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‹ Anterior (10/10/2006) MES Siguiente (2006-12-09)› ‹ Anterior (2006-10-23 - Belgium) PAIS Siguiente (2006-11-15 - Germany)› Luxemburg Luxemburg (ver en mapa) 11/11/2006: Dinant es un pequeño pueblo con una gran catedral justo bajo un impresionante acantilado, coronado por un castillo el cual no he visitado porque la entrada era demasiada cara por la economía del viajero. Cada día podría visitar museos y lugares preciosos pagando, pero por suerte también tengo la posibilidad de visitar cada día nuevos pueblos y lugares preciosos sin pagar. Al principio Dinant no me pareció un pueblo demasiado interesante, pero al marcharse con la Hymer descubrí algunos rincones atractivos. El camino hacia Luxemburgo siguió entre un terreno era verde y ondulado, formando los primeros indicios de montañas. Entré en la ciudad a media tarde. Aparqué fuera del centro, en un barrio donde vivía Tristan, un amigo de Remco de Antwerpen que me había recomendado visitarle. Había quedado con Tristan que le visitaría el jueves por la tarde, pero al apretar el timbre de su casa, un hombre (que imaginé que sería su padre) me informó que Tristan no había llegado. Al cabo de dos horas me dijo lo mismo y me ofreció entrar. Pero preferí volver a la Hymer y seguir trabajando y cenar. Finalmente, a las ocho y media fue Tristan quien me abrió. Tristan es un chico de orígenes franceses que hace años que vive en Luxemburgo. Vive en una gran casa en la cual siempre tiene a alguien alojado. Realmente es así, porque hace poco compró un libro de dedicatorias y ya lo tiene medio lleno. En aquel momento tenía alojado el hombre que me había abierto y que no volví a ver y Nathank, un chico de Nueva Zelanda. Me interesé por Luxemburgo y Tristan me ofreció diversas informaciones interesantes y curiosas. Luxemburgo, en vez de ser un reino, es un ducado, con un duque ejerciendo como rey. El sistema político es muy estable, con los partidos de derechas y de izquierdas siempre colaborando (increíble!). Por otro lado, en Luxemburgo tienen idioma propio, hablado por la mitad de la población. De todas maneras, el idioma empezó a existir a partir de los años 80, antes sólo era considerado un dialecto del alemán con palabras francesas y acento holandés. Me comentó que Luxemburgo era un país multicultural con una gran economía. ¿"En qué está basada su economía?" le pregunté. "En los bancos" me respondió. Después me explicó que en Luxemburgo, junto con Suiza y otros paraísos fiscales, el secreto bancario es legal. No parece demasiado lógico que haya secreto bancario en el corazón de la Unión Europea, pero si no lo permitieran mucho dinero se marcharía hacia otros países. Finalmente me mostró en Internet una gráfica sobre el Producto Interior Bruto por cápita. Luxemburgo es el país del mundo con más riqueza por cápita, un 20% más que el segundo, Noruega. Por otro lado, aparte del secreto bancario las empresas pagan muy pocos impuestos y muchas se instalan en este país aunque produzcan en otros. De todas maneras, esta riqueza no parece difundirse entre la población, que a pesar de ser rica no ostentan con Ferraris, como en Suiza. El viernes salí a visitar la ciudad de Luxemburgo con Nathank, el chico de Nueva Zelanda. Luxemburgo parece un pueblo, no hay grandes edificios, casi todas las casas son bajas. Además, lo habitan menos de 100.000 personas. Pero aparte de la extensión, lo que más me sorprendió de Luxemburgo fue su encanto. Es una ciudad enclavada en un promontorio rodeado por un profundo valle, una defensa natural contra los antiguos invasores. En diversos puntos se pueden observar las impresionantes murallas cubriendo las paredes del valle. Algunas bonitas iglesias y catedrales recortan el cielo. La ciudad es bastante verde (o marrón en otoño), con bastantes parques y jardines. La ciudad también tiene muchos túneles y galerías medievales excavadas