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Russia



N?vgorod (ver en mapa)

02/07/2006:
Son+of+Jane Russia,+Savvino+Storzhevskiy+ Russia,+Savvino+Storzhevskiy+ Russia,+Savvino+Storzhevskiy+ Russia,+Savvino+Storzhevskiy+


Por la mañana hemos ido con Jane, su marido, otra pareja y todas las criaturas a un monasterio nombrado Savvino Storzhevskiy (monasterio de hombres). Allí he estado haciendo algunas fotos y paseando entre la gente que tranquilamente también visitaba el monasterio o asistía a las plegarias.

Más tarde me he despedido de ellos agradeciéndoles los momentos que me han dedicado y he empezado a hacer kilómetros hacia Novgorod. A medio camino he puesto combustible, utilizando casi todos los rublos que tenía, porque no aceptaban visa. He seguido el viaje parando de vez en cuando en alguna gasolinera y preguntando si aceptaban visa o euros, pero nada. Además, todos los pueblos que cruzaba eran demasiados pequeños para tener cajeros automáticos. Los pueblos estaban formados por casas de madera, algunas con bonitos detalles, como las casas que había visto en Tula. Finalmente, cuando ya llevaba bastantes kilómetros con reserva he decidido de no seguir hasta solucionar el problema. He parado en una gasolinera que tampoco aceptaban visa o euros. He puesto 2 litros de diesel con los pocos rublos que me quedaban. Pero por suerte, una pareja que me ha visto apurado me ha aceptado cambiar 10 euros por rublos y he podido cargar 20 litros más (sí el combustible es muy económico en Russia), suficientes para llegar a Novgorod.

Llegando, he presenciado una larga puesta de sol. La latitud hace que las puestas de sol sean muy lentas. Durante más de media hora el sol se ha mantenido encendido al horizonte, en el norte oeste, descendiendo muy poco a poco.

Finalmente he llegado que todavía era claro en Novgorod, a las doce de la noche. Me han venido de ganas de un poco de fiesta (no sé porque me pensaba que era sábado) y he preguntado a unos chicos por una discoteca o club. Me han indicado un par de nombres pero después de dar un par de vueltas, de preguntar más y de no encontrar nada he decidido aparcar al lado de un parque. Allí he preguntado a un grupo de chicos y chicas que bebían cerveza. Enseguida se han interesado por mí y he decidido quedarme con ellos. Eran unos diez o quince, de unos veintiún años. Se han interesado mucho por mi viaje y por la autocaravana. Se la he enseñado y han alucinado. En un momento me han preguntado por la edad, les he pedido que probaran y como siempre me he sentido muy bien cuando han empezado a decir edades rondando los veinticinco. De aquí pocos días cumpliré treinta y cuatro. Es verdad que la juventud de veinte años no tiene demasiada capacidad de deducir edades, pero creo que la felicidad que me provoca estar cumpliendo mis sueños y vivir al presente me afecta positivamente.



03/07/2006:
Russia,+Novgorod Russia,+Novgorod Russia,+Novgorod St.+Petersburg St.+Petersburg,+the+cazy+driver
St.+Petersburg St.+Petersburg    


Hoy por la mañana he visitado Novgorod. Los chicos de ayer me habían indicado qué podía visitar y me he dirigido allí con bicicleta. Rodeado por un gran parque, se encuentra el kremlin, el centro religioso, político y cultural de la ciudad desde la edad media. Las murallas son rojizas, de ladrillos, y en el centro hay diversos edificios administrativos y algunas iglesias interesantes. He salido por la puerta del otro extremo y me he encontrado enfrente de un río, donde algunos se bañaban y tomaban el sol, en una playa de arena. He cruzado un puente y en el otro lado me he encontrado con otro parque repleto de iglesias de diferentes estilos, muy bonitas.

Novgorod es una ciudad en la que podía haber dedicado todo el día, por ejemplo me hubiera bañado un rato. Pero había quedado por la tarde con una chica a S. Petersburg y he empezado a hacer camino. He parado para comer aprovechando que caía un chubasco de mil demonios y más tarde me ha parado a un policía, segundo él por exceso de velocidad. Sin quererme entretener demasiado, le he dado un equivalente a 1,5euros y he seguido la marcha.

En S. Petersburg me he encontrado con Nata y una suya amiga. Hemos ido a beber una cerveza después se ha presentado un amigo suyo, con un coche de la mafia, grande, negro, con los cristales ahumados, un Lincoln. Me han dicho "sube!." Se han cerrado las puertas y el chico ha empezado a circular como un loco por las calles de S. Petersburg. Hemos parado en una fabrica abandonada a cargar algo y después hemos seguido la alocada carrera hasta un parque con un lago, donde hemos dado de comer a los cisnes. Allí, Nata me ha explicado que el coche era de la empresa donde trabajaban los tres, ellas de administrativas y el chico de conductor. Cuando ya nos marchábamos, el chico ha iniciado una discusión con la amiga de Nata, en ruso (no he entendido nada) y nos hemos acabado marchando todos cabizbajos, cada uno por su lado. Yo con Nata, en metro.

Durante el trayecto me ha comentado que está enamorada de la arquitectura de Gaudí (había leído su biografía!) y de Barcelona, decía que sin duda es la ciudad más bonita del mundo. Tenía previsto visitar Barcelona este verano. Yo le he explicado que Barcelona es mucho más que Gaudí, cuando vives en Barcelona no ves los edificios de Gaudí cada día, en cambio, Barcelona sigue enamorando. Entonces me ha preguntado:
- ¿Porque viajas?
Yo le he contestado la respuesta de siempre, cuando me hacen esta pregunta:
- Porque era mi sueño.
- Pero lo que no entiendo es que viviendo en Barcelona, la ciudad más bonita del mundo, tengas esta necesidad de viajar.
He estado pensando un rato y entonces he contestado:
- Eso es como si vivieras en un piso muy confortable, con todos los caprichos que te puedas imaginar: televisión, sauna, piscina ... Quizás no necesitarías salir nunca de este piso, porque lo tienes todo. Pero yo necesitaría salir, andar, aunque me cansara. Necesito respirar el aire fresco del mundo, descubrirlo. Y quizás quedarme a vivir en casa de algún amigo, aunque sea menos confortable. Porque la buena compañía es mucho más importante que el lugar.




St. Petersburg (ver en mapa)

06/07/2006:
St.+Petersburg,+Saviour+on+the+Blood St.+Petersburg,+Dvortsovaya+square St.+Petersburg St.+Petersburg+concert St.+Petersburg+concert,+Nata St.+Petersburg,+People+waiting+at+Lavra+Alexandra+Nevskogo.+
St.+Petersburg,+cementery+of+Lavra+Alexandra+Nevskogo.+ St.+Petersburg,+Smolny+cathedral     


Según mi guía de viajes, S. Petersburg es una de las ciudades más encantadoras e impresionantes del planeta. Según Nata, Barcelona la supera. Y yo también lo pienso, pero de momento también diría lo mismo de Barcelona si la comparara con cualquier otra ciudad que he visitado hasta ahora. Y si escribo eso no quiere decir que me añore, ni tampoco que S. Petersburg no sea realmente una ciudad encantadora. Quizás repetiría lo que he dicho otras veces, la gente hace una ciudad o un país, y Barcelona y Cataluña me enamoran porque allí me he enamorado muchas veces, y porque siempre conservaré muchos buenos amigos.

Es bonito pasear por una ciudad donde siempre es de día, casi a cualquier hora. Ahora bien, se me hace difícil imaginar que este encanto se pueda mantener en invierno, con diez o veinte (o más) grados bajo cero y la oscuridad durante casi todo el día. Ahora en verano hay mucha gente por la calle. La temperatura es muy agradable, invita a ir en manga corta pero no hace calor. La ciudad está construida entre diversos ríos y canales, eso la hace más interesante todavía, aunque también la hace famosa por los mosquitos. Alguna de estas noches he tenido realmente problemas con algunos mosquitos que se han colado dentro de la autocaravana.

La arquitectura de S. Petersburg es muy atractiva, grandes edificios, pintados de diferentes tonalidades, generalmente cálidos, muchos con esculturas, con relevos, grandes ventanas ... Las calles son anchas, cubiertas de cables por los tranvías y por las luces que deben de iluminar durante el invierno. Hay muchas iglesias, de diferentes estilos, pero todas ellas muy bonitas. Y un hecho curioso, en los lugares turísticos hay bastantes hombres anuncio, muchos simplemente con un cartel colgando por delante y por detrás, pero otros, también con micrófonos y altavoces.

El martes, después de conectarme a Internet, cogí la bicicleta y fui a dar un vuelo por la ciudad. Hay muchos lugares por visitar y la bicicleta me ha ido bien mucho. Recorrí la calle de Nevsky, muy comercial y con la mayoría de cibercafés. Subí por el canal de Grivoedova para fotografiar la iglesia de Spilled Blood. Después el impresionante palacio de invierno, pintado de blanco y verde claro. Y finalmente crucé el río de Bolshaya y de Malaya hasta la fortaleza de Peter y Paul, donde la gente tomaba el sol y se bañaba.

Por la noche volví a quedar con Nata y otra amiga suya e hicimos un largo paseo hasta pasada la media noche, con el horizonte todavía iluminado. Nata es una chica con sensibilidad, le gusta escribir, el arte ... Pero quiere cambiar y se quiere volver más material, quiere ganar dinero, prosperar. Estos días, a pesar de encontrarse conmigo, ha estado trabajando bastante, duerme poco. Se la veía cansada. Muchas veces se dibuja en su cara una sonrisa sincera, abierta, infantil, pero muchas otras, se cierra, reflexiva, preocupada.

