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Belgium



Antwerpen (ver en mapa)

23/10/2006:
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Belgium,+Antwerp Belgium,+Antwerp Belgium,+Antwerp Belgium,+Antwerp   


Hemos pasado 4 días en Antwerp muy agradables y con muy buena compañía. Desde Rotterdam habíamos escrito a diversas personas de Couchsurfing a Antwerp y tres nos habían contestado: dos chicas y un chico. El chico nos proponía una cena vegetariana por tres euros en un local de ocupas o squatteres. Nos pareció interesante y enviamos un mensaje a las otras dos chicas para que se pusieran en contacto con el chico y también vinieran.

Remco vive en un piso bastante céntrico, un poco viejo pero muy acogedor. Sólo de llegar nos ofreció su conexión de Internet, aunque no por mucho rato, ya que al cabo de poco llegó su amigo Denís y nos dirigimos hacia el local ocupa, bastante arreglado y limpio. Llegamos temprano y estaba un poco vacío, pero poco antes de las ocho se llenó hasta los topes. También se presentaron las dos chicas que habíamos contactado: Elise y Ellen. A las ocho en punto se formó una cola ante la cocina y nosotros nos añadimos y al cabo de un buen rato salimos con un delicioso plato con arroz, patatas asadas, tofu, vegetales ... Comimos sin hablar mucho, saboreando aquel manjar. Después, con el apetito satisfecho, empezamos a conversar de la mentalidad Belga en comparación a la Holandesa. Los Belgas dan más importancia a la privacidad, por ejemplo las casas no acostumbran a tener grandes ventanales siempre abiertos, por lo tanto, tampoco se pueden controlar tanto. Después comentaron que los belgas no tienen un sentido nacional muy fuerte, de hecho, el sentimiento flamenco en el norte y el sentimiento walonès en el sur son casi tanto fuertes como el sentimiento belga, aunque parece que muy pocos hablan de división. A pesar de todo, cuando en un comentario mencioné que en el norte de Bélgica se habla holandés (Duch) pusieron el grito en el cielo y me rectificaron explicándome que hablaban flamenco, aunque sólo se diferenciaba del Duch por el acento y unas pocas palabras.

En otra conversación, Elise comentó que había estado viviendo dos años en Madrid, allí la ropa y la comida eran más económicas que en Bélgica, pero la fiesta y los alquileres eran más económicos a Antwerp, y los salarios mucho mejores.

Finalmente comentaron que en Bélgica hay mucha inmigración - y realmente los siguientes días lo pudimos constatar . La consecuencia de eso es un aumento del racismo y de los votos del partido de extrema derecha en Antwerp, con un apoyo de un tercio de los votantes.

Al volver del local nos perdimos y aparcamos en una calle cualquiera. A media noche nos despertamos por un golpe detrás de la Hymer. Abrimos las persianas pero no vimos nada extraño. De todas maneras, al día siguiente por la mañana examiné qué había pasado por fuera y la sorpresa fue considerable: la rueda posterior de mi bicicleta estaba bien abollada, y sólo hacía cuatro días que la había cambiado. Al mediodía nos volvimos a encontrar con Remco y le explicamos la mala suerte que habíamos tenido. Se miró la rueda y comentó que quizás la podía arreglar, sin necesidad de cambiarla. Y efectivamente, estuve toda la tarde haciendo presión con el pie, tensando y destensando varillas y finalmente volví a montar la rueda como si fuera nueva.

Por la noche hicimos una barbacoa en casa de Remco, con Denis. Los postres fueron exquisitos: plátano con azúcar y ron, envuelto con papel del aluminio cocido a las brasas. Durante la cena nos sugirieron que al día siguiente domingo podríamos ir a visitar el pueblo de Lillo, un antiguo pueblo de pescadores que se ha conservado en medio del inmenso puerto de Antwerp. Y efectivamente, el pueblo tenía cierto encanto aunque lo más sorprendente eran los kilómetros y kilómetros de muelles, compuertas, refinerías y fabricas que tuvimos que cruzar para llegar.

