interior me he encontrado al guardián, a quien he comentado mis intenciones de visitar el palacio. Me ha mirado para adivinar cuánta propina le daría y entonces, con los gestos cansados ha cogido una clave enorme, de un palmo y medio, y ha abierto la puerta principal del palacio. Me ha explicado brevemente la antigua utilización de las diferentes estancias que íbamos cruzando, hasta que hemos llegado a las increíbles estancias que mostraban el esplendor con que vivía el pachá. El guardián simplemente me ha comentado que habían trabajado hasta 300 artesanos y se ha sentado en un rincón esperando que yo acabara mi sesión fotográfica. Ouarzazate (ver en mapa) 29/03/2007: El sol se despertó radiante y yo también, con ganas de caminar por los alrededores de Teuloet para hacer algunas fotos. Había un pequeño mercado de ganado en el pueblo y algunas paradas de vegetales, donde compré unas verduras muy económicas, aunque me intentaran enredar con la suma. Al volver a la autocaravana desperté a Alexandra y después de desayunar y de escribir un poco salimos hacia Aït Benhaddou, un magnífico Ksar situado a pocos kilómetros al norte de Ouarzazate. Aparcamos en un mirador antes de entrar al pueblo, desde el cual se disfrutaba de una privilegiada vista sobre las terráqueas murallas y viviendas del Ksar. Pero mientras comíamos empezó a soplar un fuerte viento levantando gran cantidad de polvo y decidimos visitar el Ksar pasados dos días, a la salida de Ouazazate. Los pocos kilometros que separan Aït Benhaddou de Ouarzazate fueron fantasmagóricos, el polvo que levantaba el viento tapaba todo el horizonte e incluso la luz del sol. Fuera, el aire era irrespirable, dejándote la boca pastosa de la arena en pocos segundos. Por lo tanto decidimos postergar la visita a Ouarzazate y adelantamos el encuentro con Omar, que habíamos contactado a través de Internet. Omar nos había enviado la dirección de su casa a través de Internet, pero esta dirección sólo constaba de una línea, de un nombre de calle sin ningún número u otra indicación. Dimos diversas vueltas por Ouarzazate preguntando la situación de la calle hasta localizarla, entonces preguntamos a un hombre delante de una tienda si sabía dónde vivía Omar. Se pensó un rato a qué Omar nos deberíamos referir y acto seguido nos acompañó a una casa, donde una mujer - su madre - nos comentó que Omar estaba en el Cibercafé. El hombre nos acompañó y allí conocimos Omar, un chico muy risueño y afable. Omar vive en una casa sencilla pero grande, con su padre y su madre. No trabaja porque no encuentra trabajo de lo que querría y por eso se pasa todo el día conectado a Internet, haciendo amigos e incluso recibiendo proposiciones de matrimonio. Mientras tomábamos un té delicioso, nos explicó que una mujer suiza de 44 años le propuso una boda, pero él, a pesar de la ventaja de los papeles, lo rehusó porque prefiere casarse con una chica más joven. También hablamos de otros temas, un poco de todo, pero sin entrar en profundidad en ningún punto, como si Omar no quisiera comprometer su opinión. Pasado un buen rato agradecimos la conversación y nos dispusimos a marcharnos, pero Omar nos comunicó que su madre estaba cocinando cuscús y nos suplicó que nos quedáramos a cenar. El padre de Omar se sentó con nosotros. Omar vino de la cocina con una gran tetera y una palangana de metal y tiró agua caliente sobre las manos de su padre. Después nos las lavamos nosotros de la misma manera. Al terminar, Omar volvió a la cocina y volvió con una gran plata de cuscús y verduras y tres cucharas. El padre empezó a comer con la mano derecha, yo lo imité, pero Alexandra y Omar prefirieron utilizar la cuchara. Esta vez, moviendo los dedos con más destreza conseguí crear bolas de cuscús más compactas que me ponía en la boca sin dejar caer casi ninguna migaja. Nos atiborrar bien , porque el cuscús estaba delicioso, y al acabar sí que nos despedimos hasta el día siguiente. Esta mañana hemos visitado la Kasba de Taourit, otra suntuosa residencia del mismo pachá del palacio de Teulouet. El edificio, construido a base de tierra, piedra, paja y madera, se alza unas cuatro plantas, con salas sencillas y otras que recuerdan los otros palacios visitados. En torno a la residencia hay un bonito barrio construido también a base de tierra rojiza por el cual también hemos paseado guiados por un chico un poco atrasado que se ha empeñado en acompañarnos. Por la tarde nos hemos ido a conectar a Internet y allí nos hemos encontrado Omar. Hemos estado trabajando un buen rato on-line y después Omar nos ha vuelto a invitar a su suya, pero hemos rehusado agradecidos, explicándole que queríamos ir a dormir a Aït Benhaddou para visitarlo mañana por la mañana y marcharnos temprano hacia la siguiente destinación: los Anti-atlas. Todos los lugares visitados hasta ahora en Marruecos los había visitado unos diez años atrás, pero a partir de mañana empezaré a adentrarme en tierras inescrutables. Y es curioso, si al principio explicaba que iniciaba la aventura sin demasiada emoción, como si eso de viajar se estuviera convirtiendo en una rutina, esta noche, dirigiéndonos hacia Aït Benhaddou se me ha apoderado por primera vez en esta segunda etapa, de la emoción de estar a punto de cruzar por una puerta hacia el desconocido. Tata (ver en mapa) 30/03/2007: Me he vuelto a levantar temprano y con energía, y he salido a hacer fotos con la luz del sol matinal, con el pueblo todavía despertándose. Al enfocar a la cámara hacia el gran Ksar encaramado en una colina, un niño se me ha acercado y me ha empezado a hablar en un francés pobre como el mío. No me ha pedido