Durante el paseo, me preguntaron porque a las rusas cuando viajan por Europa se las reconoce enseguida. Yo no lo sabía pero después de pensar un poco comenté que generalmente las rusas son muy delgadas, visten elegantes y provocativas, acostumbran a ser rubias y sobre todo, calzan zapatos de tacón. También acostumbran a ser muy atractivas, igual que en Ucrania, y no negaré que éste no sea otro factor que me atraiga de S. Petersburg. De todas maneras ellas insistieron que también hay algo en la fisonomía que las diferencia, y quizás sí, aunque no supe encontrar la diferencia.

El día siguiente por la tarde, el miércoles, volví a quedar con Nata. Esta vez fuimos a un concierto con otras amigas suyas. El concierto estuvo muy bien. Tocaban dos grupos rusos, uno de reagee y otro de rock. Me sorprendió que durante el concierto casi nadie bebiera ni fumara. No sé si estaba prohibido fumar, pero vendían alcohol dentro del palacio de deportes donde se celebraba los concierto.

Hoy por la mañana he estado lavando ropa en casa de Nata y trabajando. Por la tarde la he vuelto a dedicar a dar un paseo con bicicleta, esta vez hacia el otro lado de la ciudad. He ido hasta la iglesia de Lavra Alexandra Nevskogo. Allí había una hilera larguísima de fieles que ocupaban unos doscientos o trescientos metros hasta la entrada de la iglesia. Básicamente eran mujeres con pañuelos atados a la cabeza, algunas leyendo algún libro sagrado en voz alta y santiguándose al mismo tiempo. He intentado preguntar a diversa gente qué esperaban, pero nadie sabía hablar inglés. Después he paseado por un viejo e interesante cementerio y al salir he hecho la misma pregunta sobre la multitud a unos curas (no sé el nombre en ortodoxo) muy bien vestidos y adornados. Milagrosamente sabían hablar inglés y me han informado que estaban esperando una reliquia de San Juan Baptista, en concreto una mano, proviniendo de Montenegro. Instantáneamente me ha venido a la memoria la novela "Baudolino", de Umberto Eco.

Después he seguido el recorrido hasta la catedral de Smolny, pintada de blanco y azul claro. He continuado un poco más por el lado del río y ya he vuelto hacia la Hymer. He colgado la bicicleta detrás y me he dirigido hacia casa Nata a buscar la segunda lavadora para tenderla en la autocaravana, en cuerdas atadas a los armarios, en todas direcciones.

He estado conversando con Nata y le mostrado fotos de mi viaje. Entonces le he propuesto tomar el pulso con ella y ha aceptado.

Nata opinaba que el problema más grande del mundo es el estado del medio ambiente y de los recursos naturales. Los científicos deberían de encontrar la solución, de todas maneras Nata proponía la energía nuclear para no abusar de los recursos naturales. Personalmente intentará trabajar en una organización, en concreto en una organización que está a favor de la energía nuclear. En Rusia, el problema más grande se encuentra en la educación: a las universidades enseñan demasiada teoría que no se puede aplicar en el mundo laboral. La solución se encontraría en absorber la experiencia de la Europa del Oeste. Nata se consideraba feliz porque tenia delante suyo un futuro prometedor. Sería más feliz viajando más. El secreto de la felicidad es no mentirse uno mismo dicientote que todo está bien y ser activo para mejorar. Tu carácter es tu destino.

Después de la entrevista, la Nata me ha preguntado:
- ¿Cuando te marcharás de S. Petersburg?
- No lo sé, todavía no lo he planeado.
- Si quieres, mañana por la noche podemos ir a un club, y al fin de semana visitar un monasterio a las afueras, pero después no sé qué más podríamos visitar. Por otro lado tendré que anular otro compromiso que tenía este fin de semana.
- Entonces no lo anules, seguramente mañana o pasado mañana empezaré a ir hacia Helsinki.
- ¿Pero qué harás a Helsinki? allí no conoces a nadie.
- ¡No te preocupes por eso, estoy viajando solo por todo el mundo!
- De todas maneras, si quieres, este fin de semana lo paso contigo.

A veces me he sentido tratado como un niño por la hospitalidad rusa y ucraniana. Los amigos que me ha recibido y ofrecido hospitalidad a veces tenían miedo que se me moviera sin su ayuda, que me perdiera, que me encontrara solo. También me he sentido así con Nata, preocupándose qué haría el fin de semana. Pero he adivinado que realmente deseaba asistir al compromiso en vez de estar conmigo y he insistido que me marcharía al día siguiente. Finalmente nos hemos despedido con dos besos.



07/07/2006:
St.+Petersburg St.+Petersburg,+Spilled+Blood
St.+Petersburg,+Spilled+Blood St.+Petersburg,+Spilled+Blood


Este viernes por la mañana he hecho la última vuelta con bicicleta por la ciudad, quería acabar de hacer algunas fotos y volver a visitar algunos monumentos con la luz de la mañana, en vez de la tarde. También he subido arriba de la cúpula de la Catedral de S. Isaac, desde donde pensaba que habría una buena vista de la ciudad, y la había, pero no para hacer las buenas fotos que esperaba. Por otro lado, no he tenido tiempo de visitar el Museo del Hermitage, uno de los más importantes del mundo según mi guía.

Me podría haber quedado más tiempo en S. Petersburg, la ciudad se lo merece, y por lo visto, por los alrededores y ha otros lugares interesantes a visitar. Pero Finlandia me reclama, allí reencontraré un gran amor de este viaje, la Alexandra de Transilvània. No llegará hasta el miércoles por la mañana, en Turku, pero estoy impaciente por el reencuentro, y estar más cerca del destino me hace sentir más cerca de ella.

Antes de marcharse he parado en un supermercado, y temiendo que los precios en Finlandia serían mucho más caros, he cargado de comida y también de alcohol, cervezas y vodka, de buen seguro que apreciado por los nuevos amigos que haré por el camino. También he cargado gasoil, ya que en Finlandia, como el resto de Europa, los precios son el doble que los de Rusia.

Durante el trayecto he visto una playa de arena al lado de un río y mucha gente bañándosele y tomando el sol. Hacía bastante calor y tenía ganas de nadar, he dado media vuelta y me he estado un buen rato, nadando y tomando el sol.

Salir de Rusia, contrariamente a lo que me esperaba, no ha sido nada complicado. Me han atendido en dos oficinas diferentes dos chicos jóvenes que no parecían demasiado interesados en corromper. En la frontera Finesa sólo me han mirado el pasaporte, nada más.

He parado a cenar justo después de la frontera y he seguido conduciendo de noche, pero con el sol todavía iluminando, poniéndose entre los árboles. Me ha sorprendido la cola de camiones que había para entrar en Rusia, estacionados al lado de la carretera. He contado unos veinte kilómetros de camiones, muchos de ellos transportando coches, la mayoría buenos coches, de diferentes marcas. Analizándolo bien, después ha dejado de sorprenderme esta enorme cola, por una parte, Rusia exporta mucho petróleo e importa de todo, sobre todo coches. Pero por otro lado, según mi experiencia, los trámites en la frontera Rusa son muy lentos, tienen que teclear mucha información en los ordenadores y eso se eterniza porque los funcionarios tienen que buscar individualmente cada letra en el teclado del ordenador y después pulsarla.





Finland

Helsinki (ver en mapa)

08/07/2006:
Helsinki Helsinki Helsinki,+teatre Helsinki,+teatre Helsinki,+teatre Helsinki,+teatre
Helsinki,+teatre Helsinki,+teatre     


Me he despertado al lado de un río que se abría al mar. Ayer por la noche había visto que alguien se bañaba, pero esta mañana he observado que el agua estaba muy sucia, con restos de neumático y plásticos en el fondo. No me he bañado. En vez de eso me he puesto trabajar un poco, pero el transformador donde conecto el ordenador ha dejado de funcionar. He mirado qué podía pasar y he descubierto que se había fundido un fusible. Sabía que tenía que tener alguno de recambio, como mínimo recordaba que la Hymer en Cataluña me había dado. Pero después de revolver toda la autocaravana sólo he encontrado unos fusibles que eran de diferente medida que los que necesitaba. He decidido esperar a solucionar el problema el lunes, que iré a visitar el distribuidor de la Hymer en Finlandia, que en teoría me tiene que solucionar también el problema de la batería.

De camino a Helsinki me he cruzado con muchas autocaravanas circulando. Con la mayoría nos intercambiábamos saludos, tal como manda el manual del buen autocaravanista. Ha sido una agradable sorpresa, ya que hacía muchos países que no me cruzaba con ninguna autocaravana. Aparte de eso, en el país también se respiraba un aire de prosperidad colectiva que también lo diferenciaba del resto de países de la Europa del Este que había visitado. Los lados de las carreteras estaban segados en máquina, los pocos campos que había (el resto eran bosques) estaban trabajados de manera uniforme, con maquinaria. Las casas de campo o de los pequeños pueblos eran nuevas, arregladas. ¡La carretera era lisa!

En Helsinki había enviado un mensaje a diversa gente, esta vez a chicos y chicas, a través del portal hospitalityclub.org, similar al portal couchsurfing (que parece que vuelan resucitar), pero menos agradable todo y que con mucha más gente apuntada. Lo había enviado un poco precipitadamente ya que no sabía exactamente cuándo me marcharía de S. Petersburg. Me había contestado una chica enviándome un mensaje al móvil invitándome a asistir a una obra de teatro que representaban. Era a las siete y antes he podido aprovechar para visitar un poco la ciudad y pasar por el punto de información.

Helsinki es una ciudad muy tranquila, de hecho sólo viven poco más de quinientos mil habitantes. ¡Y poco más de 5 millones en toda Finlandia! La ciudad está asentada sobre un trozo de costa con muchas entradas y salidas, por lo tanto cada dos por tres te encuentras el mar, con algún puerto, un paseo y en el fondo quizás unas pequeñas islas. Hay bastantes parques. Los edificios son simples pero de calidad, con muchas ventanas, y bastante grandes teniendo en cuenta que en invierno hace un frío que pela.