Domingo, aparte de pasear por Antwerp, Alexandra acabó de configurar y reservar todo el itinerario de aviones y autocares para llegar a su casa en Transilvània y volver al cabo de dos semanas. Hacía días que estaba preocupada por la salud de su abuela. Por otro lado, si no hace el viaje ahora, después tendría problemas para volver a entrar en el espacio chengen, ya que casi ha agotado los 90 días de permanencia que tiene disponibles cada 6 meses. Por suerte, Rumania entrará en el 2007 en Europa y Alexandra ya no necesitará más visados ni permisos para viajar por Europa.

Por la noche volvimos a cenar en casa de Remco, pero esta vez cocinamos nosotros, bueno, en realidad Alexandra cocinó su deliciosa especialidad de puré de patatas con ajo crudo troceado. También había otros amigos, todos chicos, encontré curioso que entre ellos se saludaran con un beso en la mejilla y me atreví a tocar el tema. No creo que les gustara hablar de ello, pero me comentaron que en Bélgica era común saludarse con los amigos de esta manera, igual que en Cataluña también lo era entre familiares.

Fuimos a tomar algo y antes de marcharnos a dormir Remco y Denis nos quisieron mostrar el barrio rojo de Antwerp. Sólo un par de calles pero sólo de entrar quedamos alucinados. En sólo dos calles parecía haber más prostitutas y libertinaje que en todo Amsterdam. Aquí también se mostraban detrás de ventanas con neónes rojos, ¿entonces cuál era la diferencia entre legalizar y no legalizar?

Hoy, hemos vuelto a pasear por el bonito casco antiguo de Antwerp y nos hemos fijado con la estatua en el centro de la plaza de Grote Markt: un chico lanzando la mano de un gigante que se retorcía de dolor en el suelo. Remco nos havia explicado la historia del nombre de la ciudad, que proviene de la frase "lanzar la mano". Se ve que antiguamente había un gigante que para atravesar el río cobraba abusivamente a los habitantes, hasta que un día, uno avispado joven consiguió cortarle una mano y la lanzó al río.

Por la tarde, antes de marcharnos hacia Gent entrevisté a Remco. Remco opinaba que la gente del mundo vive cegada por las cosas materiales, en parte debido a la publicidad. La solución tendría que partir del individuo, siendo más abierto y tolerante. Él también puede ayudar en la solución iniciando este cambio y compartiéndolo. El principal problema en Bélgica es el crecimiento de los partidos de extrema derecha. Si se crea un frente en contra los partidos racistas, puede ser contraproducente. El tiempo quizás lo solucionará y si alguna vez estos partidos suben al poder quizás entonces la gente se dará cuenta de lo poco que convienen. El personalmente intenta ayudar en la solución simplemente viviendo con armonía con su manera de pensar. Remco se considera razonablemente feliz: tiene buena salud, buenos amigos y familia. Sería más feliz con pareja pareja. El secreto de la felicidad es sentirse bien uno mismo y aceptar las cosas tal como son.




Gent (ver en mapa)

27/10/2006:
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Belgium,+Gent+      


Hemos tenido una semana un poco crispada. Ya hace semanas que siento que Europa se me está quedando pequeña. Pero debido a los esponsores y a medios de comunicación no puedo iniciar la segunda fase del viaje (África) sin cerrar antes nuevos acuerdos que estoy intentando renegociar actualmente a través de internet. Alexandra también se siente un poco desorientada o desmotivada, por que aunque me ayuda bastante, todavía no se ha implicado al 100% con el viaje o proyecto y dispone de bastante tiempo sin llenar. Estos últimos días hemos hablado y parece que finalmente hemos encontrado una idea que parece que la motivará.

Por otro lado, estos días hemos estado básicamente en Gent, pero no del todo. Llegamos el lunes por la tarde en Gent, pero llovía y nos quedamos a dentro de la Hymer. A la noche empeoró un problema que tenía con el cargador de mi portátil, podía conectar el ordenador a la electricidad pero no cargaba la batería. El martes por la mañana, tratamos de encontrar un cargador a través de Internet pero al final decidimos ir a mirar a las oficinas del fabricante en Bruselas. Al mismo tiempo intentaríamos solucionar un problema con la nevera, que no enfriaba lo suficiente. Nos dirigimos el mismo día, pues Bruselas sólo se encuentra a 50 kilómetros de Gent. Pero en las oficinas del fabricante me informaron de que sólo podía adquirir el cargador a través de internet y el servicio técnico de la nevera estaba cerrado porque llegamos una poco más tarde de las cinco.

