Documento sin título

globetour

Quienes somos >> Diario << Diario de Alex Fotos Proyecto Respuestas Videos Cuestionario Itinerario Sponsors Otros viajeros Colabora Contacto

 

Diario

Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.

Dia:   
        
Pais:   

‹ Anterior (08/02/2008)  MES   Siguiente (2008-04-08)›                     ‹ Anterior (2008-03-04 - Israel - Palestina)  PAIS   Siguiente (2008-04-06 - Israel - Palestina)›



Jordan



Frontera amb S?ria (ver en mapa)

10/03/2008:
Siria,+protest+in+the+border


Había eliminado cualquier evidencia que delatara mi anterior presencia en Israel, había borrado archivos del ordenador y ocultado carpetas, y había bien escondido por el coche un pequeño mapa de Jerusalén, un bloc de notas describiendo mi estancia allí y el papel con el sello de entrada y salida. Aun así, todavía pensaba que podría tener problemas para entrar en Siria (un país con una parte del territorio aun ocupado por Israel), sobre todo por que detrás del pasaporte y había restos evidentes que había existido un adhesivo (que me habían enganchado los israelíes). En cualquier caso, había bien repasado una historia muy buena: en un club de buceo en Egipto me habían enganchado un adhesivo detrás del pasaporte al alquilar un vestido de neopreno.

Crucé sin problemas Jordania pero en frontera con Siria, después de observar la marca del adhesivo detrás del pasaporte me comentaron, sin mostrar gravedad, que tendrían que recibir una confirmación desde Damasco. Esperé las dos horas que me pidieron y a las 6 me comunicaron la noticia que hizo que el mundo se cayera a mi pies. No podía entrar en Siria porque estaban convencidos que había entrado en Israel. Intenté pedir explicaciones, argumentar con ellos, hablar con el jefe ... Pero la respuesta siempre fue la misma, estaban convencidos que había entrado en Israel y eso me privaba de entrar en su país. Un joven policía me acompañó fuera, pero sin hacerle caso, me dirigí a un hotel de la misma frontera para hacer una llamada a la embajada de España en Siria, cuyo cónsul me comentó que al día siguiente trataría de encontrar una solución. Volví al coche desconsolado pero todavía no rendido. Si no conseguía entrar en Siria, muy probablemente, tampoco podría entrar en Irán, pues este país tampoco deja entrar a nadie que haya visitado Israel. Por otro lado, la única manera de llegar a Turquía por el suelo era a través de Siria, y en aquel momento no consideraba viable ninguna otra opción.

El joven policía de Siria, me acompañó en la autocaravana hasta la frontera de Jordania, pero quedó bien descolocado cuando le informé que no quería entrar en Jordania y estacioné a la mitad de los 100 metros en que separan las dos fronteras. Nuevos funcionarios de Siria me hicieron aparcar un poco más cerca de Jordania. Después fueron los jordanos que vinieron a preguntarme qué hacía aparcado allí. Pero cuándo les anuncié que no podía entrar en Siria pero que no quería entrar de nuevo a Jordania y me dejaron estar acampado allí sin demasiados problemas.

Recordaba una pequeña revolución que había manifestado pocos años atrás, cuanto antes de hacer un viaje a Kenia y Tanzania, fui a un centro de vacunación que me habían asignado hacía algunas semanas. Admito que llegué 5 minutos tarde a la consulta, pero por culpa de este retraso, la enfermera que estaba vacunando a muchos otros viajeros, se negó a pincharme. Yo sabía que si no me vacunaba aquel día, me volverían a dar hora al cabo de tres o cuatro semanas, después de la salida del avión, y que si no tenía el carné de vacunaciones en regla me arriesgaba a no poder entrar en Kenia (o a enfermarme). Ante tal situación, cogí un papel de un mostrador, escribí "¡me quiero vacunar!" y me senté en las escaleras en señal de protesta. Al cabo de dos horas, después de incluso forcejear con los guardas de seguridad, me vacunó otra enfermera. En cualquier caso, sabía que esta lucha con las autoridades y la ley Siria sería mucho más complicada y larga.

El día siguiente por la mañana, los policías de Jordania me dejaron ir a comprar dentro de las instalaciones de la frontera una tarjeta SIM jordana para el teléfono móvil, con la cual envié un mensaje a Alexandra y llamé a la embajada Española en Jordania y Siria, las cuales me comentaron unas horas más tarde que no podían hacer nada que me pudiera permitir una entrada a Siria y me recomendaban de volver atrás. Estaba cabreado con las autoridades de Israel por enganchar adhesivos detrás del pasaporte cuando de buen seguro sabían que eso privaba la entrada en Siria, también estaba cabreado con las autoridades Jordanas por que probablemente tenían un topo en su frontera que estaba informando de quién entraba a Israel o quien no, y por supuesto estaba cabreado con las autoridades Sirias, aunque comprendía que estaban cumpliendo su ley, seguramente con la información recibida por su espía en Jordania.

De todas maneras, todavía no pensaba rendirme. Empecé a enganchar carteles al parabrisas y en la puerta de la autocaravana con el mensaje en inglés "Quiero cruzar Siria para entrar en Turquía". Mientras tanto, Alexandra intentaba crear conciencia a través de Internet para defender mi causa, pero seguramente hay problemas mucho más importantes en el mundo y sólo recibí un par de llamadas de unos Sirios de couchsurfing comentándome de lo que no podían hacer nada para ayudarme. Aun así, todavía pensaba que me esperaría muchos más días o semanas entre las dos fronteras hasta encontrar una solución. Tenía bastante comida en la casa, además, de seguro que los camioneros me podrían ofrecer comida más adelante, porque aunque no hablaran inglés, éstos parecían tener simpatía por mi situación, y algunos de ellos ya me habían ofrecido agua para cargar la autocaravana.

