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Diario

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Angola



Luanda (ver en mapa)

16/07/2007:
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Todavía nos faltan un centenar de kilómetros para llegar a Luanda, pero es como si ya hubiéramos llegado y hoy hemos cantado otra vez "We are the champions". Estos tres días han estado una odisea y ya no me extraña que Ben y Maria nos hubieran dicho que sería imposible llegar a Luanda con nuestra autocaravana, pero a pesar de las adversidades nosotros lo hemos conseguido.

El viernes estuvimos esperando hasta las tres y media que llegara la cónsul de Angola para poder recoger nuestro visado. Antes sin embargo, tuvimos que responder una entrevista bastante absurda con preguntas del tipo: "di el nombre de un hermano de tu padre”, “has estado nunca en prisión"?. El visado de Angola constaba de un adhesivo donde habían escrito a mano, "visa de tránsito, 5 días". Así pues, era evidente que las instrucciones del gobierno angoleño eran de no expedir visas de turismo y que en cualquier caso, los turistas transitaran lo más rápido posible por su país. En la misma situación se habían encontrado Ben y Maria y también Tim, un chico que viajaba en moto y que conocimos en el consulado.

Hubiéramos estado afortunados si hubiéramos cruzado la frontera el mismo viernes por la noche, porque al día siguiente a primera hora, la frontera estaba abarrotada de camiones y de gente que quería cruzar, pues cada sábado había mercado entre las dos fronteras. Tardamos más de 5 horas a ser atendidos, observando mientras tanto como los policías disciplinaban a la gente a empujones y a golpes de bastón. Finalmente pudimos cruzar la frontera del Congo y también la de Angola (sin problemas) y entonces empezó la verdadera odisea.

Resumen:
sábado: 65 km recorridos durante 5 horas, las primeras cuatro horas a una media de 10 km/h. Daños: un trozo del tubo de escape caído y la escalera de la autocaravana inutilizable.
domingo: 190 km recorridos durante 10 horas al volante. Daños: el sistema de arranque hace el tonto, pero por si acaso aparcamos el coche en pendiente por si no arranca con el método normal.
Hoy: 170 km recorridos conduciendo durante 10 horas, las primeras tres horas a una media de 9 km/h.

El sábado fue el peor día de los tres. Al finalizar el día nos encontramos a Tim con su moto en un pequeño pueblecito donde acampamos. Al vernos suspiró contento y exclamó: "Qué alegría que estéis aquí, pensaba que no conseguiríais pasar con la autocaravana por aquel infierno". Y realmente era un infierno: sucesiones interminables de vertiginosos cráteres de polvo y rocas delimitados por profundas roderas desniveladas y resquebrajadas. Teníamos que tener con mucha sangre fría - tirar adelante pensando que quizás no saldríamos -, mucha mentalidad ingeniera - expresión de Alexandra - para reconocer el mejor trayecto y mucha habilidad al volante para seguirlo. De todas maneras tocamos muchas veces al suelo, encallamos dos veces (salimos con Alex empujando) y sufrimos algunos daños de menor importancia.

El domingo y hoy no se pueden comparar con el día anterior, pero también han estado infernales. Hemos pasado por una carretera por donde Ben y Maria habían pasado y que también nos describían como imposible con las siguientes palabras: "la carretera se vuelve asfaltada con grandes y profundos agujeros". En realidad la carretera era terrible. Alex decía "no tenemos ni un minuto de tranquilidad". Los agujeros parecían imposibles de pasar. De todas maneras, suavemente íbamos apagando los sustos y avanzando. Y hoy ya he empezado a pensar con optimismo que pronto saldremos de África central y nos podremos volver a relajar a conocer gente, lugares de interés, comer mejor ...



17/07/2007:
Hoy es mi aniversario. He hecho 35 años. Alexandra dice que estoy a la mitad de mi vida y yo le respondo que sólo he vivido una tercera parte. En cualquier caso, Luanda es uno de los peores lugares del mundo donde celebrar un aniversario. La guía que tenemos dice que es la cuarta ciudad más cara del mundo (los hoteles cuestan a partir de 80€). Y aunque no podemos compararla con las otras ciudades del ranking, realmente los productos de los supermercados son muy caros, casi todos importados. También importan vegetales y carne, pues buena parte del país está sembrado de minas dejando inutilizados los campos. Por otro lado, Luanda es una ciudad monstruosa, el centro con modernos edificios rodeados con hilo espinoso y los alrededores con "favelas" o barrios de barracas enfilados por las colinas de tierra y basuras.