Nos quedamos trabajando delante de unas oficinas que tenían internet sin cables y sin proteger. Encargué el cargador del portátil a través de Internet y lo hice enviar a casa de Remco, en Antwerp. Hacia las nueve y media, después de trabajar los dos casi sin interrupción con el ordenador e Internet, el transformador del coche emitió un silbato indicando que la batería estaba baja. Siguiendo el procedimiento de siempre arranqué el coche, bien, esta vez sólo lo intenté. El motor no se puso en marcha, pues la batería estaba demasiado baja. Por lo visto, la avería del cargador del portátil lo había provocado.

Dejamos reponer la batería durante media hora, con la esperanza de que milagrosamente se recargara, pero naturalmente no fue así. Por suerte tenía el servicio de asistencia en carretera proporcionado por Zalba Caldú. Pero me hacía pesar llamarlos, porque en Italia me había pasado exactamente el mismo. Intentamos arrancar el coche aprovechando la poca pendiente de la calle. Pero a pesar de empujar los dos con fuerza, la Hymer se quedó clavada en medio de la calle. Entonces sí que llamé el servicio de asistencia, que llegó no mucho más tarde de media noche.

Por suerte, el miércoles por la mañana solucionamos el problema con la nevera y acto seguido nos dirigimos otra vez hacia Gent. Aparcamos en una plaza desde donde captábamos internet gratuitamente. No hacía demasiado buen día, llovía, pero a media tarde dejó de llover y yo salí a visitar un poco la ciudad mientras Alexandra seguía trabajando con Internet. Al día siguiente, el jueves, hizo sol y salimos los dos a visitar Gent, que tiene un casco antiguo encantador, limpio y elegante, con diversos canales bordeándolo, con mucha gente tomando el sol cerca del agua. Diversos edificios e iglesias góticas, una catedral y un castillo se alzan majestuosamente. Sinceramente, nunca me había sentido atraído por Bélgica pero ahora descubro que sólo era causado por mi ignorancia.

Después de la visita decidimos mover la Hymer porque la internet que había estado funcionando durante toda la tarde anterior dejó de funcionar. Ya había pasado otras veces en Bélgica, de todas, en el nuevo emplazamiento pudimos estar conectados y trabajando todo el resto de la tarde y todo el día siguiente por la mañana. Realmente adelantamos bastante trabajo, enviando el diario y contactando a diversos medios de comunicación pidiéndoles colaboración por África. Por la tarde nos dirigimos hacia Bruges.




Brugge (ver en mapa)

30/10/2006:
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Belgium,+Yepres Belgium,+Yepres Belgium,+Yepres,+I+war+memorial Belgium,+Yepres,+I+war+memorial Belgium,+Yepres,+I+war+cementery  


Bruges es una otra ciudad belga que enamora, rivalizando estrechamente con Gent. Gent quizás tiene un casco antiguo más elegante y compacto, pero aparte de eso no tiene demasiado más atractivo. Bruges es una ciudad que ha sabido mantener en conjunto un aire medieval y romántico. La lástima es que quizás por eso y porque era sábado, la ciudad estaba a reventar de turistas.

Hicimos un recorrido de unas tres o cuatro horas con bicicleta, paseando entre parques tranquilos, por el lado de los canales, cruzando puentes de piedra, visitando un monasterio, diversas iglesias, molinos de viento, plazas, tiendas de chocolate ...

Por la noche estábamos invitados por una chica de Bruges, Griet, que estaba hospedando una chica de Italia y su chico de Estados Unidos. Por supuesto la chica Italiana cocinó, pasta con una deliciosa salsa a base de pimiento, beicon y queso. Mientras nos deleitábamos con cerveza belga iniciamos la conversación con el chico, que había estado tres años en el ejército americano, sirviendo en Irak y Afganistán. Se había alistado por idealismo, pero ahora pensaba salir en dos semanas porque muchos de sus superiores eran idiotas, las reglas eran incomprensibles (por ejemplo no podían beber alcohol cuando los militares de otros países sí que lo podían hacer) y para acabar no encontraba ninguna explicación por la intervención en el Irak. De todas maneras, decía que si encontrara un motivo para la guerra seguiría en el ejército, aunque muchos de sus amigos hubieran muerto. También hablamos de viajes, supersticiones, psicología... pero poco sobre Bélgica.