A pesar de todo, a medida que pasaban las horas y los pocos días, también me daba cuenta de que realmente tendría que estar semanas, meses o años entre las dos fronteras, sin tener asegurada la victoria. Por otro lado, aunque considerara completamente injusto no poder transitar por un territorio, ésta tampoco era mi lucha, y pensaba que más adelante encontraría otras guerras más importantes a las que dedicar mi tiempo y energía, y que ahora me tocaba seguir viajando para conocer mundo y seguramente descubrir cuáles serán las futuras batallas en las que realmente querré luchar.

De todas maneras, rendirme me llenaba de pesimismo. Las opciones para embarcar el coche hacia Turquía eran Israel donde difícilmente me dejarían entrar el coche; Egipto, donde seguramente tendría los mismos problemas para entrarlo que la primera vez; cruzar Irak, casi completamente descartado; o olvidarme de Turquía e intentar cruzar Arabia Saudita, Emiratos Árabes y tomar barco hacia Irán, donde tampoco me dejarían entrar si descubrían que había estado en Israel.

En cualquier caso, antes de abandonar, decidí pasar una otra noche entre las dos fronteras, durante la cual envié un SMS al cónsul español de Siria preguntándole si era válida la opción que un conductor condujera mi coche por tierras sirias hasta la frontera con Turquía, mientras yo tomaba el avión. Al día siguiente por la mañana me volvió el optimismo otra vez cuando recibí un SMS del cónsul comentándome que trataría de encontrarme un conductor. Animado, también contacté a un señor Siriano que hacía dos días se había parado al lado de la autocaravana para ofrecerme ayuda. Al cabo de poco el sirio me telefoneó para comunicarme que había encontrado un conductor por 300 $. Pero una hora más tarde fue el cónsul que llamó comentándome que había encontrado una empresa que me cobrarían sólo 100 $.

Ante esta nueva perspectiva, arranqué los carteles del coche para suavizar cualquier tensión que pudiera haber con los aduaneros sirios. Y aun más, decidí abandonar la tierra de nadie, el espacio entre las dos fronteras para volver a entrar a las instalaciones de la frontera jordana. Pero este retorno, que pensaba que sería positivo para los aduaneros jordanos y sirios, originó otro problema. Los policías Jordanos me comunicaron que podía dejar el coche aparcado allí, pero yo no podía pasar la noche en las instalaciones frontera. Pero yo no quería ir a Ammán, ni tampoco sacar el coche de la frontera, pues las tasas de entrada en Jordania eran elevadas. Por otro lado, tampoco me dejaban volver entre las dos fronteras donde había estado acampando las últimas tres noches. Entonces les planteé, que dejaría el coche dentro de las instalaciones, pero yo cogería la tienda y acamparía justo a fuera la frontera, y ante esta propuesta tan ridícula, finalmente la jefe de inmigración me dejó vivir en el coche de manera excepcional. Y en este momento no fui capaz de reprimir las lágrimas ni de llorar en silencio. La jefe de inmigración me preguntó qué me pasaba, pero no fui capaz de explicarme. Estos días los había vivido con demasiada tensión, pero aparte, las lágrimas parecían la única manera de expresar el inmenso sentimiento de agradecimiento que sentía por todas aquellas personas (Alexandra, el cónsul, el jefe de inmigración, amigos en Cataluña, y otros) que estaban preocupándose por mí, implicándose más allá de sus responsabilidades para encontrarme una solución.

Ahora sólo faltaba que mi amigo Marc, gerente de la empresa Servicios de Internet Javajan y propietaria de la autocaravana, firmara un documento otorgando el poder de conducción al chofer encontrado por la embajada. Pero al llamar a Marc, éste me comentó que estaban celebrando en otra población la fiesta de despedida de solero de otro buen amigo que se casaba, y que la fiesta seguiría al día siguiente, por lo tanto (sin ganas de estropear estos entrañables desenfrenos) me tendría que esperar dos noches más, hasta el lunes.

Hoy lunes por la mañana, Marc me ha confirmado que había enviado el fax con los poderes a la embajada de España en Siria. Entonces he llamado al director de la empresa del chofer, comunicándole que éste podía pasar a buscar el fax en la embajada y después venir a buscar el coche en la frontera. Pero cuando el conductor se ha presentado al mediodía a la frontera, éste se había olvidado el fax, pero por otro lado, cuando ha subido a la autocaravana y he empezado a enseñarle todas las cosas que poseía la autocaravana su cara sonriente se ha apagado enseguida. Y inmediatamente me he dado cuenta de un problema con el que no había contado. A mí no me dejaban entrar en la aduana Siria, por lo tanto el conductor tendría que mostrar todo el contenido, pero él no podría explicar todas las cosas que llevaba la autocaravana (por ejemplo medicamentos), y quizás las autoridades retendrían el coche hasta que alguien - que no podía entrar - pudiera declarar el contenido.

El conductor ha vuelto hacia Damasco con la promesa que al día siguiente volvería con el fax. De todas maneras, la idea del chofer ya no me parecía tan buena. Al hablar con el cónsul, éste me sugirió una vez más volver a Jordania. Y finalmente, al no poder hablar con el director de la empresa del chofer, y después de estar 6 días retenido en la frontera, sin Internet, sin interactuar con casi nadie, afrontando problemas diarios, aburrido, cansado, desesperado,... he decidido abandonar, sin ni tan solo esperar a mañana, y al anochecer he vuelto a pagar las tazas de entrada para Jordania para el coche y me he dirigido hacia Ammán.




Amman (ver en mapa)

16/03/2008:
Jordan,+Amman,+citadel


He pasado una semana desmotivado, medio deprimido, sin ganas de hacer nada, a pesar de que intentando resolver todas las incertidumbres. Con la ayuda de Alexandra y pasando muchas horas conectado a Internet, se han ido resolviendo incógnitas sobre cómo llegar a Turquía. Este nuevo horizonte ha diluido el pesimismo de mi alma, aunque el optimismo tampoco ha aparecido. A partir de ahora yo era una persona manchada, ya no era un europeo con derecho para viajar por todo el mundo, ahora había descendido un peldaño, y algunos países me tendrían vetada la entrada, como Siria, Irán u otros países árabes. En cualquier caso, sólo había descendido un peldaño, y todavía tenía el derecho y la oportunidad de seguir mi viaje, tomando el pulso al mundo.

