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‹ Anterior (14/01/2008) MES Siguiente (2008-03-14)› ‹ Anterior (2008-01-14 - Sudan) PAIS Siguiente (2008-02-23 - Jordan)› Egypt Cairo (ver en mapa) 13/02/2008: Hoy por la mañana, Michael, Stephania y la simpática pequeña Maria se han despedido definitivamente de nosotros. Habíamos compartido casi dos meses con ellos y se habían convertido en unos verdaderos compañeros de viaje, ayudándonos mutuamente cuando hacía falta, manteniendo interesantes conversaciones, conociendo conjuntamente países y habitantes ... Es una lástima que no volveremos a establecer en Europa hasta después de viajar por toda Asia y América y que no los podremos visitar hasta entonces. Los echaremos de menos. Michael y Stephania habían llegado al Cairo hacía dos días provenientes de la carretera del desierto Blanco. Por la mañana me contactaron y les di las coordenadas GPS de la casa de Tarek, el egipcio que me había alojado la primera vez al Cairo y que nos volvía a ofrecer su grandiosa hospitalidad. De todas maneras, no llegaron hasta la noche debido a problemas para unificar la nomenclatura de las coordenadas. Estaban cansados del viaje y de la búsqueda y quedaron completamente desconcertados cuando Tarek les ofreció la misma hospitalidad que a nosotros, ofreciéndonos una deliciosa cena en su casa. Al volver a las autocaravanas, Michael me preguntó con interés: - ¿Cómo funciona Couchsurfing? Yo le respondí que en couchsurfing no todo el mundo era tan hospitalario como Tarek y que eso dependía más bien de la cultura egipcia o Árabe, pero que en cualquier caso, era muy interesante de estar apuntado para conocer gente y otros viajeros. En realidad, a lo largo de nuestro viaje, muy poca gente se ha mostrado tan hospitalaria con nosotros como Tarek y su segunda esposa Asser. Habíamos encontrado familias que a pesar de su absoluta pobreza nos ofrecían todo lo que tenían. Pero Tarek disfruta de una muy buena situación económica y paradójicamente su hospitalidad me resulta todavía más sorprendente, porque hasta ahora no me había encontrado ningún "rico" que a través de couchsurfing alojara a tantos viajeros en su casa e insistiera de pagar siempre cualquier bebida o comida que consuman en su casa o fuera. Realmente, al cabo de cuatro días de disfrutar de su hospitalidad me siento que estamos abusando, pero cuando hablamos con él, se muestra tan agradecido con nuestra presencia que nos hace sentir parte de sus amigos más apreciados y que se sentiría defraudado si no aceptáramos todo lo que nos puede ofrecer. Un ejemplo de la magnífica hospitalidad de Tarek ya nos la encontramos tan buen punto llegamos al Cairo. Aquella noche, Egipto jugaba la final de la copa de África de fútbol contra Camerún, y junto con dos otras parejas de americanos que Tarek también estaba alojando nos invitó a una cafetería a ver al partido. Secretamente, yo animaba Camerún, pues el Etoo juega en el Barça, el equipo que soporto, aun así fue una gran suerte que Egipto ganara, pues después la fiesta fue magnífica. Tarek cargó a los chicos en su coche y Asser las chicas en su coche y acto seguido nos añadimos al desfile de centenares de coches que se dirigían hacia el centro de la ciudad para celebrar la victoria. Los conductores hacían sonar las bocinas (más que nunca), había chicos alocados que echaban llamaradas utilizando esprays, también había chicas cantando consignas, algunos motociclistas que mostraban sus habilidades, y todo este espectáculo sin que se bebiera casi nada de alcohol. De todas maneras, Tarek rompió las reglas y nos compró unas cuantas cervezas y para acabar de redondearlo nos invitó a cenar unas cuantas delicias de la cocina egipcia. La verdad es que echaremos de menos a Tarek y Asser cuando nos despidamos de ellos, igual que a Michael, Estephania y Maria, y de la misma manera que yo echaré de menos a Alexandra, porque esta noche misma, finalmente se ha decidido de comprar un billete de avión para visitar a su familia a Italia y Rumania. La esperaré en Turquía, con ganas de reencontrarla, pues aunque a veces sus ataques de nervios me saquen de quicio, últimamente Alexandra está mucho más calmada. Alexandra siempre había dicho que África no le gustaba y quizás a partir de ahora se interesará más por los países que visitemos y la gente que conoceremos. En cualquier caso, aprovechando que pronto se marchará y que mañana es San Valentín, esta noche me he vuelto a poner el anillo de oro que Alexandra me había regalado y que me había sacado durante su última crisis de nervios del fin de año en Addis Abeba. En concreto, en Cairo, Alexandra se ha mostrado interesada de visitar conjuntamente el comercial barrio de downtown, el barrio islámico y su turístico mercado de Khan Al-Khalili, y el barrio Cóptico, donde se alzan diversas iglesias que fechan de los inicios del Cristianismo, una de las cuales, se dice que está construida sobre la cripta donde Maria, José y el Niño Jesús se refugiaron huyendo de la matanza de bebés que ordenó el rey Herodes. Visitando las iglesias me ha sorprendido observar las numerosas inscripciones en griego, pero después todavía me ha sorprendido más observar en el cementerio inscripciones en árabe sobre cruces cristianas. Y allí, mientras Alexandra hacía la foto de una tumba he exclamado con naturalidad: - ¡Alex, vigila con el muerto! Por poco no se desmaya del susto, y es que los rumanos son increíblemente supersticiosos. 16/02/2008: Antes de ayer, el viento había limpiado la polución de Cairo y desde el barrio donde vive Tarek pudimos observar ilusionados las enormes pirámides que se levantaban a la otra punta de la extensa ciudad, sobre el rocoso plató de Giza. Y por fin, después de un par de días en los que he estado un poco con fiebre, hoy las hemos ido a visitar. Al acercarnos, la grandeza de las pirámides apareciendo altivas entre los edificios del barrio de Giza nos ha vuelto a sorprender. Y una vez dentro del recinto, me ha continuado sorprendiendo la dificultad de su construcción, que en el caso de la pirámide de Cheops (la mayor) supuso apilar bloques de piedra de unas 2,5 toneladas hasta una altura de 146 metros. No es de extrañar que haya quien crea que las pirámides fueron construidas por extraterrestres, ángeles o incluso, demonios. En cualquier caso, también me ha sorprendido la dificultad que debería suponer expoliar de piedras las pirámides para construir algunas partes de Cairo, de manera que la actual altura de la pirámide de Cheops ya no es de 9 metros menos. Después de visitar la Esfinge por fuera una valla, que me ha desilusionado un poco, quizás porque me la imaginaba mayor, hemos ido andando por la arena del desierto, observante como las pirámides se iban alejando detrás nuestro, recortando la enorme metrópoli de Cairo, mientras delante nuestro, cerca del horizonte, se distinguían otras pirámides construidas también hace unos 4 o 5 milenios, pero más pequeñas y no tan visitadas. 