He ido al teatro con la Hymer. El teatro se encontraba en medio de un bosque, o de un parque, un poco apartado del centro de la ciudad. He conseguido saludar Hanna, la chica que me ha invitado y poco después ha empezado la función, una obra amateur pero que representarán durante uno mes y medio, atrevida, sorprendente, visual ... aunque no he entendido nada, porque hablaban en finés. Me ha sorprendido que al final, dos de los actores, un chico y una chica se hayan desnudado con naturalidad porque el guión lo exigía. Se nota que en el norte de Europa están más acostumbrados al nudismo, no hay ningún pudor. Después me han comentado que eso es debido la cultura de la sauna, ya que las saunas acostumbran a ser mixtas, con familia, amigos, todos desnudos y sin vergüenza al mostrar las vergüenzas.

Después del teatro nos hemos quedado un pequeño grupo a tomar unas cervezas, yo he sacado unas cuantas de las que había comprado a Rusia. Me ha sorprendido que todos ellos hablaran perfectamente el inglés, me ha sorprendido todavía más viniendo de Rusia. Pero lo que más me ha maravillado, es que entre ellos también hablaran en inglés, por educación hacia mí.

Les he preguntado por el invierno, si no era demasiado duro estar en la oscuridad. Me han comentado que sí, que es un poco depresivo, la gente sale poco, menos. Pero me han comentado que en verano se compensa todo, pueden valorar mucho más la claridad y el calor. Salen más, se bañan al mar y en los lagos, pasean ...

Después hemos ido a un bar donde servían bebidas económicas (no lo eran en absoluto) y después los he llevado con la autoracavana hacia una disco en medio de un parque y delante del mar. No se ha hecho oscuro del todo, pero a las tres ya volvía a ser claro. La música no era demasiada buena y hemos decidido de marcharnos. Ellos me han propuesto de ir a otro lugar con el coche de unos amigos, dejando la Hymer allí, pero no me ha gustado la idea y estaba cansado. He aparcado en un lugar más tranquilo, más alejado de la discoteca y me he puesto a dormir.



09/07/2006:
Helsinki


Me he despertado tarde. He dormido más de ocho horas. Pero no es extraño, hace bastantes días que duermo mucho, unas nueve o diez horas. Si no lo hago, tengo sueño, y tengo que tomar café. Pero prefiero no abusar de la cafeína y por lo tanto duermo mucho. Pero no me gusta, por que me da la sensación que me pierdo muchas horas que podría aprovechar para descubrir nuevas cosas. En algún momento he llegado a pensar que tengo tanto sueño porque no tengo motivación, pero no lo creo, me siento muy feliz realizando este viaje. Otras veces he pensado que ésta es una consecuencia de no vivir sin planes ni presión. ¿Entonces quizás me tendría que exigir un poco más? No lo sé, estoy muy bien así y quizás dormir tanto no es tan problemático.

He decidido ir a aparcar hacia el centro, pero al abrir las persianas he visto que estaba aparcado cerca de un paseo, al lado del mar, por donde paseaba a bastante gente. Era un domingo de sol, casi calor, me vendían ganas de bañarme, pero no allí. En el paseo había unas plataformas sobre el mar, con unas mesas de madera donde la gente podía lavar sus alfombras y moquetas, enjabonándolas y aclarándolas con el agua salada (o no, me han dicho que el agua del Báltico no es muy salada). Más atrás había unas largas barras de madera donde extendían al sol las alfombras y moquetas que parecían acabadas de salir del mercado.

En la oficina de información de Helsinki ofrecen Internet gratuitamente. Me he ido a conectar allí. Mientras descargaba mensajes he recibido un mensaje al móvil de otra chica del portal hospitalityclub. La he respondido que tenía ganas de ir a nadar, que si le apetecía. Me ha vuelto a escribir diciéndome que sí y hemos quedado un poco más tarde.

Primero me ha propuesto ir a una playa de la ciudad, pero a medio camino me ha sugerido de ir en un lago cerca de Helsinki, en un pueblo donde viven sus padres. El lago era bastante grande, con muy poca gente, rodeado de bosques y con rocas lisas que se adentraban lentamente en el agua, caliente, bastante transparente, muy limpia.

La Salla, la chica que me le ha llevado, estudia teatro (no conocía Hanna, la chica de ayer, pero había visto su obra). También trabaja en una tienda, enseña danza, y hace mil y una actividades más. Pero afortunadamente aquella tarde la tenía libre.

Me ha explicado que en Finlandia la sociedad es muy poco tradicional, muy abierta. A los dieciocho años, ella se fue a vivir con su chico sin que sus padres pusieran ningún inconveniente. Parece ser que es normal marcharse de casa cuando se es mayor de edad. También me ha explicado que en Finlandia se habla el Finés, pero que mucha gente todavía habla el sueco, o cuando menos lo conoce. Ya que antes de las guerras mundiales estuvieron mucho tiempo bajo el dominio de Suecia. También hemos estado mucho rato en silencio. Me explicaba la anécdota de un amigo suyo que viajaba por Estados Unidos en tren, y se encontraba que la gente, si no hablaba o intentaba iniciar una conversación con él se sentían incómodos, en cambio él se sentía muy bien en silencio.



10/07/2006:
Helsinki


Hoy me he levantado temprano, una hora antes de la que tenía previsto, porque todavía no había cambiado la hora del despertador desde Rusia. Pero ha ido bien, porque hoy tenía programado ir al distribuidor de la Hymer en Helsinki para solucionar el problema de la batería y alguno otro pequeño problema. Me he perdido un poco para llegar, por lo tanto he llegado en buena hora.

En la Hymer me han atendido perfectamente, han testado la batería con un aparato y han verificado que el estado de salud era cero. Me la han cambiado sin ningún coste y también han solucionado el resto de pequeños problemas. A medio día ya me encontraba con la autocaravana en marcha, dirigiéndome hacia un supermercado.

Después de comer he hecho un poco de siesta y a continuación he estado trabajando bastante rato, básicamente escribiendo el diario y seleccionando fotos, porque con el problema de los fusibles no había podido trabajar demasiado con el ordenador.

A media tarde, Salla me ha enviado un mensaje que la podía pasar a saludar en un mercado de trastos, donde ella estaba intentando vender a un monton de trastos y roba que quería de sacar de su casa. Parece que en Finlandia en verano todo el mundo haga lo que no puede hacer durante el resto del año, vender y comprar en mercados, limpiar las alfombras ... He llegado al mercado al atardecer y Salla ya lo había vendido casi todo. Hemos estado conversando un poco y después le he propuesto de entrevistarla para tomar el pulso del mundo.

Salla opina que el mayor problema del mundo son las ilusiones, ya que éstas alejan a la gente del presente y de la realidad. Ella sólo puede actuar en ella misma viviendo el presente intensamente. El principal problema en Finlandia es que la gente se olvida de sí misma a causa de la tecnología. Salla se considera feliz porque vive tal como ella quiere. No puede ser más feliz. El secreto de la felicidad es no tratar de buscar este secreto, simplemente vivirlo.

Después de la entrevista nos hemos despedido y he vuelto a la autocaravana a seguir trabajando y a pensar con Alexandra que a estas horas está viajando en tren hacia Budapest, donde cogerá un avión hacia Stockholm y después un barco hacía Turku, donde la estaré esperando el miércoles por la mañana, de aquí un día y medio. Tengo muchas ganas de volver a abrazarla y a amarnos sin pensar en la mañana, ni en el futuro, porque seguramente no existirá para nosotros.



11/07/2006:
Helsinki Helsinki,+Temppeliaukio+church Helsinki,+Temppeliaukio+church Helsinki,+Sibelius+monument Helsinki Helsinki
Helsinki Helsinki,+Uspensky+cathedral Helsinki,+Tuomiokirkko+cathedral Helsinki,+Tuomiokirkko+cathedral   


Esta mañana he estado trabajando todavía más. Escribiendo un artículo para el 9nou y otro para Cambio16, ya que seguramente no podré trabajar demasiado las próximas dos semanas, querré aprovechar al máximo el tiempo que compartiré con Alexandra.

Después de trabajar quería visitar la ciudad con bicicleta y también ir a nadar, pero como se ha hecho tarde, he decidido visitar algunos puntos de interés con la Hymer. Al fin y al cabo se circula muy bien por Helsinki, hay mucho aparcamiento y los puntos de interés se encontraban de camino a la playa donde quería ir (la que me había recomendado Salla). La ciudad, a pesar de ser martes, seguía igual de tranquila que el fin de semana, con gente tomando el sol por todas partes. ¡Se tienen que aprovechar estos pocos meses de luz y de calor!

Primero he parado en un parque al lado del lago Töölönlahti, al centro de la ciudad. Estaba muy tranquilo, había poca gente. Después he visitado la iglesia Temppeliaukio, excavada en la roca. Es moderna pero muy bonita. También he visitado un interesante monumento a Sibelius. Y finalmente he ido a la playa de Hieatamieni, llena de gente, básicamente juventud, y de éstos, básicamente chicas. Me ha extrañado que con tanta cultura del nudismo nadie hiciera topless (no es que lo esperara). He estado nadando un rato, y realmente el agua era muy poco salada. De hecho, había plantas que he identificado de agua dulce que crecían bien cerca del agua.

Después de comer he paseado por el mercado del pescado (kauppatori) que he encontrado muy turístico, sobre todo por los precios, con el salmón más caro que en España, aunque según lo que había escrito no era de piscifactoría. Después he visitado la roja catedral ortodoxa de Uspensky y finalmente la blanca catedral Luterana de Tuomiokirkko.

Al acabar he ido al centro de información turística a conectarme a Internet para enviar los artículos y consultar el correo. Marc, el gerente de Servicios de Internet Javajan, la empresa que dirigía antes del viaje, me pedía de hablar conmigo para consultarme unos temas. Le he llamado y hemos hablado un rato por teléfono. Aparte de hablar de trabajo también hemos comentado rápidamente algunos aspectos personales. Ha estado muy bien, ha sido la primera vez que hablo con un amigo o familiar de Cataluña. Con mis padres mantengo bastante el contacto, pero sólo a través de Internet. Así lo acordamos antes de marcharme ...