En cambio, el día siguiente por la tarde, Bélgica fue uno de los principales temas de conversación. Nos reunimos con Wim, que tenía una bonita casa en las afueras de Bruges. También estaba Vamke, una amiga de Wim. Wim era percusionista en un grupo de punk-rock que se intentaba abrir camino en Bélgica. De todas maneras, todavía no habían conocido a la gente correcta en el preciso momento. Después de mostrarnos diversos videoclips que habían grabado, empezamos a hablar del rey belga, que según ellos mantenía unido el país. De todas maneras, creían que el rey se sentía más Wallón que Flamenco, ya que hablaba mejor el francés que el flamenco (o holandés). Eso no es extraño a la Wallonia, donde la gente sabe hablar francés pero no flamenco. En cambio, en Flandes, explicaban que la gente sabía hablar perfectamente el flamenco, francés, inglés ... Se notaba que no se tenían demasiada simpatía por los Wallones, pero después, comparando con el nacionalismo vasco, catalán y español, acabaron admitiendo que en Bélgica se entendían mucho mejor. También hablamos de la inmigración y eso quedó reflejado a las entrevistas que les hice.

Wim opinaba que el principal problema del mundo es la polución, por que debido a la polución la naturaleza se empieza a vengar y la naturaleza ganará. Actualmente quizás es demasiado tarde para una solución global. Él personalmente intenta ayudar utilizando más el tren que el coche, reciclando basuras ... El principal problema en Bélgica es la inmigración que no se integra. La solución se encontraría en la tolerancia y en la adaptación de los inmigrantes a las costumbres locales. Él personalmente intenta ser tolerante. Wim se considera muy feliz, porque tiene mucho más del que mucha otra gente quiere tener. Hay cosas que quizás lo harían más feliz pero si las tuviera quizás lo sería menos. El secreto de la felicidad es no esperar nada de nadie, aceptar lo que tienes y no quejarte de lo que no tienes.

Vanke opinaba que el principal problema del mundo es la criminalidad: robos, asesinatos, violaciones ... No cree que las leyes aporten la solución. De todas maneras ella intenta vivir de acuerdo con la ley. El principal problema en Bélgica es la inmigración y la criminalidad. La solución sería tener más policía en la calle y enviar a los inmigrantes a su país de origen. Ella simplemente puede votar los partidos que apuestan por estas políticas. Vanke es feliz porque tiene un buen trabajo, buenos amigos... Sería más feliz teniendo chico y más amor, tiene muchos amigos pero a veces se siente sola. El secreto de la felicidad es amarse uno mismo y no tener envidia de lo que tienen los otros.

Al oscurecer nos despedimos y empezamos el camino hacia el pueblo de Yepres. Durante la segunda guerra mundial, Yepres fue el último bastión del territorio Belga no ocupado por los Alemanes. Este rincón del suelo enclavado al suroeste del país representaba la barrera para los Alemanes para ocupar los puertos franceses en torno a Calais. Durante cuatro años murieron más de 300.000 soldados aliados, y muchos más Alemanes. Durante la ofensiva Británica de 1917, se sumaron un total de 500.000 víctimas en 100 días de combate, sólo para ganar 5 millas de territorio. La primera guerra mundial fue llamada la gran guerra, fue la guerra de las trincheras, el barro, el gas...

Yepres, aparte de tener un bonito casco antiguo (naturalmente reconstruido), dispone de diversos museos y memoriales. Hoy hemos sido visitando diversos de los memoriales. Uno de los más tristes es la puerta de Menin. Es un gran monumento con casi 55.000 nombres de soldados sin tumba, Británicos y de la commonwealth, que murieron y se perdieron en el barro de las trincheras. Entre los millares de nombres descubrimos unos cuantos Indios. Otro impresionante memorial es el cementerio de Tyne Cot, el cementerio británico mayor del mundo, con case 12.000 soldados enterrados y casi 35.000 nombres más, grabados en las paredes pero sin tumba.