19/02/2008: El mismo sábado volviendo de la visita de las pirámides observé con desesperación que la lucecita de carga de la batería se volvía a encender. El alternador había dejado de funcionar otra vez. Esta vez, lo desmonté con la intención de arreglarlo yo mismo. Pero el problema era más grave que las anteriores veces y me vi obligado a llevarlo a un especialista. Pero en Egipto, los mecánicos hacen fiesta el domingo en vez de los viernes, y aunque yo y el chofer de Tarek buscáramos por todo Cairo algún taller abierto, tuvimos que esperar al lunes. Pero el lunes por la mañana, Alexandra tenía el vuelo hacia Italia, así pues, en vez de llevarla yo hacia el aeropuerto, fue el chofer de Tarek quien la llevó. De todas maneras, mientras íbamos hacia el aeropuerto, recibimos una llamada informándonos de que el vuelo se retrasaba dos días por culpa de unas fuertes nevadas en Grecia (donde el vuelo hacía escala). Así pues, los dos seguimos disfrutando de la hospitalidad de Tarek, retenidos dos días más en Cairo, pues en mi caso, hasta el lunes por la noche no tuve arreglado el alternador con una pieza nueva y al montarlo hoy martes por la mañana el motor no ha querido arrancar. He esperado todo el día a que llegara un mecánico, que en un momento ha descubierto que un cable de detrás el motor se había desconectado. Aparte de intentar resolver los problemas mecánicos, estos días hemos continuado cerrados en casa de Tarek, sin demasiadas ganas de seguir descubriendo la interesante ciudad, y simplemente dejando pasar el rato conectados a Internet (a veces trabajando), jugando on-line al poker con Asser, o jugando a la Xbox con Tarek, sobre todo a unos juegos de carreras de coches, los cuales son muy reales, pues Tarek dispone de pedales y volante. De todas maneras, por las noches también seguimos disponiendo de ratos para conversar con Tarek o Asser, los cuales eran musulmanes muy abiertos, aunque Asser intentara múltiples veces de convencer indirectamente a Alexandra de convertirse. Por otro lado, Tarek había pasado todo el anterior fin de semana con su primera mujer, con la cual también tiene hijos (Asser tiene dos hijas). Al volver el lunes, Tarek me comentó que sus dos mujeres no se portan muy bien, pero que tienen de aceptar la situación porque la legislación y la religión musulmana permiten su doble matrimonio. De todas maneras, pasa más tiempo con su segunda mujer, principalmente por que casi siempre está alojando a gente de couchsurfing y Asser es más abierta para acogerlos. --- Hoy a la noche he entrevistado a Tarek que opinaba que el principal problema del mundo es la actual política Americana que está causando un impacto muy negativo en el mundo. Espera que a las próximas elecciones las ganen los demócratas, aunque tendría que cambiar la sociedad para cambiar profundamente las políticas. Tarek intenta ayudar a propiciar este cambio alojando personas de diferentes culturas e intercambiando realidades. El principal reto de Egipto será la retirada del actual presidente que ha estado al poder los últimos 24 años y los cambios que comportará. La solución sería la democracia, aunque el país quizás no está preparado para ésta. Tarek intenta colaborar individualmente ayudando a hacer crecer la economía Egipcia. Tarek se considera feliz porque se encuentra con gente de todo el mundo y por la familia que tiene. Sería más feliz perdiendo 10 kg y siendo más saludable. El secreto de la felicidad es la conexión con Dios. Dahab (ver en mapa) 22/02/2008: Después de dejar a Alexandra en el aeropuerto, empecé a hacer camino hacia el canal de Suez, con la intención de aprovechar al máximo los últimos días disponibles de visado al Sinaí, pues sentía que no había disfrutado bastante de Egipto, con demasiados problemas burocráticos y mecánicos. Tenía ganas de ver el canal de Suez, pero al llegar me desilusioné, pues había decenas de acuartelamientos militares que protegían los accesos al canal, además, el canal se cruzaba con un túnel en vez de con un puente. Aun así, después de buscar un rato por la orilla este, finalmente encontré un caminito que se dirigía al canal y entonces empecé a disfrutar del espectáculo, observando decenas de barcos de gran tonelaje que parecían navegar por el medio del desierto. Al llegar a la orilla del canal me sorprendí de la gran anchura de éste, a pesar de que seguramente no lo bastante para que circulen dos barcos de lado, porque en todo momento circularon los barcos en un solo sentido (de Norte a Sur). Después de la visita al canal, empecé a bordear el golfo de Suez (en el Mar Rojo) con intención de llegar al monasterio de Santa Caterina y quizás ascender de madrugada al monte Sinaí. Pero me vino sueño, debido a las tantas noches conversando (o jugando a la Xbox) con Tarek y sus otros huéspedes, y a las ocho ya me puse a la cama para no despertarme hasta el día siguiente al cabo de once horas. El monasterio de Santa Caterina, al pie del monte Sinaí, ha sido un lugar de peregrinaje desde el siglo 4, cuando una emperatriz romana construyó una capilla al lado de un arbusto quemado que se creyó que era el arbusto a través del cual Dios había hablado a Moisés. El monte Sinaí es venerado también tanto por judíos, cristianos como musulmanes, porque la tradición dice que Moisés recibió las tablas con los diez Mandamientos en la cima de la montaña. Enlazando el monasterio de Santa Caterina con la cima del monte Sinaí, hay los 3750 peldaños de la escalera del arrepentimiento, cortados en la roca por un monje como forma de penitencia. Tal monje tenía que haber hecho un pecado muy grande (nadie sabe cuál), en cualquier caso, a buen seguro que Dios lo perdonó. Aunque no tenía intención de subir al monte Sinaí, porque en dos días me expiraba el visado de Egipto y quería llegar temprano a Dahab para cambiar dinero, empecé a subir las escaleras del arrepentimiento, desde las cuales se disfrutaba de un magnífico espectáculo, con el monasterio en el fondo del valle rodeado de montañas rocosas. Seguí subiendo sin haber tomado agua ni dinero, aun así, cuando me encontré a medio camino de la cima pensé "qué carajo, acabo de subir"!. Pero arriba, aparte de un paisaje aun mucho más espectacular, me encontré una sed de mil demonios, por suerte, me encontré con Moisés que me ofreció agua. En torno a la cima hay diversas paraditas para turistas, pero al pedir agua a un vendedor, sólo me quiso ofrecer una botella precintada que no podía pagar. Enfadado exclamé en voz alta: - ¿Ésta es la