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‹ Anterior (09/06/2009) MES Siguiente (2009-08-08)› ‹ Anterior (2009-06-08 - Malaysia) PAIS Siguiente (2009-07-21 - China)› Vietnam Ha Noi (ver en mapa) 17/07/2009: Llegamos a Hanoi el jueves por noche, después de un largo viaje en tren desde Hue. De la estación de trenes, cogimos un taxi hacia la casa de una pareja de rumanos de Couchsurfing que Alexandra conocía, donde llegamos después de que el taxista hiciera una grande vuelta para cobrarnos más del doble del precio normal. Pero el mal humor se me pasó enseguida cuando nos encontramos con Sebas y Mona, los cuales nos trataron con una hospitalidad digna de entrar en el libro Guinness de la buena hospitalidad, -igual que las anteriores parejas que nos han ido alojando-, aunque ellos comentaran que simplemente nos habían abierto la puerta de su casa. Pero la dejaron bien abierta, porque enseguida nos volvimos a sentir como en casa, sobre todo Alexandra que se quedó cerrada casi toda la semana; a excepción del viernes pasado, el día siguiente de llegar, que fuimos juntos a la embajada de la India para hacernos el visado. Los siguientes días que teníamos que volver a la embajada (para pagar y para recoger el visado) tuve que ir solo, una gran suerte para Alexandra, pues los dos días estuvo lloviendo muchísimo. El peor día fue lunes, cuando sin demasiado tiempo estaba presionado para encontrar algún lugar donde me vendieran dólares (en la embajada India no aceptan moneda vietnamesa, que es difícil cambiar por dólares) y el impermeable que llevaba era insuficiente para aislarme de la lluvia. Llovía tanto, que muchas calles por las cuales tuve que andar se inundaron uno o dos palmos, dejando al tráfico colapsado y a mí más empapado que un pato. Alexandra se bien asustó cuando llegué a casa con el autobús. Evidentemente, estábamos cruzando Vietnam uno de los peores meses, en plena época de lluvias; en cualquier caso, tal como había escrito anteriormente no nos podemos quejar, porque hasta ahora habíamos viajado por la mitad del mundo esquivando siempre las lluvias. Por otro lado, tampoco me podía quejar, porque a pesar de llover casi todos los días, pude descubrir la ciudad de Hanoi durante dos dias sin mojarme demasiado. Hanoi es la segunda ciudad más poblada de Vietnam, después de Ho Chi Min City, capital del Vietnam desde el siglo X, a excepción del siglo XIX que quedó eclipsada temporalmente por Hue, antes de que los franceses le devolvieran la capitalidad, que fue conservada por los comunistas. El primer día de visita a Hanoi empecé a andar desde el mercado de Dong Xuan que principalmente vendía tejidos. Después fui andando hacia el sur por callejuelas estrechas con pagodas resguardadas por edificios de arquitectura francesa, hasta la catedral de San José, de estilo gótico, una visión completamente europea si no fuera por los vietnameses cristianos que la visitaban. A continuación paseé por el lado del lago Hoan Kiem, donde hay otra pagoda al centro y hasta el parque de Lenin, donde hay un gran lago en el medio y centenares de vietnameses haciendo deporte: corriendo, jugando a badminton, a voleibol con los pies y aeróbic, una costumbre similar a todos los otros países del sureste asiático, donde las chicas y mujeres no parecen tener ninguna vergüenza de mostrar sus movimientos delante de los transeúntes que las admiran. El segundo día visité el templo de la literatura (entrando por una puerta lateral sin pagar ...), la primera universidad de Vietnam establecida en 1070 y compuesta de diversos templos, aulas y diversas filas de tortugas gigantes de piedra que cargan una lápida con los nombres de todos los alumnos que pasaron por la universidad y recibieron doctorado. A continuación anduve hacia el norte hasta el mausoleo de Ho Chi Ming que estaba cerrado y la pagoda de un pilar que, como su nombre indica está soportada por un único pilar erigido al lado de un pequeño lago. También tuve mucha suerte que no lloviera durante el tour de un día a Halong Bay, uno de los iconos de Vietnam, un lugar protegido por la Unesco que está nominado como una de las 7 maravillas naturales del mundo. Y seguramente lo vale la pena, aunque yo sólo tuve una muy pequeña cata, visitando un par de cuevas y rodeando sólo un par de las 775 islas que forman