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‹ Anterior (10/11/2010) MES Siguiente (2011-01-09)› ‹ Anterior (2010-10-08 - Canada) PAIS Siguiente (2011-01-23 - Mexico)› US Ford Mayers (ver en mapa) 13/12/2010: Después de pasar un día en el Park Natural de Everglades, observando aligators y gran diversidad de aves, pero no los cocodrilos de agua salada, llegaremos a Ford Mayers, un pueblo en la costa oeste de Florida donde teníamos previsto comenzar a planear el siguiente mes de viaje. Además, también tuvimos la oportunidad de compartir unas maravillosas jornadas con Lori, una mujer de Couchsurfing que nos alojó y nos entretuvo con interesantes conversaciones sobre psicología. Fue allí cuando, por primera vez en cuatro años y medio de viaje, me planteé seriamente la posibilidad de volver a casa antes de finalizar el itinerario por América, interrumpiendo así este largo proyecto. Hacía tiempo que ya tenía decidida como sería mi vida al finalizar el viaje: básicamente dedicando bastante tiempo escribiendo uno o varios libros que reflejaran mis pensamientos y mis creencias. Son unos pensamientos y creencias que han ido madurando a lo largo los primeros años de viaje pero que ya hace tiempo que se mantienen invariables sin cambios y actualmente empiezan a encontrarse impacientes a que sean escritos en algún momento u otro. Igualmente, hace tiempo que el viaje tampoco me aporta ningún conocimiento sustancial que me obligue a modificar, adaptar o perfeccionar estos pensamientos y creencias, y como máximo sólo me aporta conocimientos que reafirman o refuerzan más mis ideas. Siento como si la parte final del viaje por Asia y este principio por América no hayan sido tan provechosos para mi conocimiento. Por unos instantes me permití imaginar de qué manera podría interrumpir precipitadamente el viaje, sin dejar de evaluar las consecuencias de hacerlo. Incluso me dispuse a indultarme si no terminaba un proyecto tan importante, sin dejarme influenciar por las recriminaciones que mis padres me habían hecho de pequeño, acusándome de abandonar muchos proyectos a la mitad. Me saqué un peso de encima al pensar que no estaba obligado a continuar el viaje si no quería y que la opción de interrumpirlo era completamente posible. Pero al mismo tiempo, al sacarme esta presión me sentí aliviado y pude mirar el futuro del viaje con optimismo. Entonces decidí dar otra oportunidad al viaje y no tomar ninguna decisión hasta bien entrado en Iberoamérica. Al mismo tiempo me planteé un nuevo objetivo de viaje. Hasta ahora creía haber descubierto las principales verdades de las religiones y la filosofía e incluso creía conocer el secreto de la felicidad. Pero todavía no tenía una respuesta clara a una pregunta que ocasionalmente hacía al tomar el pulso al mundo: ¿cómo solucionar los principales problemas de la humanidad? La respuesta parecía demasiado compleja para ser comprendida por una sola persona, pero aún así me planteé de pensar en ella mucho más frecuentemente de aquí al final del viaje y quizás recopilar suficientes conclusiones para escribir un libro al volver a casa. Quizá debido a estos pensamientos, me fue más fácil dejarme convencer por Alexandra de volar a México desde Florida y no desde Texas. Hacía meses que habíamos descubierto que sería muy complicado de viajar con la furgoneta comprada en Los Ángeles por Centro América, porque la legislación de estos países nos obligaba a volver a Estados Unidos para vender el coche. Así pues, habíamos asumido de vender el coche antes de entrar a México y a continuación comprar un vuelo hacia la capital, Mexico DF, porque según nos habían informado diversas fuentes era bastante peligroso o arriesgado cruzar la frontera en autobús. Habíamos planeado pasar la Navidad en New Orleans y el fin de año en Texas, pero Alexandra estuvo buscando anfitriones de couchsurfing en New Orleans y me dijo que había muy pocos y a continuación me informó que los billetes de avión hacia México DF eran más económicos desde Florida que desde Texas. Así pues, no me costó demasiado aceptar su propuesta, sacrificando los siguientes destinos en Estados Unidos a cambio de disponer de 4 tranquilas semanas que podría dedicar a terminar de escribir el libro de África y a intentar vender la Chevy Astro Van. Compramos un billete de avión para el día 13 de enero, contactamos a más gente de Couchsurfing en Florida para no tener que dormir en la furgoneta, aceptamos una propuesta de Ted de Miami de celebrar la Navidad con él y pusimos anuncios para vender el coche en Florida. Desgraciadamente, el último día el coche no se quiso poner en marcha, por primera vez en todo el viaje. Llamamos al servicio en carretera que teníamos contratado y llevamos el coche a un taller, donde descubrieron que la batería no cargaba correctamente, y la cambiamos solucionando definitivamente el problema. |
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