Otro defecto de Luanda es el tráfico, terrible. Desde nuestra entrada en la ciudad, hemos tardado unas dos horas y media a llegar a la embajada de Rumania. Allí ya estaban avisados de la llegada de Alexandra que tenía el pasaporte sin ninguna página en blanco. Pero el embajador nos han recomendado salir de Angola lo antes posible y solucionar el problema del pasaporte en la embajada de Rumania de Sudáfrica. Para poder entrar en Namibia y Sudáfrica con el pasaporte sin paginas en blanco le han hecho un "título de viaje" que parece que le abrirá las puertas. Por otro lado, nos han dicho que no tenemos ninguna posibilidad de poder ampliar el visado de Angola y han añadido que era peligroso viajar con el visado caducado (hace cuatro meses un rumano estuvo en prisión durante un mes por encontrarse en Angola con el visado caducado). A nosotros nos caduca mañana, pero quizás todavía tenemos una semana de viaje antes de poder salir de Angola. En cualquier caso, hoy por la tarde, después de tramitar todos los papeles con la embajada y de comprar alguna cosa buena para celebrar mi aniversario, hemos salido corriendo de Luanda en dirección al sur.



Namibia

Frontera amb Angola (ver en mapa)

21/07/2007:
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A la embajada de Rumania nos habían recomendado llegar lo antes posible a Namibia para no tener problemas con el visado caducado e igual que los días anteriores nos hemos estado despertando a las 5:30 de la mañana con el fin de poder conducir unas once horas a partir de las 6 o 6:30. Sin embargo, si los días anteriores teníamos miedo de no llegar a Luanda, ahora teníamos miedo de no llegar a Namibia. Aunque no lo habíamos hablado abiertamente, Alex y yo compartíamos el miedo de estropear el coche antes de llegar a la frontera. El embajador nos había explicado que en Nigeria un diplomático había estropeado su coche mientras viajaba con su mujer e hija. Al volver de buscar ayuda se encontró a las dos con la cabeza cortada. Después, el embajador añadió: "Angola no es demasiado diferente de Nigeria en este sentido".

El primer día condujimos 615 kilómetros por una buena carretera asfaltada. El segundo día condujimos 190 km por una pista comparable a las del norte y nos empezamos a preocupar por los días que todavía tardaríamos en llegar a la frontera. Ben y Maria nos habían escrito que las carreteras del sur de Angola también estaban en muy mal estado y ya me había hecho a la idea de conducir los últimos 400 o 500 kilómetros en 4 días. Pero al tercer día la pista mejoró y adelantamos 290 kilómetros. Si la carretera seguía en buen estado podíamos llegar a Namibia al día siguiente al mediodía y en caso contrario al cabo de dos días. Era un poco frustrante, porque la gente no nos sabía dar ninguna respuesta convincente sobre el estado de las pistas, a menudo nos decían que las pistas eran buenas y acababan siendo terribles o que eran malas y resultaban ser pasables.

El segundo día por la tarde, mientras Alexandra me avisaba continuamente "suave, que estás entrando en un agujero", una moto se situó a nuestro lado. Era Tim. Por la noche cenamos juntos y bebimos una cerveza conversando sobre nuestros viajes y sobre cómo ganar dinero en ruta, escribiendo y haciendo fotos en mi caso o haciendo reportajes en el suyo. A pesar de que circulamos a diferentes velocidades, nos reencontramos otra vez al tercer día y también hoy en la frontera.

Hoy nos hemos vuelto a despertar temprano con la intención de conducir todo el día en dirección sur, lo más rápido posible pero con la velocidad limitada por Alexandra preocupada por no tener ningún problema con el motor. La pista ha ido mejorando ante nuestra incredulidad. No entendíamos porque Ben y Maria nos habían descrito la pista como terrible. Había muchos tramos acabados de arreglar y otros todavía en obras, esta era la única explicación que se nos ocurría. De todas maneras seguíamos pensando que delante nuestro la pista se resquebrajaría. Cuando sólo faltaban 120 kilómetros para la frontera he pensado: "podemos llegar en 2 horas o en 24 horas, quién sabe"?. Y al final, hemos llegado al mismo mediodía a la frontera y hemos vuelto a manifestar nuestra alegría cantando "we are the champions". Hemos cruzado la frontera de Angola sin que nos pusieran ninguna multa por tener el visado caducado de 3 días. Pero contrariamente a lo qué nos esperábamos nos hemos encontrado los problemas en la frontera de Namibia.