Por otro lado, mi historia tampoco se podía comparar, ni mucho menos, con los problemas que sufren millones de personas por culpa de los visados. Como la historia que me explicó Akram (un palestino jordano que contacté a través de couchsurfing), después de tomarme suficiente confianza. Hace un año, Akram conoció a una chica de los Estados Unidos, de la cual se enamoró. Aprovechando unas vacaciones de trabajo y habiendo conseguido un visado de 5 años, voló a Estados Unidos, donde después de pocas semanas y de renunciar a su trabajo de Jordania se casó con la americana. Al cabo de tres meses hicieron un viaje por el Norte de los Estados Unidos y dos días por Canadá. Pero al volver del Canadá, la policía de la frontera americana le denegó la entrada e invalidó el visado, sin ninguna explicación, simplemente por ser musulmán. La manera cómo explicaba el drama que vivieron realmente me conmovió. Estuvo unos tres meses malviviendo en el Canadá, encontrándose ocasionalmente con su mujer que lo visitaba cuando podía. Y finalmente volvió a Jordania, donde no tiene posibilidad de volver al anterior trabajo y se tiene que esperar un año y medio que las autoridades americanas validen su matrimonio y le concedan la opción de volver con su mujer. Pero ya pocas ganas le quedan, actualmente preferiría ir a vivir a Egipto, un país islámico donde la vida es económica.

Otro día que quedé con Akram empecé a hablar sobre Israel, pero enseguida me cortó, indicándome que para él no existe tal país, sólo Palestina ocupada. Akram es de origen palestino, igual que muchos de sus amigos, nacido de unos padres que se refugiaron en Jordania después de la guerra de 1948. Al preguntarle por la solución del conflicto, me respondió que los Judíos deberían de abandonar completamente la tierra ocupada (de nuevo soluciones difíciles de aceptar para la parte contraria). Entonces me explicó su visión de la historia, en la cual, a principio del siglo XX, los árabes fueron hospitalarios con los Judíos que llegaban a Palestina, hasta que estos les tomaron la tierra. A punto de cumplir los 30 años, Akram se quejaba de que nunca había visitado su tierra. Entonces le pregunté:
- ¿Pero tú crees que un día Palestina volverá a ser para los árabes, libres de judíos?
- Seguro. Antes del día del juicio final.
- ¿Pero dónde tendrán que ir los Israelíes?
- Los judíos que ocupan Palestina tienen su tierra de origen, y allí tendrán que volver.
Entonces la conversación entró en una fase difícil de olvidar. Después de explicarme que detestaba los ataques terroristas islámicos, que un musulmán nunca mataría inocentes, y que verdaderamente lloró durante los ataques a las dos torres gemelas de Nueva York, le pregunté:
- ¿Entonces estás en contra de los ataques terroristas contra los judíos de Israel?
- Eso no es terrorismo - respondió muy seriamente. - Los palestinos tenemos derecho a luchar y a matar todos los que ocupan nuestra tierra por la fuerza.
Ante mi expresión estupefacta, me preguntó:
- ¿Tú crees que soy un terrorista?
- No, pero lo podrías ser.

En presencia de Akram, otro día conocí a Hamin, a un cristiano. Me sorprendió su religión en Jordania. Entonces me explicó, que un 7% de los jordanos son cristianos, pero que antes de nada, se sienten árabes y que por ejemplo, cuando los Estados Unidos atacan un país árabe, se indignan como los que más. Quizás por eso, la convivencia con los musulmanes es muy pacífica, aunque también tienen que acatar algunas de sus reglas. Por ejemplo, un chico musulmán puede casarse con una chica cristiana, pero un chico cristiano no puede casarse con una chica musulmana, porque la ley islámica lo prohíbe, al igual que también prohíbe que un musulmán pueda renegar de su religión. Y otro hecho sorprendente, al preguntar a Hamin si su Dios también se llamaba Alá, me respondió:
- Claro está, los cristianos jordanos hablamos árabe.

No hubiera estado tantos días en Jordania, pero parecía que todas las opciones para llegar a Turquía, pasaban para volver a Egipto, pero no podría entrar con el carnet de Passages del coche caducado. Por eso, el primer día después de llegar a Ammán envié el carnet de Passages antiguo a España por mensajería con el fin de recibir el nuevo, si todo va bien, el próximo domingo, de aquí una semana. Durante estos días, también he renovado mi visado de estancia a Jordania, he visitado diversas veces la embajada de España donde el cónsul es muy amable y colaborador, he renovado otros papeles para el coche,... Aun así, después de hacer todas estas gestiones, todavía me queda una semana para poder marcharse.

Mañana, quizás volveré a visitar unos días las tierras de Palestina e Israel. A pesar de todo, siento que no tengo ganas de visitar nada. Tengo ganas de llegar lo más pronto posible a Istambul para reencontrarme a Alexandra. Tengo ganas de volver a estar con ella, relajado, y dejar que los problemas pasen por nuestro lado. Esta separación, de un mes, me está demostrando que me está siendo difícil de vivir sin ella. Y ella me explica que también le pasa lo mismo. Así pues, ya nos hemos comunicado que la propuesta de matrimonio que hicimos, sigue en pie y que quizás próximamente, en algún país exótico, la llevaremos a la práctica.