Antes de marcharme hacia Turku, donde mañana por la mañana me reencontraré con Alexandra, me he cruzado con unos chinos que hacían media vuelta al mundo. He visto su coche parado en un semáforo. El coche tenía un mapa dibujando de Europa y Asia con todo el recorrido que hacían. Iba a saludarlos pero el semáforo se ha puesto en verde.




Turku (ver en mapa)

12/07/2006:
Turku Turku,+castle Turku,+castle+&+Alexandra


Me he despertado por el ruido de que había en la calle, he abierto la persiana de la cama para ver si el barco proveniente de Stockholm había llegado, y efectivamente un barco inmenso y rojo estaba atracado en el puerto. Me he vestido enseguida, me he arreglado mínimamente y he salido a la salida de los astilleros. Al cabo de poco rato he visto Alexandra saliendo, entre la multitud, me he acercado por detrás y la he abrazado.

El reencuentro ha sido mejor del que los dos habíamos imaginado. Hemos soltado la pasión y el amor que llevábamos acumulados y no ha sido hasta medio día que hemos salido a pasear por Turku.

Hacía sol y viento, no hacía el calor de los días anteriores, más bien fresco. Turku se desarrolla en torno a un río. En la desembocadura hay un gran castillo, medieval, pintado de blanco y con una bonita plaza interior. Más arriba, paseando por el lado del río te encuentras algunos barcos antiguos, algunos de muy bonitos. Los bloques de pisos de los alrededores parecen de verano, con balcones abiertos, algunas flores y símbolos marineros. También he observado bastantes maquetas de barcos, debe ser el pasatiempo del invierno.

Hemos cruzado el río con un pequeño ferry, gratuito, y más arriba lo hemos vuelto a cruzar por un puente delante de la catedral. Volviendo se nos ha acercado un chico que nos ha preguntado de dónde éramos. Después se ha presentado él. Era un americano, mormón. Nos ha intentado convencer de su religión, pero en el observar que quizás lo convenceríamos nosotros se ha marchado.

Turku continúa siendo una ciudad muy tranquila. Según Alexandra, los Fineses son muy simples: la manera de ser, de vestir ... También los edificios. Diría que siguen un arte minimalista. Mientras paseábamos iba haciendo fotos e iba apuntando algunas las observaciones en un papel. Ya hace días que lo hago, así no me olvido de nada que quiera comentar en el diario.

Por la tarde hemos buscado una playa desierta cerca de una carretera que según el mapa transcurría entre pequeñas penínsulas e islas. Hemos encontrado el mar circulando por diversos caminos de tierra, pero ninguno de ellos conducía en ninguna playa desierta, todos ellos acababan en diferentes casas de madera, todas abiertas, sin cerrados, y cada una con un pequeño puerto o pequeña playa. Finalmente, preguntando, hemos llegado a una playa y puerto comunitario. Pero no desierta. Hemos aparcado y hemos paseado por la costa, pero no nos hemos bañado, porque el sol no calentaba suficiente.





Norway

Nordkapp (ver en mapa)

19/07/2006:
Findland Findland Findland Tampere
Alexandra+in+boad Feating+ducks+in+the+island Tampere,+heavy+concert Tampere,+heavy+concert Tampere,+heavy+concert
Tampere,+heavy+concert,+Alexandra+and+people+of+Hospitalityclub Findland Findland Findland
Oulu birthday:+34+years+old! birthday:+34+years+old! Findland Findland Findland
Findland Findland Findland Findland Norway
Norway Norway Norway
Norway,+nord+cap    


Después de una semana circulando dirección norte por una Finlandia plana y llena de lagos hemos llegado en Cabo Norte. El "fin de la civilización", utilizando palabras de Alexandra. Llegar es un hito, un destino, como subir a la cima de una montaña, pero si no disfrutas del camino no vale la pena realizar el esfuerzo.

El jueves, todavía con la fijación de encontrar una playa desierta empezamos a hacer camino hacia Tampere, donde el viernes nos teníamos que encontrar con unos amigos, una fiesta de hospitalityclub. Según el mapa, a medio camino había unos lagos, y efectivamente había uno muy grande. Nos detuvimos al lado de un mapa donde indicaba todos los caminos de la zona y las pocas playas con un icono. Empecé a hacer un croquis del mapa, pero Alexandra me sugirió de tomar una foto del mapa e ir consultando el mapa desde la camera digital a medida que circulábamos por el lado de los lagos. Al final, después de probar un par de caminos sin salida encontramos la deseada playa tranquila y solitaria. Pasamos todo el día allí, paseando, contemplando el paisaje, trabajando mientras Alexandra iba con bicicleta, nadando mientras Alexandra trabajaba, y sobre todo amándonos.

Bien, nadar tampoco nadé mucho, no por que el agua estuviera sucia o fría, estaba bastante transparente y caliente, pero estaba llena minúsculos corpúsculos traslúcidos, de color verde, que identifiqué como huevos de algún pescado o de algún otro animal. En cualquier caso, viendo que en alguna casa del lado había unos niños nadando, hice de tripas corazón y me tiré, pero cuando me adentré más hacia el fondo y empecé a notar unas algas que me rascaban la barriga volví con angustia.

Llegamos a Tampere a media tarde del viernes. Al principio nos perdimos un poco, porque de pronto, perdimos las indicaciones de Tampere y sólo teníamos las de "Keskusta", un nombre que no aparecía al mapa. Por suerte, finalmente dedujimos que "Keskusta" significa centro. Más tarde, nos encontramos con las mismas indicaciones en otras poblaciones y en broma comentamos: "todos los caminos llevan a Keskusta".

En Tampere aprovechamos que la oficina de turismo tenía conexión de Internet para consultar correo electrónico y ponérsenos en contacto con la gente de hospitalityclub que teníamos que encontrar más tarde. Después de utilizar Internet paseamos un poco por la ciudad, a caballo entre dos lagos unidos por un río. El lago del norte está más elevado que el del sur, hecho que provoca un fuerte corriente de agua que desde el siglo diecinueve se utiliza como energía, a sus inicios para la industria textil.

La fiesta de hospitalityclub estubo muy bien, aunque no dejó de ser curiosa. Cuando llegamos ya estaba casi todo el mundo reunido en una gran habitación, cada uno con un adhesivo indicando el nombre y el origen. Las presentaciones han sido bastante formales y frías. En total éramos unos treinta, la mayoría fineses, pero también bastantes extranjeros.

Estuvimos hablando con bastante gente. Una chica me comentó que Finlandia tiene una economía próspera por la ética que impone la iglesia Luterana: trabajar mucho y poca diversión. Otro me comentó que en Finlandia pagan unos de los impuestos más altos de Europa, aun así, temen por el estado del bienestar. Actualmente tienen una mujer como presidenta y eso se nota, ya que por ejemplo tienen muchos parques para niños. Una chica polaca explicó en grupo que en invierno estuvo estudiando en Tampere y llegó a creer que todos los habitantes habían muerto. Tuvo que volver este verano para darse cuenta de que no era en absoluto así. Con otro chico sacamos el tema del sueco, que es lengua oficial junto con el finés, por lo tanto se estudia a la escuela. Entonces recordé que en Helsinki y en Turku, los nombres de las calles estaban escritos en Finés y a bajo en pequeño en Sueco.

Comentamos con Alexandra que la mayoría de los fineses parecen tímidos. Muchos pocos te aguantan la mirada, o sencillamente te hablan como si tuvieras un fantasma a tu lado. De hecho, un día paseando con Alexandra me comentó:
- Los fineses no se giran para mirar a las chicas, contrariamente a los latinos.
Yo respondí maliciosamente:
- Tampoco las miran cuando hablan. De hecho, creo que tradicionalmente, después de años de casados el hombre mira la mujer y dice "no me había dado cuenta que fueras tan bonita", o quizás no, por que cuando la mira ya han pasado demasiados años.

En el encuentro de hospitalityclub había un italiano. Antes de que hablara ya deduje que era español o Italiano por la manera cómo miraba a las chicas, directo y seductoramente. Después se convirtió en el centro de atención con sus bromas y comentarios simpáticos. Hablé con él y le pregunté por su opinión de los fineses. Me comentó que en el Mediterráneo, la gente es muy calurosa y afable, pero cuando les pides ayuda todo el mundo se echa atrás. Tienes muchos amigos pero en realidad no están interesados por ti. En cambio, en Finlandia parecen muy fríos, pero si alguien te habla es que realmente está interesado contigo y sobre todo, si les pides ayuda, se vuelcan.

Después de compartir una cena con comida y bebidas aportadas por todo el mundo y pasadas las largas presentaciones, ofrecieron la posibilidad de hacer una sauna, y la gente (chicos) se empezó a pasear mojados y envueltos en toallas por la sala. Yo y Alexandra nos marchamos entonces.

Al día siguiente quedamos con el mismo grupo para ir con barco a una pequeña isla en medio del lago del sur. La isla tenía playas, áreas de juego, áreas de descanso, bosques... Nos asentamos en una playa, donde nadé un buen rato. El agua era muy limpia aunque un poco fresca. Después comimos y seguimos las conversaciones del día anterior y finalmente jugamos un buen rato un partido de voleibol.

En la isla cogí el pulso al mundo a un griego y al italiano del día anterior, de todas maneras, por un problema técnico con la camera de filmar, sólo he podido volver a visualizar y, por lo tanto, a recordar, un trozo de la entrevista con el italiano.