Windhoek (ver en mapa)

23/07/2007:
Extendimos nuestros pasaportes entre las decenas de manos que también querían sellar sus documentos y finalmente un oficial los cogió. Selló mi pasaporte, pero en al abrir el del Alexandra comentó:
- Los ciudadanos de Rumania necesitan visado de entrada y no se puede obtener en la frontera.
- ¿Y qué podemos hacer? - Pregunté.
- Volver a Luanda y tramitarlo desde allí.
- Pero no podemos volver a entrar en Angola, tenemos el visado caducado. ¿No hay ninguna otro opción?
- No, no hay ninguna otra opción. Tenéis que volver a Luanda.
Yo insistí que tenía que haber alguna otra solución porque no podíamos ni queríamos volver a entrar en Angola. Pero el oficial se enfadó conmigo porque dudaba de su palabra y porque según él me mostraba orgulloso. Al final me tuve que marchar fuera para no empeorar las cosas y Alexandra tuvo que aguantar los gritos del oficial que chillaba que por culpa mía nos tendríamos que quedar entre las dos fronteras con amenazas de prisión. Alexandra salió histérica pero esperanzada que a pesar de todo las cosas se enderezarían.

Al final, el oficial se suavizó y explicó a Alexandra que en realidad había otra solución. Se podía tramitar el visado desde la frontera, pero tendríamos que esperar entre las dos fronteras hasta el lunes por la mañana, que vendría un oficial de rango superior. Yo pude cruzar la frontera para comprar comida y al cabo de poco apareció una chica polaca que quería viajar dirección Angola y que al no tener visado se había quedado en una situación similar a la nuestra. Mónica, que así se llamaba era un poco - para no decir mucho - alocada, hablaba mucho y tenía el proyecto de viajar hasta Europa haciendo autostop y con sólo con 400€. Nosotros le desaconsejamos la ruta de África central, donde sólo los visados se le comerían todo el presupuesto y al final pareció que cambiaba de planes para volver por África del este o quizá volver en avión.

Hoy el lunes Alexandra se ha presentado delante del oficial que le tenía que solucionar el problema, quien con no demasiado interés le ha dicho que le podían hacer un visado de tránsito de sólo 3 días. Ha sido el momento más duro del viaje: tenía todas las esperanzas puestas en relajarnos y visitar durante unas cuatro o cinco semanas algunos parques naturales y los maravillosos paisajes de Namibia. Hemos tenido que ir a un pueblo a 60 km de la frontera para que le estamparan el visado en el título de viaje de Alexandra, volver a la frontera para que le pusieran el sello de entrada y marcharnos otra vez por la misma carretera dirección Windhoek. Volvíamos a encontrarnos en una carretera a contrarreloj para llegar lo más pronto posible a la capital para tramitar el visado de Sur-áfrica y para intentar ampliar el visado de 3 días de Alexandra. Hemos estado conduciendo hasta las diez de la noche, malhumorados y pesimistas sobre nuestra situación en el sur del continente. El único consuelo ha sido la excelente carretera y la visión de diversos animales salvajes iluminados por los faros del coche.

25/07/2007:
Ayer fuimos a primera hora a la embajada de Sur África y al ver el pasaporte de Alexandra - sin páginas en blanco - nos comunicaron rotundamente que no podían tramitar el visado para su país (El único país donde Alexandra puede obtener un nuevo pasaporte para continuar el viaje). Fuimos a la embajada de España para buscar apoyo consolar y muy amablemente dejaron que Alexandra llamara a su embajada de Rumania a Angola - estaban sorprendidos que no nos dejaran pasar con el título de viaje - y a Sur África - donde no había nadie que la pudiera atender . El embajador de Rumania en Angola nos comentó que haría algunas llamadas para arreglar la situación y volvimos a la Embajada de Sur África donde se quedaron asombrados que nos volviéramos a presentar. Nos volvieron a negar ninguna posibilidad entrar en Sur África, aunque, cuando Alexandra empezó a llorar de desesperación, la chica que nos atendía nos propuso ir al departamento de inmigración de Namibia donde podríamos tramitar un documento similar al título de viaje.