----

En Aman entrevisté Aiman, un amigo de Akram, el cual opinaba que el principal problema del mundo es el petróleo, el cual causa mucha inestabilidad en oriente medio. El problema no se puede solucionar, pero además se incrementará debido a la industria y a los países emergentes, y no parece que nadie pueda hacer nada. Aiman, de origen palestino, opinaba que el principal problema de su país era la inexistencia de paz o solución, cuando menos una solución aceptable para los políticos o líderes de las dos bandas. La solución necesita nuevos líderes pensando en el futuro, que piensen que hay tierra suficiente para todo el mundo. Quizás actualmente los árabes están más preparados para la paz que los israelíes. La solución también necesita que la gente de ambos lados se encuentre. Aiman se considera feliz aunque sería más feliz con paz en medio Oriente que le permitiera asentarse y vivir. El secreto de la felicidad se encuentra en el corazón, paz en la mente.



18/03/2008:
Jordan,+Jerash Jordan,+Jerash Jordan,+Jerash Jordan,+Jerash Jordan,+Jerash Jordan,+Jerash
Jordan,+Jerash      


Ayer me dirigí de nuevo hacia la frontera de Jordania con Palestina. Tenía ganas de volver a visitar estas conflictivas tierras y encontrarme incluso con algún palestino, pero estaba cagado de miedo, pues temía que (igual que la anterior vez) las autoridades israelíes me volvieran a enganchar un adhesivo en el pasaporte o incluso sellarlo, complicándome más la futura entrada en Irán. Por este motivo, cuando las autoridades Jordanas me comentaron que mi visado sólo se me permitía visitar Israel una sola vez, me alegré y a continuación relajé.

A continuación, aprovechando que seguía retenido en Jordania a la espera del Carnet de Passages del coche, que si todo va bien tiene que llegar el próximo domingo, decidí probar de cruzar otra frontera, esta vez la de Siria. Escogí otro paso de frontera, pero las autoridades enseguida vieron que había estado rehusado una vez, y después de verificar mi nombre en los ordenadores me informaron muy amablemente de que mi nombre estaba a la lista negra, y que aunque intentara sobornarlos (cómo hice con 300 $) ellos no podían hacer nada para cambiarlo. Y así seguiría hasta al fin de los tiempos, o hasta que Siria cambiara la legislación.

Y hoy he decidido visitar las ruinas romanas de Jerash, la segunda atracción turística de Jordania, la cual todavía no había visitado porque no había perdido del todo las esperanzas de entrar en Siria, donde por lo visto, hay una antigua ciudad romana todavía más interesante, la de Palmira. En cualquier caso, Jerash me ha sorprendido y me habría considerado a un pecador si me hubiera dejado llevar por la pasividad de los últimos días y no la hubiera visitado. Jerash sorprende por los centenares de columnas que todavía se mantienen de pie, de formas estilizadas y capiteles con bonitos grabados florales. También sorprende, aparte de sus templos, avenidas, arcos e hipódromo, por la conservación de dos grandes teatros, que confirman la afición que los romanos manifestaban por estos espectáculos, pero sobre todo, constatan el gran número de habitantes que debieron poblar la antigua ciudad.



22/03/2008:
He pasado unos cuantos días más esperando el carnet de passage del coche (que finalmente ha llegado hoy sábado) y dejando pasar las horas desganado y desmotivado. De todas maneras, los pocos ratos que aprovechaba el tiempo, intentaba aclarar cuál era mi próximo destino, que por momentos se complicaba, porque cuando iba a confirmar la oferta del barco de Egipto a Turquía, tomé medidas de la autocaravana y me di cuenta de que ésta no entraría en el container, al ser 10 centímetros más alta que la puerta del container. Envié un mail a la empresa Egipcia para ver si había alguna otra solución, pero no me respondieron. Así pues, la única solución que queda parece la de Israel, desde donde tengo una oferta (bastante cara) para llegar con barco a Atenas, Grecia. Mañana empezaré a hacer camino de nuevo hacia Israel, a no ser que reciba alguna otra oferta de Egipto mientras tanto.

Por otro lado, también me he reunido algunos días más con Akram y algunos de sus amigos y otros couchsurfers, aunque en general he seguido sin demasiado interés los encuentros. En todos estos días, sólo una conversación con el Akram me llamó la atención suficientemente como para apuntarla en mi bloc de notas. Akram me estaba confirmando que en el Islam, tanto los hombres como las mujeres, creen firmemente con la virginidad y con la prohibición del sexo fuera del matrimonio. A continuación se quejó que en los países Occidentales muchos hombres (y mujeres) tienen sexo fuera del matrimonio (y durante el matrimonio) con diez, veinte o incluso más personas diferentes del sexo opuesto. Y según él, era una hipocresía que éstos mismos que fornican con tantas mujeres cómo quieren (incluso con prostitutas) les critiquen a ellos, los musulmanes, porque se pueden casar hasta con cuatro esposas, siempre y cuando el marido las pueda mantener y éstas acepten la situación. Pensé que era un razonamiento bastante convincente para explicar porque al Islam los hombres tienen esta posibilidad, aunque tampoco profundicé cuestionando porque las mujeres no se podían casar con más de un marido.

