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‹ Anterior (15/05/2006) MES Siguiente (2006-07-14)› ‹ Anterior (2009-10-08 - Turkey) PAIS Siguiente (2009-11-26 - Italy)› Romania Brasov - Transilvania (ver en mapa) 16/06/2006: He pasado una semana fantástica en Transilvània, buena parte del tiempo acompañado de Alexandra. Al Inicio del viaje me había dado la libertad de quedarme más tiempo de lo que tuviera previsto en algún punto del itinerario que considerara que valiera la pena. Y Transilvània es una región que enamora, aunque la buena compañía también ha ayudado. Me gustaría mucho volver a repetir esta semana con Alexandra en otra secuencia de mi itinerario, se lo propuse y quizá nos volveremos a reencontrar en Escandinavia. Alexandra es una estudiante de derecho que al mismo tiempo trabaja en el departamento legal de una gran empresa de telefonía. De todos modos, no es una chica materialista ni centrada en el mundo material. Es una chica soñadora y llena de ambiciones y proyectos: filosóficos, literarios, periodísticos, profesionales, de viajes ... Quizás demasiados proyectos porque actualmente se empieza a dar cuenta que no los podrá abarcar todos y que tendrá que abandonar algunos por el camino. Es una chica inteligente y con mucha iniciativa. También es muy reflexiva, muchos ratos se los pasa en silencio concentrada y pensando en sus cosas. Es abierta y muestra muy segura de sí misma, pero cuando se aparta del mundo que conoce y domina se cierra y se vuelve insegura. De todos modos, confió en mi y juntos nos adentramos en terrenos inexplorados. Es una chica muy preciosa. Transilvània es una tierra verde, llena de prados, bosques frondosos y altas montañas, algunas nevadas. La mucha gente trabaja en el campo, con azadas, arrancando las malas hierbas; o con alfalfa(¿), cortando la hierba alta; muchos otros vigilan una o dos bacas, que generalmente pacen ligadas de una cadena ligada de los cuernos. Por las carretas hay muchos carruajes tirados por uno o dos caballos, algunas veces con un carcomí corriendo al lado. Los carruajes están cargados de madera, paja, paquetes, hombres, mujeres, niños o toda la familia. Hay muchos pequeños pueblos en los lados de las carreteras con casas unifamiliares, pero de vez en cuando, también tropiezas con una gran ciudad, moderna, próspera y generalmente con un casco antiguo con fuerte influencia germánica, con iglesias góticas y algunas ortodoxas. Hay que mencionar, que Transilvània no fue invadida por los Turcos o Otomanos, en parte gracias a Blad Tepes. El domingo visitamos Sibiu, la ciudad donde estudia Alexandra. Es una ciudad que están arreglando a marchas forzadas, ya que en el 2007 será capital mundial de la cultura. Ahora ya es interesante de visitarla, pero lo será mucho más el año próximo. El martes iniciamos una excursión de dos días por Sighisoara, una villa con una interesante ciudadela medieval, donde nació Blad Tepes. A la noche llegamos a Cluj Napoca, una ciudad que según el Alexandra sería la capital de Transilvània si ésta fuera independiente (algunos lo desearían ya que culturalmente y geográficamente es muy diferente de la Rumania de Bucarest). El domingo nos perdimos por las cautivadoras montañas de Apuseni. En una de estas interminables carreteras de curvas, esperando encontrar una gasolinera después de circular durante kilómetros con reserva, entramos en un pequeño pueblo que a diferencia de los otros tenía una antigua gasolinera. Allí nos atendió un chico. Como no nos podía cobrar con visa, conté los pocos billetes que tenía y se los di para que cargara el gasóleo. Después le pedí agua para la Hymer y amablemente sacó una manguera conectada en uno de los lavabos. Mientras la Hymer se cargaba, el chico me empezó a hablar con español. Me comentó que había estado trabajando un tiempo en Valencia recogiendo naranjas, pero no le gustó. Prefería trabajar aquí, en la gasolinera y en los fines de semana de discjokey, en un club del pueblo. Además, decía que las chicas de España generalmente eran gordas y que en Rumania las chicas eran más atractivas. Yo le comenté mi opinión, en Rumania las chicas son preciosas, pero también las hay en España y en Cataluña. Uno de estos días, me sorprendió que Alexandra definiera los Rumanos como latínos. En realidad hablan una lengua latina, que se puede llegar a comprender si pones bastante atención. Estubimos discutiendo la cuestión y me acabó admitiendo, que a pesar de la lengua, culturalmente son más próximos a la cultura germánica que a la llamada latina. Los griegos (o helènics), en cambio, no se consideraba latinos (por la lengua) pero se consideraban de cultura mediterránea. Entre otros temas también hablamos del famoso Dràcula y de sus vampiros. En Transilvània no creen en él, porque no deja de ser una leyenda moderna. En cambio, se ve que son terriblemente supersticiosos. Creen en brujas, espíritus, fantasmas ... Por ejemplo me habló de los espíritus que se quedan en los cruces de las carreteras, porque no saben dónde dirigirse. Por este motivo, en las puertas de muchas casas hay pintada una cruz, y detrás, el ajo no falta. Naturalmente, también entrevisté Alexandra. Opinaba que la falta de comunicación interpersonal provoca la mayoría de problemas del mundo. Tendríamos que comprender mejor las otras culturas. Según Alexandra el principal problema de Rumania es la falta de respeto en mundo del trabajo que se solucionaría con una actitud positiva. Alexandra es feliz porque se considera independiente y puede ayudar a los otros. Sería más feliz teniendo más tiempo. El secreto de la felicidad es tomarte tiempo para ir a la montaña a respirar aire puro, como en aquel momento. Hoy viernes, al mediodía, después de trabajar un poco y de conectarme a Internet (al igual que algunos otros días de esta semana), me he despedido temporalmente de Alexandra con un fuerte abrazo y un beso he empezado a hacer camino hacia Ucrania. Hace tiempo que me oriento observando la posición del sol. Pero hoy, llegando a la frontera me ha sorprendido que la carretera se dirigiera todo el rato dirección al sol poniente en vez del Noroeste, tal como indicaba al mapa. Pero no ha sido hasta más tarde, que me he dado cuenta que debido a la latitud (ya bastante más en el norte) y a la época del año (próxima al solsticio de verano) el sol se pone en el Noroeste. En la frontera de Rumania me han dicho que tenía que pagar la tasa de desinfección (estos días, en las carreteras de Transilvania tuve que pasar como mínimo por 10 túneles de desinfección). Yo les he indicado que ya había pagado esta tasa en la entrada de Rumania. Pero ellos me ha indicado que la tenía que pagar dos veces. Pero finalmente me han preguntado de qué país venía y me han dejado pasar. Unos metros más allá un policía me ha pedido el comprobante del pago de la tasa de carreteras. Creo que lo pagué en la entrada, pero no encontraba el papel. De todas maneras, entregando el pasaporte y el resto de papeles no me han vuelto a pedir la tasa. Mientras esperaba en la cola de la frontera con Ucrania, he cogido la guía europea y he leído que tenía que haber pedido el visado de entrada a Ucrania con antelación, que valía unos 40 o 100€. Tenía la página marcada, pero con el paso del tiempo me había olvidado completamente de ir a una embajada y pedirla. Ya me pensaba que tendría que volver a Bucarest, y más por ser español, porque hacía pocos días se habían enfrentado España y Ucrania a los mundiales de fútbol y Ucrania había perdido. Pero me han ido pidiendo los típicos documentos y me han dejado pasar sin problemas y sin pagar nada. Eso sí, han estado revolviendo toda la Hymer, sacando ropa, retirando cajas, destornillando tornillos. Y al cabo de una hora y media me han preguntado: "llevas narcóticos", yo he contestado "no" y me han dejado seguir. Ukraine Lviv (ver en mapa) 17/06/2006: A veces también hago cosas malas, como por ejemplo adelantar en línea continua. Hoy ha sido la segunda vez que me paran. Ya me pararon en Transilvània. Allí me pusieron la multa, les dije que no llevaba dinero y me dejaron marchar diciéndome que la tenía que pagar antes de dos días (no la pagué). Hoy los policías eran mucho más ambiguos. Primero me han dicho que me retenían el pasaporte y que tenía que ir a un banco a sacar dinero. Pero no me decían el importe de la multa y en vez de eso me preguntaban el importe de las multas en España. Finalmente me han escrito en un papel 100hry. Les he dicho que se esperaran y he ido al coche. He calculado el importe en euros y eran 15€. He vuelto con 15€ y los he entregado al jefe. Él me ha devuelto 5€ diciendo que era la propina. Y me he marchado mientras ellos exclamaban vivas en España (no sé si para el partido de fútbol de hacía unos días). Ha sido la primera vez que he sobornado y no me siento extraño. Pero no ha sido la última. Pocos kilómetros más allá otro policía me ha detenido, esta vez por circular demasiado rápido. De todas maneras, creo que sólo me ha parado por ser turista, ya que no tenía enfocada la pistola captadora de velocidad hacía mí. Krzysiek de Polonia me había comentado en un mail que si hubiera nacido en la Europa del Este no tendría tantos problemas en las fronteras, ya que estaría acostumbrado con el soborno. Así pues, esta vez ya he entregado directamente 5€ y el policía me ha devuelto la documentación sin problemas. La buena noticia de las carreteras ucranianas es que la gasolina sólo cuesta 0,6€/litro. Las carreteras hacia Lviv han transcurrido en medio de una planicie, con pequeñas ondulaciones, y con un paisaje muy similar a las zonas planas de Transilvània. Quizás Ucrania es un poco más seca, al no tener montañas cerca. Los pequeños poblados seguían discurriendo al lado de la carretera, con todo tipo de animales cerca de las casas. De vez en cuando una grande y moderna ciudad. En el campo seguían cortando hierba, recogiéndola, labrando, paciendo ... He llegado a Lviv sin ninguna referencia de donde podía estar el centro, ya que no disponía ningún mapa. De todas maneras he ido circulando por lo que me ha parecido uno de las calles principales, empedrada, llena de bonitas casas antiguas. De todas formas, al final he aparcado y he preguntado a unos chicos donde estaba el centro y donde podía aparcar. No me sabían indicar demasiado bien y al final han decidido subir a la Hymer y acompañarme. 