en la roca, en una de las cuales hay una interesante exposición de fotografía que visitamos. Hoy sábado me puse en camino hacia Alemania, Frankfurt, donde el miércoles tengo que recoger Alexandra. Pero antes me he parado en un pequeño pueblo antes de cruzar la frontera. Vianden es un pueblo en el fondo de un valle dominado por un impresionante castillo que está siendo reconstruido. He hecho una caminata entre las murallas y las bonitas calles y seguidamente he cruzado la frontera. Antes sin embargo, he cargado la Hymer de gasoil porque en Luxemburgo es mucho más económico: 0,861€/l (el precio está fijado por el gobierno). Me dirigí hacia el valle del Rin, cruzando montañas y valles. Pero paré antes de llegar, porque se hizo oscuro y prefería seguir de día, disfrutando del paisaje. Germany Frankfurt (ver en mapa) 15/11/2006: El domingo y el lunes los invertí visitando un encantador segmento del valle del Rin. Entré por el pueblo de Boppard, donde hice una pequeña paseada, y seguí hacia el sur-este, hacia S. Goar. Aunque el tiempo no era perfecto, me fui parando por el camino admirando diversos castillos, enfilados en colinas, que me transportaban a los tiempos medievales. Al llegar a S. a Goar me maravillé del grandioso castillo de Rheinfels, enclavado en un monte dominando toda la villa. El castillo de Rheinfels fue construido en 1245 para proteger el peaje de barcos que circulaban por el Rin. Eso no gustó demasiado a la liga de ciudades del Rin y justo diez años después de la construcción del castillo le pusieron asedio durante 15 meses. Pero no lograron conquistarlo y acabaron llamando en el castillo de Rheinfels como la "fortaleza inconquistable". Un siglo más tarde, la misma familia edificó otro castillo en el otro lado del río y establecieron el doble peaje, tanto de subida como de bajada. Naturalmente se hicieron de oro ya que el tráfico de mercancías por el río debía de ser muy importante, al igual que lo es hoy en día, con decenas de grandes barcos circulando arriba y abajo del río. Aparqué en la falda de la montaña y empecé a ascender por un camino hacia el castillo de Rheinfels, bordeando las inexpugnables murallas durante mucho rato. Finalmente llegué a la puerta principal, donde pagué 3€ de entrada y empecé a pasear entre los majestuosos escombros. Me subí a una torreta con una vista excelente sobre el Rin. Entonces se puso a llover. Me cobijé en unas galerías y me situé en el mapa que me habían entregado en la entrada. Me di cuenta de que siguiendo las galerías podría seguir el itinerario "2". Así pues seguí adelante, entre capillas, nuevas murallas, más galerías con pequeñas rendijas para los arqueros ... Pero a la mitad del itinerario las rendijas para los arqueros desaparecieron y las galerías se oscurecieron completamente. Fiándome del mapa seguí avanzando a oscuras, tropezando con rocas, poniendo los pies en charcos de barro y renegando. Se sucedieron tres o cuatro galerías más de la misma manera y finalmente llegué otro vez en un terreno conocido y de aquí a la puerta principal. Pregunté a la chica de la entrada si era normal que las galerías no tuvieran luz. Se puso a reír y medio disculpándose me mostró un pequeño cartel donde se recomendaba llevar luces o velas para visitar las galerías oscuras. Después de comer seguí ascendiendo lentamente el Rin, parándome de vez en cuando, hasta que encontré un encantador pueblo medieval nombrado Bacharach. Aparqué la Hymer y estuve paseando entre las antiguas casas y torres medievales hasta que oscureció. Decidí acampar en un gran aparcamiento en la entrada del pueblo para poder volver a visitarlo al día siguiente. Pero el lunes por la mañana estuvo bien nublado y me salté el paseo. A media mañana del lunes me paré en Bingen, el pueblo más importante del valle. Lo visité, pero ni mucho menos tenía el encanto de los anteriores pueblos. Al mediodía el día se destapó un poco y