23/03/2008:
Al intentar arrancar el coche después de comprar vegetales, he descubierto que el estárter no funcionaba de nuevo, aun así, he puesto en marcha el coche dejándolo caer por un pendiente y me he acabado de llegar a la frontera de Jordania con Israel. He pasado todos los trámites Jordanos sin detener el coche y pagando por tercera vez los 20 euros de tasas de salida. Tal como me temía, al primer control antes de entrar en las oficinas de la frontera de Israel me han hecho detener el coche, de todas maneras, después de inspeccionar superficialmente el vehículo unos chicos que esperaban y un israelí me han ayudado a empujar el coche hasta ponerlo en marcha. Al siguiente control, a pesar de avisarlos de los problemas del estárter me han vuelto a exigir de parar el motor. Entonces han empezado a hacerme las típicas preguntas y en descubrir que había estado en el Sudán, la cosa se ha vuelto a poner seria. De todas maneras, parecía que no habría demasiados problemas aparte de la típica espera y al cabo de una hora, se decidieron a inspeccionar el coche. Yo quería estar presente, pero han cerrado el coche en un garaje y me he tenido que esperar en una sala delante de un escáner de rayos X, a través de la cual han ido pasando diversos objetos de mi autocaravana: la rueda de recambio, todas las bombonas de gas butano e incluso el lavabo químico (eso sí, haciendo cara de asco y riendo). Durante el proceso se ha presentado un hombre cargando una gran bolsa de plástico con todos los vegetales que había comprado en Jordania dentro: Patatas, cebollas, tomates, plátanos, naranjas, coliflores,... Me ha comunicado que no podía entrar verduras frescas a Israel (normas internacionales) y, después de pedirle de comerme tres plátanos, se ha llevado la bolsa precintada. Temía que romperían alguna cosa del coche, durante la hora que han estado revolviéndolo, pero no, cuánto he podido entrar de nuevo, todas las cosas estaban bien desordenadas pero a su lugar. Entonces he escuchado con alegría que podría entrar en Israel después de hacer el seguro del coche. Me dirigí a la oficina correspondiente con todos los papeles, pero al estudiarlos, la chica de la aseguradora me ha informado:
- Tienes el carné de conducir internacional caducado - caducado de sólo 15 días!! - No te puedo hacer el seguro.
Y evidentemente, enseguida las autoridades Israelíes me han comunicado que no podría entrar en su país y que tenía que volver a Jordania. Se me cayó otra vez el mundo a los pies. Era la tercera vez en veinte días que un país me rehusaba y me devolvía a Jordania. Parecía una pesadilla y naturalmente mi mal humor iba dirigido en silencio hacia los Israelíes. Mi único consuelo que me ha quedado, es que éstos han tenido que sudar un poco para empujar el coche y ponerlo en marcha. Por otro lado, también he recuperado todas las verduras que me habían robado anteriormente.

De vuelta a Ammán he llamado a mi padre con la esperanza de que no hubiera enviado el nuevo carné de conducir renovado a una dirección de Turquía que le había dado, pero desgraciadamente me ha informado de que lo había enviado el jueves pasado y que por error también había enviado mi carné de conducir español, hecho que podría complicar la petición de un nuevo carné de conducir internacional. Además, en llegar a Amman me he dado cuenta que una protección exterior de la nevera había caído y se había perdido debido a la mala colocación por las autoridades aduaneras. En cualquier caso, no me he querido desesperar. Tantos tropiezos parece que me están dando bastante paciencia. Los próximos días los dedicaré a arreglar el coche (será más económico en Jordania que en Israel), visitar la embajada española (quizás para pedirles trabajo en Jordania) y a negociar un precio más económico del barco que me tiene que llevar hasta Grecia.

30/03/2008:
Pasé otra semana en Ammán, otro paréntesis en el viaje del cual básicamente destacaría la alegría que sentí ayer cuando recibí el carné de conducir internacional desde Turquía. Anteriormente había llevado el coche a arreglar, pero después de buscar la pieza estropeada del estárter por todo Ammán, finalmente me convencí de su inexistencia y un mecánico tuvo que hacer la misma chapucería que había hecho el chico de Edfu, en Egipto. La operación fue bien para ir poniendo en marcha el motor más o menos bien durante toda la semana, y también hoy por la mañana, cuándo he cruzado de nuevo la frontera de Jordania y he vuelto a pasar los primeros trámites en la frontera de Israel. Hoy he vuelto a pedir de estar presente en la inspección del coche, pero de nuevo me han negado esta posibilidad y un chico ha subido al coche para conducirlo dentro de un garaje cerrado. Pero el motor no se ha encendido y el chico me ha llamado para que yo lo intentara. El estárter no parecía funcionar de nuevo, pero de repente el chico me ha avisado de que se sentía un fuerte olor a quemado (yo no siento olores). He salido a fuera, he abierto el capón y horrorizado he visto que el motor estaba en llamas, bueno, no todo el motor, pero había algunos cables quemando. Corriendo he subido a la autocaravana, he arrancado el extintor y he saltado delante del coche disparándolo contra las llamas. Las llamas se han apagado enseguida, sin que hubieran provocado a simple vista ningún daño grave, pero mis ánimos volvían a estar por el suelo. De todas maneras, los oficiales han seguido con el proceso y han empujado la autocaravana hacia dentro del garaje y al cabo de poco rato la han sacado informándome de que ya la habían inspeccionado. He tramitado el seguro del coche, esta vez sin problemas, y los amables oficiales me han ayudado a empujar la autocaravana otra vez que se ha encendido sin problemas y poco más tarde he llegado sin ningún otro incidente a Haifa.

* Otra nota negativa de las aduanas de Israel fue la protección exterior de la nevera, que las aduanas me habían colocado mal la anterior vez y se había perdido. La segunda vez me comentaron que el seguro de las aduanas de Israel me la pagaría y un oficial llamado Igal Malca me confirmó que sería así, pero una vez llegué a Grecia se desentendieron totalmente.



Israel - Palestina

Haifa (ver en mapa)

06/04/2008:
Israel,+Acre,+mosque Israel,+Acre,+mosque Israel,+Acre,+examples+of+sionism. Israel,+Acre Israel,+Acre Israel,+Acre
Israel,+Acre Israel,+Acre Israel,+Acre Israel,+Acre,+port Israel,+Acre Israel,+Béna,+Zaid
Israel,+Béna Israel,+Ramala+and+mur Israel,+Ramala+and+mur Israel,+Ramala+and+mur Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa
Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa Israel,+Bah???+gardens+and+tomb+in+Haifa   


Las primeras horas en Haifa, a pesar de encontrarme con gente interesante de couchsurfing, me sentí totalmente desganado, sin alegría y preocupado por la autocaravana, la cual sólo podía aparcar en pendiente para poder encenderla sin problemas. Justo entrando en Haifa había localizado un taller de Fiat donde en teoría me podrían arreglar el estárter, pero el siguiente día por la mañana no pude poner en marcha la autocaravana porque un coche había aparcado en frente impidiéndome dejarla caer por el pendiente. Estuve esperando unas horas a ver si el coche se marchaba, pero finalmente acepté la sugerencia de Sara, una chica de couchsurfing, y visitar en tren una localidad próxima llamada Acre (o Akko en Hebraico).