Entretanto, hacía dos días que la batería del coche estaba completamente gastada, sólo podíamos poner en marcha el coche empujándolo en una bajada o ayudándonos de la batería de algún otro coche. Ante la dificultad de movernos con libertad por la ciudad, el siguiente paso fue cambiar la batería. Después fuimos a inmigración pero nos pidieron que nos presentáramos al día siguiente por la mañana.

Hoy hemos ido y después de bastante papeleo y burocracia han entregado el documento requerido. También nos han informado de que difícilmente nos podrán aumentar la validez del visado de Alexandra que caduca mañana. A continuación hemos ido a la embajada de Sur África donde sorprendentemente han rehusado el nuevo documento. El supervisor no nos ha querido ni recibir y hemos vuelto a la embajada de España a hacer nuevas llamadas. El embajador rumano en Sur África ha expresado que no podía hacer nada para ayudarnos. El embajador en Angola se ha preocupado otra vez (de hecho, nos encontrábamos en esta situación porque el embajador nos había hecho un título de viaje pensando erróneamente que nos abriría todas las puertas). El embajador nos ha comentado que llamaría a la embajada de Sur África, pero a media tarde hemos recibido una llamada del supervisor anunciándonos que a pesar de todo, no podía hacer nada para solucionar nuestro problema y que asimismo lo comunicaría al embajador de Rumania. Pero milagrosamente al cabo de cinco minutos, ha vuelto a llamarnos el supervisor pidiéndonos que nos presentáramos a la embajada con todos los documentos. El supervisor nos ha recibido muy amablemente y se ha disculpado con una buena excusa que no nos hubiera recibido por la mañana. Hemos estado comentando el problema y finalmente ha propuesto pegar el visado de Sur África en una página del pasaporte reservada al gobierno Rumano, siempre y cuando recibiera un fax del embajador de Rumania permitiéndolo y que Pretoria también se lo consintieran. Nos hemos marchado medio esperanzados que las cosas se solucionarían pronto, aunque yo me sentía desanimado y triste por todos los problemas pasados y ante la incapacidad de visitar Namibia. Cuando obtengamos el visado nos tendremos que volver a marchar corrientes hacia Sur África debido a la probable imposibilidad de alargar el periodo de validez del visado de Alexandra en Namibia.

26/07/2007:
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Hemos recibido el fax del embajador de Rumania y la embajada de Sur África también ha recibido el consentimiento de Pretoria y según nos ha comentado al supervisor, mañana tendremos el visado en el pasaporte del Alexandra. Por fin, el principal problema estaba solucionado. Ahora faltaban resolver muchos otros problemas secundarios, como por ejemplo cambiar el aceite y filtros del coche que muy amablemente nos ha hecho un taller a pesar de nos daban hora por de aquí una semana.

Y por la tarde nos hemos relajado. Hemos vuelto a hacer el turista desde hacía mucho tiempo. Alexandra ha ido a pasear por tiendas y grandes almacenes y yo a visitar iglesias y museos. Windhoek no parece una ciudad africana. Cuando entramos hace unos días la identificamos con Copenhague. La ciudad es limpia, ordenada; con grandes avenidas bien asfaltadas flanqueadas por modernos edificios y parques verdes; con algunas calles para peatones, centros de información turística, vendedoras de arte Africano importado, y muchos blancos paseando, algunos de los cuales nos han comentado que el país está mucho peor ahora que años atrás (en Namibia también había habido apartheid), un pensamiento similar a los Sudafricanos.





South Africa

frontera (ver en mapa)

28/07/2007:
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Namibia,+River+Fish+Canyon Namibia,+River+Fish+Canyon Namibia,   


Alexandra ya tenía el visado de tres días caducado, pero después de recoger el visado de Sur África, la oficina de inmigración de Windhoek nos permitió llegar a la frontera al día siguiente, sábado, por la mañana. Pero nosotros nos hemos permitido un par de visitas turísticas por el país y hemos llegado hoy, el domingo, por la noche. Estas visitas me han obligado a conducir muchos más kilómetros por carreteras y pistas, que a pesar de ser excelentes, empiezan a pesar sobre mi espalda dolorida de tantas carreras africanas. Por suerte, en Sur África que nos podremos relajar por fin (cruzo los dedos).