18/06/2006: Realmente Lviv es una ciudad muy bonita. Por suerte Lviv no fue bombardeada durante la segunda guerra mundial y ahora es posible admirar su gran casco antiguo. Es un barrio tranquilo, muy bonito, lleno de edificios e iglesias (muchas) góticas, del renacimiento, barrocas y neoclásicas. Las calles son empedradas, como buena parte de la ciudad, y bastante anchas para ser antiguas. En el sur del casco antiguo hay unas ramblas donde la juventud se relaja bebiendo cerveza y la gente mayor se excita jugando a todo tipo de juegos de mesa: ajedrez, backgamon, domino ... Las chicas pasean muy provocativas, luciendo sus siluetas esbeltas. He pasado buena parte del día tomando el sol y nadando en un lago en el este de la ciudad. Los chicos que me guiaron ayer me han venido a buscar y me han propuesto de acompañarlos. No hablaban muy inglés pero he pasado un buen rato con ellos, bebiendo cerveza y comentando y mirando las atractivas chicas que tomaban el sol. El lago parecía privado, se tenía que pagar entrada para entrar, pero estaba lleno de gente, básicamente juventud. Por la tarde ha llovido y he aprovechado para conectarme a Internet y más tarde he dado el último paseo por la bonita Lviv. Mientras estaba conectado a Internet, no he podido evitar escuchar una conversación en inglés a mi lado de una chica que hablaba con un hombre, bastante mayor que parecía extranjero. La chica hablaba de una amiga suya ucraniana que se había casado con un americano. Comentaba que la amiga había tenido mucha suerte, por que en América los hombres no son tan machistas y también colaboran en los trabajos del hogar. Entonces ella también ha comentado que le gustaría casarse con un americano y no trabajar. El hombre le ha preguntado: - ¿Y qué harás con el tiempo libre? - Tener hijos y cuidarlos. kiev (ver en mapa) 19/06/2006: Antes de empezar a hacer camino hacia Kiev, he subido al Hight Castle, una colina desde donde se disfruta de una interesante vista sobre la ciudad. De todas maneras no he encontrado ningún castillo, excepto las ruinas de una muralla al pie de la colina. Por otro lado, no ha sido sencillo encontrar la colina, ya que nadie me entendía cuándo decía el nombre en inglés. Finalmente un chico que hablaba en inglés me ha apuntado el nombre en ucraniano en un papel. Entonces la gente ya me ha podido orientar correctamente. Pero no los taxistas, ya que si les pedía ayuda sólo me la ofrecían pagando. De Lviv a Kiev tenía unos 600 kilómetros para recorrir. Como la gasolina en Ucrania es muy económica (comparada con el resto de países) he forzado un poco más la máquina. De todas maneras, no he llegado a Kiev hasta las 9 de la noche. Eso sí, durante el trayecto he parado una hora para comer, y un par de horas más para limpiar a fondo la Hymer, que ya le tocaba. Últimamente, en los largos trayectos intento aprovechar el tiempo. Por una parte no dejo de admirar el paisaje (que continuaba verde y ligeramente ondulado) y tampoco me privo de frenar un poco precipitadamente si visualizo una escena interesante de fotografiar. Algunas veces, también utilizo los trayectos para pasar las filmaciones de vídeo al ordenador para después renderizarlas. Por otro lado, últimamente he empezado a aprovechar el viaje para hacer ejercicios de meditación, de respiración y también de musculación. En los ejercicios de meditación intento ser consciente de todas las sensaciones que me rodean: el paisaje, la música, las sacudidas, el ruido del coche, mi respiración, el tacto ... En los ejercicios de respiración simplemente intento respirar profundamente y relajadamente, creo que eso me irá bien para la alergia que me afecta la nariz con rinitis. En los ejercicios de musculación tenso los abdominales, durante un periodo largo o en pequeñas intermitencias. Después, ayudándome del respaldo, fuerzo los bíceps, hombro, pectoral ... Sí, si sigo con este ritmo, en vez de viajar parecerá que me haya pasado nueve meses cerrado en un gimnasio. En kiev he aparcado cerca de la Opera, dónde me tenía que encontrar con Dasha. Una amigos de Torelló, Pep y Ceci, me habían pasado su contacto. Bueno, en realidad no los conozco personalmente, pero reciben mi diario y hace tiempo que mantenemos el contacto a través de Internet. Desde hace años, Pep y Ceci han acogido Dasha diversas veces en Cataluña. Ahora, Dasha ya tiene dieciocho años y habla un catalán perfecto. Y quizás sorprenderá a algunos que no sepa hablar castellano. 20/06/2006: Dasha me ha sido de gran ayuda hoy, aunque no he podido solucionar la mayoría de problemas que tenía que resolver. Por una parte, la batería del habitáculo de la Hymer que se descarga demasiado rápido. La empresa me dijo que seguramente estaba defectuosa y me propusieron cambiarla. Según un listado de distribuidores de la Hymer, en Kiev había uno. Dasha me ha ayudado a localizar la dirección en un mapa que me ha regalado y a continuación me ha acompañado. Pero allí sólo había un concesionarios de coches. Al concesionario nos han dado otra dirección que no sabían nada de la Hymer. He decidido dejar la solución de este tema para Moscú, donde en principio hay cinco distribuidores. Después hemos intentado encontrar recambios de campingaz ya que tengo casi todas las bombonas de gas vacías. A través de la web de campingaz había sacado un listado de cinco empresas que vendían en Kiev. Pero la primera no existía, o la dirección estaba incorrecta. Y la segunda (hemos ido después de comer) no venía bombonas. Pero no lo he acabado de entender, porque en la tienda tenían una bombona igual que la mía, vacía. Allí nos han informado que en algunas gasolineras llenan de gas las bombonas. Después nos hemos dado un respiro y hemos ido a pasear por Kiev. Ya me sorprendió ayer la modernidad y prosperidad de Kiev. De hecho me extraña que algunas ciudades de la Europa del Este, antiguamente comunistas, (Bratislava, Sofía, Bucarest) tengan grandes diferencias con las ciudades de la Europa del Oeste. En cambio, otras ciudades como Kiev, parecen seguir de bien a cerca de la estela de ciudades como París, Barcelona ... Las calles son anchas, algunas empedradas, los edificios, modernos o antiguos, son diseñados con gusto y son mantenidos con cuidado. Hay muchos parques. La ciudad parece limpia. Y también hay bastante tráfico en algunas zonas. Pero es normal supongo, Kiev es una ciudad de tres millones de habitantes. Hemos pasado por el lado de la catedral de santa Sofía. Después hemos visitado el monasterio de San Michael. Allí nos hemos encontrado a un amigo de Dasha que canta en la coral del monasterio y nos ha invitado a visitar el monasterio desde arriba, donde había otros chicos que cantaban la misa y de donde se disfrutaba de una interesante perspectiva del monasterio. A continuación hemos subido al funicular y hemos bajado hasta el río. Allí nos hemos encontrado con el padre de Dasha. Dasha estudia música desde bien pequeña, piano y canto. Quizás por eso es una chica dulce y llena de sensibilidad. Es sencilla pero con mucha iniciativa, optimista. Es muy simpática, fácil de hacer amistad. Su sueño es acabar de estudiar música en el conservatorio de Barcelona, y acabar viviendo en Cataluña, una tierra que ama mucho. Vive en Kiev en una residencia de estudiantes, ya que sus padres viven a las afueras, en el campo. El padre de Dasha es ingeniero aeronáutico. Aunque no habla catalán ni demasiado inglés nos hemos entendido bastante bien. Nos ha invitado a cenar comida típica Ucraniana. Me he pedido una sopa creo que de tomate, cebolla y patata; una butifarra deliciosa; unas patatas finas fritas y un tomate confitado. Mientras comíamos, el padre me ha propuesto visitarlos el sábado y pasar el día con ellos y he aceptado encantado. Muy amablemente se ha ofrecido para coger mi ropa sucia para lavarla en su casa. Finalmente, también se ha llevado una bombona de gas para intentar llenarla con gas en alguna gasolinera. Le he pedido que vigilara y que sobre todo después aceptara que le pagara. 24/06/2006: Es de mañana, estoy escribiendo desde el portal de casa Victor y Irina, los padres de Dasha y Alexei. Hay bastantes mosquitos, pero el resto es perfecto. He dormido en una de sus camas en el piso superior de su pequeña y acogedora casa en el campo. Ayer por la noche estuvimos cenando en el jardín, cerca del fuego, Victor, Irene y una familia amiga. La Dasha al principio también estaba pero no se encontraba demasiado bien y se marchó. Comimos una sopa de pescado muy buena que tuvieron hirviendo bastante rato sobre un pequeña hoguera. La cabeza del pez también se encontraba en la sopa, una cabeza enorme para ser un pez de río. También comimos brochetas, de medida extra grande, que habían cocido a la barbacoa rociadas con cerveza y agua. Saqué el aceite de oliva y aliñé las brochetas y también hicimos un poco de pan con tomate (típico de Cataluña). Sobre la mesa también había tomates cortados, cebollas tiernas, rábanos y diversos tipos de hierbas que íbamos comiendo entre bocado y bocado. De vez en cuando, Victor servía un xupito de Vodka, brindábamos y nos lo bebíamos de una tirada. Y cuando la botella de vodka se rompió seguimos con xupitos de un buen coñac que les había regalado. Uno de los brindis se lo quise dedicar a ellos: "He estado viajando por muchos países: Francia, Italia, Austria, Hungría, Grecia, Rumania ... y anteriormente también a Latín América, India, África. Y os soy completamente sincero si afirmo que el país donde he encontrado la gente más hospitalaria, donde me ha ayudado más, he sido en Ukraina, habéis sido