la bahía del dragón descendente (la traducción de Halong Bay). De todas maneras, a pesar de mi corta visita a bordo de uno de los 500 barcos destinados a cargar turistas, disfruté mucho imaginándome navegando en solitario entre estos centenares de islitas de rocas escarpadas y cubiertas de vegetación, las cuales tuvieron su importancia histórica en algunas batallas navales que mantuvieron protegida Vietnam de China. Aparte visitar diversos monumentos, mojarme, relajarme y celebrar mi aniversario (37 años, mi tercer aniversario fuera de casa), también aprovechamos nuestra estancia en Hanoi en casa de Sebas y Mona para jugar algunas partidas de un interesante juego de mesa y para mantener interesantes conversaciones, sobre Vietnam, Romanía y la vida en general. Sebas y Mona nos comentaron que en Vietnam, cuando un propietario alquila un piso a un extranjero, éste lo tiene que declarar a la policía y tiene que pagar unas tasas más elevadas. También los costes del agua y la electricidad son más caras para los extranjeros. Ésta es la razón que los costes de los pisos de alquiler en Vietnam para los extranjeros son mucho más caros que para los locales y a unos precios que se acercan a los de Europa. A partir de esta información, ya no me extrañó más que los vietnameses nos quieran cobrar la comida siempre a un precio especial de extranjero y que a menudo nos intenten engañar. Otro día, también fuimos con Sebas y Mona a una fiesta de despida de una chica suiza que volvía a casa después de dos años trabajando en Vietnam. En la fiesta conversé con un francés que hacía 2 años que trabajaba en Vietnam. Le pregunté si en Vietnam había comunismo y me respondió que la economía de Vietnam está totalmente basada en el capitalismo, en cambio, el control de la sociedad está basado en el comunismo (hay espías, denuncias...). Por ejemplo, él recibió un libro por correo y cuando fue a recogerlo, la policía se le requisó y le puso una multa porque el libro estaba prohibido en Vietnam por anti-comunisma. Sapa (ver en mapa) 19/07/2009: Sapa es un lugar perdido entre las montañas del norte de Vietnam recomendado en todas las guías de viajes (y recomendado por todos los viajeros que nos hemos cruzado). A pesar de que no lo parezca, Sapa no es un lugar descubierto recientemente, porque los franceses ya se empezaron a establecer allí a partir del principio del siglo XX, por el clima templado que tiene en comparación con en el resto de Vietnam. De todas maneras, los casi 200 edificios coloniales que los franceses construyeron en torno a Sapa fueron destruidos durante la guerra entre los franceses y los comunistas vietnamitas. Desde entonces, Sapa quedó olvidado hasta 1993, cuando el gobierno vietnamita abrió las puertas al turismo, tanto local como internacional. De hecho, uno 80 o 90 por ciento del turismo que observamos en Sapa era vietnamita y eso nos supuso un problema, porque con dificultades encontramos ticket de tren para el viernes a la noche, de Hanoi en Lao Cai (cerca de Sapa y de la frontera China). El único billete disponible era de asiento duro, y realmente era duro, porque los asientos eran hechos de madera con un respaldo completamente vertical. Alexandra hizo un escándalo, pero no pudo hacer nada más que aceptar la situación e intentar dormir mínimamente, muy mínimamente. Llegamos por la mañana muy cansados, pero en Sapa nos encontramos otro problema causado por la gran cantidad de vietnamitas que visitan la población el fin de semana: no había habitaciones de hotel libres y las que había eran muy caras. Finalmente encontramos una por 12 euros y nos encerramos para hacer una buena siesta. De todas maneras, yo me puse el despertador a media tarde y con muchos esfuerzos me desperté para ir a hacer una caminata por los alrededores de Sapa, descendiendo por un camino rodeado de campos de arroz y algunos de maíz. Más descansado, hoy por la mañana he vuelto a hacer otra caminata, ésta mucho más salvaje, descendiendo por márgenes, campos de arroz y canales con el fin de evitarme pagar el ticket de un euro que cobran para andar por los caminos. Pero la aventura ha valido la pena y, aunque a ratos estaba enfangado hasta los tobillos y con el culo bien sucio, no me dejaba de repetir que había gente que pagaba mucho dinero para encontrarse en situaciones