El sábado visitamos las dunas de Sossusvlei introduciéndonos por una lengua de terreno por donde pacen avestruces, antílopes y órixs rodeados por grandes montañas de arena. Cuando no pudimos avanzar más, hicimos una caminata entre las dunas hasta llegar a un valle que alguna vez debería haber estado inundado, con el suelo resquebrajado como un puzzle y algunos pocos árboles resecos. También descubrimos el pequeño e interesando cañón de Sesriem, pero ni muy menos tan espectacular que el cañón del río pescado (Fish river Canyon) que hemos visitado hoy domingo, un impresionante y profundo cañón serpenteando por el medio de una árida planicie, eso sí, no había río ni pescados.




Bitterfontein (ver en mapa)

01/08/2007:
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Sí, por fin nos hemos empezado a relajar. Se han acabado las carreras y hemos empezado a conducir con placer, pocos kilómetros cada día, disfrutando del paisaje y descubriendo bonitos parajes. Antes sin embargo, hicimos una pequeña parada técnica en Springbok, para comprar comestibles, ropa de rebajas, gas para la autocaravana (aquí es invierno - primavera y empieza a hacer frío) y para operar Alexandra. Al llegar a Springbok Alex descubrió bajo el dedo pequeño del pie un granito negro e indoloro con un agujero al centro que tenía pinta de parásito. Y efectivamente, fuimos al médico y con una aguja sacó una larva de mosca, o de algún bicho mayor, porque el animal en forma de gusano blanco medía casi un centímetro de largo.

En Springbok nos empezó a sorprender la fisonomía de los Sur Africanos, de rasgos asiáticos (después he leído que en el siglo diecisiete se trajeron esclavos del este de Asia a Cape Town). También hay blancos, que como en Namibia acostumbran a dirigir los negocios. Hemos observado algunos hombres conduciendo todo-terrenos, escuchando música country y luciendo sombrero cow-boy, una imagen calcada a las leyendas contadas de los Estados Unidos. Quizás no es de extrañar si pensamos que la historia de los dos países tiene muchos paralelismos. Los ingleses colonizan un nuevo continente donde ya había otros nativos viviendo. Después de un tiempo exterminando nativos, los colonos quieren la independencia de Inglaterra y estalla una guerra. Los dos nuevos países independientes prosperan gracias a los esclavos, pero con el tiempo se consolida una lucha a favor de los derechos humanos y finalmente la dignidad se impone.
Quizás, una de las diferencias más importantes en esta historia es la proporción de negros y blandos que ha quedado, donde en el caso de Sur África poco más de un 10% son blancos, aunque continúan poseyendo la mayor parte de la riqueza del país.

Los últimos dos días nos hemos perdido por pequeñas pistas en el sur de Springbok hasta un pueblo costero, una región famosa por las flores que florecen en primavera. Habíamos llegado dos semanas antes (las dos semanas que podríamos haber estado visitando Namibia), pero ya empezaba a haber muchas flores, iluminando algunos prados con tonalidades violeta, amarillo, rojo, blanco, naranja, azul ... Los parajes eran excelentes. El único defecto en comparación con Namibia era la gran cantidad de campos vallados y la consecuente inexistencia de animales salvajes cruzando la carretera (a excepción de una tortuga).




Cap town (ver en mapa)

04/08/2007:
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South+Africa,+Baboons+in+Mitchell South+Africa,+Baboons+in+Mitchell    