vosotros, por lo tanto quiero brindar por vosotros". Victor, aunque no tenía un inglés muy fluido se encargaba de ir explicando y traduciendo, siempre con una sonrisa, alegre. De todas maneras, este viaje me está enseñando a entender las expresiones y las tonalidades de las voces y muchas veces captaba el contenido de una conversación sin traducción, simplemente cazando alguna palabra aislada. Finalmente nos relajamos mirando como se consumía el fuego. Entonces Victor explicó un dicho de Ukraina: "En Ukraina la gente nunca se cansa de mirar o contemplar tres cosas: las aguas de un río, las llamas de un fuego, y los otros trabajando". Reí mucho y comenté que a mí también me pasaba lo mismo. Finalmente, cuando los amigos decidiron marcharse hicimos el brindis del cosaco o del caballo. Una tradición centenaria: cuando uno de los invitados quiere marcharse a casa, antes se tiene que beber de golpe un xupito, pero esta vez, con el vaso lleno del todo. Antes de la cena estuve nadando en el río con Irene. Las aguas estaban bastante crecidas y tenías que estar nadando todo el rato para mantenerte en la misma posición. Por la mañana, antes de dirigirnos hacia Teteriv con la autocaravana, el pueblo donde el Victor y el Irina tienen la casa, Alexei me estuvo ayudando durante tres horas a encontrar en Kiev un producto para el lavabo químico de la autocaravana. Después me acompañó hasta Teteriv, a unos 80 kilometros de Kiev, para volver seguidamente hacia la ciudad en autobus. En ningún momento me pareció que se sintiera molesto por estar ayudándome tanto rato. Al llegar a Teteriv nos ofrecieron un poco de comida y acto seguido Irina me pidió si tenía más ropa para lavar y ante su insistencia saqué un edredón y una almohada que lavaba desde Cataluña. Con Alexey, y también con Dasha los días anteriores, hablé bastante de Ucrania. En Ucrania la mitad de la gente habla normalmente Ucraniano, sobre todo tocando a Polonia, y la otra mitad habla Ruso, sobre todo tocando a Rusia, de donde Stallin sacó millones de habitantes hacia Sibèria y los sustituyó por Rusos. De todas formas, todo el mundo habla y entiende las dos lenguas. Por otro lado, los sentimientos Rusos y Ucranianos están un poco enfrentados. Alexey y Dasha, como Ucranianos que se sienten participaron en la revolución naranja, que sustituyó al anterior presidente pro-ruso por el actual presidente, Iushenko. La familia que me ha acogido está bastante contenta del actual presidente, porque mira hacia Europa en vez de hacia Russia. De hecho, una de las acciones que hizo, fue dejar de pedir visado a los extranjeros, por este motivo no tuve problemas al cruzar la frontera Ucraniana. El miércoles por la mañana estuve trabajando y por la tarde lo dediqué visitando el monasterio de Kyivo-Pecherska Lavra con la Dasha, y el gigantesco monumento de la independencia de Rusia. A la noche estuve con el hermano de Dasha y sus amigos. Alexey es un chico que estudia economía, está muy interesado con aviones y guerras pero al mismo tiempo tiene una gran sensibilidad por la escultura. Los amigos de Alexey tienen muchas ganas de fiesta pero al mismo tiempo son muy responsables. En todo momento tenían cuidado que estuviera bien y que no se me perdiera. Cogimos el metro para ir a una zona de discotecas. Me sorprendió la profundidad del metro, estuvimos dos o tres minutos bajando por una larga escalera automática. En la discoteca pedimos una botella de vodka, zumo de melocotón y cerveza. Hacíamos un xupito de vodka, bebíamos un poco de zumo y después un poco de cerveza. Naturalmente nos animamos enseguida. He parado un momento de escribir el diario para desayunar. Hemos desayunado un poco de la sopa de pescado de ayer que había cogido más gusto, fría; patatas hervidas; un removido de carne y huevo; verduras frescas; y vareniki de confitura de fresa que han traído los amigos de la familia. El vareniki es una comida tradicional de Ucraina, tiene la forma de un ravioli grande que puede estar pleno de carne, patata, queso, confitura ... Más tarde tomaremos una infusión de hierbas y antes de comer, o después, empezaré a hacer camino hacia Rusia. El jueves, Dasha y Victor me llevaron a un museo de casas tradicionales de diferentes zonas de Ucraina. Era un museo en el aire libre, muy grande e interesante. Después Victor se ofreció para coger las bombonas de campingaz que tenía para llenarlas en una gasolinera con la misma mezcla de butano-propano original. Este fin de semana me las ha vuelto y se las he pagado, a un precio increíblemente económico ya que el gas Ucrainés, igual que la gasolina, cuesta muy poco. Por la noche fui con Alexey y sus amigos a tomar una pizza. A medio camino cargamos a la Hymer un par de chicas que hacían autostop y pasamos bastante rato conversando con ellas, ellos, porque las chicas no hablaban inglés. En Kiev hay bastante gente que hace autostop, a todas horas. No importa si paran un coche particular o un taxi, la cuestión es llegar al destino. El viernes por la mañana salí por la televisión Ucrainesa, la Dasha tiene una amiga que trabaja en M1 y me invitaron a entrevistarme en uno de los programas, fue muy interesante. Yo también había invitado unos días antes a Dasha a participar en un programa de Catalunya Radio, ya que ella habla correctamente el catalán y en el programa hablaban sobre Chernovil, un terrible accidente que todos los ucranianos todavía recuerdan. Después me cogí el resto del viernes para mí, trabajando y haciendo fotos por la ciudad. Estaba haciendo fotos cerca de la plaza de la Independencia donde estaban retransmitiendo el partido de fútbol Ucraïna-Tunissia del mundial cuando de golpe oí a mucha gente chillando primero de indignación y después con alegría sostenida, y al cabo de unos segundos de suspense uno gritos de alegría exhortante. Adiviné que Ucrania había marcado de penal y que se había clasificado. Poco antes de marcharme de Teteriv he entrevistado Victor, que se había preparado la entrevista con antelación y ha contestado todas las preguntas de una tirada. Victor opinaba que el mundo tenía dos grandes problemas, el primero la contaminación de la naturaleza, tendríamos que decrecer la influencia de la tecnología sobre la naturaleza y tendríamos que comprender que la tierra es de todos. El segundo problema es el armamento y sobre todo el nuclear. El armamento nuclear mundial podría exterminar hasta 7 veces toda la vida de la tierra. Ucrania disponía de mucho armamento nuclear desde la desintegración de la URSS, pero destruyó mucho de este armamento. Victor querría que otros países también eliminaran su arsenal nuclear. En Ucrania también se tendría que desarrollar más la democracia y dosificar más la industria. Victor se considera feliz y sería más feliz si pudiera visitar muchos países de Europa. El secreto de la felicidad está en el trabajo, en mejorar su situación, de la familia y del país. Después de despedirme de toda la familia recordándoles y agradeciéndoles que han sido las personas que me han ofrecido más ayuda en todos los años que viajo, he empezado a hacer camino hacia Rusia. A medio camino he subido a un hombre que hacía autostop. En Rumania y en Ucrania me he encontrado muchos locales haciendo autostop, pero éste era el primero a quien paraba. El hombre, con barba, de facciones duras y mirada serena, sólo de subir se ha señalado tres veces y ha parecido que bendijera la carretera. Le he preguntado si hablaba inglés, pero no ha contestado. De todas maneras, en medio de grandes pausas de silencio hemos mantenido una conversación muy básica utilizando símbolos. Me ha dicho que era capellán, él me ha preguntado si era creyente y le he contestado que no demasiado. Entonces le he explicado que viajaba por todo el mundo y nos hemos acabado felicitando de que España y Ucrania se hayan clasificado para la siguiente fase del campeonato. Al bajar me ha dado aproximadamente un euro por el viaje. Yo he rehusado los billetes pero él ha insistido. Finalmente ha bendecido la autocaravana. Creo que me guardaré estos billetes para ver si me protegen de alguna manera. La carretera hacia Rusia se ha vuelto recta y un poco bacheada, cruzando una planicie sin ondulaciones. En un cruce me ha parado a la policía. Me han comentado que circulaba además de 50 km/h, el límite. Pero como he observado que no tenían medidor de velocidad y que sólo querían cobrar propina, he asegurado que no circulaba a más de 50 km/h, aunque fuera a 100 km/h. Finalmente me han tenido que devolver la documentación. En la frontera con Ucrania me han intentado cobrar propina en tres lugares diferente, pero como sabía que tenía todos los papeles en regla he dejado pasar el tiempo y finalmente he podido pasar sin pagar nada. De todas maneras, como ya eran las once y media de la noche, me ha dado pereza cruzar la frontera Rusa, he hecho noche entre los dos países. Russia Tula (ver en mapa) 25/06/2006: Antes de iniciar el viaje me hacía bastante respeto visitar Rusia: policías, corrupción, mafias, visados, complicaciones ... Pero a medida que iba avanzando en el viaje y iba solucionando todos los problemas que me iba encontrando, algunos de ellos relacionados con pequeñas mafias y corrupciones, perdí cualquier miedo que tuviera al inicio del viaje. Así pues, he cruzado la frontera rusa con menos problemas de los que me había imaginado en un principio. Nadie hablaba inglés, pero han estado bastante amables llenándome o indicándome cómo tenía llenar todos los papeles necesarios y reclamándome los importes que tenía abonar, más de 50€ para poder circular por las carreteras rusas. En Rusia ha seguido la misma carretera trazada en tiralíneas, a través de una planicie donde años y siglos atrás se habían aventurado las tropas hitlerianas y napoleonicas. De todas maneras, la superficie de la carretera no estaba trazada con tiralíneas, seguía igual de bacheada que en Ucrania. He llegado a Tula a media tarde. No sabía dónde estaba el centro ni qué