críticas como la mía. En cualquier caso, la diversión no se encontraba en el barro, sino en el paisaje que me rodeaba: decenas de terrazas de arroz que descendían una bajo la otra los pendientes de las montañas, como si se tratara de un mágico mapa en relieve que mostraba sus curvas de nivel. Por otro lado, durante mi descenso me encontré diferentes casas habitadas por perros ladradores y chicos y chicas de la tribu de H'mong, los cuales eran, mucho más tímidos que los otros que deambulaban por el pueblo de Sapa intentando vender subvenires. Después de ascender por un camino más decente, me duché en el hotel y nos dispusimos a marchar. Realmente Sapa se merecía una estancia mucho más larga, pero hacía días había decidido hacer los siguientes dos mil kilómetros mucho más rápidamente con el fin de poder visualizar una eclipse total de sol que en breve cruzaría el Norte de India y el centro de China. Evidentemente nos perderíamos algunos lugares de interés por el camino, pero a cambio tendríamos oportunidad de experimentar estos extraños cuatro minutos de oscuridad bajo la luz del sol. Quizás es un sacrificio un poco absurdo, pero después de conocer que muchos turistas europeos visitarán China simplemente para observar el eclipse, he pensado que yo también tengo derecho a un poco de absurdidad. China Kunming (ver en mapa) 21/07/2009: Antiguamente había un tren de Hanoi (Vietnam) a Kunming (China) construido por los Franceses a principio del siglo XX, pero la línea se estropeó hace unos años y las autoridades chinas no la han vuelto a arreglar. Así pues, después de cruzar la frontera China (tardamos media hora a cruzarla porque hacía mucho calor y los oficiales decían que teníamos fiebre y que podíamos tener la gripe) tuvimos que comprar un billete de autobús de literas. Al día siguiente por la mañana llegamos medio descansados a Kunming donde nos encontramos con George y donde nos teníamos que encontrar también con otro chico de Couchsufing que nos tenía que alojar, pero este chico no nos enviaba la dirección de su casa y cansados de cargar las bolsas finalmente decidimos tomar una habitación de hotel. Cuando finalmente el chico nos envió su dirección al cabo de tres horas le respondimos que ya no era necesario y el chico nos volvió a escribir enfadado un mensaje lleno de insultos. Quizás tuvimos suerte de no ser alojado por él... En cambio, tuvimos mucha suerte de encontrarnos con George, un chino de casi 50 años pero de espíritu muy joven que se ofreció a mostrarnos la ciudad. Aunque llovía, George nos llevó a pasear por un parque, donde había resguardados bajo diversos cubiertos algunos grupos de hombres y mujeres por de media edad que cantaban y bailaban alegremente ante la vista de los fascinados transeúntes. Al final del parque había una bonita casa de té donde nos detuvimos. El té simple no era demasiado económico, aunque había otros tés (de un año, dos, tres...) todavía más caros. Respecto de estos tés más caros, George nos comentó que hay gente que nota la diferencia en el gusto del té, y otros que sólo notan la diferencia en el precio. En cualquier caso, nuestro té estaba muy bueno, con un gusto muy duradero, porque cada vez que se vaciaba un poco de agua una chica se encargaba de volver a llenar la taza, de manera que acabamos yendo dos veces al lavabo. Y ésta fue otra experiencia memorable, porque éstos eran totalmente abiertos, pudiendo observar incluso el culo de los hombres que había cagando. Cuando volví y se lo comenté a George, éste lo encontró normal, explicando que de pequeños, al no haber agua caliente comunal, todo el pueblo se bañaba junto y desnudos (separados por género), desapareciendo el pudor que podamos tener los occidentales. Durante la conversación con George, este nos explicó que Kunming es la capital de la provincia de Yunnan, una provincia con muchas minorías, y la que tiene mayor diversidad de plantas de China, siendo llamada el reino de la diversidad o de las plantas. De la misma manera, Kunming también tiene un mote asignado, siendo llamada la "ciudad de la primavera eterna", por su clima templado favorecido por los 1900metres sobre el nivel del mar de la ciudad. A nivel personal, George nos explicó que se había convertido al cristianismo cuando se encontraba trabajando en Estados Unidos, dónde