Hemos estado tres días circulando hacia el sur, dirección Cape Town, sin prisas y conduciendo pocas horas al día, aunque que no siempre por el camino más corto. El primer día, a pesar de ser gris y lluvioso, nos dirigimos hacia las montañas de Cederberg con la esperanza de hacer alguna caminata el día siguiente. Pero por alegría de Alexandra, justo salir de la autocaravana para hacer la excursión, empezó a llover otra vez. Seguimos la carretera dirección Ceras, conduciendo por un gran valle con vistas impresionantes - tanto por las montañas como por la climatología . Y hoy hemos seguido con el día soleado cruzando un paso de montaña donde había babuinos y paseando la tarde por el pueblo de Paarl. Nos ha sorprendido, que en el pueblo sólo viéramos blancos. A las afueras había barriadas pobres donde parecían vivir a los negros, pero en el centro no había ninguno, ni por la calle ni en un bar muy concurrido donde hemos tomado una bebida. Nos ha sorprendido, pero los motivos parecían evidentes al conocer la historia de la zona. La mitad oeste de la provincia de Cape Town fue declarada durante el apartheid "zona preferentemente blanca", y consecuentemente se prohibió la construcción de nuevas casas para negros o la contratación de negros si no se demostraba que no había ninguno blanco dispuesto a hacer el trabajo.



14/08/2007:
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South+Africa,+Cape+Town,+Botanical+Company South+Africa,+Cape+Town,+Couchsurfing+Party South+Africa,+Cape+Town,+Waterfront South+Africa,+Cape+Town,+Rock+Dassie+in+Hermanus South+Africa,+Cape+Town,+Flower+in+Hermanus
South+Africa,+Cape+Town,+Whale+near+Hermanus     


Ya hace más de una semana que llegamos a Cape Town y todavía nos estaremos otra semana o más. Desde hacía tiempo, Cape Town estaba marcado en el mapa como una parada técnica. Por una parte Alexandra tenía que renovar el pasaporte. Fuimos a su embajada, completó los formularios necesarios, los envió por mensajería en Rumania y hoy ha llamado su hermano diciendo que en la policía no aceptan el formulario porque está mal sellado por la embajada, es decir, tendremos que repetir el proceso. Por otro lado, el coche necesitaba unas cuantas reparaciones para poder seguir el viaje sin problemas (o con menos problemas): arreglar el estárter; añadir un trozo del tubo de escape; sujetar una parte del radiador que estaba medio caída; desmontar y sacar la nevera de la autocaravana para que la repararan; y algunas otras pequeñas reparaciones que seguramente dejaremos para más adelante. De todas maneras, Cape Town también se habría merecido una larga estancia, y entre gestión y reparación también hemos tenido tiempo de relajarnos y disfrutar de esta encantadora ciudad y su gente.

Llegamos el domingo pasado, un día soleado que magnificaba la panorámica de la ciudad de rascacielos delante el mar y pequeñas casas extendiéndose hasta el regazo de una impresionante montaña escarpada y llana por la parte de arriba (table mountain). Paseamos por un gran centro comercial y recreativo delante del puerto, donde había unos cuántos espectáculos de calle interpretados por negros (o coloridos) ante una mayoría de espectadores blancos. Por la tarde subimos con el coche hasta View Point donde hay una buena vista sobre la ciudad rodeada por el océano. Al bajar del coche, un hombre con dos niñas se quedó mirando el mapa impreso en la autocaravana y se empezó a interesar por nuestro viaje. Respondimos sus preguntas y después le preguntamos si conocía algún lugar seguro donde aparcar la autocaravana durante la noche. Nos propuso aparcarla delante de su casa, un poco a las afueras y así lo hicimos.