podía visitar, sólo tenía indicado en mi atlas que era una ciudad interesante a conocer. He ido avanzando por una calle ancha sin que encontrara nada que pudiera ser de interés. Finalmente he parado a preguntar. Pero nadie hablaba inglés. ¿Cuándo les preguntaba "don you speak English"? algunos (algunas) me miraban como si fuera un alienígena, asustados. Después he preguntado en ruso lo mismo (lo he buscado en la guía): ¿"Vu gavarite pan angliyski"?, entonces ya me respondían "net" (no) menos importunados. Finalmente, después de unas cincuenta personas (sin exagerar) una chica me ha podido indicar en un inglés muy pobre donde estaba el centro y que allí podría visitar el Kremlin. He encontrado el centro, con una gran plaza, al lado una bonita iglesia, que se debería de restaurar, el Kremlin en el fondo, una estatua que parecía de Lenin, y edificios típicos de la época comunista. He salido a pasear y a hacer fotos y por la experiencia de antes, no he intentado establecer conversación con nadie. He paseado por una callejuela medio asfaltada donde de vez en cuando había unas interesantes casas de madera, viejas y con detalles muy bien trabajados. Moskow (ver en mapa) 26/06/2006: He dormido delante de un cibercafé donde estuve conectado ayer. Mientras estaba conectado me di cuenta y recordé que todavía no había escrito ni enviado el artículo del 9nou de la semana y decidí quedarme a dormir en frente, encima la acera, igual que otros coches, y el día siguiente por la mañana enviarlo. Esta mañana, cuando he abierto la puerta he visto que estaba aparcado en medio de unas paradas de mercado y los coches que había ayer aparcados ya no estaban. Entonces, una mujer me ha indicado amablemente que se tenía que marchar y he aparcado un poco más allá. Por la mañana alguien había golpeado delicadamente la puerta, pero no había hecho caso. Eso no es Estambul, allí habrían echado abajo la puerta para despertarme. He seguido camino hacia Moscow, por una carretera que se ha convertido en una autopista, en buen estado pero no del todo lisa. Los pueblos y casas que entre Kiev y Moscow parecían haber desaparecido completamente (sólo había más que prados y prados, algún pequeño bosque, y algún pueblo de vez en cuando) ahora volvían a aparecer con más frecuencia. Y he llegado a Moscow, la ciudad más poblada de Europa, con 10 millones de habitantes según mi guía de viaje y 20 millones según una chica que he encontrado más tarde. Las ciudades me acostumbran a sorprender en algún sentido u otro y Moscow me ha sorprendido por la riqueza proyectada en sus edificios. Todos los edificios, nuevos o antiguos, seguían una línea comunista: líneas rectas, sobrios, serios ... pero a diferencia de otras ciudades del este de Europa, se notaba que los edificios tenían mejores acabados, más ventanas e incluso más estéticos. Según Alexey de Kiev, Moscow es rica y bonita por que todo el dinero de Rusia y antiguamente de la URSS iban hacia la capital. Otro hecho que me ha sorprendido, pero que de hecho ya había observado en otras ciudades de Europa del Este, es que Moscow tiene muy pocas calles en proporción a su extensión. Entre calle y calle puede haber una distancia de unos 500 metros (o más) y entre éstas encuentras islas de bloques de pisos y parques, en los cuales sólo puedes acceder a pie o por pequeñas callejuelas que te dirigen a aparcamientos. Eso sí, la mayoría de calles son muy anchas, grandes avenidas, aunque insuficientes para absorber la gran cantidad de tráfico. En Moscow tenía otro contacto. Uno de mis lectores (que todavía no conozco personalmente), Carles de Sabadell, está casado con una chica rusa y me pasó los contactos de unas amigas de ella. Las amigas no me han podido recibir hoy pero sí la hija de otra amiga suya, Marina. Hemos estado andando por el centro, admirando el Kremlin desde fuera y la plaza roja, con los ampulosos edificios, el mausoleo de Lenin, la colorida catedral de Basil ... Cuando ya volvíamos me ha sorprendido una imagen que no he podido fotografiar correctamente: seis camiones grúa en fila, llevándose de una vez seis coches que estaban en fila mal aparcados. He decidido aparcar la Hymer en un aparcamiento más seguro y Marina me ha indicado un lugar céntrico pero muy tranquilo cerca de un parque. 29/06/2006: Marina estudia políticas. Es una chica reservada, tradicional, proviniendo de casa rica (cada uno de los cuatro días que nos hemos encontrado llevaba unos zapatos de un color diferente, combinando con la ropa que llevaba), y de momento navegando por la vida sin un rumbo claro. Sus padres le están organizando unas vacaciones en España para aprender Español pero a ella le es igual a qué ciudad ir, cuánto tiempo, de qué manera ... Ya se encargarán los padres ... De todas maneras es muy buena chica y ha habido buena comunicación. Por otro lado también es muy paciente, me dejaba todo el tiempo que hiciera falta para hacer fotos, que a veces no es poco. Marina tiene el mismo sentido de la hospitalidad que la familia Lapenko, en Ucrania. Ha compartido buena parte de estos tres días conmigo, preocupándose por mostrarme los lugares interesantes a visitar y ayudándome a encontrar lo que necesitara. A veces me parecía que me acompañaba simplemente por la obligación de la hospitalidad, pero otras veces también me daba la sensación que se encontraba a gusto en mi compañía. En cualquier caso, le he comentado que le daría el contacto de algunos amigos a Barcelona. Pero pensandolo bien, no sé con qué amigos ponerla en contacto, por que mis amigos, o la gente de nuestra tierra, no es tan hospitalaria como en estos últimos países que he visitado. El miércoles por la mañana fuimos al distribuidor de la Hymer en Moscow. El conductor del padre de la Marina nos guió conduciendo en frente nuestro. En la Hymer nos atendieron muy bien y estuvieron estudiando el problema de la batería del habitáculo. Al final, después de algunas llamadas, me aconsejaron cambiar la batería en Helsinki, ya que allí tenían aparatos adecuados para testear todo el sistema electrónico de la autocaravana. Explicándoles mi viaje, me mostraron el prospecto de una agencia de viajes Alemana que organizaba viajes por todo el mundo en autocaravana, por ejemplo había un viaje de 5 meses por toda Asia, eso sí, el viaje valía más de 8000euros. Delante mío volvía a tener otro caso que mi viaje no tiene nada extraordinario. Después del concesionario de la Hymer fuimos a visitar un lugar nombrado Poklonnaya Gora, elevado ligeramente por sobre la ciudad y con mucha historia. Por ejemplo, se explica que es el punto donde Napoleón esperó infructuosamente que los obedientes rusos le entregaran las llaves del Kremlin. Actualmente, en Poklonnaya Gora hay un gran memorial a la segunda guerra mundial. Después, Marina me propuso visitar el Metro, igual que en Kiev muy profundo, pero no tanto en aquella estación. Más al tarde, Marina me dio un par de horas para que me conectara a Internet en un cibercafé, cerca de su universidad, un edificio de arquitectura típicamente comunista y de muchas plantas. Y cerca de la noche, pero encara con sol, hemos visitado un parque con muchas esculturas y allí la he entrevistado. Marina piensa que se tendría que proteger la naturaleza, la paz, la gente debería de ser más amigable ... De todas maneras el principal problema en el mundo es la pobreza, sobre todo en África. Marina cree que estos problemas se solucionarán con el tiempo. Personalmente ella cree que podrá ayudar con la solución si en un futuro puede trabajar en alguna organización internacional. En Rusia el principal problema es la gente pobre y sin casa. No cree que el problema se pueda solucionar con facilidad, tampoco cree que ella pueda ayudar en la solución aparte de dar caridad. Marina se considera feliz porque es joven, con mucha energía y sin grandes problemas. Marina sería más feliz si algunos de los problemas del mundo se solucionaran. Uno de los secretos de la felicidad es sonreír. El jueves, igual que el día anterior hizo mucho calor. Por la mañana queríamos visitar el Kremlin, pero estaba cerrado a causa de la visita del presidente o de un dignatario turco. Entonces visitamos la vistosa catedral Kram Khrista Spasitelya construida hace pocos años. De todas maneras, en su interior hay una colección de cuadros y textos, que quieren dar la impresión que está construida de hace algunos siglos. Por la tarde, Anna y Jane, las amigas de Carles de Sabadell (que me habían pasado el contacto de Marina) me organizaron un encuentro con el director de noticias de la televisión NTV Chanel, Alexei Kouzmine. El encuentro se produjo en el hotel Ucrania y resultó muy interesante. Primero contemplamos un poco las impresionantes vistas de Moscow desde el ático y a continuación lo entrevisté para tomar el pulso el mundo. Al principio él respondía en inglés y Marina traducía, pero la conversación era lenta, y finalmente conseguí que hablara en inglés, que lo hablaba bastante bién. Alexei opinaba que el principal problema del mundo es la diferencia entre países y gente en religión, dinero, sistemas políticos. Estas diferencias provocan terrorismo, guerras, odio ... Quizás el tiempo solucionará estos problemas, pero la gente en los países ricos tendría que pensar alguna solución, ya que las consecuencias son peligrosas para Europa, como el caso de Txetxenia en Rusia. ... Él intenta colaborar en la solución del problema desde las noticias cambiando ligeramente la mentalidad de la gente en el buen sentido. El principal problema de Rusia es la corrupción. La gente tiene que pagar a los policías, médicos, funcionarios, políticos ... para resolver problemas. El problema proviene del comunismo y cree que se solucionará con tiempo, aunque no será sencillo porque las nuevas generaciones están aprendiendo de las viejas y los políticos son corruptos y tampoco están por la labor de acabar con la corrupción. Él podría ayudar en la solución del problema no dando dinero a