entonces aproveché para cruzar el río con una barcaza (4,5€) y visitar el bonito pueblo de Rudesheim y las viñas de sus alrededores. Antes de salir de Luxemburgo intenté contactar con alguien en Frankfurt, básicamente para poder utilizar Internet, ya que en Alemania hay muy pocas conexiones libres. El mismo lunes me respondió una chica que vivía cerca de Frankfurt, en un pueblo perdido en las montañas de Taunus. Me envió unas pocas indicaciones por SMS pero me perdí unas cuantas veces antes de llegar Silke vive con sus padres. Sus padres viajan frecuentemente a Sur África y aproveché para preguntar por la situación del país. Comentaron que a pesar de la desaparición del Apartheid, los blancos todavía son muy racistas. Después, al explicar mi viaje con Alexandra, Silke comentó que ella también tenía el sueño de cruzar el continente americano, en concreto con una furgoneta Wolsvaguen. Por la noche me invitó a visitar a un amigo. El amigo abrió una botella de un producto típico de la región: vino de manzana. Era similar a la sidra pero menos dulce y sin gas. Durante la conversación me explicaron que en Alemania del este están descontentos con la reunificación, algunos creen que estaban mejor antes. Pero ellos no lo entendían, porque consideraban que Alemania del Oeste les habían liberado del comunismo y encima estaba pagando su recuperación económica. Quizás por este motivo, en Alemania subirán el IVA (VAT) del 16 al 19% a partir del año próximo. Finalmente salió el tema del nacionalismo Alemán. Silke explicó que de pequeños han estado educados a no estar orgullosos de su país, debido a las barbaridades que habían hecho en el pasado. Finalmente empezaron a explicar chistes sobre alemanes del este y del norte. Al día siguiente estuve todo el día trabajando, aprovechando la conexión de internet que podía cazar desde dentro de la Hymer. También hoy, aunque a media mañana me he dirigido hacia Frankfut. He aparcado mucho cerca de la estación y he salido a visitar la ciudad, muy moderna y con unos cuantos pequeños rascacielos que se elevan por encima de las viviendas y de la bonita y antigua plaza de Romerberg, restaurada de los bombardeos de la segunda guerra mundial. Después me he vuelto a cerrar a la Hymer para limpiarla a fondo y para seguir trabajando y para esperar la madrugada, bien temprano por la mañana, cuando llegará Alexandra. 16/11/2006: Me he despertado temprano, a las 5:15 de la mañana. Bostezando y con los ojos medio cerrados de sueño me he dirigido a la parada del autobús. El autobús ha llegado puntual, pero en otra parada cercana. Cuando me he dado cuenta he ido corriendo y me he encontrado en Alexandra medio perdida. Nos hemos abrazado contentos, pero también cansados. Nos hemos dirigido hacia la Hymer y hemos decidido moverla fuera de la ciudad para seguir durmiendo en un lugar más tranquilo. En despertarnos, Alexandra me ha propuesto de visitar Wiesbaden y Mainz, dos ciudades donde había vivido dos meses visitando una amiga. Ambas ciudades, separadas por Rin, se encuentran a muy pocos kilómetros de Frankfurt. De camino nos hemos planteado qué otras ciudades visitar los próximos días y al hablarlo he descubierto que Alexandra tenía ganas de visitar pronto Cataluña y Barcelona, mi tierra y ciudad. Entonces por primera vez en todo el viaje me ha inundado un sentimiento de ganas de llegar a casa después de casi nueve meses de viaje. Al fin y al cabo, buena parte del trabajo que estamos haciendo (escribir artículos, escribir a sponsores, preparar la continuación en África...) la podemos hacer tranquilamente desde casa. Y Por otro lado, Francia es el último país que nos queda para visitar en Europa. Por la mañana visitamos un bonito castillo de Wiesbaden y sus jardines y por la tarde todo el casco antiguo de Mainz, interesante pero nada envidiable con otros pueblos que había visitado anteriormente en el valle del Rin. Por la noche hemos