guiarme, pero me ha ido acompañado todo el rato e incluso me ha recomendado algún itinerario mejor al que yo escogía, como por ejemplo entrar por detrás del Ksar con el fin de no pagar la entrada. Hemos ido subiendo por pequeñas callejuelas, rodeadas de casas del suelo rojizas, la mayoría en escombros y unas pocas habitadas. Al bajar de la cima de la colina, el niño me ha guiado hasta una terraza que, como el resto, era construida con barro secado sobre cañas atravesadas sobre vigas de madera. Por si acaso, he intentado levitar mientras andaba por la terraza admirando la vista. Al volver al pueblo al otro lado del río he dado unas pocas monedas al niño que enseguida ha desaparecido, seguramente en busca de nuevos turistas. Nos hemos marchado hacia el nuevo destino (Tazenakht, Foum-Zguid y Tata), que no ha resultado ser tanto desconocido como me pensaba, mientras hacíamos el camino, rodeados de preciosas montañas de piedras de las más diversas tonalidades rojizas y de verdes oasis de palmeras esparcidos por el lecho de un río seco, nos hemos cruzado con decenas de motos y coches de rally y otras autocaravanas y coches locales. Al llegar a Tata hemos preguntado sobre el rally a dos belgas que estaban reparando la suspensión de su todo terreno cubierto de adhesivos y nos han explicado que estaban participando a la versión no profesional o económica del París-Dakar. Tata es un pueblo de casas pintadas de rosa apagado y puertas y ventanas de color azul cielo, y todas ellas con pórticos de columnas con baldosas y pequeños arcos con forma de pica. Todas las chicas llevaban velo, pero vestían más diversamente y con colores más vivos, algunas incluso con pantalones y chaqueta de chándal. Mientras tomábamos un té bajo un soportal me ha sorprendido la efusividad con que se saludaban dos chicas, tanto que parecía que se acabarían besando a los labios. Guelmim (ver en mapa) 31/03/2007: Como ya va siendo costumbre, hoy me he vuelto a despertar temprano para dar un paseo matinal, esta vez acompañado de un perro, que me ha ido siguiendo todo el rato a cierta distancia y parándose de vez en cuando para rascarse las pulgas. He paseado por el lecho seco del río, por el lado de un palmeral y por el pueblo que recobraba la vida. A continuación hemos pagado el camping donde hemos hecho noche - el primero en todo el viaje - hemos seguido haciendo camino. Hemos llegado a Akka a pocos kilometros y allí ha empezado la peripecia de encontrar una americana que se encontraba de voluntaria al pueblo, que no habíamos contactado a través de Internet con tiempo. Al final, preguntando y preguntando hemos llegado a la puerta de su casa, pero allí nos han informado de que la americana había ido a pasar el fin de semana a Tata. Mala suerte. De todos modos he aprovechado para visitar Tagadirt, un oasis cerca de Akka. El Alex se ha quedado a la autocaravana, por que a pesar de que le entusiasme viajar también es muy casera, y muchas veces prefiere restar relajada a nuestra pequeña y confortable casa con su elefante de peluche, Tuki. En Tagadirt unos chicos me han seguido interesados y me han acabado acompañando y guiando por el inmenso palmeral - el jardín, que decían ellos - y por el pueblo que se subía a una colina, con casas de piedra y barro, muchas de las cuales viejas y en escombros. Los niños, con un francés un poco más me rico que el mío me iban nombrando peculiaridades que nos íbamos cruzando y que podían ser de mi interés: "el gato", "las mujeres", "la casa", "el jardín de la casa","la pelota", "los niños pequeños" ... Cuando nos cruzábamos otro grupo de niños, éstos me miraban con sorpresa y acto seguido exclamaban: "bon jour, bon jour!!. Hemos seguido la marcha y hemos parado a comer a la sombra de una palmera, en uno de los pocos oasis cada vez más dispersos en estas áridas tierras. Mientras pelábamos las patatas, judías y zanahorias a cocinar, se han acercado unos chicos que mirándo la autocaravana como si fuera una nave espacial. Nos hemos saludado con un "bon jour" y se han quedado observándonos a cierta distancia a través de la ventana. Entonces se ha acercado un chico mayor que nos ha explicado que quería ir a Francia para estudiar Derecho y que estaba intentando que una ONG la ayudara en este sentido. El chico mayor se ha marchado y hemos empezado a comer mientras los otros chicos se sentaban en el suelo leyendo los logotipos de los sponsores de la autocaravana. Cuando todavía no habíamos acabado de comer los chicos han perdido la timidez y nos han empezado a pedir bolígrafos, caramelos, pelotas, fruta ... Al final, Alex ha repartido unos caramelos. Mala idea, porque enseguida han llegado nuevos niños pidiendo más caramelos. Nos hemos negado ya un poco molestos. Entre los chicos había uno que parecía el más comprensivo, se me ha acercado y me ha preguntado si quería zanahorias. He asentido y contento se ha marchado con la bicicleta y ha vuelto en un momento con un manojo de zanahorias terrosas bajo la camiseta. A cambio, y sin que se lo esperara, le he regalado unas gafas de sol que se ha guardado alucinando. Por la tarde hemos puesto la directa y con el sol poniente hemos llegado a Guelmim, una ciudad con un centro hirviendo como no habíamos visto desde Marrakesh. Hemos aparcado en una gasolinera, he salido a ver a un partido de liga del Barcelona - parece mentida que el fútbol sea uno de los pocos vínculos que todavía me unen a mi tierra - y acto seguido nos hemos puesto a dormir. ‹ Anterior (31/01/2007) MES Siguiente (2007-04-01)› ‹ Anterior (2010-06-01 - US) PAIS Siguiente (2010-06-15 - US)› |
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