los policías en las carreteras, pero sigue dando dinero porque es mucho más sencillo hacerlo así. Alexei se considera feliz porque tiene una familia con todas las necesidades cubiertas, aunque él tiene que trabajar duro. Sería más feliz si Rusia fuera un país más libre, con buenas leyes con políticos más honestos. El secreto de la felicidad es trabajar suficiente para que la familia tenga todas las necesidades cubiertas y por lo tanto no estar preocupado por ésta. Después de la entrevista me interesé por otros temas que me preocupaban sobre Rusia y fue muy amable de dedicarme más tiempo. Me comentó que Rusia, o Moscow, es muy rica y prospera en buena parte al dinero que provienen del petróleo y de los precios actuales del mercados. Me confirmó el comentario que me había hecho Marina, en Moscow no hay barrios pobres, pero sí muy ricos. El petróleo da estabilidad y hace que la gente se conforme con su presidente, Putin, aunque todo el mundo vea que es un mal presidente, que prohíbe la libertad de expresión y tiene anulada casi del todo la democracia. Según él, su televisión es la que ofrece una información más veraz y libre, pero no por eso deja de recibir presiones desde el Kremlin. Me comentó que será difícil cambiar al presidente, ya que Rusia no es como Italia, que gracias a una democracia consolidada pudieron echar a Berlusconi. Rusia no es Europa, aunque tampoco es Asia, simplemente es Rusia. Respecto de estos comentarios, me afirmó que no están demasiados interesantes en entrar a la Unión Económica Europea, aunque podría ser positivo. Pero políticamente parece que tampoco quieren que sus vecinos, por ejemplo Ucrania, se acerquen a Europa y se unan. Internacionalmente también tienen bastantes conflictos con China. Según él, China es un país muy egoísta que siempre hará lo que más les convenga. Rusia actualmente está recibiendo muchos inmigrantes y eso es un problema, en parte porque muchos de ellos son islámicos y se está produciendo un choque de culturas. No deja de ser curioso, sin embargo, que sean considerados inmigrantes cuando la mayoría provienen de países de la antigua unión soviética. Hablando sobre el terrorismo islámico me comentó que la gente en Moscow no tiene miedo de nuevos ataques. Por otro lado, él cree que la guerra contra el terrorismo ha sido efectiva y ha ahogado a los terroristas económicamente, haciendo muy difícil nuevos ataques. Preguntando sobre la educación en Rusia me ha contestado que ésta es buena, pero como en todos los estamentos, también hay corrupción: si pagas apruebas. Hablando sobre el turismo, me afirmó la visión que Rusia no está potenciando el turismo (piden visado para entrar, Moscow no tiene oficina de información turística, algunos policías molestan los turistas...). Parte del problema se debe a la falta de infraestructura (durante la unión soviética sólo había 5 hoteles en Moscow) pero también a la mentalidad comunista y de control que todavía arrastran. Acabé la conversación con Alexei hablando sobre Hodorkorskiily, el magnate del petróleo, de la compañía Yucos, que se quiso enfrentar a Putin. Hodorkorskiily inició el negocio quizás robando dinero y después siguió no pagándolo impuestos, como todo el mundo. Pero su error fue enfrentarse a Putin. Actualmente Hodorkorskiily está en la prisión por siete años, sin futuro político y con su negocio en manos del hermano del presidente. Eso demuestra que el dinero no es suficiente para hacer lo que se quiera, también se necesita del poder. A la noche volví a ir al cibercafé, dormí delante de éste ya que por la mañana me quería volver a conectar. Pero por la noche, a las dos de la madrugada, la policía picó en la puerta. Abrí la ventana y me preguntaron alguna cosa con ruso. Yo les pregunté: ¿"parking, problem?”. “Nei, nei". Miraron con la linterna a dentro y les indiqué con gestos que estaba durmiendo. Finalmente me dejaron con paz. Al primer día en Moscow unos policías también me pidieron el pasaporte y se hicieron un poco pesados, supongo que para cobrar alguna propina, pero entonces también me dejaron finalmente en paz. Al conectarme a Internet recibí una muy mala noticia para mí y para mucha gente: el portal couchsurfing que utilizaba para contactar gente en las diferentes ciudades que visitaba había desaparecido. Habían tenido un problema con las bases datos de Internet, se habían borrado y no tenían hechas copias de seguridad correctamente. Un seguido de hechos casuales que desembocan en desgracia. Envié un correo electrónico a los compañeros de Serveis de Internet Javajan donde trabajaba antes, comentándoles la noticia y alertándolos que no les pasara nada similar a ellos. Hoy por la mañana hemos ido a visitar el Kremlin. El Kremlin no deja de ser una muralla roja, de ladrillos, en el interior de la cual hay bastantes edificios amarillos y blancos del gobierno y unas cuantas iglesias. De todas maneras, las iglesias son interesantes de ver. Después volvimos a pasear por la plaza roja, a las afueras del Kremlin hasta la catedral de Basil. Está bien que en Moscow haya muchos lavabos públicos, unas cabinas de plástico azul. Está bien porque a veces tienes necesidad de utilizarlos, pero son un poco asquerosos porque son lavabos químicos y a dentro de la taza hay ... flotando ... bueno, no daré detalles pero he pensado que no está mal pagar los cincuenta céntimos de otras ciudades por utilizar un lavabo decente. Por la tarde, Marina me ha ayudado a encontrar un lugar donde me lavaran la Hymer, pues la tenía muy sucia y suponía que en Rusia sería más económico de limpiarla que en Finlandia, mi próxima destinación. Después, con la Hymer reluciendo hemos ido a hacer unas fotos delante de la catedral de Basil. 01/07/2006: Hoy me tenía que encontrar con Anna y Jane, las amigas de Carles de Sabadell. La Marina me había dicho que a las 11 me enviarían un mensaje explicándome como quedar. Pero en vez de recibir un mensaje de ellas he recibido un mensaje de una chica que había contactado hacía tiempo a través del desaparecido portal couchsurfing. Como Anna y Jane seguían sin escribirme he quedado con Olga en la plaza Roja. De todas maneras, Anna y Jane han acabado escribiéndome y he quedado de ir a su casa en el campo por la tarde. Olga es una chica que no le gusta crecer, tener responsabilidades. Hemos estado paseando por la calle Arbat, plena de tiendas para Turistas, y después por el bonito parque VVC. Allí ha visto una parada donde regalaban globos y hemos hecho la cola para tener uno cada uno. Yo lo he regalado más tarde a un niño en el metro pero ella se lo ha llevado bien orgullosa hacia su casa. Hemos conversado bastante sobre la amistad. Ella considera que es muy buena haciendo amigos, tiene muchos, pero después los echa mucho de menos. Por ejemplo, estuvo estudiando tres meses en Portugal y ahora tiene muchos amigos allí y en Brasil, pero también en Rusia. Esté donde esté siempre echa de menos a alguien. Sobre todo a su amor de Portugal. Yo le he explicado que también me resulta muy fácil hacer amigos en este viaje. Normalmente hay muy buena química con todos ellos y mucha complicidad, pero después no sufro por ellos. Simplemente recuerdo los buenos momentos, con alegría, feliz de haber vivido instantes tan agradables. Quizás querría repetir estos momentos, quizás intentaré en algún caso repetir estos momentos. Ésta es mi manera de añorarme, de echar de menos, sin sufrir. Tengo muchos buenos recuerdos, que muchas veces querría repetir, pero que me dejan mucho espacio para impregnarme de nuevas experiencias y amistades. Hacia las siete he llegado a casa Anna y Jane, una pequeña casa con un gran jardín por donde corrían, saltaban, jugaban y reían un montón de niños, de Anna, Jane y de un par de parejas más. Los adultos estaban en torno a una mesa comiendo y bebiendo, vodka, naturalmente. Había uno que había empezado bastante pronto y ya iba bastante alegre. Más tarde hemos jugado a fútbol y éste se ha roto la pierna. Todos lo hemos rodeado socorriéndolo y cuando se lo han llevado en coche la fiesta prácticamente se ha acabado. Me ha gustado la mecánica de las parrillas rusas. Ponen la madera a través de un recipiente o agujero, donde esta crema. Las brasas caen por debajo y se utilizan para cocer la carne. Pero el mismo recipiente donde quema la madera se puede utilizar para ahumar el pescado. N?vgorod (ver en mapa) 02/07/2006: Por la mañana hemos ido con Jane, su marido, otra pareja y todas las criaturas a un monasterio nombrado Savvino Storzhevskiy (monasterio de hombres). Allí he estado haciendo algunas fotos y paseando entre la gente que tranquilamente también visitaba el monasterio o asistía a las plegarias. Más tarde me he despedido de ellos agradeciéndoles los momentos que me han dedicado y he empezado a hacer kilómetros hacia Novgorod. A medio camino he puesto combustible, utilizando casi todos los rublos que tenía, porque no aceptaban visa. He seguido el viaje parando de vez en cuando en alguna gasolinera y preguntando si aceptaban visa o euros, pero nada. Además, todos los pueblos que cruzaba eran demasiados pequeños para tener cajeros automáticos. Los pueblos estaban formados por casas de madera, algunas con bonitos detalles, como las casas que había visto en Tula. Finalmente, cuando ya llevaba bastantes kilómetros con reserva he decidido de no seguir hasta solucionar el problema. He parado en una gasolinera que tampoco aceptaban visa o euros. He puesto 2 litros de diesel con los pocos rublos que me quedaban. Pero por suerte, una pareja que me ha visto apurado me ha aceptado cambiar 10 euros por rublos y he podido cargar 20 litros más (sí el combustible es muy económico en Russia), suficientes para llegar a Novgorod. Llegando, he presenciado una larga puesta de sol. La latitud hace que las puestas de sol sean muy lentas. Durante más de media hora el sol se ha mantenido encendido al horizonte, en el norte oeste, descendiendo muy poco a poco. Finalmente he llegado que todavía era claro en Novgorod, a las doce de la noche. Me han venido de ganas de un poco de fiesta (no sé porque me pensaba que era sábado) y he preguntado a unos chicos por una discoteca o club. Me han indicado un par de nombres pero después de dar un par de vueltas, de preguntar más y de no encontrar nada he decidido aparcar al lado de un parque. Allí he preguntado a un grupo de chicos y chicas que bebían cerveza. Enseguida se han interesado por mí y he decidido quedarme con ellos. Eran unos diez o quince, de unos veintiún años. Se han interesado mucho por mi viaje y por la autocaravana. Se la he enseñado y han alucinado. En un momento me han preguntado por la edad, les he pedido que probaran y como siempre me he sentido muy bien cuando han empezado a decir edades rondando los veinticinco. De aquí pocos días cumpliré treinta y cuatro. Es verdad que la juventud de veinte años no tiene demasiada capacidad de deducir edades, pero creo que la felicidad que me provoca estar cumpliendo mis sueños y vivir al presente me afecta positivamente. 