Las primeras menciones históricas de Acre se remontan al 1500 BC la cual, ocupando una estratégica posición, está bien defendida por el mar y unas imponentes murallas. A lo largo de su historia ha sufrido diversos asedios y asaltos, algunos de los cuales fallidos, como el de Napoleón que perdió una batalla. Al adentrarme por las callejuelas dentro de las murallas me sorprendió el ambiente árabe que se respiraba, con algunas iglesias y también mezquitas que a determinadas horas entonaban el canto de los muetzinos. Empezaba a descubrir que Israel es un país mucho más complejo de lo qué me pensaba, el cual no sólo estaba habitado por judíos. Sara, la chica israelí de Haifa, me explicó que Acre había estado bajo el dominio de la Palestina árabe según la partición propuesta por la ONU en 1947, pero fue ocupada por Israel durante la guerra Árabe-Israelí de 1948. Entonces, tres cuartas partes de la población abandonaron la ciudad, aunque en el interior de las murallas los árabes continúan siendo mayoritarios.

Al volver de Acre, Sara me explicó un poco más sobre la multiculturalidad de Israel, introduciéndome los Druze, los cuales tienen una religión escindida del Islam con más de un millón de fieles a todo el mundo, una mayoría de los cuales viviendo en Siria y Libia, pero con unos 100.000 viviendo en Israel. Una de las peculiaridades de su religión es la elección, al entrar a la edad adulta, de pertenecer al grupo de los llamados "ignorantes" (80%) o al grupo de los "religiosos", los cuales son encargados de estudiar las enseñanzas y de seguir una vida de acuerdo a su fe. Tradicionalmente, los Druze siempre han sido muy nacionalistas defendiendo país que los acoge. Es por este motivo, que los Druze en Israel están completamente implicados con su Estado, cumpliendo los 3 años servicio militar durante el cual realizan numerosas tareas de espía al hablar el árabe como lengua materna. De todas maneras, a pesar de cumplir con la patria, los Druze difícilmente ven igualados sus derechos con el resto de judíos, y son tratados con discriminación en locales públicos, puestos de trabajo,...

Israel también es el centro de una otra religión, la fe Bahá'í, con una magnífica tumba y jardines que destacan en el regazo de la montaña de Haifa. También me interesé por esta moderna religión (su principal profeta murió en Acre en 1892) que cuenta con unos 6 millones de seguidores en todo el mundo y me sorprendí por sus creencias basadas en la unidad de Dios, de las religiones (todas son diferentes etapas o revelaciones más esmeradas de Dios) y de la especie humana (no creen en nacionalismos, razas, clases sociales o cualquier otro prejuicio que clasifique a los humanos). Los Bahá'ís buscan la paz en el mundo, abogan por la eliminación de los extremos de riqueza o pobreza, defienden la investigación científica independiente,... Por otro lado, no tienen clericato, y no creen en la vida monástica, más bien con el crecimiento espiritual a través de la vida cotidiana. Una de las pocas doctrinas que no me permitirían ser Bahá'í es la creencia con Dios o en la vida después de la muerte.

La visita a Acre, los descubrimientos religiosos y las conversaciones mantenidas con Sara y otros chicos de couchsurfing me volvieron a llenar de energía, con ganas de seguir conociendo mundo, incluyendo Israel. Pero también colaboró el hecho de tener la autocaravana arreglada, con un estárter de segunda mano por el cual pagué un poco más de la cuenta. El siguiente día visité con Sara y una pareja de alemanes, la moderna capital Tel Aviv, con altos edificios, grandes avenidas y muchos locales de copas. En uno de estos locales, la pareja alemana explicó que eran anarquistas y de izquierdas y que, contrariamente al resto de compatriotas ideológicos de Europa, eran pro-israelíes. Al preguntarles si su sentimiento pro-isrealiano se debía a su lucha anti-nazi o de la extrema derecha en Alemania, me respondieron que muy probablemente era así.

Profundizando en la complejidad de Israel, Sara y otros judíos con quienes hablé, me explicaron que los judíos de Israel no acostumbran a ser demasiado religiosos, a excepción de los que viven en Jerusalén, aun así, todos ellos comparten la misma cultura, celebrando las mismas tradiciones, hablando el mismo idioma (modernizado a principio del siglo XX a partir de los antiguos textos sagrados), comiendo alimentos koshar, y sobre todo manteniendo un fuerte sentimiento nacionalista o Sionista, el cual justifica la constitución de un Estado Judío. Numerosas veces pregunté a judíos cuál era la justificación para constituir un nuevo Estado Judío en una tierra ocupada mayoritariamente por árabes o palestinos. Sin argumentarme motivos religiosos, las respuestas me recordaron que hacía 2000 años los judíos ocupaban aquellas tierras, que a lo largo de los siglos sus plegarias siempre han acabado con la frase: "el próximo año en Jerusalén" y que finalmente tenían derecho a un país propio después de sufrir tantos siglos de persecución por su religión y cultura en Europa y Oriente Medio. Cuando opiné a Sara que los argumentos podían ser muy poco sólidos para los palestinos, la conversación se crispó un poco; pero cuando más adelante opiné que los estereotipos culturales, a pesar de que negativos, a veces tienen uno trasfondos reales (los judíos a veces son acusados de avaros o de controlar el mundo), Sara me acusó muy agriamente de ser anti-sionista. Me intenté defender explicando que los catalanes en España también són vistos como agarrados y los andaluces como vagos y, aunque en la mayoría de los casos individuales no sea así, sí que reflejan algo de la realidad. Un amigo palestino presente en la discusión también opinó que los estereotipos no reflejaban ninguna realidad, a pesar de que más tarde, al preguntarle si sus padres eran musulmanes o cristianos, me respondió utilizando un estereotipo:
- Son musulmanes, pero no musulmanes bum-bum - haciendo el gesto de explosión con el cuerpo. Todos reímos.