había permanecido durante 20 años. Nos explicó que en China hay iglesias del gobierno controladas por éste, e iglesias familiares, en teoría prohibidas aunque el gobierno ya no las persigue. Nos explicó que en China mucha gente se convierte al cristianismo, una religión muy nueva, porque China es un país continental que siempre se ha mantenido aislado culturalmente. Por otro lado, también nos contó que actualmente en China hay más libertad y que el gobierno es menos opresivo; también los medios de comunicación son más abiertos, con menos diferencia entre las noticias que llegan de fuera de China y las producidas en el país. Hablando sobre la economía, George explicó que los chinos son muy trabajadores, siempre queriendo ganar más dinero; esta característica junto con un sistema político fuerte, ha permitido que la economía de China haya crecido tanto. En realidad, económicamente, China es más capitalista que Estados Unidos y eso aporta nuevos problemas, pues el incremento de riqueza provoca un incremento del precio de la mano de obra, con muchas fábricas chinas que se mueven a Vietnam donde es más económico de producir. Mientras tanto, en China, la gente se tiene que acostumbrar a buscar trabajo si uno no quiere ampliar las listas de desempleo (antes el estado aportaba trabajo para todo el mundo). Por otro lado, la escuela secundaria, la universidad y la sanidad, han dejado de ser gratuitas para todo el mundo, resultándome muy curioso que Europa tenga mejor estado del bienestar que los países comunistas. Chengdu (ver en mapa) 22/07/2009: Hemos llegado a Chendu a las 5 de la mañana, yo medio descansado y Alexandra sin dormir. A las 5:45 hemos tomado el primer autobús hacia el centro y hemos enviado un sms a You, una joven chica china que se había ofrecido de alojarnos. You nos ha mostrado la que sería nuestra habitación y mientras Alexandra se quedaba a dormir, yo he subido a la terraza del bloc de pisos de You (treinta niveles) sin demasiadas esperanzas de poder observar el eclipse total de sol. El cielo estaba completamente cubierto de nubes que habían dejado escapar unas gotas justo hacía unos momentos. Seguramente, había estado demasiado inocente de creer que podría ver eclipse total total desde Chengdu, pues incluso en googlemaps la ciudad está permanentemente cubierta de nubes. A pesar de todo, unos cuantos minutos antes de eclipse total he tenido unos minutos mágicos, pues la luz del sol ha podido atravesar las nubes, mostrando su silueta casi toda ocultada por la luna. Ha sido interesante poder observar la evolución de la eclipse con los ojos desnudos, porque poco más tarde, las nubes se han apartado más y la luz ha estado tan intensa que era imposible mirar directamente el sol. Desgraciadamente, el sol se ha vuelto a ocultar detrás de las nubes, momentos previos a que se ocultara totalmente detrás de la luna, oscureciendo toda la ciudad. La gente que había acompañándome en el terrado y en muchos otros terrados de la ciudad se han puesto a aullar y a chillar mientras yo hacía fotos de la ciudad de Chengdu con las luces encendidas, como si nos encontráramos en la noche. Después, la luz ha vuelto a aparecer lentamente detrás de las nubes, pudiendo observar durante otros momentos mágicos la silueta del sol, igualmente en forma de uña, pero esta vez orientada al revés, demostrando que realmente algo estaba pasando por delante del sol. Finalmente se ha puesto a llover. Mientras me refugiaba en la entrada del edificio, he pensado que a pesar de las nubes, ha valido la pena haber llegado con prisas a Chengdu para presenciar el acontecimiento, porque además, Chengdu es una ciudad en teoría más interesante que Kunming y para demostrármelo he ido a visitar el monasterio budista de Wenshu una vez ha acabado de llover. El monasterio de Wenshu fue construido durante la dinastía Tang (619 - 907 AC), constando de diversos templos llenos de gente ofreciendo incienso a las estatuas de buda, tocando con esperanza el símbolo de la felicidad o acariciando un dragón de metal. Inevitablemente recordé un comentario de George de Kunming, quién nos explicaba que la mayoría de budistas no saben quién es buda ni qué predicaba, que sólo siguen unos rituales para ser beneficiados por el destino (y quizás pasa lo mismo con la mayoría de cristianos