03/07/2006: Hoy por la mañana he visitado Novgorod. Los chicos de ayer me habían indicado qué podía visitar y me he dirigido allí con bicicleta. Rodeado por un gran parque, se encuentra el kremlin, el centro religioso, político y cultural de la ciudad desde la edad media. Las murallas son rojizas, de ladrillos, y en el centro hay diversos edificios administrativos y algunas iglesias interesantes. He salido por la puerta del otro extremo y me he encontrado enfrente de un río, donde algunos se bañaban y tomaban el sol, en una playa de arena. He cruzado un puente y en el otro lado me he encontrado con otro parque repleto de iglesias de diferentes estilos, muy bonitas. Novgorod es una ciudad en la que podía haber dedicado todo el día, por ejemplo me hubiera bañado un rato. Pero había quedado por la tarde con una chica a S. Petersburg y he empezado a hacer camino. He parado para comer aprovechando que caía un chubasco de mil demonios y más tarde me ha parado a un policía, segundo él por exceso de velocidad. Sin quererme entretener demasiado, le he dado un equivalente a 1,5euros y he seguido la marcha. En S. Petersburg me he encontrado con Nata y una suya amiga. Hemos ido a beber una cerveza después se ha presentado un amigo suyo, con un coche de la mafia, grande, negro, con los cristales ahumados, un Lincoln. Me han dicho "sube!." Se han cerrado las puertas y el chico ha empezado a circular como un loco por las calles de S. Petersburg. Hemos parado en una fabrica abandonada a cargar algo y después hemos seguido la alocada carrera hasta un parque con un lago, donde hemos dado de comer a los cisnes. Allí, Nata me ha explicado que el coche era de la empresa donde trabajaban los tres, ellas de administrativas y el chico de conductor. Cuando ya nos marchábamos, el chico ha iniciado una discusión con la amiga de Nata, en ruso (no he entendido nada) y nos hemos acabado marchando todos cabizbajos, cada uno por su lado. Yo con Nata, en metro. Durante el trayecto me ha comentado que está enamorada de la arquitectura de Gaudí (había leído su biografía!) y de Barcelona, decía que sin duda es la ciudad más bonita del mundo. Tenía previsto visitar Barcelona este verano. Yo le he explicado que Barcelona es mucho más que Gaudí, cuando vives en Barcelona no ves los edificios de Gaudí cada día, en cambio, Barcelona sigue enamorando. Entonces me ha preguntado: - ¿Porque viajas? Yo le he contestado la respuesta de siempre, cuando me hacen esta pregunta: - Porque era mi sueño. - Pero lo que no entiendo es que viviendo en Barcelona, la ciudad más bonita del mundo, tengas esta necesidad de viajar. He estado pensando un rato y entonces he contestado: - Eso es como si vivieras en un piso muy confortable, con todos los caprichos que te puedas imaginar: televisión, sauna, piscina ... Quizás no necesitarías salir nunca de este piso, porque lo tienes todo. Pero yo necesitaría salir, andar, aunque me cansara. Necesito respirar el aire fresco del mundo, descubrirlo. Y quizás quedarme a vivir en casa de algún amigo, aunque sea menos confortable. Porque la buena compañía es mucho más importante que el lugar. St. Petersburg (ver en mapa) 06/07/2006: Según mi guía de viajes, S. Petersburg es una de las ciudades más encantadoras e impresionantes del planeta. Según Nata, Barcelona la supera. Y yo también lo pienso, pero de momento también diría lo mismo de Barcelona si la comparara con cualquier otra ciudad que he visitado hasta ahora. Y si escribo eso no quiere decir que me añore, ni tampoco que S. Petersburg no sea realmente una ciudad encantadora. Quizás repetiría lo que he dicho otras veces, la gente hace una ciudad o un país, y Barcelona y Cataluña me enamoran porque allí me he enamorado muchas veces, y porque siempre conservaré muchos buenos amigos. Es bonito pasear por una ciudad donde siempre es de día, casi a cualquier hora. Ahora bien, se me hace difícil imaginar que este encanto se pueda mantener en invierno, con diez o veinte (o más) grados bajo cero y la oscuridad durante casi todo el día. Ahora en verano hay mucha gente por la calle. La temperatura es muy agradable, invita a ir en manga corta pero no hace calor. La ciudad está construida entre diversos ríos y canales, eso la hace más interesante todavía, aunque también la hace famosa por los mosquitos. Alguna de estas noches he tenido realmente problemas con algunos mosquitos que se han colado dentro de la autocaravana. La arquitectura de S. Petersburg es muy atractiva, grandes edificios, pintados de diferentes tonalidades, generalmente cálidos, muchos con esculturas, con relevos, grandes ventanas ... Las calles son anchas, cubiertas de cables por los tranvías y por las luces que deben de iluminar durante el invierno. Hay muchas iglesias, de diferentes estilos, pero todas ellas muy bonitas. Y un hecho curioso, en los lugares turísticos hay bastantes hombres anuncio, muchos simplemente con un cartel colgando por delante y por detrás, pero otros, también con micrófonos y altavoces. El martes, después de conectarme a Internet, cogí la bicicleta y fui a dar un vuelo por la ciudad. Hay muchos lugares por visitar y la bicicleta me ha ido bien mucho. Recorrí la calle de Nevsky, muy comercial y con la mayoría de cibercafés. Subí por el canal de Grivoedova para fotografiar la iglesia de Spilled Blood. Después el impresionante palacio de invierno, pintado de blanco y verde claro. Y finalmente crucé el río de Bolshaya y de Malaya hasta la fortaleza de Peter y Paul, donde la gente tomaba el sol y se bañaba. Por la noche volví a quedar con Nata y otra amiga suya e hicimos un largo paseo hasta pasada la media noche, con el horizonte todavía iluminado. Nata es una chica con sensibilidad, le gusta escribir, el arte ... Pero quiere cambiar y se quiere volver más material, quiere ganar dinero, prosperar. Estos días, a pesar de encontrarse conmigo, ha estado trabajando bastante, duerme poco. Se la veía cansada. Muchas veces se dibuja en su cara una sonrisa sincera, abierta, infantil, pero muchas otras, se cierra, reflexiva, preocupada. Durante el paseo, me preguntaron porque a las rusas cuando viajan por Europa se las reconoce enseguida. Yo no lo sabía pero después de pensar un poco comenté que generalmente las rusas son muy delgadas, visten elegantes y provocativas, acostumbran a ser rubias y sobre todo, calzan zapatos de tacón. También acostumbran a ser muy atractivas, igual que en Ucrania, y no negaré que éste no sea otro factor que me atraiga de S. Petersburg. De todas maneras ellas insistieron que también hay algo en la fisonomía que las diferencia, y quizás sí, aunque no supe encontrar la diferencia. El día siguiente por la tarde, el miércoles, volví a quedar con Nata. Esta vez fuimos a un concierto con otras amigas suyas. El concierto estuvo muy bien. Tocaban dos grupos rusos, uno de reagee y otro de rock. Me sorprendió que durante el concierto casi nadie bebiera ni fumara. No sé si estaba prohibido fumar, pero vendían alcohol dentro del palacio de deportes donde se celebraba los concierto. Hoy por la mañana he estado lavando ropa en casa de Nata y trabajando. Por la tarde la he vuelto a dedicar a dar un paseo con bicicleta, esta vez hacia el otro lado de la ciudad. He ido hasta la iglesia de Lavra Alexandra Nevskogo. Allí había una hilera larguísima de fieles que ocupaban unos doscientos o trescientos metros hasta la entrada de la iglesia. Básicamente eran mujeres con pañuelos atados a la cabeza, algunas leyendo algún libro sagrado en voz alta y santiguándose al mismo tiempo. He intentado preguntar a diversa gente qué esperaban, pero nadie sabía hablar inglés. Después he paseado por un viejo e interesante cementerio y al salir he hecho la misma pregunta sobre la multitud a unos curas (no sé el nombre en ortodoxo) muy bien vestidos y adornados. Milagrosamente sabían hablar inglés y me han informado que estaban esperando una reliquia de San Juan Baptista, en concreto una mano, proviniendo de Montenegro. Instantáneamente me ha venido a la memoria la novela "Baudolino", de Umberto Eco. Después he seguido el recorrido hasta la catedral de Smolny, pintada de blanco y azul claro. He continuado un poco más por el lado del río y ya he vuelto hacia la Hymer. He colgado la bicicleta detrás y me he dirigido hacia casa Nata a buscar la segunda lavadora para tenderla en la autocaravana, en cuerdas atadas a los armarios, en todas direcciones. He estado conversando con Nata y le mostrado fotos de mi viaje. Entonces le he propuesto tomar el pulso con ella y ha aceptado. Nata opinaba que el problema más grande del mundo es el estado del medio ambiente y de los recursos naturales. Los científicos deberían de encontrar la solución, de todas maneras Nata proponía la energía nuclear para no abusar de los recursos naturales. Personalmente intentará trabajar en una organización, en concreto en una organización que está a favor de la energía nuclear. En