hospitalidad Egipcia? Entonces apareció otro hombre (de la tienda número 2) y me ofreció un vaso de agua deliciosa de una fuente de la montaña y a continuación uno té caliente. Mientras me recuperaba en su tienda se presentó con el nombre de Mussa (Moisés en árabe), explicándome que era beduino, en concreto de la familia Jabaliyya, una de las 7 que pueblan el Sinaí. Aunque también me siguió explicando que hay otros 7 familias de beduinos derramadas por Jordania y Arabia Saudí. Habiéndome fijado que por los alrededores había diversas clapas de nieve, le pregunté si nevaba mucho y me respondió que últimamente no y que la última gran nevada había estado en el 86, cuando se acumuló un metro de nieve. Consecuentemente, la montaña tiene muy pocas reservas de agua, insuficientes para regar los cipreses de 500 años de antigüedad que marcan el punto donde el profeta Elias escuchó la voz de Dios. Para acabar, me comentó que había tenido suerte de llegar a la cima a media mañana, porque normalmente, cada noche se reúnen centenares de turistas a la cima para ver la salida del sol. Y realmente debería de ser así, porque cuando llegué a la una del mediodía de nuevo en al monasterio con la intención de visitarlo, éste (a diferencia de la mañana) estaba completamente desierto y un vigilante me comunicó que ya estaba cerrado. En Dahab, un turístico pueblo en la costa del golfo de Acaba (también en el Mar Rojo), los bancos ya estaban cerrados. Aun así fui hasta el centro para hacer algunas compras, pero en aparcar, se me acercó un chico y me comentó bien tieso: - Aquí no puedes aparcar. Estaba a punto de iniciar una nueva discusión cuando de repente, el mismo chico exclamó en español: - ¡Que no, que es broma! Eran Antonio y su compañera Ana que habían hecho un recorrido por África en un 4x4 muy similar al nuestro. En Addis Abeba, una pareja de holandeses que habíamos encontrado en la embajada del Sudán les habían hablado de nuestro viaje, comentando "no sé cómo han podido recorrir África con una autocaravana". También conocían a Arancha, otra española que habíamos encontrado en Aswan y que después de 9 años viajando volvía para estabilizarse en España. Y durante la posterior cenar que compartimos, también me comentaron que habían conocido a Tim, el motorista inglés que nos habíamos encontrado en Angola. Hoy, mientras Antonio y Ana iban a hacer submarinismo para descubrir nuevos tesoros coralinos que crecen en torno a Dahab y en todo el Norte del Mar Rojo, yo he tomados mis pies de pato y mis gafas y me he sumergido en la playa delante del pueblo, desde donde se puede acceder a un magnífico acantilado lleno de corales, plantas de formas inimaginables, peces de múltiples colores, pulpos medio camuflados ... Era un espectáculo increíble, pero por mala suerte, el agua era muy fría y antes de una hora he tenido que salir temblando. Por la noche he vuelto a Cenar con Antonio y Ana, conversando sobre nuestras aventuras y sobre como la siempre difícil economía del viajero nos hace vivir situaciones límite: cuándo no queremos pagar a la policía corrupta, o buscamos lugares gratuitos donde dormir, o económicos donde comer ... a diferencia del turista, que al tener las vacaciones acotadas puede solucionar cualquier tropiezo con unos pocos $ o €. Jordan Aqaba (ver en mapa) 23/02/2008: A la hora de tomar el barco hacia Jordania he vuelto a vivir otra de estas situaciones límites por culpa del dinero. Por la mañana temprano he pagado 192 $ por el billete del barco de Nuweiba a Aqaba (Jordania), pero cuando me dispuse a embarcar, después de haberme pasado 4 horas dentro del puerto corriendo para arreglar papeleo, los controladores me han comentado que tenía que pagar 50 $ extra, porque me habían vendido el billete por coche pequeño y el mío era grande. Después de discutir un buen rato, finalmente me han mostrado que otros todo-terreno también pagaban el importe que me pedían. De todas maneras, aunque yo no tenía la razón, no quería pagar y he decidido seguir tensando la cuerda. Les he comentado que ya me había gastado todo el dinero y que no podía salir del puerto para sacar con la tarjeta visa porque ya tenía el sello de salida de Egipto. Eso los ha descolocado, pero después de media hora de llamadas, preguntándoles si podía pagar el billete en Aqaba, finalmente me han comentado que podría ir a sacar dinero fuera del puerto de Nuweiba, escoltado por un policía. Naturalmente he tenido que seguir la corriente y hacer ver que sacaba dinero y después pagar el importe solicitado con el dinero que ya tenía. Con todo eso, el barco ha salido unos quince minutos tarde por culpa mía, pero poco ha importado, por que al llegar a Aqaba al cabo de unas tres horas, hemos tenido que estar otra hora encerrados en el barco esperando que acabaran de televisar un partido de fútbol. Petra (ver en mapa) 24/02/2008: Hoy no ha sido un buen día. Ayer a la noche conocí una simpática pareja belga que viajaban con una autocaravana por el Medio Oriente y me dieron algunas buenas recomendaciones. También hoy me he dirigido hacia Petra, por una carretera perfectamente asfaltada de tres carriles, acompañado por dos jóvenes de Australia que había conocido ayer en el barco. De todas maneras, hoy no ha sido un buen día, pues ayer mi ordenador se volvió a estropear y hoy, en vez de visitar Petra, me he tenido que quedar en el coche reinstalando todo el Windows y perdiendo mucho trabajo y alguna información importante. Por suerte, había hecho copias de seguridad en casa en Tarek en Cairo, y la situación tampoco era tan crítica. En cualquiera caro, por la noche, una vez reinstalados todos los programas me he puesto a escribir otra vez, todos los diarios perdidos. 26/02/2008: Sin duda, Petra es lo más extraordinario que he visto hasta ahora, incluyendo dos años recurriendo Europa y África, y los anteriores viajes a India y América Latina. Actualmente Petra está incluida como una de las 7 grandes maravillas del mundo, de todas maneras, yo la situaría delante de todas ellas por su grandeza, por la belleza de sus edificios, geología y paisajes, y por su historia y antigüedad. Los inicios de la historia de Petra (significa piedra en griego) y de los Nabataeanos, sus habitantes originales, está llena de misterios y lagunas. De todas maneras, algunos estudios sitúan los inicios de esta gran ciudad en el siglo 6 BC. En cualquier caso, la ciudad floreció en una meseta rocosa y montañosa gracias al control de diversas rutas comerciales, pero también gracias al control que tenían del agua, mediante presas y canales, que les permitía cultivar la tierra. Durante estos prósperos siglos, los Nabataeanos y posteriormente los griegos y romanos, esculpieron maravillosas tumbas, similares a templos, en