o de cualquier religión). Casualmente, en el templo me encontré a un chico original de un pueblo del sur de Chengdu que me explicó que la gente ofrecía cacahuetes (símbolo del niño) a las estatuas para tener hijos macho. Después me explicó que el budismo llegó de la India, pero que China es un país básicamente continental, dónde las tradiciones y religiones son más difíciles de cambiar que en los países que tienen mar, motivo por el cual no han entrado otras religiones a China hasta la actualidad. Finalmente, al chico me explicó que había acabado de estudiar una ingeniería, pero que ahora le sería difícil encontrar trabajo, porque China es el país más poblado del mundo y las ofertas de trabajo son limitadas. 26/07/2009: You, una chica china de 18 años que sueña con ir a estudiar a Francia, y a sus padres nos han alojado fenomenalmente en su casa. Incluso, la madre de la You nos hizo una excelente cena uno de los primeros días que también tenían alojados a unos franceses de Couchsurfing. Lástima que sus padres no hablen casi a nada de inglés, aunque You suple de sobra esta carencia con buena conversación e información sobre su cultura y el mundo en general. Por ejemplo, un día You nos explicó que la mayoría de familias chinas están compuestas de un único hijo, debido a la política del hijo único que castiga con fuertes multas a las familias que tienen más de un hijo (pueden llegar a costar 10.000 euros) viéndose obligados, además, a pagar la educación del segundo hijo. Según el gobierno chino, esta política ha restado entre 300 y 400 millones de personas al crecimiento de la población y ha facilitado el éxito económico del país, aunque también ha provocado problemas sociales con esterilizaciones y abortos forzosos, infanticidios y un 120% de chicos en proporción a chicas nacidas. You comentó que debido a la política del único hijo en China, los primos se llaman hermanos y la relación que tienen acostumbra a ser tan próxima que es como si realmente lo fueran. Por otro lado, también explicó que la política del hijo único no se aplica a las minorías, las cuales se ven favorecidas por un incremento de la población en el conjunto de la China (un punto a favor del gobierno chino, normalmente acusado de maltratar a las minorías). You nos ayudó a hacernos la tarjeta Panda para entrar gratuitamente en muchos monumentos, una iniciativa del gobierno para ayudar al turismo después del terremoto de Sichuan del 2008, que provocó case 70.000 muertos confirmados y casi a 20.000 desaparecidos, dejando a unos 5 millones de personas sin casa. A pesar de este suceso, Chengdu es conocida como la ciudad de la abundancia, siendo también la capital de la provincia de Sichuan, conocida con el sobrenombre del reino del paraíso. Estos sobrenombres se adaptan a la modernidad de Chengdu, la cual podría ser una ciudad europea si no fuera por los incomprensibles caracteres chinos que llenan carteles y anuncios y sus peatones con los ojos alargados. Otra similitud es la gran cantidad de carriles bici que tiene la ciudad, a pesar de que en el caso chino son ocupados por decenas de motos eléctricas (las únicas que pueden circular por el centro de la ciudad). Gracias a esta limitación, las ciudades (también era así Kunming) son muy silenciosas, aunque eso puede ser peligroso, porque más de una vez estuve a punto de ser atropellado por una moto, al cruzar una calle sin mirar, todavía programado con la costumbre de la india de escuchar los vehículos en vez de verlos. Chengdu también podría compararse con una ciudad europea por sus parques (quizás menos abundantes que en Vietnam), aunque el ambiente en éstos era completamente diferente a cualquier parque visitado con anterioridad. En múltiples puntos del parque había artistas que cantaban deliciosamente o bailaban, superponiendo con los altavoces sus músicas y cantos. Los artistas exponían sus artes a cambio de nada, sólo con ganas de compartir la alegría de vivir con los otros presentes. Verdaderamente me sorprendió esta extraversión en los parques, sobre todo porque imaginaba a los chinos tímidos por naturaleza, pero You nos explicó que era normal, pues a los chinos les gusta hacer cosas en grupo y reunirse para hablar sobre la vida o filosofía, o para jugar. Ésta última era otra característica que me sorprendió, en