vuelto a la carretera y nos hemos dirigido hacia Strasbourg, una ciudad francesa próxima a la frontera alemana. France Strasbourg (ver en mapa) 17/11/2006: Strasbourg es una ciudad encantadora. El casco antiguo se encuentra en una isla rodeada por el río Ill y algunos canales. Muchas de las casas son medievales, con pesadas estructuras de madera a la vista, pintadas de colores oscuros, contrastando con las paredes claras. Durante el paseo nos hemos sorprendido de la cantidad de indigentes que había por las calles. Recuerdo que al inicio del viaje a Francia también me sorprendí de lo mismo. Por la tarde nos hemos conectado un rato a Internet, hemos escrito a diversa gente de París y más tarde nos hemos empezado a dirigir hacía la capital. Hemos cogido la autopista y por primera vez en mucho tiempo hemos pagado un peaje (creo que Grecia fue el último país donde pagué). Era carísimo. De todas maneras, las autopistas francesas están muy bien y con muchas áreas de descanso, en una de las cuales nos hemos parado para dormir. Paris (ver en mapa) 18/11/2006: El sábado llegamos a París que ya era oscuro. El tráfico era terrible. Llegamos al centro donde teníamos intención de aparcar, pero en ningún sitio había espacio ni para un Mini. Decidimos ir hacia las afueras, pero la situación era igual. Finalmente, aunque estábamos en la otra punta de París, decidimos aparcar en el Bosque de Boulogne. Al principio todas las carreteras del bosque seguían llenas de coches e imposibles de aparcar, seguramente porque había algún acontecimiento deportivo cerca. Pero después las carreteras se vaciaron y en vez de coches aparcados apareció la prostitución. A pesar de todo, decidimos aparcar en un lugar bastante tranquilo a la salida del bosque. No estuvo del todo mal, porque alguna noche nos entretuvimos observando cómo las protitutas se peleaban entre ellas, cómo los clientes paseaban disimuladamente hasta que se decidían por una, cómo se adentraban en la oscuridad del bosque o se cerraban en algún coche para realizar el servicio ... El domingo cogimos las bicicletas y nos dirigimos al Arco de Triumf que estaba bastante próximo. El arco de Triumf es una gran puerta sobradamente conocida, empezada a construir por Napoleón para conmemorar sus victorias. De todas maneras, la obra se detuvo cuando Napoleón empezó a perder batallas y no se finalizó hasta al cabo de treinta años. En sus paredes hay inscripciones de muchas ciudades conquistadas, entre ellas muchos nombres catalanes y españoles. También los distantes puntos de Moscow y Las Piramides. Después de visitar el arco de Triumf continuamos la visita a pie, paseando por los ricos y elegantes Champs Elysees y finalmente por el Champ de Mares admirando la omnipotente Tour Eiffel. El lunes me llamó mi madre informándome que mi abuelo se había muerto. Hacía meses que mi abuelo se encontraba mal. Antes de enfermar siempre había sido un hombre con mucha energía y conocimiento. Había viajado mucho y las historias que siempre explicaba seguramente también me animaron a viajar. Hablé con mi madre sobre la necesidad de volver, pero finalmente decidimos que no hacía falta, al fin y al cabo en breve volvería a estar en casa. En cualquier caso, los siguientes días puse una vela en recuerdo a mi abuelo en la catedral de Notre Dame y en la iglesia del Sacré Coeur. El lunes estuvo lloviendo todo el día. Por la noche fuimos a comprar en la futurista zona de la Defense, con decenas de rascacielos de diferentes formas, todos de cristal, iluminados,... Nos perdimos un poco pero finalmente encontramos aparcamiento y encontramos un supermercado. De vuelta encontramos un punto con una conexión a Internet sin proteger y aprovechamos para descargarnos el correo. En Francia es más complicado que en Holanda y Bélgica encontrar zonas libres de internet. El martes y miércoles seguimos paseando por Paris. Comparado con otras ciudades norte o este