las paredes de roca de las montañas. De todas maneras, poco tiempo después Petra sufrió uno drástico decline, en parte provocado por las nuevas rutas comerciales propuestas por los romanos, pero sobre todo, por el terremoto del año 363 que destruyó muchos edificios y dañó el vital sistema de gestión del agua. Aunque los Nabataeanos creían con Dioses pre-islámicos, coincidiendo con su decline, algunas preciosas tumbas se empezaron a utilizar como iglesias. David y Maria que nos habíamos encontrado en Aswan me habían informado de una manera para entrar sin pagar los 26€ de la entrada (valida para dos días), pero el día anterior no encontré las pistas que me habían dejado. En cualquier caso, aunque una vez a dentro observé que era muy sencillo entrar por otros lados sin pagar, aboné el billete sin resentimiento, porque realmente valía la pena. Ayer entré a Petra por la entrada principal, introduciéndome por el Siq, un garganta producida por fuerzas tectónicas que separaron 1207 metros de montaña entre 3 a 12 metros entre sí. Durante este recorrido he observado algunos grabados interesantes en las paredes que he empezado a fotografiar, aunque lo más sorprendente ha estado la visión al final del cañón, la magnífica y gigantesca tumba esculpida en la pared de delante, nombrada el tesoro. Pero siguiendo el recorrido por el valle que se abría delante mío aparecían más tumbas, y cada vez más sorprendentes, con impresionantes dibujos naturales causados por los diferentes colores de la roca. Había tantas cosas interesantes a observar y fotografiar, que al primer día a las 11 de la mañana ya me tuve que empezar a preocupar de los sólo 2Gb que tenía para almacenar fotos y la batería que se estaba descargando. Seguí andando por la montaña, sin dejar de admirar nuevas tumbas, o el grandioso anfiteatro también excavado en la roca por los romanos. Más allá, las tumbas (o quizás casas) excavadas en las paredes rocosas se volvían más sencillas, pero empecé a observar derramados por los prados, fragmentos de cerámica, confirmándome que la ciudad tenía que ser realmente grande, aunque actualmente se conserven principalmente las tumbas. Hacía el mediodía empezó a llover, y al cabo de poco de refugiarme en una tumba, empezó a granizar de valiente. En medio de la tormenta llegó un hombre barbudo y greñudo, completamente empapado y temblando de frío, y montando un burro (aunque él insistía que era un caballo). La cara del hombre no me merecía confianza, y menos cuando me preguntó sobre el anillo de oro que llevaba en el dedo, mientras se desabrochaba diversos cinturones. Yo lo miraba con tensión, vigilando que no llevara ningún puñal, pero aunque no llevara ninguno, tan buen punto disminuyó la tormenta, me fui. Volví a la explanada principal, donde hay las ruinas de diversos templos griegos y romanos, y aunque todavía llovía, me añadí detrás de un grupo que se enfilaba por la montaña. Pero viendo que el camino no era demasiado evidente y que se alejaban bastante de la zona central, pregunté al guía francés si me podía añadir a su grupo, el cual, muy amablemente me dijo que sí. Y fue una gran suerte, porque subimos arriba por unas escaleras de piedra, disfrutando de más tumbas e impresionantes vistas, hasta la cima de una montaña donde había una gran infraestructura para sacrificar animales a los Dioses, con piscina para purificarlos y altar con forma de embudo para recoger la sangre. Siguió lloviznando todo el rato, pero media hora antes de llegar al pueblo, empezó a diluviar, llegando a la autocaravana completamente empapado. Hoy he vuelto a visitar Petra, pero antes me he dirigido con el coche a unos 5 kilómetros donde se encuentra la Pequeña Petra, un enclave naturalmente protegido por las montañas donde había depositado el dinero de la ciudad y donde hay también algunas tumbas interesantes. Después, he andado hasta arriba de otra montaña donde está el edificio excavado a la roca mayor de todo Petra, el monasterio, delante del cual las personas parecen increíblemente pequeñas. Subiendo hacia el monasterio, una chica beduina que vendía colgantes y piedras me ha pedido un trozo de papel. Sin haber olvidado del todo a los pesados vendedores de Egipto he estribillo automáticamente "no" , pero ella me ha replicado que era para encender un fuego. Entonces, más comprensivo, he sacado mi bloc de notas y he arrancado una hoja. Y acto seguido, la chica, me dicho un cumplido o agradecimiento que se me ha quedado grabado a la memoria: - Gracias, espero compensártelo en tu boda. Al volver a bajar, la chica me ha ofrecido un té, y sin que saliera de nuevo el tema de la boda, me ha explicado que no había ido nunca a la escuela y que su casi perfecto inglés lo había aprendido a partir de los turistas. Desgraciadamente, a media tarde, después de algunos ocasionales rayos de sol ha empezado a lloviznar de nuevo y cansado de mojarme he vuelto al coche. Y ha sido una buena decisión, porque poco antes de llegar ha vuelto a diluviar. Amman (ver en mapa) 28/02/2008: Al mediodía, después de haber estado toda la mañana trabajando y escribiendo, me puse en marcha por una carretera que cruzaba por encima las carenas de las montañas, a veces con clapas de nieve al lado de la carretera. De vez en cuando cruzaba pequeños pueblos, bastante modernos, con todas las mujeres cubiertas con velo y algunas incluso con burca; algunos hombres llevaban elegantes turbantes de cuadraditos rojos y blancos. Me ha sorprendido los pocos controles de policía en la carretera y la tranquilidad y simpatía de la gente, y no tanto por el contraste de los anteriores países, sino porque Jordania se encuentra en medio de algunos países muy conflictivos: Irak y Palestina e Israel. De todas maneras, lo que realmente me sorprendió más, fue la gran presencia de contenedores de basuras, los cuales son completamente inexistentes en buena parte de África. Al anochecer llegué a Karak, donde hay un impresionante castillo dominante la villa, aunque, conociendo que en Siria hay castillos de la época de las cruzadas mucho más interesantes no tenía intención de visitarlo. De todas maneras, al acercarme a la entrada, el guardián me dejó entrar sin pagar aprovechando los últimos minutos antes de cerrar. Y hoy, al salir de Karak con la intención de circular por la autopista del rey que atraviesa un fantástico cañón (según la guía), he equivocado el camino recorriendo 50 kilómetros en vano, pero en al volver a probarlo me he encontrado descendiendo hacia el Mar Muerto y ya no he intentado retroceder otra vez. El Mar Muerto o Mar de Sal (si se traduce del hebreo) se encuentra a 420 metros bajo el nivel del mar y és el punto terrestre seco más bajo del mundo. El mar también es uno de los más