Claudio opinaba que el principal problema del mundo son las guerras. Los Estados Unidos es uno de los principales causantes de este problema debido a la visión unificadora que quieren crear. Por ejemplo te quieren hacer creer que la libertad es poder escoger entre Pepsi y Cocacola cuando en realidad hay muchísimas otras posibilidades. La solución se encontraría en leer historia para conocer los otros puntos de vista, leer más y ver menos televisión. El principal problema de Italia es Papa y la religión que los mantiene en la época Medieval. La tradición les resta mucha libertad individual. Quizás no habrá solución, simplemente Italia cambiará porque en poco tiempo habrá más chinos en Italia que italianos. Él intentó cambiar a sus amigos, por ejemplo mostrando que se puede vivir solo en Italia, fuera de las comodidades de la familia. Claudio se considera feliz y con muy buena suerte, ya que sus padres siempre lo han dejado actuar con libertad. Sería más feliz teniendo novia y luego una familia. El secreto de la felicidad es la Pizza. Le he comentado que una otra chica italiana, Anna de Milano, había contestado la misma pregunta respondiendo "la pasta". Es curioso la importancia que los italianos dan a la comida, sobre todo como fuente de felicidad.

Por la noche, o al final de la tarde (todavía hacía sol) fuimos con unos cuantos del grupo a escuchar unos conciertos al aire libre, pues aquel fin de semana había un festival de música en Tampere. El concierto era de música heavy, extremista, la gente que deambulaba por allí era bastante rara, muchos tatuajes, piercings, muchas chicas vestidas de gótico. Recuerdo que Alexandra me comentó: "me parece que soy la única chica con el cabello negro que no voy vestida de gótica o negro".

Durante el concierto entrevisté a dos fineses, sin filmar, sólo tomando nota. Jari, de 28 años y vendedor de música comentaba que las religiones habían olvidado su esencia. Si recuperaran su esencia, por ejemplo la amistad se solucionarían muchos problemas. ¿Por ejemplo, Israel y Palestina,"porque no pueden ser amigos"?, decía. La solución estaría al perdonar, que también se encuentra en las esencias de las religiones. Él personalmente, intenta no hacer lo que no querría que otros hicieran, y viceversa. En Finlandia cree que el principal problema se debe a la globalización: los ricos son cada vez más ricos y los pobres más pobres, también las empresas se marchan hacia países más económicos. Jari se considera feliz porque no se toma los cosas seriamente y cree que sus pequeños sueños se harán realidad. No se preocupa por ser más feliz, mañana quizás lo será más. El secreto de la felicidad es vivir la vida como la quieres vivir y tener amigos que te acepten de esta manera.

También entrevisté a Johanna, de 21 años y estudiante de educación. Johanna creía que el principal problema del mundo eran sus desequilibrios que provocan guerras, hambre... La solidaridad sería una solución y por ejemplo hospitalityclub puede ser una buena herramienta para la solidaridad. Ella intenta viajar, conocer y también ayudar económicamente. En Finlandia la gente no se preocupa suficientemente de los otros, quieren poseer muchas cosas materiales. La solución estaría en valorar las pequeñas cosas. Ella intenta ver mundo para entenderlo, estar despierta. Ella es feliz porque ha tenido un año muy bueno, está pasando un fin de semana muy bonito, con buenos amigos, es verano ... (en invierno también es feliz). Pero sería más feliz si ahora pudiera viajar. El secreto de la felicidad es apreciar más lo que tienes que lo que no tienes y vivir al momento.

El domingo por la mañana empezamos a hacer camino hacia Oulu. Escogimos el camino de la costa, más corto, de todas maneras no pudimos ver el mar demasiado rato, la mayor parte del itinerario transcurría entre bosques y prados. La mayoría de las casas y graneros eran de madera y generalmente estaban pintados de rojo, supongo que para reconocerlas entre la nieve en invierno. Al lado de la carretera había muchos tramos con carriles bici, con gente paseando con bicicleta, y muchos con patines y patines con palos, imitando los movimientos del esquí de fondo, como si quisieran mantener los deportes de invierno.

Después de comer puse gasoil, me sorprendió que me pudiera servir yo mismo sin pagar por anticipado ni dejar ninguna documentación, totalmente impensable en la Europa del Este. De hecho, parece que en Finlandia hay muchos pocos delitos. Todo el mundo se porta muy bien, lo puedes observar perfectamente en la carretera, no he visto ningún policía en toda Finlandia pero nadie sobrepasara los límites de velocidad o hace un adelantamiento no permitido. Por otro lado, las casas que hemos observado al lado de las playas, están casi abiertas, sólo protegidas por los cristales de las ventanas.

El lunes fue mi aniversario (34a!). Si no hubiera sido por Alexandra quizás no lo hubiera celebrado, estoy mucho desarraigado de las costumbres de mi país. Estábamos en Oulu, un bonito pueblo de costa edificado delante de diversas islas. Por la mañana, mientras Alexandra trabajaba con mi ordenador, paseé por un pequeño mercado en la calle donde venían libros antiguos, ropa, artesanía y comida. Compré verdura y salmón, era caro, pero mi aniversario se lo merecía. Después paseé con la bicicleta por algunos parques de las islas delante del pueblo.

Después de comer y comer un trozo de pastel, atendí una llamada de Barcelona televisión, trabajé un poco mientras Alexandra paseaba en bicicleta y después fuimos a encontrar a una chica de hospitalityclub que estaba jugando a voleibol con unos amigos. Sólo estuvimos conversando un rato con ella. Comentó que en invierno también se encuentra con los amigos, pero no tanto. También juegan a diferentes deportes dentro de polideportivos. De todas maneras para ella el invierno es un poco depresivo, aunque tampoco hay oscuridad total, tal como me imaginaba, ya que la nieve es muy clara y también ilumina. Entonces comentó que las auroras boreales son muy bonitas, pero no son frecuentes, sólo en días muy fríos.

El martes, después de trabajar un poco más, nos marchamos a mediodía de Oulu hacia Rovaniemi. A la salida del pueblo nos encontramos una pareja que hacían autostop y decidimos cogerlos. Iban hacia Suecia, por lo tanto los llevamos solo durante unos cuantos kilómetros. La pareja era rusa, de una ciudad de los Urales. Curiosamente también viajaban utilizando hospitalityclub, la noche anterior habían dormido en una granja y según me comentó después Alexandra, se notaba por el olor. Les comentamos nuestro itinerario y nos recomendaron no detenernos demasiado en los pueblos, que no tienen demasiado de interés y disfrutar más del paisaje y la naturaleza.

Hacía dieciséis años también había visitado Escandinavia con mis padres, en coche. Recuerdo que entonces mi padre se encontró con el dilema de llegar a Cabo Norte o simplemente cruzar el Báltico por el Norte, ya que eran muchos kilómetros y el viaje sólo lo hacíamos en dos semanas. Entonces no llegamos a Cabo Norte, aunque estoy seguro de que a mi padre lo habría hecho mucha ilusión. Ahora, mientras nos dirigíamos a Rovaniemi, tenía las mismas dudas que había tenido mi padre. Alexandra tenía que estar el día 25 en Stockholm y llegarnos a Cabo Norte significaba hacer muchos kilómetros en pocos días. Pero Alexandra tenía ilusión de llegar y también yo. De todas maneras, fue el comentario de los Rusos que nos decidió a intentarlo, ya que no importaba hacer muchos kilómetros, ya que haciéndolos también estamos disfrutando del paisaje y la naturaleza.

El camino hacia el norte transcurrió bajo unas nubes bajas, de muchos tipos diferentes, que se repetían de días anteriores. Alexandra ya había dicho: "En Finlandia el cielo es mucho más bajo", sería un mal país para el Asterix y el Obelix.

Al final no paramos en Rovaniemi y decidimos seguir haciendo camino hacia el norte y hasta media noche no paramos para dormir al lado de un lago. La última hora antes de parar, el sol se estuvo poniendo lentamente, encendido, brillando al horizonte, próximo al norte. Nos reímos mucho cuando cerca de la media noche nos tuvimos que poner las gafas de sol para poder seguir distinguiendo la carretera. Cuando paramos, el sol ya se había puesto casi del todo. Salí a hacer unas fotos y encontré curioso que una abeja todavía estuviera trabajando a aquellas horas. Imagino que mientras dormíamos el cielo estuvo teñido de rojo hasta que el sol volvió a sacar la cabeza.

Hoy hemos seguido el camino hacia Cabo Norte. Ayer habíamos cruzado el círculo polar ártico. Ahora los árboles eran más bajos y los bosques más espesos. Por todas partes crecían unas características flores de color violeta. La carretera transcurría por el lado de un río, muy ancho y tranquilo. Hemos empezado a cruzarnos con muchas autocaravanas y caravanas, quizás una de las pocas maneras en que se puede viajar por estas latitudes. También nos hemos empezado a encontrar los primeros renos, al principio con mucha ilusión. Al ver los primeros tres, Alexandra ha salido corriendo y saltando de la autocaravana y los ha bien asustado.

Alexandra ha estado conduciendo un rato, un poco insegura pero ha ido bien para poder descansar y para acabar de decidirnos de llegarnos hoy mismo al Cabo Norte.

Por la mañana el sol había desaparecido detrás de las nubes pero hemos seguido con la intención de dirigirnos al Cabo Norte con la esperanza de observar el sol de media noche. A medida que aumentábamos la latitud los bosques han ido desapareciendo. Al llegar al mar de Noruega, aún 200 kilómetros por debajo del Cabo Norte, las rocas han empezado a aparecer estratificadas, como si fueran millones de libros prensados. Entre las rocas, hierbas bajas, musgo, y de vez en cuando, alguna cascada. Al no existir bosques, los renos se han dejado ver sin timidez. Sólo el sol se ha resistido a aparecer, aunque a veces iluminara en algún punto lejano del horizonte, como si intentara provocarnos.

Contrariamente a lo que habría que esperar para el punto más alejado del continente Europeo, el Cabo Norte se encuentra en una isla. Para llegar se tiene que pasar por dentro de un túnel claustrofóbico de casi 7 kilómetros y 212 metros bajo el nivel del mar. El pendiente del túnel es increíble, tanto de bajada como de subida. En el otro lado hay un peaje, con un coste por coche y por persona. En total hemos pagado unos 20 euros. Para acabar de adobarlo, el día, o la noche (eran cerca de las doce) estaba más nublado que nunca.