europeas, Paris me recuerda mucho a Barcelona: el tráfico, las calles comerciales, los edificios ... Aunque naturalmente hay diferencias, por ejemplo las chimeneas de las casas son típicamente francesas: todas sencillas y en línea recta en los tejados de los edificios. El martes tomamos el metro (en realidad era un tren de dos pisos). Comparado con el transporte público en el norte de Europa, aquí es imposible entrar en el metro sin pagar. Nos dirigimos hacia la delicada Catedral de Notre Dame. De allí volvimos paseando por delante del Hotel de la Ville (ayuntamiento), el moderno centro Pompidou (construido en 1977 actualmente ya no es tanto moderno), el Louvre y sus jardines y de nuevo los Champs Elises y el Arco de Triumf. Llegamos a la Hymer agotados. Mientras nos descansábamos alguien golpeó la puerta. Abrí la ventana y fuera había un hombre con bicicleta. Me preguntó por el viaje que estábamos realizando. Salí a fuera y estuvimos conversando un rato, finalmente nos invitó por la noche a cenar en su casa, cerca del arco de Triumf. Frederic vive en un humilde piso en el centro de un barrio río de Paris. No estaba cómodo y decía que quería marcharse de la ciudad, a vivir en la Bretanya. Nos explicó que la gente de París es demasiado ostentosa y que sólo están preocupados de tener un buen trabajo y vestir siempre elegantes. Nos explicó que esta fijación por el trabajo provoca que un 30% de la gente en París viva sola, igual que él. Después nos habló de la situación de los Ghettos de París y la crema de coches de hace un año como muestra de protesta. Se quejó que en vez de ayudar e invertir en los ghettos el gobierno francés sólo apuesta por la represión, con 6000 nuevas plazas de policías. Finalmente entrevisté a Frederic. Opinaba que el principal problema del mundo es la destrucción del medio ambiente y la polución, hay demasiados coches, muchos países no tienen acceso a agua limpia ... Parte de la solución se encontraría ayudando los países pobres y también reconsiderando todo lo que necesitamos. Por ejemplo él no tiene coche y en cambio utiliza la bicicleta o anda. También colabora seleccionando las basuras ... El principal problema en Francia son los ghettos que se han creado en torno a París donde la gente vive en muy malas condiciones y sin futuro. La solución la tendría que aportar el gobierno con inversión y facilitando mejoras en las viviendas de estas zonas y educación. Él puede ayudarlos intentando mostrar un futuro para ellos, hablando con ellos. Frederic no puede ser feliz conociendo que hay gente que lo pasa muy mal. De todas maneras, próximamente, cuando vaya a vivir en el campo será más feliz. El secreto de la felicidad es compartir la vida en pareja. Al acabar la entrevista le pregunté cómo era que no tenía pareja teniendo en cuenta su opinión sobre el secreto de la felicidad. Me comentó que la causa era la sociedad francesa, que es demasiada individualista como para encontrar una. Hoy hemos vuelto a tomar las bicicletas y hemos ido a pasear por el tranquilo barrio de Montmartre y la iglesia de Sacre Coeur. Durante el paseo hemos decidido marcharnos mañana de París aunque todavía no habíamos visitado el Barrio latino. Parece que los dos tenemos en mente que el viaje se acaba y ya nos hemos hecho la idea de pasar un invierno tranquilo en casa de mis padres, preparando el viaje en África. De todas maneras, el hecho de estar finalizando esta etapa del viaje también me desorienta y me tiene intranquilo. Aparecen preocupaciones económicas y logísticas, me inquieta sentirme aprisionado en casa, y me entristece estar finalizando una parte del sueño. Versailles (ver en mapa) 23/11/2006: El jueves por la mañana lloviznaba y hacía viento, a pesar de todo hemos salido a admirar el palacio y los jardines de Versalles. Había muchas partes en obras, lógicamente aprovechando que hay pocos turistas en invierno. A pesar de todo, los japoneses