salados del mundo, con un 30% de salinidad que es 9 veces la salinidad el mar Mediterráneo. Curiosamente, el valle donde se encuentra el Mar Muerto también forma parte del mismo valle del Rift, que nosotros hemos cruzado diversas veces durante nuestro trayecto Africano. Por otro lado, el mar no es demasiado grande, con un máximo de 18 kilómetros de ancho, que permite ver en todo momento Palestina, a pesar de la neblina. En el sur del Mar hay una gran planicie con grandes salinas y grandes extensiones cultivadas, pero más al norte, la tierra se vuelve árida y montañosa. Cerca del final del lago, hay unos grandes complejos turísticos y yo he decidido aparcar al lado de uno de ellos para experimentar un terapéutico baño en el Mar Muerto. A mi alrededor había grandes terrones de sal y minerales. Lentamente me he ido introduciendo al agua caliente y espesa. A medida que avanzaba, el agua iba creando visibles y curiosos filamentos de corriente. Y finalmente me he introducido al agua y sorpresa, aunque ya lo sabía, la sensación de flotar casi por encima la superficie era increíble. He nadado un poco, y sin demasiado esfuerzo he avanzado a gran velocidad, casi volando por encima las aguas. Es fascinante, y la explicación también, porque un litro del agua del Mar Muerto, en vez de pesar 1 kg, pesa 1,24kg. 01/03/2008: En Ammán me tenía que encontrar con un chico de couchsurfing.com pero mi teléfono no me dejaba hacer llamadas y a través de Internet no lo pude localizar. Por lo tanto, después de situarme sobre el mapa de la ciudad, fui a aparcar en la cima de una de las colinas entre las cuales extiende Ammán. Desde la cima, cerca de la ciudadela y con fenomenales vistas sobre parte de la ciudad y el cercano anfiteatro romano, tenía conexión Internet wireless gratuita (no me pasaba desde Europa), así pues me quedé cerrado toda la tarde después de llegar del Mar Muerto y también el siguiente día (ayer). Y sorprendentemente, después de un año viajando por África, estaba aparcado en la calle, con la ventana abierta, con gente paseando por el lado y sin que nadie me molestara en ningún momento; repito: me pareció sorprendente. Estuve trabajando y también leí el diario, escuché la radio y miré la televisión de mi país. Pero también estuve pensando si me iba a visitar por un par de días Jerusalén en Israel. Tenía su riesgo, un riesgo muy grande, porque si en la frontera con Jordania o Israel me estampaban algún sello al pasaporte, me sería imposible de entrar en Siria. Y sin poder cruzar Siria (ni lógicamente Irak), prácticamente ya podría decir adiós a continuar el viaje hacia Ásia. Siria no acepta la entrada a nadie que haya visitado Israel, y por ejemplo leí la historia de un chico que no tenía sello de Israel en el pasaporte, pero en su albergue de Damascus descubrieron que su carné de alberguista estaba sellado por un albergue en Jerusalén, lo comunicaron a la policía e inmediatamente lo expulsaron del país. De todas maneras, el Antonio y la Ana que me había encontrado en Dahab me habían asegurado que, si viajaba sin coche, en las fronteras entre Israel y Jordania no sellaban el pasaporte. Era una decisión importante, por otro lado, sin Alexandra parece que me cueste más decidirme. Alexandra acostumbra a ver sólo los aspectos negativos de los retos y yo los positivos, pero sin ella tengo que analizar los dos aspectos, haciendo todavía más difícil la decisión. De todas maneras, hoy por la mañana he ido a una agencia de autobuses que organiza un viaje diario a Jerusalén desde Ammán y me lo han dibujado tanto sencillo que me he decidido de intentarlo mañana. Además, tenía gente de couchsurfing que me podía acoger en Jerusalén. Y finalmente, también había podido contactar al chico de couchsurfing de Ammán en casa del cual podría dejar aparcada la autocaravana sin problema. He quedado con Thomas de origen francés (el chico de couchsufing) y su mujer de origen chino en una librería-bar bastante moderno y con gente relativamente snob. El amo del local, amigo del Thomas, es homosexual y según parece tuvo muchos problemas para abrir el negocio en la jordana sociedad islámica. Thomas estaba muy interesado en temas políticos y enseguida me explicó que la riqueza de Jordania, a pesar de no tener demasiados recursos petroleros, está fomentada en la estabilidad del país, atrayendo riqueza y empresas de los otros países Árabes. El rey de Jordania mantiene un difícil equilibrio entre Israel y el mundo árabe, con una fuerte policía secreta que controla todo lo que pasa en el país. Y no es una tarea fácil, porque entre un 40 o 50% de los actuales habitantes de Jordania son de origen palestino, emigrados durante la creación del estado de Israel. Aprovechando que la mujer de Thomas era de origen chino y que tenía una hija de un anterior matrimonio, le pregunté sobre la política del hijo único en China. Después de explicarme que no le gustaba nada, comentó que el gobierno chino ayuda económicamente a tener un hijo, pero si tienes un segundo hijo tienes que pagar una multa de 5000€ (más el hospital privado...). De todas maneras, si por suerte tienes gemelos en la primera, el estado te ayuda todavía más. Por la noche, después de aparcar delante de la casa de Thomas, he ido a un moderno café del barrio a conectarme a Internet, el cual estaba lleno de juventud vistiendo de manera moderna, las chicas incluso atractivas, conversando animadamente en torno las mesas, celebrando algunos aniversarios ... La única diferencia con Europa, era el humo que había al ambiente, provocado por las decenas de pipas de agua que estaban ahumando tanto chicos como chicas. Israel - Palestina Jerusalem (ver en mapa) 04/03/2008: A las 5:30 dejé la autocaravana cerrada en la calle, delante la casa de Thomas, y me dirigí en taxi hacia la parada de autobús, donde después de esperar una hora subí a un gran bus donde sólo había otro pasajero dirigiéndose también a Israel. Aunque después se añadieron más pasajeros, eso me confirmó el comentario de Thomas que se me había asegurado de que entre Israel y los países árabes había muy poco negocio e intercambio, a pesar de la proximidad. Al llegar a la parte Israel de la frontera del Puente Hussein, jóvenes militares con metralletas a punto de disparar y chicas con protección antibala detuvieron el autobús. Mientras yo estaba tomando nota de estas observaciones, un oficial muy severo subió al autobús y me hizo bajar dejando al resto de pasajeros arriba. Después de pasar por diversos detectores de metal y por una extraña máquina que me abanicó la ropa, el oficial me ametralló a preguntas: por qué iba a Israel, a quién conocía, qué había hecho en Sudán, qué estaba escribiendo en el autobús ... Superado el interrogatorio me añadí al