La Sara también tenía otros amigos palestinos viviendo en un pueblo en el norte de Israel llamado Béna, los cuales visitamos antes de ayer. Zaid y Alex fueron los dos chicos con quienes más conversé. Primero me explicaron la historia de su pueblo, habitado siempre por palestinos hasta la guerra del 48, durante la cual, los soldados israelíes mataron a sangre fría a 4 chicos para obligar en el resto de población a marcharse hacia el Líbano. De todas maneras, al cabo de poco tiempo, algunos pocos volvieron al pueblo desde los campos de refugiados y, al no tener más problemas con las autoridades, se quedaron. Pero hubo muchos palestinos que no pudieron volver, tratando a los vueltos de traidores, porque en general pasaron de luchar por la ocupación a luchar por la igualdad de sus derechos con los de los judíos. Por ejemplo, Zaid y Alex me explicaban que serian felices viviendo en Israel si éste no fuera un Estado Judío, con bandera judía, himno judío, con lengua hebraica y con leyes judías, como el cumplido obligatorio del Yom Kipur, una fiesta en la que todo Israel se paraliza para que los judíos pidan perdón a Dios por sus pecados y - según los chicos - para que el resto del año puedan seguir puteando sin remordimientos a los palestinos. En cualquier caso, esta situación quizás no durará para siempre, porque aunque los palestinos en Israel sólo sean el 20%, éstos tienen un crecimiento mucho más elevado que los judíos y en el futuro quizás podrán elegir dirigentes que devuelvan el gobierno a los palestinos. A pesar de la lucha cotidiana por sus derechos, Zaid y Alex también estaban preocupados por la situación de la Palestina ocupada, o la Palestina detrás de la línea verde dibujada en 1967 por diferentes resoluciones de la ONU. La Palestina ocupada (West Bank y Franja de Gaza) empezaba a disfrutar de una cierta autonomía, ahogada económicamente y con el ejército Israelí entrando siempre se considera oportuno. Por otro lado, el muro que los Israelíes han construido para separar Israel de Palestina, no sigue fielmente la línea verde, dejando los pozos de agua fuera del alcance de los palestinos o dando salida a numerosos asentamientos judíos en tierras palestinas. A medida que se adelantaba la noche, Sara iba adquiriendo una actitud defensiva debido las conversaciones pro-palestinas acabando enemistada con todos, incluso conmigo. A pesar de todo, había ganado una nueva amistad con Zaid y Alex, que quedó sellada con la promesa de visitar conjuntamente West Bank en dos días, hoy.

Ayer a la noche, me encontré con una nueva chica de couchsurfing y a su compañero con los cuales mantuve una interesante conversación. Al comentarles que hoy visitaría West Bank, el chico me comentó indiferente:
- Yo he estado muchas veces, como soldado.
Después me explicaron que el ejército Israelí es uno de los más preparados y humanitarios del mundo, a pesar de las difamaciones de sus enemigos. Y finalmente me explicaron que en las escuelas de Israel, aparte de enseñar asignaturas como matemáticas o literatura, también tienen una asignatura de paz, en cambio, los palestinos básicamente enseñan a odiar.

Y hoy, finalmente, yo, Alex, Zaid y una suya amiga judía nos hemos dirigido hacia West Bank pasando por Tel Aviv y Jerusalén. Hemos llegado muy tarde, por lo tanto sólo nos hemos propuesto visitar Ramala, una de las ciudades palestinas más importantes, próxima a Jerusalén. Hemos cruzado sin demasiados problemas los controles de entrada y nos hemos encontrado dentro de la muralla que aísla Ramala de Israel. Dentro, el ambiente era completamente árabe o palestino, aunque se respiraba tensión y la gente no parecía tan hospitalaria como en los anteriores países; en cambio miraban sospechosamente la matricula del coche y nos preguntaban de forma recelosa de dónde éramos. Hemos aparcado cerca del centro y hemos empezado a pasear, sin rumbo fijo y preguntarnos dónde se encontraba la diversión, pero ésta ha llegado por sí sola, muy pronto. Repentinamente nos hemos visto rodeado por jóvenes armados que nos han empezado a preguntar sobre nuestros orígenes, sobre todo el de la chica, pues la habían escuchado hablar hebraico con Zaid. Finalmente nos han informado que eran de la policía Palestina y que era muy peligroso para la chica judía andar por Ramala, pues si la población lo descubría la podían secuestrar o linchar; y eso no era deseable, porque el ejército israelí tendría un nuevo motivo para entrar. Nos han conducido muy amablemente pero bien escoltados hasta la principal comisaría de la policía, y después de tenernos entretenidos durante una hora, nos han recomendado salir de Ramala lo más pronto posible. Mientras esperábamos en la cola para cruzar de nuevo el muro y entrar Israel, un hombre me ha vuelto a preguntar con mirada recelosa:
- ¿De dónde eres?
- De España.
Al cabo de un rato:
- ¿De Madrid?
- No, de Barcelona.
Y finalmente ha comentado buscando complicidad.
- A mí me gusta mucho ETA - El grupo terrorista e independista del País Vasco.