no faltaban. Después nos hemos dirigido hacia Rouen, que hemos visitado por la tarde. Es una ciudad preciosa, con calles empedradas, casas con estructuras de madera a la vista, galerías, tiendas de antigüedades, bonitas iglesias, una magnífica catedral que me recordaba la de Barcelona y mucha historia. Rouen es la ciudad donde la heroína de 19 años nombrada Juana de Arco murió quemada en 1431, acusada de herejía durante la guerra de los cien años. St. Malo (ver en mapa) 25/11/2006: Ayer llegamos a la costa norte de Normandía, en las playas donde las tropas aliadas desembarcaron el día 6 de junio de 1944, el famoso día D. en Concreto visitamos el pequeño pueblo de Arromanches, donde durante el desembarque aliado construyeron un inmenso puerto artificial flotante. Durante los tres meses posteriores al día D, 2,5 millones de hombres, 500,000 vehículos y 4 millones de toneladas de equipamiento desembarcaron en este puerto artificial. Actualmente todavía quedan algunos inmensos bloques de cemento y metal flotando a lo lejos y algunos otros varados en la playa. En torno al pueblo había riscos escarpados defendidos por antiguos búnkeres que recuerdan lo complicado que fue el desembarque y el gran número de bajas que soportaron los aliados. Por la tarde visitamos el bonito pueblo de Bayeux, el primer pueblo que fue liberado por las tropas aliadas. Pasamos la noche en un área de descanso de la autopista. El área se encontraba en una elevación donde el viento soplaba muy fuerte, tan fuerte que en algunos momentos pensábamos que se llevaría la Hymer con nosotros dentro. En despertarnos hemos seguido la marcha hacia el Monte S. Michel. Hemos parado en un pequeño pueblo para hacer unas fotos de lejos al Monte S. Michel. Mientras enfocaba he escuchado los maullidos de un gatito desesperado. He buscado entre las hierbas y he encontrado un gatito, que al verme ha huido corriendo. Se ha escondido en una cañería donde ha seguido maullando. Pero finalmente, incitado por Alexandra, he conseguido cazarlo. El gatito estaba mojado y temblaba de frío. También ha demostrado tener mucha hambre cuándo le hemos dado un poco de leche con pan. Nos hemos enternecido. Nos lo hubiéramos llevado, pero tiene que ser bastante complicado viajar con un animal. Por otro lado, mis padres tienen demasiados gatos en la masía donde viven. Lo hemos dejado comiendo el pan mojado con leche con la esperanza de que encontrara su madre más tarde. De lejos, el Monte S. Michel ofrece una visión mágica. Sobre una inmensa planicie que periódicamente queda parcialmente inundada por la marea se eleva un bonito pueblo y una abadía amurallados. La única manera de llegar al Monte S. Michel es a través de una carretera elevada sobre la planicie, en cuyo final hay un inmenso aparcamiento de pago. Hemos paseado por encima las murallas enclavadas en la roca que sobresale de la arena, y por las calles del pueblo llenas de tiendas y restaurantes muy caros, y llenos de turistas a pesar de ser invierno. Por la tarde hemos ido hasta S. Maló a través de una pequeña carretera que cruzaba diversos pueblos con casas de piedra. Hemos llegado a la población al oscurecer, avanzando por una calle muy larga sin ninguno atractivo. Pero finalmente hemos descubierto porque S. Maló es a uno de las principales destinaciones turísticas en la Bretanya. Al final de una bonita playa descansa una pequeña fortificación, un pueblo rodeado por unas poderosas murallas y un gran puerto de embarcaciones deportivas. La marea estaba baja y hemos podido andar hasta la fortificación. Después hemos andado para el bonito pueblo de estilo británico y por encima sus murallas. Spain San Sebastian (ver en mapa) 28/11/2006: El domingo hicimos muy pocos kilómetros y no visitamos ningún pueblo o ciudad. Estuvimos toda la mañana conversando sobre algunos cambios que teníamos que afrontar antes de iniciar el viaje a África. Por la tarde estuvimos