resto de los extranjeros no palestinos (éstos tenían otra cola) y entregué mi pasaporte a una chica de origen Etíope insistiendo en que no me estamparan ningún sello, para poder entrar después a Siria. La mayoría de los trabajadores de la frontera eran chicos y chicas muy jóvenes (muy probablemente haciendo el servicio militar) y multirraciales. Observé que mi pasaporte iba pasando por diferentes manos y siempre que podía me dirigía a la persona que lo tuviera y me hacía pesado pidiendo: - ¿No me estamparéis ningún sello, no? Aun así, me engancharon un adhesivo detrás del pasaporte que después tuve problemas para arrancarlo. Mientras esperaba, conversé con un inglés que trabajaba para una ONG ayudando al pueblo palestino y me explicó muy enfadado que, Israel y los gobiernos que lo soportan son los únicos responsables del conflicto entre Israel y Palestina. Una parte de la solución sería que los millones de refugiados palestinos pudieran volver a sus tierras y también fueran compensados económicamente. Muy probablemente una propuesta inaceptable para los Israelíes, y por lo tanto, parece que el conflicto seguirá por muchos años más. Más tarde he conversado con otra cooperante también muy crítica con el gobierno Israel. Y finalmente he hablado con una Colombiana que iba a visitar un amigo y a quien finalmente han denegado la entrada. Mientras tanto, las horas iban pasando y, observando que el resto de extranjeros iba pasando, yo preguntaba: - ¿Qué pasa con mi pasaporte? Y siempre me respondían: - Un momento, todavía estamos procesando tu información. Pero finalmente, me llamaron para una segunda entrevista. Tuve que vaciar todos mis bolsillos y me cerraron en una habitación con un corpulento chico a mis espaldas y una entrevistadora en frente, que me empezaron a acribillar otra vez a preguntas. Tenían miedo que me quisiera reunir con palestinos o que llevara algún mensaje de alguien del Sudán. Finalmente me hizo esperar un buen rato más, durante la cual seguramente siguieron rastreando toda la información que constaba junto a mi nombre en Internet, y pasadas un total de 5 horas esperando, me estamparon el sello de entrada en Israel en un papel separado del pasaporte. Tanta seguridad en la frontera seguramente se debía a la nueva escalada del conflicto palestino - israelí, en la cual, terroristas habían tirado numerosos cohetes caseros desde el territorio de la Franja de Gaza contra diversas ciudades fronterizas de Israel, llegando a matar a alguna persona, y en respuesta los Israelíes habían bombardeado y matado a decenas de personas, entre ellas niños y mujeres. Y a consecuencia también de esta escalada en el conflicto, en Jerusalén, paseando por la ciudad antigua, toda ella amurallada, me encontré con que la mayoría de comercios cerrados, como protesta de los comerciantes palestinos por las matanzas de Israel. Jerusalén es considerada una ciudad santa por las tres grandes religiones monoteístas: Judaísmo, Cristianismo e Islam, y sobradamente disputada a lo largo de la historia, con cruzadas, guerras, intifada ... aunque tradicionalmente la ciudad siempre ha estado dividida en cuatro áreas o barrios: judía, cristiana, musulmana y armenia. Entré por el barrio musulmán y a continuación entré al judío, después de cruzar un detector de metales. Allí me encontré de cara con la pared de las lamentaciones, una pared de piedra que formaba parte de un antiguo templo sagrado judío que fue destruido, y curiosamente ahora forma parte de la muralla que rodea la bonita mezquita de la cúpula de la roca, la cual ocupa la situación original del santuario judío. De todas maneras, el judaísmo considera que Dios movió su presencia del antiguo santuario a la pared de las lamentaciones o nombrada también Pared Oeste. Y al llegar yo, decenas de judíos vestidos de negro y con casquetes cubriéndose la coronilla (simbolizando el aura, según un amigo Israelí) o sombreros de ala o de formas estrambóticas, leían libros gimiendo en voz alta de cara al muro mientras se balanceaban adelante y atrás, algunos con rítmicas y violentas sacudidas. Por la noche, Eli, un chico de couchsurfing me recibió y tuve oportunidad de convivir con una feliz familia Israelí. Desde su casa, me comenté a Internet y casualmente leí en el diario que el mismo día que se estaba acabando, Israel había hecho una pequeña incursión militar a Franja de Gaza matando a unas 60 personas, incluyendo mujeres y 8 niños. Comenté la noticia a Eli, pero él no se la creyó, y es natural, porque en los diarios de Israel en Internet sólo informaban en una sola línea (que costó encontrar) que el ejército había matado el mismo número de personas, pero indicando que el 90% iba armado. Al preguntarle a Eli si creía normal la desproporción entre los muertos palestinos y los israelíes, me comentó que sí, simplemente porque Israel es más eficiente militarmente. Y añadió que los terroristas palestinos atacan directamente la población, en cambio, los soldados israelíes buscan matar a los terroristas, aunque en la acción puedan matar niños de los alrededores. No me parecieron unas opiniones muy convincentes bajo el concepto de justicia humana o paz y acabé pensando que otros millones de opiniones como ésta hacían más complicado de acabar con el conflicto. De la misma manera que el conformismo y consumismo de millones de familias del mundo desarrollado, incluyéndome a mí, seguramente están colaborando con la miseria del resto del mundo. Aunque siempre haya algunas buenas acciones. Por ejemplo, el Eli lamentaba que según la ley israelí, la tierra que no se cultiva pierde el propietario si otro la cultiva, permitiendo que algunos israelíes ganen la tierra de muchos palestinos refugiados que no pueden volver. Eli, en colaboración de algunas ONGs y otros palestinos ayuda a plantar árboles en estas tierras para que no pierdan sus propietarios actualmente refugiados. Por otro lado, puedo parecer muy crítico con Eli y otros millones de Israelinos, pero eso no impidió que considerara a Eli un chico fenomenal a quien podría tener como un verdadero amigo. El siguiente día volví a la ciudad antigua e hice una larga caminata por encima las murallas, sin demasiado interés, y a continuación me dirigí hasta la mezquita de la Cúpula de la Roca, otro lugar sagrado, esta vez para los musulmanes, porque consideran que éste es el punto donde el profeta Mohamed ascendió al cielo, después de que su cuerpo fuera transportado milagrosamente desde la Meca. De hecho, la mezquita de la Cúpula de la Roca es la tercera más santa, después de las de la Meca y la Medina, e incluso, originalmente las plegarias musulmanas se hacían en esta dirección en vez de hacía la Meca. No es de extrañar pues que exteriormente (no es