Hemos llegado al esperado Cabo Norte: un gran aparcamiento de tierra y roca (unos 15 euros por persona), sobre unos acantilats, donde estaban estacionados decenas de autocaravanas y autocares. Hemos salido de la Hymer, encarando un viento polar y nos hemos dirigido al globo terráqueo de metal. Muy lejos, al horizonte se entreveían unos rayos de luz que querían demostrarnos las afirmaciones de científicos y otros turistas: a pesar de ser media noche el sol todavía iluminaba en aquellas latitudes.

Había algunos turistas de los autocares que brindaban con champán. Nosotros volvimos a refugiarnos en la autocaravana y celebramos a nuestra manera este hito.





Sweden

Stockholm (ver en mapa)

24/07/2006:
Norway Norway Norway Norway Sweden Sweden
Sweden Stockhoml,+Alexandra     


El día siguiente por la mañana, cuando nos despertamos, ya no había ninguno autocar. Interesante, horas y horas de viaje para descansar dos horas en un punto que nos dicen que es interesante para después volver hacia abajo. Bueno, nosotros también éramos uno de éstos, aunque hubiéramos pasado la noche allí.

Si el día anterior había nubes en la Cabo Norte, el día siguiente había una niebla helada que invitaba a marcharse lo antes posible. De todas maneras, dedicamos un rato a visitar las instalaciones turísticas del Cabo Norte: un par de bares, una tienda de sovenirs, una oficina de correos (para enviar postales con matasellos del lugar), unas interesantes maquetas de los primeros exploradores y el mirador del rey, una terraza que daba al vacío, a la nada, a la niebla. Se adivinaba que mucho más abajo había el mar porque éste rugía.

¡Inocentes! Pensábamos que el peaje sólo era de entrada a la isla, pero no, de salida tuvimos que volver a pagar los 20 euros. Retrocedimos por la misma carretera unos 200 kilómetros y después nos desviamos hacia el oeste, hacia nuevas tierras noruegas (el Cabo Norte también se encuentra en Noruega), dirección los fiordos.

Estuvo casi todo el día lloviendo, gris. Si no hubiera sido por Alexandra hubiera podido ser un día bien triste, aquél. Por la tarde vimos una imagen poco común a mi país: un zorro con su cría corriendo por el lado de la carretera. Estuvo corriendo un buen rato delante nuestra autocaravana hasta que no se decidió a saltar por un margen.

Durante todo el día nos estuvimos cruzando ciclistas cargados de paquetes dirigiéndose en pareja o en solitario hacia el Cabo Norte. Con Alexandra comentamos que ya no hay nada que puedas hacer de original y extraordinario en este mundo. En cierta manera, ahora empezaba mi viaje hacia el Cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica (o el cabo Agulhas, más al Sur aún). Llegaré allí en un año y medio. He comentado que tendría que realizar este itinerario de rodillas y no viajando en autocaravana, eso sí que sería digno de ser considerado una proeza.

El paisaje de Noruega parece de alta montaña, con pequeños glaciares bajo los picos, valles profundos, en forma de U, provocado por antiguos gigantescos glaciares, bosques frondosos. La diferencia de otros paisajes de montaña es que éste está medio engullido por el mar. De esta manera, el agua se introduce kilómetros y kilómetros por los hondos y alargados valles, creando los llamados fiordos.

La noche del jueves al viernes dormimos en la entrada de un fiordo. Puse el despertador para despertarnos al día siguiente, al fin y al cabo dormir más no significaba tener menos sueño durante el día. Hace semanas que durante el día sigo con sueño. Quizás es un problema de respiración causado por la alergia que arrastro, que a temporadas me causa bastante rinitis.

Aquel viernes tenía la nariz bastante mal y cansado de esta situación me tomé una pastilla de antistaminicos. Sabía que esta pastilla provocaba somnolencia, por lo tanto intenté conducir con más precaución. Aun así tuve un pequeño accidente. Es curioso, no recuerdo tener sueño en aquel momento, pero sí que tardé en reaccionar, como si estuviera despistado. Choqué ligeramente por detrás con un coche que quería girar a la izquierda. Sólo produje un pequeño rasguño, pero hicimos papeles, porque las chicas del coche eran Suizas y habían alquilado el coche en Finlandia. Valía más que no tuvieran problemas al devolverlo.

A pesar del pequeño accidente seguimos el camino descendiendo de latitud. No sé el motivo, pero es sorprendente que más al sur, las montañas estén más nevadas o conserven más clapas de hielo. ¿Quizás al brillar menos el sol de media noche se puede mantener más el frío en la cara norte de las montañas?

Por la tarde hemos visto un trozo del arco iris en un cielo totalmente sereno y sin nubes, sorprendente. Después tuve una pequeña riña con Alexandra. Alexandra estaba preocupada no llegar a tiempo a Stockholm donde tenía el vuelo de vuelta hacia Rumania, el día 25. Pero yo estaba cansado de conducir y conducir y no pararnos a ningún lugar de interés, aunque el paisaje fuera maravilloso. Nos encontrábamos a la altura de las islas Lofoten y le propuse desviarnos un poco y relajarnos aquella tarde allí. Según mi guía de viajes las Islas Lofoten son un lugar de visita indispensable (también según los rusos que cogimos haciendo autostop en Finlandia) pero Alexandra decía que allí no habría nada interesante, que sea una pérdida de tiempo. Su pesimismo y mi cansancio me hizo decidir de contradecirla y claro está, tuvimos la riña que con algunas dosis amor se solucionó.

De todas maneras, no llegamos a las Islas Lofoten. Para llegar teníamos que conducir unos 250 km y después recorrirlos en sentido inverso. Pero nos quedamos en una isla próxima a las Lofoten. En la oficina de turismo de la zona nos recomendaron hacer noche en el norte de esta isla ya que de esta manera podríamos observar el sol de media noche. Y evidentemente, como en Cabo Norte no pudimos observar el fenómeno astronómico hicimos noche cerca del mar en el norte de la isla. Cenamos y paseamos por las rocas. El sol todavía se mantenía muy alto. Después miramos una película con las persianas abiertas. Y a media noche observamos cómo el sol se mantenía rojo, próximo al horizonte, pero sin llegar a desaparecer.

El sábado seguimos la marcha hacia Stockholm, teníamos 1400 km para recorrir en tres días, no demasiados, pero nos propusimos conducir unos 600 los dos primeros días, por si acaso.

De la isla cogimos un ferry que nos dejó en el otro lado de un fiordo. No me lo esperaba, pero era uno ferry bastante grande e iba cargado de bastantes coches, autocaravanas y algún autocar. El ferry atracaba al inicio de una carretera, una de las principales, así pues, durante muchos kilómetros estuvimos circulando siguiendo la cola de vehículos que había abandonado el barco.

Por la tarde cruzamos la frontera con Suecia y seguimos circulando un poco más por la noche, por el lado de unos lagos muy bonitos bajo la luz del sol poniente. El mismo día comentamos que quizás había sido un error llegarnos al Cabo Norte. El Cabo es un hito ineludible, pero por otro lado, eso significaba no disfrutar intensamente del resto del viaje, ya que pasamos muchas horas en la carretera sin tiempo a reponer y a visitar el país. No es de extrañar pues, que también comentáramos que Finlandia nos había gustado muy más de Noruega y Suecia. En realidad lo habíamos disfrutado con tranquilidad.

Al día siguiente circulamos los siguientes 600 kilómetros, por una carretera próxima a la costa, en muy buen estado pero muy aburrida, ya que casi en todo momento sólo tuvimos bosques y pequeños pueblos como paisajes. Sólo un sobresalto nos despertó de la monotonía. ¡Maté una gaviota! Sí, estaba circulando a unos 90 km/h cuando de repente se cruzó una gaviota con la autocaravana y chocó frontalmente. Maldije el incidente porque era la segunda vez que mataba un pájaro, justo hacía dos días, poco antes del accidente con las Suizas. No hay que decir que circulé con más aun, no fuera que se tratara de un nuevo aviso. Me extrañó mucho este incidente, nunca había oído hablar de que alguien hubiera atropellado ningún pájaro. De todas, después empezamos a observar que al lado de la carretera también había otros pájaros muertos de vez en cuando. Quizás los pájaros escandinavos no tienen el gen que permite esquivar los coches ...

A la noche, coincidiendo con la puesta de sol, la carretera se ha vuelto mucho más interesante, ya que se ha adentrado por un paraje, próximo al mar y comprendiendo diversas islas, declarado como Patrimonio de la Humanidad.

Hoy hemos acabado de llegarnos a Stockholm. Durante el camino he deducido porque servían contenedores de arena que nos hemos ido encontrando a lo largo de toda Escandinavia. Normalmente están al lado de la carretera y en los aparcamientos. He deducido que se utilizan en caso de incendio, para apagar el fuego. De todas maneras, he hecho la deducción demasiado tarde, porque más de una vez había echado las basuras en estos contenedores bien extrañado de ésta costumbre de llenarlos de arena.

Hemos llegado a Stockholm por la tarde y hemos tenido un poco de tiempo para pasear por el centro de la ciudad. No ha sido demasiado rato, pero como mínimo Alexandra ha tenido oportunidad de conocer la ciudad un poco. Yo ya la visitaré con más calma los próximos días.

Ha estado haciendo calor. Nos ha sorprendido la posibilidad de pasear con manga corta. También he vuelto a recordar que aquí se hace de noche, como mínimo se hace oscuro, a diferencia de los días anteriores.



25/07/2006:
Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml


Esta mañana he dejado Alexandra al aeropuerto. Nos hemos despedido con tristeza, porque hemos pasado muy buenos días juntos y nos echaremos de menos, mucho. Pero no han caído lágrimas, porque muy pronto nos volveremos a encontrar. Nos amamos y hace días que nos hemos comprometido a viajar juntos. De aquí un mes, nos reencontraremos en Polonia y seguiremos juntos el viaje por Europa y después África, Asia y América.