Hemos pasado unos días muy agradables con Johan y Maryna Botha y sus hijas Nina y Nicola. Durante el día hemos estado corriendo arriba y abajo por la ciudad, pero cada noche hemos vuelto a aparcar delante de su casa y hemos pasado unas buenas veladas con ellos manteniendo algunas conversaciones muy interesantes. Me interesé sobre el apartheid, no sin antes preguntarles si era un tema tabú. Me respondieron muy abiertamente las preguntas produciéndose algunos desacuerdos familiares, entre Johan y la madre de Maryna, la Saarah. Johan opinaba que el gobierno durante el apartheid no hizo nada bueno y que si no hubiera perdido tantas energías manteniendo separadas las comunidades negras y blancas actualmente Sudáfrica se encontraría al nivel de Australia. Saarah opinaba en cambio, que el gobierno durante el apartheid había hecho cosas muy positivas que el gobierno actual puede destruir y que por otro lado la segregación racial ya había estado iniciada por los ingleses con carteles del tipo "only whites". Lo que sí aceptó Saarah es que el gobierno durante el apartheid tendría que haber potenciado más la educación de la comunidad no blanca porque actualmente, la comunidad negra reclama las mismas oportunidades educativas y de trabajo pero no tienen la misma base (un 45% de los sudafricanos son analfabetos). Saarah trabaja como profesora de música en una buena escuela. Al terminar la segregación racial la escuela abrió las puertas a los alumnos no blancos, pero éstos - según Saarah - no tienen la base educativa de los blancos y el nivel de toda la clase baja. No me sorprendieron las explicaciones de Saarah, porque muchos profesores en Europa se quejan de problemas similares debidos la inmigración. Pensé que Sudáfrica está saliendo de un oscuro periodo de racismo, pero quizás Europa está entrando ... La familia Botha me siguieron explicando la situación del país después de la finalización del apartheid. Hay negros que no tienen preparación para ocupar determinados puestos de trabajo pero hay leyes de discriminación positiva y acceden a buenas posiciones por delante de otros blancos mejor preparados. Pasa lo mismo en la universidad, donde la nota de corte de entrada para los blancos es más alta que para los que no lo son. Johan opinaba que a pesar de ser una medida drástica quizás era una buena acción que equiparar un poco más las dos comunidades y crear una clase media negra productiva para el país. De todas maneras, todavía falta mucho para hacer, el gobierno (negro) sigue políticas liberales que benefician los ricos (generalmente blancos) y mantienen a la pobreza muchas barriadas marginales, con una educación y servicios sanitarios muy deficientes. En estas barriadas marginales, el único consuelo que tienen después del apartheid es de haber ganado la libertad a pesar de seguir en la miseria. La familia Botha describía la Sudáfrica actual como una pequeña Europa dentro de África, donde puedes encontrar zonas muy desarrolladas (como Cape Town) próximas a pueblos tribales que siguen anclados en el pasado, viviendo con sus tradiciones, rituales, iniciaciones ... Esta África y Europa están obligados a entenderse y a evolucionar conjuntamente, aunque no será tarea fácil. Antes el gobierno sólo se tenía que preocupar de mantener una infraestructura para 6 millones de blancos, pero actualmente, con los mismos ingresos, se tienen que preocupar de un país de 45 millones habitantes.

No nos hemos cerrado con la familia Botha, también nos hemos encontrado con otras personas que hemos contactado a través de Couchsurfing. Quedamos con Mandi, una joven estudiante de artes gráficas. Mandi era colorada, nacida a Springbok y emigrada a Paarl una vez finalizada el Apartheid. En Paarl se sintió un poco fuera de lugar, pues vivía en medio del barrio blanco, pero con el tiempo pudo hacer amigos y ahora se siente a gusto; tampoco observa racismo, pues actualmente está muy mal visto. Mandi también nos explicó qué significaba ser colorada. Según el registro de la población durante el Apartheid se definían tres grandes grupos raciales: "blancos", "colorados" y "nativos". Los "colorados" eran clasificados en diferentes grupos según sus orígenes chinos, indios, mulatos ... Los "nativos" también estaban clasificados en unos otro 8 grupos según la tribu de la cual provenían. En cualquier caso, los "colorados" y los "nativos" eran considerados una clase inferior - los "nativos" todavía más inferiores que los "colorados" - y se las cerraba automáticamente algunas puertas, como por ejemplo la buena educación o las buenas oportunidades de trabajo. Por otro lado, se intentaba mantener separados o segregados todos los grupos sociales entre sí.

Una otro chica de Couchsurfing que vivía cerca de una playa en el sur de Cape Town (desde donde pudimos observar algunas ballenas y focas) nos invitó a una fiesta en su casa. Allí hablé con Jessica, una chica de Johanesburg que me explicó las diferencias entre la capital (materialista, competitiva, conflictiva racialmente) y Cape Town (relajada, lenta, integrada). Jessica - blanca - también opinaba que durante el apartheid el gobierno tenía más dinero y que por lo tanto los negros comían mejor, tenían casa, mejor sanidad ... Fikiswa, una chica negra que trabajaba para una ONG en los barrios pobres, me confirmó que actualmente hay mucha pobreza e inseguridad, pero que antes también, con la diferencia que como mínimo ahora el gobierno no te mata. De todas maneras, aunque sea lento y complicado, el estado está haciendo pasos y acciones para mejorar la vida de estas personas, con más limpieza, mejores escuelas, mejores centros médicos ...





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