permitido de entrar dentro a los no musulmanes) la mezquita sea estupenda, con unos detalles de arte islámico como siempre sorprendentes, igual que su gran cúpula dorada, que es visible desde buena parte de la ciudad. A continuación, andando por pequeñas callejuelas empedradas y empinadas, algunas desérticas y otras hirviendo de comercio, generalmente destinado a los turistas o peregrinos, llegué a la iglesia del Santo Sepulcro, una iglesia venerada por todas las confesiones cristianas al creer que estuvo erigida sobre la colina donde fue crucificado Jesús y donde también fue enterrado. En la entrada de la iglesia había una gran losa de mármol donde se cree que el cuerpo de Jesús fue amortajado y donde decenas de creyentes se agachaban para besarla, tocarla y tenderse devotamente y apasionadamente. Subiendo unas escaleras había una capilla situada en el punto donde se creía que Jesús fue crucificado, y de nuevo, largas colas se esperaban para agacharse bajo el altar donde está el agujero que sostenía la cruz. Y en otro extremo de la iglesia había todavía más colas para entrar en la pequeña capilla donde estuvo enterrado Jesús (demasiado cerca un punto del otro). Preguntando, un monje me comentó que la iglesia estaba al cargo de la confesión greco-ortodoxa, pero después he leído que la custodia está al cargo de diversas confesiones, con no pocos conflictos entre ellas a lo largo de su historia. Por la tarde me volví a reunir con Eli, conversando animadamente e intentándome convencer de la existencia de la telepatía y por la noche fuimos a ver a un partido de básquet a casa de un amigo suyo, que de aquí poco hará un largo viaje por latino-amèrica. Y hoy por la mañana he dejado Jerusalén, he cruzado sin ningún problema la frontera Israelí y Jordana y he llegado a Ammán donde la autocaravana todavía estaba en el mismo lugar sin que nadie la hubiera tocado. --- Aproveché mi estancia en Israel para tomar el pulso al mundo con Eli, el cual opinaba que el principal problema del mundo son los humanos que son demasiados egocentristas. La solución sería la conciencia, la paz empieza por el interior. En Israel el principal problema es la interminable guerra. La solución tardará mucho a aparecer. Él intenta mantener amistad con todas las partes. Eli se considera muy feliz. No necesita preocuparse por ser más feliz. El secreto de la felicidad es estar contento con lo que tienes. Jordan Frontera amb S?ria (ver en mapa) 10/03/2008: Había eliminado cualquier evidencia que delatara mi anterior presencia en Israel, había borrado archivos del ordenador y ocultado carpetas, y había bien escondido por el coche un pequeño mapa de Jerusalén, un bloc de notas describiendo mi estancia allí y el papel con el sello de entrada y salida. Aun así, todavía pensaba que podría tener problemas para entrar en Siria (un país con una parte del territorio aun ocupado por Israel), sobre todo por que detrás del pasaporte y había restos evidentes que había existido un adhesivo (que me habían enganchado los israelíes). En cualquier caso, había bien repasado una historia muy buena: en un club de buceo en Egipto me habían enganchado un adhesivo detrás del pasaporte al alquilar un vestido de neopreno. Crucé sin problemas Jordania pero en frontera con Siria, después de observar la marca del adhesivo detrás del pasaporte me comentaron, sin mostrar gravedad, que tendrían que recibir una confirmación desde Damasco. Esperé las dos horas que me pidieron y a las 6 me comunicaron la noticia que hizo que el mundo se cayera a mi pies. No podía entrar en Siria porque estaban convencidos que había entrado en Israel. Intenté pedir explicaciones, argumentar con ellos, hablar con el jefe ... Pero la respuesta siempre fue la misma, estaban convencidos que había entrado en Israel y eso me privaba de entrar en su país. Un joven policía me acompañó fuera, pero sin hacerle caso, me dirigí a un hotel de la misma frontera para hacer una llamada a la embajada de España en Siria, cuyo cónsul me comentó que al día siguiente trataría de encontrar una solución. Volví al coche desconsolado pero todavía no rendido. Si no conseguía entrar en Siria, muy probablemente, tampoco podría entrar en Irán, pues este país tampoco deja entrar a nadie que haya visitado Israel. Por otro lado, la única manera de llegar a Turquía por el suelo era a través de Siria, y en aquel momento no consideraba viable ninguna otra opción. El joven policía de Siria, me acompañó en la autocaravana hasta la frontera de Jordania, pero quedó bien descolocado cuando le informé que no quería entrar en Jordania y estacioné a la mitad de los 100 metros en que separan las dos fronteras. Nuevos funcionarios de Siria me hicieron aparcar un poco más cerca de Jordania. Después fueron los jordanos que vinieron a preguntarme qué hacía aparcado allí. Pero cuándo les anuncié que no podía entrar en Siria pero que no quería entrar de nuevo a Jordania y me dejaron estar acampado allí sin demasiados problemas. Recordaba una pequeña revolución que había manifestado pocos años atrás, cuanto antes de hacer un viaje a Kenia y Tanzania, fui a un centro de vacunación que me habían asignado hacía algunas semanas. Admito que llegué 5 minutos tarde a la consulta, pero por culpa de este retraso, la enfermera que estaba vacunando a muchos otros viajeros, se negó a pincharme. Yo sabía que si no me vacunaba aquel día, me volverían a dar hora al cabo de tres o cuatro semanas, después de la salida del avión, y que si no tenía el carné de vacunaciones en regla me arriesgaba a no poder entrar en Kenia (o a enfermarme). Ante tal situación, cogí un papel de un mostrador, escribí "¡me quiero vacunar!" y me senté en las escaleras en señal de protesta. Al cabo de dos horas, después de incluso forcejear con los guardas de seguridad, me vacunó otra enfermera. En cualquier caso, sabía que esta lucha con las autoridades y la ley Siria sería mucho más complicada y larga. El día siguiente por la mañana, los policías de Jordania me dejaron ir a comprar dentro de las instalaciones de la frontera una tarjeta SIM jordana para el teléfono móvil, con la cual envié un mensaje a Alexandra y llamé a la embajada Española en Jordania y Siria, las cuales me comentaron unas horas más tarde que no podían hacer nada que me pudiera permitir una entrada a Siria y me recomendaban de volver atrás. Estaba cabreado con las autoridades de Israel por enganchar adhesivos detrás del pasaporte cuando de buen seguro sabían que eso privaba la entrada en Siria, también estaba cabreado con las autoridades Jordanas por que probablemente tenían un topo en su frontera que estaba informando de quién entraba a Israel o quien no, y por supuesto estaba cabreado con las autoridades Sirias, aunque