Rusia, el problema más grande se encuentra en la educación: a las universidades enseñan demasiada teoría que no se puede aplicar en el mundo laboral. La solución se encontraría en absorber la experiencia de la Europa del Oeste. Nata se consideraba feliz porque tenia delante suyo un futuro prometedor. Sería más feliz viajando más. El secreto de la felicidad es no mentirse uno mismo dicientote que todo está bien y ser activo para mejorar. Tu carácter es tu destino. Después de la entrevista, la Nata me ha preguntado: - ¿Cuando te marcharás de S. Petersburg? - No lo sé, todavía no lo he planeado. - Si quieres, mañana por la noche podemos ir a un club, y al fin de semana visitar un monasterio a las afueras, pero después no sé qué más podríamos visitar. Por otro lado tendré que anular otro compromiso que tenía este fin de semana. - Entonces no lo anules, seguramente mañana o pasado mañana empezaré a ir hacia Helsinki. - ¿Pero qué harás a Helsinki? allí no conoces a nadie. - ¡No te preocupes por eso, estoy viajando solo por todo el mundo! - De todas maneras, si quieres, este fin de semana lo paso contigo. A veces me he sentido tratado como un niño por la hospitalidad rusa y ucraniana. Los amigos que me ha recibido y ofrecido hospitalidad a veces tenían miedo que se me moviera sin su ayuda, que me perdiera, que me encontrara solo. También me he sentido así con Nata, preocupándose qué haría el fin de semana. Pero he adivinado que realmente deseaba asistir al compromiso en vez de estar conmigo y he insistido que me marcharía al día siguiente. Finalmente nos hemos despedido con dos besos. 07/07/2006: Este viernes por la mañana he hecho la última vuelta con bicicleta por la ciudad, quería acabar de hacer algunas fotos y volver a visitar algunos monumentos con la luz de la mañana, en vez de la tarde. También he subido arriba de la cúpula de la Catedral de S. Isaac, desde donde pensaba que habría una buena vista de la ciudad, y la había, pero no para hacer las buenas fotos que esperaba. Por otro lado, no he tenido tiempo de visitar el Museo del Hermitage, uno de los más importantes del mundo según mi guía. Me podría haber quedado más tiempo en S. Petersburg, la ciudad se lo merece, y por lo visto, por los alrededores y ha otros lugares interesantes a visitar. Pero Finlandia me reclama, allí reencontraré un gran amor de este viaje, la Alexandra de Transilvània. No llegará hasta el miércoles por la mañana, en Turku, pero estoy impaciente por el reencuentro, y estar más cerca del destino me hace sentir más cerca de ella. Antes de marcharse he parado en un supermercado, y temiendo que los precios en Finlandia serían mucho más caros, he cargado de comida y también de alcohol, cervezas y vodka, de buen seguro que apreciado por los nuevos amigos que haré por el camino. También he cargado gasoil, ya que en Finlandia, como el resto de Europa, los precios son el doble que los de Rusia. Durante el trayecto he visto una playa de arena al lado de un río y mucha gente bañándosele y tomando el sol. Hacía bastante calor y tenía ganas de nadar, he dado media vuelta y me he estado un buen rato, nadando y tomando el sol. Salir de Rusia, contrariamente a lo que me esperaba, no ha sido nada complicado. Me han atendido en dos oficinas diferentes dos chicos jóvenes que no parecían demasiado interesados en corromper. En la frontera Finesa sólo me han mirado el pasaporte, nada más. He parado a cenar justo después de la frontera y he seguido conduciendo de noche, pero con el sol todavía iluminando, poniéndose entre los árboles. Me ha sorprendido la cola de camiones que había para entrar en Rusia, estacionados al lado de la carretera. He contado unos veinte kilómetros de camiones, muchos de ellos transportando coches, la mayoría buenos coches, de diferentes marcas. Analizándolo bien, después ha dejado de sorprenderme esta enorme cola, por una parte, Rusia exporta mucho petróleo e importa de todo, sobre todo coches. Pero por otro lado, según mi experiencia, los trámites en la frontera Rusa son muy lentos, tienen que teclear mucha información en los ordenadores y eso se eterniza porque los funcionarios tienen que buscar individualmente cada letra en el teclado del ordenador y después pulsarla. Finland Helsinki (ver en mapa) 08/07/2006: Me he despertado al lado de un río que se abría al mar. Ayer por la noche había visto que alguien se bañaba, pero esta mañana he observado que el agua estaba muy sucia, con restos de neumático y plásticos en el fondo. No me he bañado. En vez de eso me he puesto trabajar un poco, pero el transformador donde conecto el ordenador ha dejado de funcionar. He mirado qué podía pasar y he descubierto que se había fundido un fusible. Sabía que tenía que tener alguno de recambio, como mínimo recordaba que la Hymer en Cataluña me había dado. Pero después de revolver toda la autocaravana sólo he encontrado unos fusibles que eran de diferente medida que los que necesitaba. He decidido esperar a solucionar el problema el lunes, que iré a visitar el distribuidor de la Hymer en Finlandia, que en teoría me tiene que solucionar también el problema de la batería. De camino a Helsinki me he cruzado con muchas autocaravanas circulando. Con la mayoría nos intercambiábamos saludos, tal como manda el manual del buen autocaravanista. Ha sido una agradable sorpresa, ya que hacía muchos países que no me cruzaba con ninguna autocaravana. Aparte de eso, en el país también se respiraba un aire de prosperidad colectiva que también lo diferenciaba del resto de países de la Europa del Este que había visitado. Los lados de las carreteras estaban segados en máquina, los pocos campos que había (el resto eran bosques) estaban trabajados de manera uniforme, con maquinaria. Las casas de campo o de los pequeños pueblos eran nuevas, arregladas. ¡La carretera era lisa! En Helsinki había enviado un mensaje a diversa gente, esta vez a chicos y chicas, a través del portal hospitalityclub.org, similar al portal couchsurfing (que parece que vuelan resucitar), pero menos agradable todo y que con mucha más gente apuntada. Lo había enviado un poco precipitadamente ya que no sabía exactamente cuándo me marcharía de S. Petersburg. Me había contestado una chica enviándome un mensaje al móvil invitándome a asistir a una obra de teatro que representaban. Era a las siete y antes he podido aprovechar para visitar un poco la ciudad y pasar por el punto de información. Helsinki es una ciudad muy tranquila, de hecho sólo viven poco más de quinientos mil habitantes. ¡Y poco más de 5 millones en toda Finlandia! La ciudad está asentada sobre un trozo de costa con muchas entradas y salidas, por lo tanto cada dos por tres te encuentras el mar, con algún puerto, un paseo y en el fondo quizás unas pequeñas islas. Hay bastantes parques. Los edificios son simples pero de calidad, con muchas ventanas, y bastante grandes teniendo en cuenta que en invierno hace un frío que pela. He ido al teatro con la Hymer. El teatro se encontraba en medio de un bosque, o de un parque, un poco apartado del centro de la ciudad. He conseguido saludar Hanna, la chica que me ha invitado y poco después ha empezado la función, una obra amateur pero que representarán durante uno mes y medio, atrevida, sorprendente, visual ... aunque no he entendido nada, porque hablaban en finés. Me ha sorprendido que al final, dos de los actores, un chico y una chica se hayan desnudado con naturalidad porque el guión lo exigía. Se nota que en el norte de Europa están más acostumbrados al nudismo, no hay ningún pudor. Después me han comentado que eso es debido la cultura de la sauna, ya que las saunas acostumbran a ser mixtas, con familia, amigos, todos desnudos y sin vergüenza al mostrar las vergüenzas. Después del teatro nos hemos quedado un pequeño grupo a tomar unas cervezas, yo he sacado unas cuantas de las que había comprado a Rusia. Me ha sorprendido que todos ellos hablaran perfectamente el inglés, me ha sorprendido todavía más viniendo de Rusia. Pero lo que más me ha maravillado, es que entre ellos también hablaran en inglés, por educación hacia mí. Les he preguntado por el invierno, si no era demasiado duro estar en la oscuridad. Me han comentado que sí, que es un poco depresivo, la gente sale poco, menos. Pero me han comentado que en verano se compensa todo, pueden valorar mucho más la claridad y el calor. Salen más, se bañan al mar y en los lagos, pasean ... Después hemos ido a un bar donde servían bebidas económicas (no lo eran en absoluto) y después los he llevado con la autoracavana hacia una disco en medio de un parque y delante del mar. No se ha hecho oscuro del todo, pero a las tres ya volvía a ser claro. La música no era demasiada buena y hemos decidido de marcharnos. Ellos me han propuesto de ir a otro lugar con el coche de unos amigos, dejando la Hymer allí, pero no me ha gustado la idea y estaba cansado. He aparcado en un lugar más tranquilo, más alejado de la discoteca y me he puesto a dormir. 