Sabemos que juntos tendremos que superar bastantes problemas, algunos de convivencia. No deja de ser complicado convivir en un habitáculo tan pequeño. Además, yo soy un hombre que con el tiempo se ha vuelto exigente aunque el tiempo también le ha enseñado a que eso no es bueno. Por otro lado, Alexandra , con sólo 22 años, es una chica hasta ahora un poco malcriada. Creo que el resto del viaje por Europa será lo suficiente relajado como para acabar de conocernos y adaptarnos suficientemente, de manera que las dificultades que a buen seguro aparecerán al resto de los continentes se puedan superar con facilidad.

Alexandra sacrificará muchos proyectos para acompañarme, aunque de momento intentará seguir sus estudios de derecho y de criminología a distancia. Dejará el trabajo, aunque ya lo había pensado hacer para aceptar una oferta de trabajo en Praga. Rehusará esta oferta y muchos otros proyectos que tenían su ilusión entretenida. De todas formas confío en que se dejará apasionar por mi proyecto (se ha comprometido a ayudarme) y por muchos otros qué de seguro se le aparecerán.

Tengo muchas ganas de descubrir el resto del mundo con ella. Estos días hemos estado viajando con prisas, sin demasiado tiempo de disfrutar del país, de la gente, el paisaje. Aunque nos hemos tomado el tiempo necesario para disfrutar de nuestra compañía. El resto del viaje por Europa será más tranquilo, no habrá prisax, sólo el compromiso con la familia y los sponsores de estar en casa por Navidad.



26/07/2006:
Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml


Ayer aparqué la autocaravana cerca del mar, en una de las islas de Stockholm, delante de otras islas, teniendo la sensación de encontrarme enfrente de un río y no del el mar. Estuve haciendo el vago, leyendo. También pensé con Alexandra, añorándola. Después, en vez de trabajar, tal como me había propuesto unas horas antes, salí a andar y a hacer fotos por el paseo cerca del mar.

Ayer observé, y hoy, también muchos hombres corriendo, haciendo deporte, en cambio vi a muchas menos mujeres. Después me fijé que por la calle podías encontrarte con bastantes hombres musculados, supongo que de buen ver (no soy experto), en cambio, las mujeres no parecían preocuparse tanto la figura, normalmente con algún quilo de más. Es una imagen bien diferente de Ucrania y Rusia. En Stockholm, parece que la libertad y el feminismo hayan provocado que la responsabilidad de ser atractivo haya pasado de la mujer al hombre. Según me he fijado, culto por el cuerpo también se ve en muchos tatuajes en hombres, y menos en mujeres. Con todo eso no quiero decir que las suecas no sean atractivas, también hay que se hacen ver.

También observé, tal como describía a mi guía, que Stockholm es una ciudad con muchos inmigrantes, la mayoría de piel muy oscura, pero pocos con fisonomía africana. Parece ser que han acogido a muchos refugiados iraquíes. Es curioso pensar que de aquí pocos siglos ya no quedarán demasiados Suecos rubios. Por la calle ya se ven muchas parejas mixtas.

Esta mañana he estado trabajando, escribiendo diario, repasando el trabajo a hacer estos días, apuntando costes de gasolina y kilómetros al ordenador ... Mientras hacía este último trabajo me he dado cuenta de la burrada que hice con Alexandra: conducir 5000 kilómetros en sólo dos semanas. Muchos kilómetros, teniendo en cuenta que hasta entonces sólo había recurrido 15000 en cuatro meses. Realmente había planeado mal esta parte del itinerario con Alexandra, pero teníamos ganas de llegar al Cabo Norte. A partir de ahora el viaje será mucho más tranquilo.

Por la tarde he encontrado una hamburguesería local que ofrecía conexión a Internet gratuita. He estado conectado bastante rato a cambio de degustar un helado. Después he vuelto con la bicicleta haciendo fotos con la luz del anochezer.

Realmente Stockholm es una ciudad muy bonita, una de las capitales más bonitas del mundo según mi guía de viajes, según ellos "la capital de Escandinavia", así lo vi anunciado en la entrada de la ciudad. Buena parte de la vida de la ciudad se desarrolla en el mar, tranquilo, entre las diversas islas pobladas y enlazadas entre sí. A lo largo de casi cualquier orilla de la ciudad te encuentras barcos en fila de uno o de dos. Muchos de estos barcos son antiguos, del siglo pasado o del XIX ... En la mayoría vive gente que hacen su vida tranquila como si se encontraran en su pisito, pero ante la mirada de los transeúntes.

Estaba haciendo fotos por una de estas orillas cuando vi que podía ser interesante hacer una foto desde una plataforma al lado de la cual había anclados dos barcos de lujo. La plataforma tenía una puerta de entrada, cerrada, pero a dentro había unos chicos bebiendo cerveza. Les pregunté si podía entrar a hacer unas fotos y muy amablemente me abrieron la puerta. Mientras abría el trípode se me acercó un chico que me empezó a dar conversación. Hice las primeras fotos con el trípode pero me di cuenta de que la plataforma se movía, que flotaba como un barco. El chico me comentó que realmente era así. También me comentó que a dentro de la plataforma, a bajo, tenían la oficina, una empresa de programación. Explicaba que al principio le costó un poco acostumbrarse a trabajar con este ligero movimiento constante. Respondiendo una pregunta mía me comentó que no es extraño tener una oficina flotante. De hecho hay muchos bares y discotecas anclados a lo largo de la orilla, pero también restaurantes, algún hotel, alguna residencia de estudiantes ...

El chico también me explicó que Stockholm tiene dos partes bien diferenciadas, la que se desarrolla los alrededores de la tierra firme y la de las islas. De aquí el origen del nombre de la ciudad (según él), "Stock" significa tronco, haciendo referencia a la tierra, y "holm" significa islas (en Sueco).



30/07/2006:
Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml Stockhoml
Stockhoml      


Estos tres días me he intentado adaptar a la nueva situación temporal, la de viajero solitario. Pero sólo me he querido adaptar de una manera provisional, ya que en aproximadamente un mes volveré a viajar con Alexandra. En realidad me he encontrado un poco perdido y sin demasiadas ganas de encontrarme con gente. De todas maneras escribí a diversa gente de hospitalityclub. Sólo me respondió un chico que al final no pudo quedar. También contacté a un español de Couchsurfing (definitivamente el portal vuelve a funcionar correctamente, aunque ahora utilizo más hospitalityclub) que había escrito en un mensaje en un forum comentando que estos días visitaría Stockholm. También me respondió pero al final no se presentó a la cita.

El jueves dediqué toda la mañana a dormir y a trabajar. Por la tarde salí a hacer diversas gestiones: buscar dónde estaba la lavandería que mi guía mencionaba, comprar un protector para el objetivo de la camera de fotografiar (lo había perdido en Oulu, Finlandia), comprar unas pinzas para que los pantalones largos no se enganchen con los pedales de la bicicleta (las que había comprado a España, de plástico, se habían roto), preguntar precios por el ferry de Stockholm a Tallin, comprar un medicamento para mi nariz en la farmacia ... Después me conecté a Internet y finalmente recorrí un poco la ciudad.

Stockholm es una ciudad con muchos carriles para bicicleta. Hay muchas circulando y pocos coches. De hecho, creo que actualmente se tiene que pagar para entrar en el centro de la ciudad, pero yo no he pagado, claro, todo está en sueco y yo no lo entiendo. Recurrí con bicicleta las islas de Skeppsholmen, con algunos parques y un museo de arte contemporáneo, y Gamlastan, donde está el barrio antiguo de la ciudad, con calles estrechas, empedradas y casas que me recordaban el estilo germánico.

El viernes por la mañana fui a la lavandería, mientras esperaba trabajando con el ordenador (pude conectarme a Internet gratuitamente utilizando la conexión de algún vecino), entraron dos hombres y una mujer que hablaban español. Los pregunté de dónde eran y me comentaron que de Murcia. Les pregunté si estaban en Suecia trabajando.
- Claro - me respondieron - El que va a una lavandería es porque trabaja, no vendrán los que están de vacaciones. Seguro de que tú también trabajas.
- Bueno, sí, estoy haciendo un trabajo que me gusta mucho, tanto que se podrían considerar vacaciones.
Les comenté que estaba haciendo la vuelta al mundo pero no les interesó nada, quizás no me creyeron. Ellos me comentaron que eran conductores de autobuses y la chica guía. Seguí trabajando y ellos con su conversación pero de repente oí que hablaban de que habían matado algún pájaro y les pregunté sobre el tema. Me respondieron:
- Sí, aquí se matan muchos pájaros con el autobús. Un día en un solo trayecto maté seis - e hizo el ruido "plas", "plas", "plas" ... y el gesto de cómo los fue aplastando - En España también se matan, pero muchos menos, se ve que aquí son menos listos.

Después de la lavandería me paré a comprar verdura y fruta en una parada en una plaza. Estaba muy cara. El vendedor viéndome extranjero me preguntó de dónde era. Le dije que de España y me empezó a hablar medio en español medio en portugués. Él era de piel oscura y también le pregunté sus orígenes. Me dijo que era iraní. Hubiera querido conocerlo un poco más, pues parecía simpático, pero desistí después de que intentara engañarme dos veces, primero con el peso y después con el cambio. Eso sí, miles de disculpas después de cada error.

Por la tarde estuve bastante rato conectado a Internet desde la hamburguesería. Alexandra necesitaba hablar conmigo y estuvimos conversando bastante rato utilizando el messenger. Ella está tomando una de las decisiones más importantes de la vida, dejarlo todo por amor. Naturalmente necesitaba apoyo, saber que realmente la amaba, que la quería conmigo, que todo iría bien.