diversos puntos de la ciudad observé grupos de chinos jugando a diferentes juegos de mesa, los cuales son completamente diferentes a los que se juegan en occidente. Gracias a la tarjeta Panda que nos hizo You pudimos entrar sin pagar en el Centro de Investigación y Cría de Pandas, los cuales tienen diversas áreas protegidas en la provincia de Sichuan. Llegamos cuando la mayoría de los pandas estaba adormecidos, pero después les dieron de comer y observamos cómo jugaban los pequeños pandas rojos o cómo se peleaban a cámara lenta dos pandas jóvenes para ocupar una incómoda rama en un árbol. También fue curioso observar en una incubadora una cría de 10 días que sólo medía unos cinco centímetros. Ayudados de la tarjeta Panda también visitamos otros monumentos de Chengdu, aunque ésta no nos ha evitado de pagar hoy la visita de Leshan, aunque hemos conseguido confundirlos y pagar la mitad, como estudiantes, presentando nuestros carnets de identidad. En Leshan se encuentra el buda sentado más grande del mundo (de 71 metros), excavado en la pendiente de una montaña de cara a un caudaloso río. Aunque estuviera lloviendo todo el día y que tuviéramos que soportar una cola de una hora, disfrutamos de la visita, la cual incluía diversas cuevas excavadas y otras grandes estatuas en otras pendientes de la montaña. Es curioso la diferencia de arte religioso entre occidente y oriente, pues mientras en Europa se construían iglesias de piedra, en múltiples puntos de oriente se excavaban grandes esculturas y templos en las paredes rocosas. 30/07/2009: Después de habernos despedido hace unos cuatro de nuestros inseparables amigos de viaje, nos hemos vuelto a encontrar con ellos: David, Maria y los padres de David, José y Mariam que volvían a viajar con ellos por una temporada. David y Maria habían seguido su viaje por el norte de la India, Karakorum y oeste de China, mientras nosotros veníamos del sur visitando Indochina. Ellos se habían ofrecido para esperarnos en Xian, pero al final decidimos esperarlos nosotros y aprovechar de visitar juntos la montaña de Emei el siguiente día de su llegada. El primer día de reencuentro lo dedicamos a pasear por Chengdu, mientras nos explicábamos todas las anécdotas de viaje que hemos ido acumulando los últimos meses. Fue un buen día, climáticamente también, porque por primera vez desde que hemos llegado a Chengdu las nubes se abrieron y observamos el cielo azul. Desgraciadamente, al día siguiente volvía a estar nublado. Aun así compramos un billete de autobús hacia Emei y a continuación otro hasta una de las entradas en la montaña de Emei. Nos habían explicado que desde allí podíamos coger un teleférico sin pagar la entrada a la montaña (13euros), pero descubrimos tarde la manera de hacerlo y tuvimos que pagar la entrada. De todas maneras, todos excepto los padres de David pagamos la mitad, como estudiantes, aunque yo no tenía ningún documento para mostrar y acabé mostrando el DNI de David, haciéndome pasar por él y por estudiante. Pasada esta pequeña aventura, subimos al teleférico hasta el monasterio de Wannian (1020 m) desde donde empezamos a andar un pequeño sendero asfaltado y empedrado con centenares o miles de escaleras que enfilaba la montaña, entre un atronador ruido de cigarras, un bosque espeso y verde y una neblina que no nos dejaba ver más allá de 100 o 200 metros. A pesar de todo, después del agotador esfuerzo para ascender 900 metros hasta el monasterio de Huayan (1914 m) tuvimos el premio de poder observar el pico del Color Dorado entre las nubes. Pero este premio duró poco, por que el día siguiente por la mañana, después de dormir en una habitación húmeda del monasterio nos encontramos que lloviznaba, y así siguió a medida que seguíamos ascendiendo por el camino de escaleras. Y fue la lluvia la que quizás nos despistó, pues en vez de desviarnos a la izquierda para descender por otra carena de la montaña más con un paisaje más interesante, seguimos subiendo arriba y arriba, hasta que fue demasiado tarde volver atrás. Así pues decidimos seguir ascendiendo hasta llegar al pie del segundo teleférico (2540 m) hasta la cima (3077 m), pero el tiempo estaba tan malo que después de hacer un té descendimos en autobús hacia Emei, ante la imposibilidad de no ver nada entre la niebla. En Emei encontramos un