conduciendo dirección La Rochelle, pero no llegamos porque Alexandra empezó a tener un fuerte dolor de cabeza y prefirió que nos detuviéramos en un pequeño pueblo. El lunes visitamos La Rochelle, un antiguo puerto que antiguamente estaba defendido por una gran cadena que privaba la entrada de barcos enemigos. Actualmente restan las dos torres a la entrada del puerto entre las cuales se sujetaba la cadena. El resto del pueblo es interesante, con muchas arcadas de piedra, casas también de piedra o pintadas de blanco ... La arquitectura cada vez es más similar a la de mi tierra. Por la tarde seguimos el camino hacía el sur. Teníamos planeado de detenernos en Bordeaux para visitar la ciudad, pero finalmente decidimos seguir el viaje. Ya hacía algunos días que visitábamos pueblos y ciudades sin tener ningún contacto y empezaba a hacernos un poco aburrido. Los nuevos lugares visitados no nos aportaban demasiado de nuevo. Por otro lado, después de visitar los bonitos parajes del Monte de San Michel y S. Maló, el resto de pueblos parecen perder todo el encanto. Hoy también teníamos pensado de detenernos en Bayonne pero al final no lo hemos hecho, con la intención de entrar pronto en España para llamar a mis padres y amigos que ya estaba llegando. Y también para visitar con más calma San Sebastian (o Donostia en Euskera). Ya había estado en San Sebastian. La anterior vez era un día soleado que coincidió con una manifestación en apoyo a la banda terrorista ETA. Hoy, el día estaba nublado y San Sebastian más tranquilo. Sólo el mar parecía romper la tranquilidad con olas de uno o dos metros que algunos surfistas intentaban aprovechar. De todas maneras, el mar en la famosa playa de la Concha estaba muy calmado, ya que está encerrado en una gran bahía. Aparte de pasear por el paseo marítimo también paseamos por el bonito casco antiguo al pie del monte Urgull. Mientras estaba haciendo unas fotos de la plaza de la constitución se me acercó un hombre de entre un grupo de sin-techo y me empezó a dar conversación. Me explicó que había viajado un poco por toda Europa y que ahora volvía a estar en su tierra natal. Le pregunté si era complicado vivir en la calle y me comentó que dependía del tiempo. Finalmente me pidió que le hiciera una foto y que en llegar a casa la enviara a su hija que se llamaba Ainoa. Me despedí de él entregándole unas monedas y volviendo con Alexandra que hacía minutos que me estaba reclamando. Vic (ver en mapa) 29/11/2006: Hoy hemos visitado la empresa Zalba Caldú en Zaragoza que nos ha estado esponsoritzando todo este tiempo y se han ofrecido seguirnos esporitzando durante la quimera Africana. Ha estado una reunión muy cordial. Nos han presentado todos los seguros y asistencia (entre ella sanitaria) que nos podían ofrecer. Después de comer con ellos hemos seguido el camino hacía casa, Vic. Está bien viajar por tu propio país con alguien extranjero porque te hace notar aspectos que hasta entonces no había dado importancia, como las muchísimas pintadas en la carretera: "viva ETA”, “ETA asesinos", "viva cuba comunista", "no votas VCT" (no sé quiénes son), y uno acto seguido de símbolos nazis y anarquistas. Finalmente, cuando estábamos cruzando los Monegros, una región casi desértica, Alexandra me ha hecho notar la gran cantidad de camiones que circulaban. En pocos minutos hemos contado cien y sólo diez coches. Diez coches circulando, por que cargados en los camiones había mucho más. Hemos estado circulando unas horas más, por carreteras más conocidas, hasta que finalmente hemos llegado a casa mis padres. Con un fuerte abrazo hemos finalizado esta primera parte del viaje. Ahora dejaré el diario en blanco hasta la siguiente etapa, mucho más emocionante: ¡África! ‹ Anterior (10/10/2006) MES Siguiente (2006-12-09)› ‹ Anterior (2006-10-23 - Belgium) PAIS Siguiente (2006-11-15 - Germany)› |
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