09/07/2006: Me he despertado tarde. He dormido más de ocho horas. Pero no es extraño, hace bastantes días que duermo mucho, unas nueve o diez horas. Si no lo hago, tengo sueño, y tengo que tomar café. Pero prefiero no abusar de la cafeína y por lo tanto duermo mucho. Pero no me gusta, por que me da la sensación que me pierdo muchas horas que podría aprovechar para descubrir nuevas cosas. En algún momento he llegado a pensar que tengo tanto sueño porque no tengo motivación, pero no lo creo, me siento muy feliz realizando este viaje. Otras veces he pensado que ésta es una consecuencia de no vivir sin planes ni presión. ¿Entonces quizás me tendría que exigir un poco más? No lo sé, estoy muy bien así y quizás dormir tanto no es tan problemático. He decidido ir a aparcar hacia el centro, pero al abrir las persianas he visto que estaba aparcado cerca de un paseo, al lado del mar, por donde paseaba a bastante gente. Era un domingo de sol, casi calor, me vendían ganas de bañarme, pero no allí. En el paseo había unas plataformas sobre el mar, con unas mesas de madera donde la gente podía lavar sus alfombras y moquetas, enjabonándolas y aclarándolas con el agua salada (o no, me han dicho que el agua del Báltico no es muy salada). Más atrás había unas largas barras de madera donde extendían al sol las alfombras y moquetas que parecían acabadas de salir del mercado. En la oficina de información de Helsinki ofrecen Internet gratuitamente. Me he ido a conectar allí. Mientras descargaba mensajes he recibido un mensaje al móvil de otra chica del portal hospitalityclub. La he respondido que tenía ganas de ir a nadar, que si le apetecía. Me ha vuelto a escribir diciéndome que sí y hemos quedado un poco más tarde. Primero me ha propuesto ir a una playa de la ciudad, pero a medio camino me ha sugerido de ir en un lago cerca de Helsinki, en un pueblo donde viven sus padres. El lago era bastante grande, con muy poca gente, rodeado de bosques y con rocas lisas que se adentraban lentamente en el agua, caliente, bastante transparente, muy limpia. La Salla, la chica que me le ha llevado, estudia teatro (no conocía Hanna, la chica de ayer, pero había visto su obra). También trabaja en una tienda, enseña danza, y hace mil y una actividades más. Pero afortunadamente aquella tarde la tenía libre. Me ha explicado que en Finlandia la sociedad es muy poco tradicional, muy abierta. A los dieciocho años, ella se fue a vivir con su chico sin que sus padres pusieran ningún inconveniente. Parece ser que es normal marcharse de casa cuando se es mayor de edad. También me ha explicado que en Finlandia se habla el Finés, pero que mucha gente todavía habla el sueco, o cuando menos lo conoce. Ya que antes de las guerras mundiales estuvieron mucho tiempo bajo el dominio de Suecia. También hemos estado mucho rato en silencio. Me explicaba la anécdota de un amigo suyo que viajaba por Estados Unidos en tren, y se encontraba que la gente, si no hablaba o intentaba iniciar una conversación con él se sentían incómodos, en cambio él se sentía muy bien en silencio. 10/07/2006: Hoy me he levantado temprano, una hora antes de la que tenía previsto, porque todavía no había cambiado la hora del despertador desde Rusia. Pero ha ido bien, porque hoy tenía programado ir al distribuidor de la Hymer en Helsinki para solucionar el problema de la batería y alguno otro pequeño problema. Me he perdido un poco para llegar, por lo tanto he llegado en buena hora. En la Hymer me han atendido perfectamente, han testado la batería con un aparato y han verificado que el estado de salud era cero. Me la han cambiado sin ningún coste y también han solucionado el resto de pequeños problemas. A medio día ya me encontraba con la autocaravana en marcha, dirigiéndome hacia un supermercado. Después de comer he hecho un poco de siesta y a continuación he estado trabajando bastante rato, básicamente escribiendo el diario y seleccionando fotos, porque con el problema de los fusibles no había podido trabajar demasiado con el ordenador. A media tarde, Salla me ha enviado un mensaje que la podía pasar a saludar en un mercado de trastos, donde ella estaba intentando vender a un monton de trastos y roba que quería de sacar de su casa. Parece que en Finlandia en verano todo el mundo haga lo que no puede hacer durante el resto del año, vender y comprar en mercados, limpiar las alfombras ... He llegado al mercado al atardecer y Salla ya lo había vendido casi todo. Hemos estado conversando un poco y después le he propuesto de entrevistarla para tomar el pulso del mundo. Salla opina que el mayor problema del mundo son las ilusiones, ya que éstas alejan a la gente del presente y de la realidad. Ella sólo puede actuar en ella misma viviendo el presente intensamente. El principal problema en Finlandia es que la gente se olvida de sí misma a causa de la tecnología. Salla se considera feliz porque vive tal como ella quiere. No puede ser más feliz. El secreto de la felicidad es no tratar de buscar este secreto, simplemente vivirlo. Después de la entrevista nos hemos despedido y he vuelto a la autocaravana a seguir trabajando y a pensar con Alexandra que a estas horas está viajando en tren hacia Budapest, donde cogerá un avión hacia Stockholm y después un barco hacía Turku, donde la estaré esperando el miércoles por la mañana, de aquí un día y medio. Tengo muchas ganas de volver a abrazarla y a amarnos sin pensar en la mañana, ni en el futuro, porque seguramente no existirá para nosotros. 11/07/2006: Esta mañana he estado trabajando todavía más. Escribiendo un artículo para el 9nou y otro para Cambio16, ya que seguramente no podré trabajar demasiado las próximas dos semanas, querré aprovechar al máximo el tiempo que compartiré con Alexandra. Después de trabajar quería visitar la ciudad con bicicleta y también ir a nadar, pero como se ha hecho tarde, he decidido visitar algunos puntos de interés con la Hymer. Al fin y al cabo se circula muy bien por Helsinki, hay mucho aparcamiento y los puntos de interés se encontraban de camino a la playa donde quería ir (la que me había recomendado Salla). La ciudad, a pesar de ser martes, seguía igual de tranquila que el fin de semana, con gente tomando el sol por todas partes. ¡Se tienen que aprovechar estos pocos meses de luz y de calor! Primero he parado en un parque al lado del lago Töölönlahti, al centro de la ciudad. Estaba muy tranquilo, había poca gente. Después he visitado la iglesia Temppeliaukio, excavada en la roca. Es moderna pero muy bonita. También he visitado un interesante monumento a Sibelius. Y finalmente he ido a la playa de Hieatamieni, llena de gente, básicamente juventud, y de éstos, básicamente chicas. Me ha extrañado que con tanta cultura del nudismo nadie hiciera topless (no es que lo esperara). He estado nadando un rato, y realmente el agua era muy poco salada. De hecho, había plantas que he identificado de agua dulce que crecían bien cerca del agua. Después de comer he paseado por el mercado del pescado (kauppatori) que he encontrado muy turístico, sobre todo por los precios, con el salmón más caro que en España, aunque según lo que había escrito no era de piscifactoría. Después he visitado la roja catedral ortodoxa de Uspensky y finalmente la blanca catedral Luterana de Tuomiokirkko. Al acabar he ido al centro de información turística a conectarme a Internet para enviar los artículos y consultar el correo. Marc, el gerente de Servicios de Internet Javajan, la empresa que dirigía antes del viaje, me pedía de hablar conmigo para consultarme unos temas. Le he llamado y hemos hablado un rato por teléfono. Aparte de hablar de trabajo también hemos comentado rápidamente algunos aspectos personales. Ha estado muy bien, ha sido la primera vez que hablo con un amigo o familiar de Cataluña. Con mis padres mantengo bastante el contacto, pero sólo a través de Internet. Así lo acordamos antes de marcharme ... Antes de marcharme hacia Turku, donde mañana por la mañana me reencontraré con Alexandra, me he cruzado con unos chinos que hacían media vuelta al mundo. He visto su coche parado en un semáforo. El coche tenía un mapa dibujando de Europa y Asia con todo el recorrido que hacían. Iba a saludarlos pero el semáforo se ha puesto en verde. Turku (ver en mapa) 12/07/2006: Me he despertado por el ruido de que había en la calle, he abierto la persiana de la cama para ver si el barco proveniente de Stockholm había llegado, y efectivamente un barco inmenso y rojo estaba atracado en el puerto. Me he vestido enseguida, me he arreglado mínimamente y he salido a la salida de los astilleros. Al cabo de poco rato he visto Alexandra saliendo, entre la multitud, me he acercado por detrás y la he abrazado. El reencuentro ha sido mejor del que los dos habíamos imaginado. Hemos soltado la pasión y el amor que llevábamos acumulados y no ha sido hasta medio día que hemos salido a pasear por Turku. Hacía sol y viento, no hacía el calor de los días anteriores, más bien fresco. Turku se desarrolla en torno a un río. En la desembocadura hay un gran castillo, medieval, pintado de blanco y con una bonita plaza interior. Más arriba, paseando por el lado del río te encuentras algunos barcos antiguos, algunos de muy bonitos. Los bloques de pisos de los alrededores parecen de verano, con balcones abiertos, algunas flores y símbolos marineros. También he observado bastantes maquetas de barcos, debe ser el pasatiempo del invierno. Hemos cruzado el río con un pequeño ferry, gratuito, y más arriba lo hemos vuelto a cruzar por un puente delante de la catedral. Volviendo se nos ha acercado un chico que nos ha preguntado de dónde éramos. Después se ha presentado él. Era un americano, mormón. Nos ha intentado convencer de su religión, pero en el observar que quizás lo convenceríamos nosotros se ha marchado. Turku continúa siendo una ciudad muy tranquila. Según Alexandra, los Fineses son muy simples: la manera de ser, de vestir ... También los edificios. Diría que siguen un arte minimalista. Mientras paseábamos iba haciendo fotos e iba apuntando algunas las observaciones en un papel. Ya hace días que lo hago, así no me olvido de nada que quiera comentar en el diario. Por la tarde hemos buscado una playa desierta cerca de una carretera que según el mapa transcurría entre pequeñas penínsulas e islas. Hemos encontrado el mar circulando por diversos caminos de tierra, pero ninguno de ellos conducía en ninguna playa desierta, todos ellos acababan en diferentes casas de madera, todas abiertas, sin cerrados, y cada una con un pequeño puerto o pequeña playa. Finalmente, preguntando, hemos llegado a una playa y puerto comunitario. Pero no desierta. Hemos aparcado y hemos paseado por la costa, pero no nos hemos bañado, porque el sol no calentaba suficiente. ‹ Anterior (15/05/2006) MES Siguiente (2006-07-14)› ‹ Anterior (2009-10-08 - Turkey) PAIS Siguiente (2009-11-26 - Italy)› |
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