hotel medio decente donde nos relajamos hasta el día siguiente por la mañana que volvimos hacia Chendu, mientras nuestros amigos visitaban el gran buda de Leshan. Durante estas muchas horas compartidas en la montaña estubimos comentando sobre las impresiones que nos estaban provocando los chinos, en general muy amables y ocasionalmente simpáticos, pero muy ruidosos y poco amigables, prefiriendo relacionarse o socializar entre ellos. De todas maneras, la impresión era mucho mejor a la recibida por diversos viajeros, que no nos habían hablado demasiado bien de China o de los chinos. De todas maneras, los viajeros que peor nos habían hablado eran los que habían estado trabajando en China, explicándonos que los chinos eran odiosos por sus ganas de conseguir de sus trabajadores hasta la última gota de sudor. Por otro lado, también comentamos nuestra sorpresa de encontrarnos con un país muy caro, incluyendo los productos made in China pero sobre todo en los transportes, hoteles y entradas a atracciones turísticas, precios que también pagan los chinos sin quejarse. Finalmente, también reímos mucho comentando sobre los gestos en China, los cuales son completamente diferentes a occidente. Por ejemplo, el gesto de fumar (con dos dedos en la boca) en China significa comer; o el gesto de tomar el té a China se parece al gesto de ... (con el puño cerrado alejándose y acercándose a la boca). Esta diferencia de gestos puede ser frustrante, cuando por ejemplo no te entienden al pedir la cuenta en un restaurante, haciendo el gesto de escribir al aire. Pero todavía resulta más frustrante la diferencia de gestos para indicar números, los cuales son iguales hasta el número 4, pero que son diferentes para cantidades mayores (por ejemplo, el 10 se hace cruzando dos dedos, uno de cada mano; o el 7 se hace poniendo la mano en forma de pistola) de manera que al pedir un precio es casi imposible entenderse con gestos, hasta que cogen una calculadora. Cuando al mediodía hemos llegado a casa de You, su madre nos ha abierto la puerta sin casi mirarnos. La imposibilidad de comunicarnos en inglés nos ha preocupado, pero más tarde, cuando ha llegado You nos ha explicado el problema. Por la mañana, su madre había recibido una llamada de la policía preguntando porque estaban alojando a tantos extranjeros, preguntando quiénes eran, porque no se registraban en un hotel, pidiendo todos los datos de su hija... En resumidas cuentas, la madre de You se ha bien asustado y ya ha decidido no alojar a nadie más. Es una lástima, que algunos gobiernos y la policía estén en contra de la amistad entre culturas, pues eso mismo pasó con Ullas, el chico de Queta en Pakistán, que desde que fue visitado por la policía secreta dejó de alojar a gente de Couchsufing. Xian (ver en mapa) 03/08/2009: Después de despedirnos con tristeza por enèsima vez de nuestros amigos (a los cuales seguramente no volveremos a ver hasta América), cogimos un tren hacia Xian. El tren de noche de categoría económica nos sorprendió por su pulcritud y modernidad, nada a ver con todos los trenes con los cuales habíamos viajado anteriormente. Además, el tren iba tan fino que hasta el día siguiente por la mañana no me di cuenta de que el tren estaba yendo con una dirección diferente a la que me había imaginado. Así pues, llegamos el viernes por la mañana bien descansados en Xian, donde nos encontramos con otra sorpresa de otro cariz. Xian es la ciudad China más cara visitada hasta el momento, donde es imposible encontrar dos camas en una habitación compartida por menos de 8 euros. Finalmente nos acomodamos en una pequeña habitación con cuatro literas, donde encontramos Iñigo, un vasco que también se quejaba de los precios de los hoteles de Xian y de los costes de viajar por la China en general. En este sentido, Iñigo nos comentó que en alguna ocasión había intentado dormir en hoteles económicos (donde van los chinos de clase media baja), pero la policía lo había hecho marchar porque el hotel no contaba con permiso para alojar turistas. Iñigo llevaba dos años viajando, los últimos meses en compañía de una viajera filipina. A pesar de tener un espíritu y aspecto muy joven, Iñigo acababa de cumplir 40 años (tres más que yo), manifestando que la mejor manera de conservarse joven era viajando, por la felicidad que