Después de hablar con ella seguí un rato más conectado a Internet, pues a fuera llovía. Recibí un correo de una chica que me insinuaba que yo estaba viajando porque estaba buscando alguna cosa, algo que quizás también podría encontrar en mi país. Como la novela "El alquimista", de Paolo Coello. Le respondí: "No creo que busque nada viajando, no siento que me falte nada a la vida, simplemente siento que ésta es mi vida, el viaje".

Por la noche estuve pensándome si salir a ver el ambiente nocturno de la ciudad, pues era el viernes, pero Alexandra estaba demasiado presente en mi pensamiento y al final me quedé viendo una película.

El sábado por la mañana estuvo lloviendo. De nuevo lo aproveché para trabajar, escribir un poco más el diario, escribir un artículo para el 9nou ... Después fui a comprar el billete hacia Tallin. El día anterior no tenían conexión en Internet y no podían consultar las reservas. Pero entonces ya no había plazas por el mismo día, por lo tanto me conformé con una plaza para el domingo. ¡175€, una barbaridad! Cargar el coche es caro, pero por otro banda no hay butacas y te obligan a reservar una cabina, compartida, eso sí.

A continuación me conecté a Internet para enviar el diario de Rusia, también traducido al inglés, porque Alexandra se ha comprometido a ayudarme en el proyecto mientras viaje conmigo y ya ha empezado a colaborar con ganas. También envié bastantes mensajes de teléfono móvil a gente del portal hospitalityclub, con la esperanza de encontrarme con algún Sueco antes de 24 horas.

Por la tarde estuve leyendo. Más tarde fui a comprar en un supermercado, tenía las reservas de comida casi a cero ya que estaba esperando llegar a Estonia para comprar. Y efectivamente, tal como me pensaba la comida estaba carísima. También voy con reserva de gasolina con la esperanza de encontrar una gasolinera justo desembarcar del barco.

Después de la compra fui a hacer una larga vuelta con bicicleta por el barrio de Sodermalm, con bastantes bares y ambiente nocturno (cómo comprobé después), los jardines de Djurgarden y el barrio de Ostermalm, éste muy tranquilo.

No me habían contestado ningún mensaje de los que me había enviado por la mañana. Así pues me decidí de salir un poco, aunque estuviera solo. Fui a un club que recomendaba mi guía. El local era medio moderno medio casual. La música sonaba baja y había bastante luz pero la gente bailaba bastante, en el sótano, arriba sólo había gente conversando. La fauna humana era muy similar a la observada los días anteriores por la calle: chicas más bien gordas y chicos de todo tipo: musculados, grandes, iraquíes, negros, gays (o no) ... Sí, los chicos se tocaban entre sí para gustar las chicas, es el mundo al revés, en mi pueblo las chicas se tocan entre sí para atraer a los chicos. No sé si estoy demasiado enamorado de Alexandra pero no había ninguna chica que valiera la pena. Un chico me dio un poco de conversación y me comentó lo mismo: "Stockholm es como una pequeña América". En la entrada había dos colas, una que estaba cerrada, rodeada por una cuerda, en la otro cola había la gente que quería entrar. Al salir, la cola que estaba rodeada por la cuerda todavía existía, llena de gente fumando. Claro, entonces me he dado cuenta de ello: era el área de fumadores, los tenían allí fuera fumando, cerrados como en un corral de vacas.

Hoy me he conectado un rato más a Internet y he estado haciendo un poco el vago, finalmente me he dirigido hacia el muelle de donde salía el ferry hacia Tallin. De camino me he cruzado con una pequeña manifestación donde ondeaban banderas del Líbano y chillaban consignas en contra de Israel. Ya hace días que leo los titulares de éstas noticias nada alentadoras para la paz mundial y del Medio Oriente.

El ferry con el que tenía que hacer la travesía por el mar Báltico era muy grande, así pues, había muchos coches haciendo cola para entrar en sus bodegas. Mientras esperaba se ha parado en mi lado un ciclista cargado de paquetes. Le he preguntado de dónde venia y me ha dicho que era de Estonia. A continuación me ha comentado que había estado haciendo una pequeño viaje por Helsinki, Turku y Stockholm.

En el barco me han asignado una cabina con un ruso, bueno, lo supongo porque sólo llegar ha puesto un canal de la televisión en ruso y se ha puesto a dormir. También había otro chico tatuado que ha llegado bastante más tarde. De todas maneras, no me he quedado cerrado a la habitación, he ido a ver la salida del barco.

Stockholm es exactamente una gran ciudad portuaria y llena de turismo, durante la primera media hora he podido observar 4 grandes ferrys más, de diferentes compañías, que entraban o salían del puerto. Después nos hemos adentrado en un laberinto de islas, navegando durante bastantes horas entre ellas antes de salir a mar abierto. Todas las islas, las que tenían una medida considerable, estaban habitadas. Algunas con casas sencillas y otras que se aproximaban a palacios.

En el barco había conexión en Internet wireless, y lo he aprovechado para conversar un rato con Alexandra. Después, viendo que el ruso continuaba durmiendo con la televisión a todo volumen he ido a recepción para pedir una nueva habitación, con la esperanza de que me asignaran una de vacía. Simplemente he comentado que uno de los compañeros de habitación roncaba mucho. Me han asignado una habitación donde me han dicho que había un chico normal. Pero en entrar me he encontrado con una pareja, un chico y una chica, mirando la televisión, cada uno en su cama. Los tres nos hemos quedado mirando sorprendidos y entonces he exclamado: "Creo que buscaré una nueva habitación". He vuelto a recepción y he preguntado si me podían asignar otra habitación. Me han preguntado el motivo y se lo he explicado. Les he pedido de no actuar en contra de la pareja, pero el chico de la recepción me ha dicho que estaba prohibido compartir la habitación con una chica y ha enviado un macarra de seguridad. A mí me ha asignado una nueva habitación, esta vez para mí solo. Pero no he ido, he esperado que la pareja subiera a recepción y que salieran con nuevas habitaciones asignadas. Entonces me he dirigido a elos y les he pedido disculpas ofreciéndoles mi habitación (con la esperanza de que al chico no le hubieran asignado mi habitación de antes). Pero se ve que a la chica le habían asignado otra habitación vacía y todo solucionado.





Estonia

Tallinn (ver en mapa)

01/08/2006:
Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin
Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin Estonia,+Tallin   


Después de quince horas de travesía, a las 10 de la mañana el ferry llegó a Tallin. El control de pasaportes en la frontera de Estonia fue muy rápido, el más rápido de todos los países de fuera de la communwealth. De todas maneras, es normal teniendo en cuenta la gran columna de coches que estaba esperando a la salida del barco.

Aparqué al lado de una iglesia, cerca del centro. No tenía prisa para visitar la ciudad, pues de la mucha gente que había escrito a través de hospitalityclub sólo me había contestado una chica que no podía quedar y otra que vive a las afueras para quedar a partir del día 2. Esta vez también había escrito a unos cuantos chicos pero ninguno de ellos parecía interesado para quedar.

Así pues, la mañana la dediqué a leer y a comprar en un supermercado alguna cosa para comer. Por la tarde salí a visitar la ciudad, a pie y tranquilamente. Subí a la parte alta de la ciudad, amurallada y nombrada Toompea. Allí hay un castillo o fortaleza, sede del gobierno. Me ha hecho gracia el nacionalismo que se respiraba en la descripción turística del castillo: "La fortaleza siempre perteneció a los extranjeros hasta que en el 24 de febrero de 1918 Estonia se convirtió en un estado independiente", sin mencionar después la posterior integración en la Unión Soviética.

La ciudad ofrece mucha información turística, con mapas e información delante de los principales monumentos. Delante del castillo se encuentra la catedral ortodoxa Alexander Nevsky. Me fijé en el símbolo de la cruz sobre las cúpulas. Recientemente había leído que en muchas cruces ortodoxas figura una media luna en el pie, signo de victoria sobre el Islam. Y efectivamente, aquéllas lo tenían.

El castillo y catedral se encontraban el inicio de la ciudad antigua, con calles empedradas, nuevas iglesias, casas medievales, con grandes ventanales, tejados inclinados, colores claros ... Desde algunos lugares se podía disfrutar de una muy buena vista sobre el resto de la ciudad. Justo a el pie seguía la misma ciudad antigua, también amurallada y más al fondo empezaba la ciudad nueva con unos cuantos edificios y chimeneas de fábricas que se disputaban la altura.

Abajo, la ciudad antigua seguía la misma línea. En el centro había una gran plaza dominada por bonita una casa consistorial gótica. Cansado de andar entré en una iglesia donde estaban a punto de hacer un concierto con órgano y voz soprano. Estuve un rato, la mujer cantaba muy bien, pero el órgano parecía desafinado o el organista no lo tocaba demasiado bien.

Por la noche, después de ducharme y cenar fui a hacer una cerveza en el caso antiguo. Me llevé un libro y seguí leyendo. Estoy leyendo un libro sobre salud del viajero, muy útil para viajar a zonas subdesarrolladas con más seguridad, a pesar de que nunca con una seguridad del 100%, hecho que puede volverte un poco paranoico.

Esta mañana he ido a hacer una larga vuelta en bicicleta, hacia el norte de la ciudad, por el lado del mar y hasta un puerto deportivo. Delante del puerto había unas interesantes ruinas de un convento y más hacía el interior un jardín botánico. No tenía ninguna referencia del jardín botánico, pero como estaba mencionado en el mapa de Tallin que cogí del barco dirigí allí. El jardín era bonito, lo tenían muy cuidado, pero tenía muy poca información de los árboles y plantas que había.

Por la tarde he estado leyendo un poco, reponiendome del esfuerzo de la mañana, cuando de repente, pensando qué haría después he decidido salir de la ciudad (al fin y al cabo ya la había recurrido casi toda) y visitar un parque natural a unos 60 km al este de la ciudad que según mi guía era muy interesante. Antes he parado a poner gasoil y a comprar en un supermercado y a continuación he conducido estos kilómetros hasta el punto de información del parque donde he aparcado y he pasado la noche.





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