Después de una semana escuchando opiniones de judíos y palestinos, no me puedo privar de describir su conflicto con un ejemplo que he ido elaborando y perfeccionando. Al principio del siglo XX, los palestinos vivían en una gran casa que era propietaria de un británico. La casa tenía 10 habitaciones, con una habitación ocupada por un judío y el resto ocupado por palestinos. Había judíos en otras casas o países que recordaban que su abuelo había vivido a la primera, y debido a los maltratos que los propietarios de las otras casas les propinaban, algunos se dirigieron a la primera casa, comprando dos habitaciones a los palestinos. Los palestinos no estaban demasiado contentos con los nuevos vecinos, pero estaban más preocupados por los abusos del propietario Británico, el cual finalmente decidió dividir la casa y dio la propiedad a los palestinos y judíos. Pero los palestinos no estuvieron de acuerdo y con la ayuda de vecinos de otras casas empezaron a atacar a los judíos. Pero los judíos contraatacaron con fuerza y ocuparon 3 nuevas habitaciones y las vaciaron sustancialmente de palestinos, los cuales tuvieron que refugiarse en otras habitaciones u otras casas. Los palestinos expulsados conspiraron para recuperar las habitaciones perdidas pero en cada una de las dos posteriores reyertas, los palestinos perdieron una habitación, quedándoles sólo dos habitaciones. Y actualmente, como aun hay palestinos dispuestos a luchar por la libertad, los judíos han tapado con ladrillos las puertas de las dos habitaciones, privándoles ocasionalmente de agua y electricidad. El ambiente está enrarecido, y los judíos que desean la paz no quieren volver a las 3 habitaciones que tenían inicialmente. Y aunque la mayoría de los palestinos acepten una solución intermedia, también hay muchos que no quieren dejar de luchar hasta expulsar a los judíos de todas las habitaciones. Y pensando en este ejemplo, me pregunto cuál podría ser la solución satisfactoria a este complicado conflicto, y sinceramente, no la encuentro. Si alguien de vosotros la tiene, que se ponga en contacto con las Naciones Unidas.

----

En Béna entrevisté a Alex, el cual se mostró un poco difuso, aun así opinó que el principal problema del mundo eran las fronteras. El principal problema en su país es el fanatismo religioso y nacionalista, que justifican acciones como la ocupación de Palestina. La solución pasaría por la comprensión y tratar de no tener opiniones manipuladas. Alex se considera feliz aunque no conoce el secreto de la felicidad.





Xipre

Limassol (ver en mapa)

08/04/2008:
Xipre,+going+to+Greece Xipre,+Limassol,+boad Xipre,+Limassol Xipre,+Limassol,+market Xipre,+Limassol,+market Xipre,+Limassol,+clock
Xipre,+Limassol,+Xipre,+Limassol,+esculpture Xipre,+Limassol,+esculpture     


Las primeras horas en barco de Haifa hacia Atenas, me dieron motivos suficientes para no dar nunca la vuelta al mundo por mar y seguir por tierra. El capitán comentaba que el mar no estaba demasiado encrespado, pero mirando la popa del barco podía observar cómo ésta se elevaba unos tres metros sobre la línea del horizonte para después descender hasta tres metros bajo la línea. Tenía el estómago bien removido, y si no vomité fue porque a ratos, las olas parecían tranquilizarse, para después volver con fuerza. A pesar de todo fui capaz de dormir y hoy por la mañana me he alegrado de encontrarnos bordeando Chipre con un mar calmado.

El barco se ha mantenido cuatro horas estacionado en el puerto de Limassol, el principal puerto de Chipre, durante las cuales el capitán nos ha dado permiso, a mí y a otro viajero americano, para visitar el pueblo. En Israel me había emocionado de ver el mar Mediterráneo después de un año viajando por África, y curiosamente en Chipre volví a tener el mismo sentimiento de proximidad a casa al sacar euros de un cajero automático. Curiosamente, recordaba los billetes de 20 más grandes ...

Chipre es una isla que, a pesar de no tener demasiadas riquezas, ha estado intensamente disputada a lo largo de la historia. Después de ser conquistada por diferentes culturas, en 1570, los turcos invadieron la isla invitando a las familias de los soldados a quedarse permanentemente para crear un nuevo grupo étnico turco que desplazara a los griego. El enfrentamiento entre estos dos grupos generó múltiples conflictos hasta que las Naciones Unidas separó las etnias por una línea verde, aunque siguiendo perteneciendo en un mismo país (sólo Turquía reconoce una Chipre dividida). Últimamente parece que las dos comunidades se están aproximando, aunque ninguna de las dos etnias tienen un gran sentimiento patriota: o se sienten griegos viviendo en Chipre o bien turcos viviendo en la isla, pero no chipriotas.

Tomamos un autobús hacia el centro y el conductor enseguida nos dio conversación, explicándonos que a pesar de ser griego chipriota estuvo viviendo mucho años en Australia, pero sus amigos le recomendaron de volver porque estaba a punto de matar a su mujer (lo explicaba como si nada). Después explicó que no le gustaba Chipre, porque hay mucha corrupción de bajo nivel (en los hospitales, policía, al buscar trabajo...) y también es un país muy caro. Por otro lado, él no creía con la reconciliación con la comunidad turca, pues los griegos han sufrido mucho y la gente que ha perdido familiares difícilmente podrá perdonar.

En el centro hemos paseado por un parque de esculturas y por el centro del pueblo, moderno pero con un ambiente mediterráneo. Me ha sorprendido que en las tiendas, todos los textos estuvieran en inglés, con los precios en euros y libras inglesas; y que la librería del puerto tuviera libros en inglés y ruso (o eso he deducido, porque estaban impresos en Moscú).





‹ Anterior (08/02/2008)  MES   Siguiente (2008-04-08)›                     ‹ Anterior (2008-03-04 - Israel - Palestina)  PAIS   Siguiente (2008-04-06 - Israel - Palestina)›
Documento sin título

 

Cómo vivir feliz sin libre albedríoDescargaros gratuitamente mi nuevo libro "Cómo vivir feliz sin libre albedrío" desde mi página web librealbedrio.info o visualizad este entretenido video de introducción: youtu.be/qZHnjjiivs0.