aporta y el poco estrés. Aun así, Iñigo también estaba descubriendo que viajar también puede ser estresante, en su caso debido a unos cobros incorrectos en su tarjeta de crédito que no podía retornar por encontrarse lejos de casa. A pesar de todo, Iñigo ya se estaba planteando qué opciones tenía para seguir viajando el resto de su vida, aunque la falta de ingresos era un factor que le preocupaba y limitaba. Fue esta pasión por viajar y por la fotografía que nos permitió conectar muy bien, aunque no hicimos demasiadas actividades en común por la diferencia de horarios que teníamos (puedo perder la cabeza si pido a Alexandra de despertarnos antes de las 8) y la manera de viajar (ellos preferían andar 2 km antes de coger un bus local de 0,1€). Así pues, visité las principales atracciones turísticas de Xian, algunas solo y las otras en compañía de Alexandra. De todas maneras, antes me compré un nuevo objetivo gran angular para mi cámara de fotos, porque a pesar de los elevados precios de China, los productos electrónicos pueden ser un 20 o 50% más económicos que en Europa; y también la ropa, por eso también me he comprado dos pantalones tejanos, porque ya hace casi tres años que viajo con los mismos pantalones y ya se empiezan a romper. La mayor atracción de Xian son los guerreros de terracota que hemos visitado hoy, un ejercido de 6000 guerreros que tenían que proteger al primer emperador Qin en la vida después de la muerte, enterrados durante más de 2000 años hasta que fueron descubiertos casualmente en 1974 por unos campesinos que cavaban un pozo para obtener agua. Los guerreros de terracota son la tercera gran atracción de China, después de la gran Muralla y la Ciudad Prohibida, pero a mí me han defraudado un poco, o más bien me ha defraudado la ciudad en general, porque antiguamente Xian rivalizó con Roma y Constantinoble por el título de la ciudad más grande e influyente, pero actualmente no queda demasiado de éste antiguo esplendor, aparte de las portentosas murallas del siglo catorce de 12 km que rodean una ciudad moderna. Del mismo siglo, también se alzan entre los modernos edificios la torre de la campana que marcaba la entrada al día y la torre del tambor que marcaba la entrada a la oscuridad. En un barrio musulmán de casas un poco más antiguas visité una mezquita de estilo completamente chino, a excepción de la sala de plegaria, que está totalmente rodeada de grandes retablos de madera con todo el Corán grabado en lengua árabe. Y ya fuera de las murallas, también tuvimos ocasión de visitar un interesante templo taoísta, con los fieles adorando de forma similar a los budistas a las estatuas de barbas y bigotes finos y alargados. Lanzhou (ver en mapa) 06/08/2009: Lanzhou se encuentra unas 7 horas en tren más en el oeste de Xian, en un valle con un paisaje muy diferente, por su aridez, el cual esta favorecido por la altitud (1600 m) y su proximidad a la meseta de Tíbet. Fue gracias a esta diferencia de clima que pudimos observar por primera vez en China el cielo azul durante dos días seguidos, aunque también llovió. A pesar de todo no aprovechamos demasiado el buen tiempo, pues aparte de perder un par de horas buscando un hotel que tuviera una habitación libre y de andar por la ciudad buscando algún restaurante decente, no visitamos nada. El motivo principal fue la aproximación de la fecha de extinción del visado de la China y las complicaciones que supone llegar a Nepal cruzando la región Autónoma de Tíbet (así lo llaman en China, aunque no creo que sea demasiada autónoma). Es imposible entrar en Tíbet si no es con agencia de viajes, y los precios pueden ser astronómicos (teníamos ofertas de 1000 o 1500 euros), aunque éstas pueden ser bastantes más económicas si formas a un grupo de 3 o 4 personas. Estuve bastantes horas conectado a Internet analizando ofertas de agencias y buscando otra gente con quien compartir el viaje. Al final encontré una pareja que se marchaban hacia Tíbet en pocos días con un tour bastante económico, pero para poder unirnos a ellos, antes necesitábamos extender el visado de China, un trámite que pensábamos hacer a Xining. ‹ Anterior (09/06/2009) MES Siguiente (2009-08-08)› ‹ Anterior (2009-06-08 - Malaysia) PAIS Siguiente (2009-07-21 - China)› |
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