comprendía que estaban cumpliendo su ley, seguramente con la información recibida por su espía en Jordania. De todas maneras, todavía no pensaba rendirme. Empecé a enganchar carteles al parabrisas y en la puerta de la autocaravana con el mensaje en inglés "Quiero cruzar Siria para entrar en Turquía". Mientras tanto, Alexandra intentaba crear conciencia a través de Internet para defender mi causa, pero seguramente hay problemas mucho más importantes en el mundo y sólo recibí un par de llamadas de unos Sirios de couchsurfing comentándome de lo que no podían hacer nada para ayudarme. Aun así, todavía pensaba que me esperaría muchos más días o semanas entre las dos fronteras hasta encontrar una solución. Tenía bastante comida en la casa, además, de seguro que los camioneros me podrían ofrecer comida más adelante, porque aunque no hablaran inglés, éstos parecían tener simpatía por mi situación, y algunos de ellos ya me habían ofrecido agua para cargar la autocaravana. A pesar de todo, a medida que pasaban las horas y los pocos días, también me daba cuenta de que realmente tendría que estar semanas, meses o años entre las dos fronteras, sin tener asegurada la victoria. Por otro lado, aunque considerara completamente injusto no poder transitar por un territorio, ésta tampoco era mi lucha, y pensaba que más adelante encontraría otras guerras más importantes a las que dedicar mi tiempo y energía, y que ahora me tocaba seguir viajando para conocer mundo y seguramente descubrir cuáles serán las futuras batallas en las que realmente querré luchar. De todas maneras, rendirme me llenaba de pesimismo. Las opciones para embarcar el coche hacia Turquía eran Israel donde difícilmente me dejarían entrar el coche; Egipto, donde seguramente tendría los mismos problemas para entrarlo que la primera vez; cruzar Irak, casi completamente descartado; o olvidarme de Turquía e intentar cruzar Arabia Saudita, Emiratos Árabes y tomar barco hacia Irán, donde tampoco me dejarían entrar si descubrían que había estado en Israel. En cualquier caso, antes de abandonar, decidí pasar una otra noche entre las dos fronteras, durante la cual envié un SMS al cónsul español de Siria preguntándole si era válida la opción que un conductor condujera mi coche por tierras sirias hasta la frontera con Turquía, mientras yo tomaba el avión. Al día siguiente por la mañana me volvió el optimismo otra vez cuando recibí un SMS del cónsul comentándome que trataría de encontrarme un conductor. Animado, también contacté a un señor Siriano que hacía dos días se había parado al lado de la autocaravana para ofrecerme ayuda. Al cabo de poco el sirio me telefoneó para comunicarme que había encontrado un conductor por 300 $. Pero una hora más tarde fue el cónsul que llamó comentándome que había encontrado una empresa que me cobrarían sólo 100 $. Ante esta nueva perspectiva, arranqué los carteles del coche para suavizar cualquier tensión que pudiera haber con los aduaneros sirios. Y aun más, decidí abandonar la tierra de nadie, el espacio entre las dos fronteras para volver a entrar a las instalaciones de la frontera jordana. Pero este retorno, que pensaba que sería positivo para los aduaneros jordanos y sirios, originó otro problema. Los policías Jordanos me comunicaron que podía dejar el coche aparcado allí, pero yo no podía pasar la noche en las instalaciones frontera. Pero yo no quería ir a Ammán, ni tampoco sacar el coche de la frontera, pues las tasas de entrada en Jordania eran elevadas. Por otro lado, tampoco me dejaban volver entre las dos fronteras donde había estado acampando las últimas tres noches. Entonces les planteé, que dejaría el coche dentro de las instalaciones, pero yo cogería la tienda y acamparía justo a fuera la frontera, y ante esta propuesta tan ridícula, finalmente la jefe de inmigración me dejó vivir en el coche de manera excepcional. Y en este momento no fui capaz de reprimir las lágrimas ni de llorar en silencio. La jefe de inmigración me preguntó qué me pasaba, pero no fui capaz de explicarme. Estos días los había vivido con demasiada tensión, pero aparte, las lágrimas parecían la única manera de expresar el inmenso sentimiento de agradecimiento que sentía por todas aquellas personas (Alexandra, el cónsul, el jefe de inmigración, amigos en Cataluña, y otros) que estaban preocupándose por mí, implicándose más allá de sus responsabilidades para encontrarme una solución. Ahora sólo faltaba que mi amigo Marc, gerente de la empresa Servicios de Internet Javajan y propietaria de la autocaravana, firmara un documento otorgando el poder de conducción al chofer encontrado por la embajada. Pero al llamar a Marc, éste me comentó que estaban celebrando en otra población la fiesta de despedida de solero de otro buen amigo que se casaba, y que la fiesta seguiría al día siguiente, por lo tanto (sin ganas de estropear estos entrañables desenfrenos) me tendría que esperar dos noches más, hasta el lunes. Hoy lunes por la mañana, Marc me ha confirmado que había enviado el fax con los poderes a la embajada de España en Siria. Entonces he llamado al director de la empresa del chofer, comunicándole que éste podía pasar a buscar el fax en la embajada y después venir a buscar el coche en la frontera. Pero cuando el conductor se ha presentado al mediodía a la frontera, éste se había olvidado el fax, pero por otro lado, cuando ha subido a la autocaravana y he empezado a enseñarle todas las cosas que poseía la autocaravana su cara sonriente se ha apagado enseguida. Y inmediatamente me he dado cuenta de un problema con el que no había contado. A mí no me dejaban entrar en la aduana Siria, por lo tanto el conductor tendría que mostrar todo el contenido, pero él no podría explicar todas las cosas que llevaba la autocaravana (por ejemplo medicamentos), y quizás las autoridades retendrían el coche hasta que alguien - que no podía entrar - pudiera declarar el contenido. El conductor ha vuelto hacia Damasco con la promesa que al día siguiente volvería con el fax. De todas maneras, la idea del chofer ya no me parecía tan buena. Al hablar con el cónsul, éste me sugirió una vez más volver a Jordania. Y finalmente, al no poder hablar con el director de la empresa del chofer, y después de estar 6 días retenido en la frontera, sin Internet, sin interactuar con casi nadie, afrontando problemas diarios, aburrido, cansado, desesperado,... he decidido abandonar, sin ni tan solo esperar a mañana, y al anochecer he vuelto a pagar las tazas de entrada para Jordania para el coche y me he dirigido hacia Ammán. ‹ Anterior (14/01/2008) MES Siguiente (2008-03-14)› ‹ Anterior (2008-01-14 - Sudan) PAIS Siguiente (2008-02-23 - Jordan)› |
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