Bruxelles (ver en mapa)

02/11/2006:
Hoy por la noche, Alexandra ha tomado un avión hacia Rumania. Su abuela se encuentra enferma y la ha querido visitar, quizás por última vez antes de iniciar la aventura africana. Estaré doce días sin ella, intentando aprovechar el tiempo y también pensando en ella. Hoy, mientras volvía del aeropuerto de Charleroi hacia Bruselas he estado pensando, he reflexionado sobre el amor. Hasta hace poco, creía que sin dolor no hay amor. Pensaba que era normal sentirse triste al separarte de alguien querido. Pero después de ocho meses viajando y preguntando sobre la felicidad, estoy aprendiendo que no necesariamente es así. La Eylem y la Duygu de Estambul creían que el secreto de la felicidad era el amor. Y cuando les comenté que la gente que se enamora a veces se siente infeliz, me respondimos que si el amor fuera incondicional nadie se sentiría infeliz. También recuerdo otras respuestas: el secreto de la felicidad es amar y no esperar nada a cambio (de tu pareja). Al separarnos las lágrimas han aguado los ojos de Alexandra, pero yo simplemente he sonreído con complicidad. Quizás el viaje me está cambiando más rápidamente de lo que pensaba. Amo Alexandra, pero no la añoraré, al menos con dolor o melancolía. Preferiría estar con ella, pero acepto que el destino me dé la oportunidad de descubrir una parte más del itinerario en solitario. Seguiré siendo feliz intentando vivir al presente y conservando el recuerdo cálido de Alexandra.
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El mismo lunes a la noche, después de visitar los memoriales de Yepres, empezamos a hacer camino hacia Bruselas. Alexandra quería celebrar el Halloween (martes) en la capital, de esta manera también estaría más cerca del aeropuerto. De todas maneras hicimos noche en Tournai, a medio camino. La guía recomendaba visitar el pueblo y al día siguiente salí a descubrirlo mientras el Alexandra se quedaba en la Hymer conectada a Internet y preparando la comida. Estuve una hora paseando por Tournai, una de las ciudades más antiguas de Bélgica, con una bonita catedral (pero en reconstrucción) y diversos edificios medievales.

Por la tarde seguimos el camino hacia Bruselas. Habíamos intentado contactar a alguien con quien celebrar el Halloween por la noche. Pero nadie había contestado, por lo tanto decidimos salir igualmente cenando en un restaurante y celebrar un correo electrónico que había recibido de una revista que se ofrecía a pagarme muy bien los artículos que les enviara desde África. De todas maneras, no nos disfrazamos ni pintamos, porque Alexandra estaba un poco preocupada por el próximo viaje y por la salud de su abuela.

Cenamos en un restaurante que recomendaba la guía, céntrico y bien de precio. Después de cenar aparcamos en un barrio que parecía tranquilo, aunque observamos bastantes inmigrantes, algunos de los cuales disfrazados. Estuvimos viendo una película en el ordenador y cuando ya nos disponíamos a dormir, un fuerte golpe seguido por el ruido de un cristal rompiéndose nos desveló. Me levanté. A fuera se oían voces. Entonces puse la alarma y las voces huyeron. Salí a fuera con el bate de beisvol y ya no había nadie. El cristal pequeño del lateral de la puerta estaba bien desmenuzado, pero todavía se aguantaba. Alguien lo había roto con la intención de abrir la puerta, entrar y robar. Por suerte estábamos a dentro. Por otro lado la Hymer tiene alarma y doble cerradura.

Hemos sujetado el cristal que todavía se aguantaba con cinta adhesiva y hemos ido a aparcar en una otra zona de la ciudad, más residencial. Nos hemos quedado hasta hoy al mediodía, simplemente disfrutando de nuestra compañía y contando las horas que faltaban para separarnos. El cristal, decidí arreglarlo después de dejar Alexandra al aeropuerto. Mañana miraré qué tengo que hacer.

08/11/2006:
Belgium,+Brusel·les,+Atonium Belgium,+Brusel·les,+Atonium Belgium,+Brusel·les,+Atonium Belgium,+Brusel·les,+Atonium Belgium,+Brusel·les Belgium,+Brusel·les Belgium,+Brusel·les,+Manneken+Pis+Fountain


El viernes, al día siguiente de dejar Alexandra en el aeropuerto traté de cambiar el cristal roto de la Hymer. Encontré un pequeño taller que me dijeron que me tendría que esperar hasta el martes. Acepté, al fin y al cabo también me tenía esperar que Remco de Antwerpen recibiera el cargador de mi ordenador. Así pues, envié unos cuantos mensajes a gente de hospitalityclub y couchsurfing en Bruselas, para encontrarme con alguien durante el fin de semana. Y también me puse a trabajar para aprovechar el tiempo: lavé ropa, estuve escribiendo correos electrónicos, unos artículos ...

El sábado lo dediqué a visitar la ciudad. Primero me dirigí con la Hymer al norte de la ciudad, al Atonium, símbolo de la exposición universal de 1958. Es un edificio (o monumento) sorprendente, con esferas de 8 metros de diámetro sujetadas por tubos transitables. Su forma está basada en un cristal de metal aumentado 150 billones veces. De todas maneras, observado entre los árboles del parque del lado, mas bien se parece una nave extraterrestre.

Después de comer me dirigí hacia el centro de la ciudad. Me sorprendió que se hiciera oscuro tanto pronto, hacia las cinco y media. Así pues, aparte de la camera también tomé el trípode. El centro de Bruselas estaba muy transitado de peatones y turistas, seguramente por ser fin de semana. La Gran Plaza es interesante, igual que las antiguas Galerías de S. Hubert. De todas maneras no me resultó tan atractiva como las ciudades de Gent o Brujes. Finalmente anduve hasta el otro símbolo de la ciudad: la Manneken Pis Fountain, un niño de metal que parece cansado de mear ante las miradas sonrientes y los flashs de los turistas.

El mismo sábado recibí un mensaje de Kat y Andrea invitándome a cenar. Busqué su dirección en un mapa de Internet y me dirigí allí con la Hymer. Kat es una alegre chica de Bélgica y Andrea es su novio italiano, que trabaja en el mundo del teatro. Naturalmente, como buen Italiano, cocinó Andrea, coliflor gratinada y un delicioso tiramisú. Un chico francés y su novia finesa cocinaron pasta. También había más gente, pues la casa donde vivían era grande y era compartida por diversos jóvenes.

Durante la cena estube hablando bastante rato con Andreas. Me explicó que en Italia la política está muy crispada (como en España), con mucho odio y crispación entre los políticos. Añadido a todo eso, las diferencias entre ricos y pobres cada vez son mayores, la corrupción no parece disminuir, la inversión en cultura se ha reducido en un 50% ... Según él el cambio político de derechas a izquierdas en Italia no se nota en la calle, porque en Berlusconi había vaciado todas las arcas. Finalmente comentó que la situación política en Bélgica era muy aburrida pero en cambio se vivía mejor.

Realmente se vive mucho mejor. Durante la cena, otro chico explicó que a partir de enero se cogerá un año de vacaciones pagado por el gobierno: 400€/mes. Se ve que cualquier trabajador contratado más de un año en una empresa privada tiene derecho a un máximo de 5 años a lo largo de la vida de vacaciones pagadas por el gobierno. De todas maneras, parece que el gobierno lo quiere cambiar y sólo permitirlo a futuros padres, investigadores, futuros empresarios ... Otro chico me explicó que en Bélgica es uno de los países de Europa dónde se pagan más impuestos, no me extraña.

Después de cenar entrevisté Andreas y Kat. Según Andreas el principal problema del mundo son los políticos que están demasiado distanciados de la gente y no pueden ver los problemas reales. Los políticos quizás tendrían que cobrar menos y quizás así estarían más cerca de la gente. Lo que puede hacer él personalmente es hablar e implicar a la gente en política. El principal problema en Italia es la corrupción entre políticos y empresas. La corrupción desaparecería con transparencia y mostrando como el dinero es invertido. Para la solución él puede hablar con gente. Andreas no se siente feliz, más bien se siente confuso y con miedo de cara al futuro. Andreas es artista y nunca puede planear cómo será su vida en un futuro. Será más feliz en breve cuando presente al público la obra de teatro que ha estado trabajando los últimos meses. El secreto de la felicidad es conocerse y entenderse uno mismo.

Kat opinaba que el principal problema del mundo es el individualismo y la injusticia. Según ella el mundo animal a veces es cruel pero justo en comparación con los humanos. De todas maneras, ella tiene mucha esperanza depositada en el mundo porque todavía existe la solidaridad en muchas personas. El principal problema de Bélgica es la falta de comunicación entre el norte y el sur de Bélgica, las dos comunidades están muy separadas. Por ejemplo los artistas del sur no tienen entrada en los medios de comunicación del norte y a la inversa. Otro problema en Bélgica es el crecimiento de los partidos de extrema derecha. Kat es muy feliz, pero también pasa por momentos de profunda tristeza, es una chica de extremos. Sería más feliz si pudiera organizar mejor su vida y ser más disciplinada. El secreto de la felicidad es arriesgar y olvidar el miedo.

El domingo, estuve casi todo el día conectado a Internet desde casa de Kat y Andreas. Estuve estudiando las posibilidades de conexión a Internet en África, a través de satélite o utilizando teléfonos y conexiones locales. También edité imágenes, escribí diario ...

A media mañana hablé con un poeta que también vivía en la casa. Me mostró una web donde estaba publicando los poemas de los últimos diez años y me explicó "con el tiempo he mejorado y tengo un estilo más personal pero tengo toda la vida para seguir progresando".

Al día siguiente seguí trabajando con internet, pero a media mañana me dirigí hacia el centro de la ciudad con metro, ya que había quedado para comer con Sven, un chico contactado a través de couchsurfing. Durante el corto viaje me di cuenta de la curiosa normalización lingüística en el metro: el idioma de los nombres de las estaciones están intercalados, en una el idioma es en francés y a bajo en flamenco, y en la siguiente el nombre en flamenco aparece encima del francés, eso sí, el nombre en flamenco siempre aparece en cursiva. Después me fijé que los nombres de las calles parecen estar todos escritos en francés y a bajo en flamenco. Por otro banda, escuchando las conversaciones aseguraría que en Bruselas se habla más el francés que el flamenco.

Fue interesante encontrarme con Sven. Me enseñó nuevas partes de la ciudad que yo no había visitado, una ciudad llena de instituciones y sedes gubernamentales. Al pasear por delante del palacio real me comentó que Bélgica también tiene rey, con un poder significante, ya que tiene que ratificar todas las leyes. Después me explicó un hecho curioso, hace unos quince años, el rey no quiso firmar una ley que legalizaba el aborto, entonces el gobierno constituyó una república durante 24 horas, con el fin de poder aprobar la ley, y seguidamente restablecieron la monarquía.

Comimos en un típico restaurante Belga, una comida ligera, ya que los Belgas acostumbran a comer el plato fuerte o caliente por la noche. Para acompañar la sopa de cebolla que pedí, me bebí una cerveza tradicional belga, deliciosa: muy amarga y un poco dulce.

Entrevisté Sven que opinó que las principales dificultades del mundo eran el mantenimiento del medio ambiente y de la paz en el mundo. La solución de los problemas será a nivel local, hablando con la gente y trabajando conjuntamente. A nivel individual sólo puede actuar en áreas muy pequeñas. El principal problema en Bélgica es el miedo a lo desconocido que se está convirtiendo en pánico, generando violencia en muchos casos. Este problema se podrá solucionar en pequeños proyectos locales, por ejemplo couchsurfing. Él intenta no tener miedo y mostrar a los otros a no tener. Sven es feliz aunque necesita fijarse un objetivo en la vida. Sería más feliz teniendo la motivación para fijarse este objetivo y dirigirse hacía allí. Todavía está buscando el secreto de la felicidad.

El domingo por la tarde y el lunes seguí trabajando conectado a Internet. Estuve leyendo mucho sobre África y sus conflictos, muchos de los cuales se desarrollaban en países para los cuales había trazado el itinerario: Sudán y la región del Darfur, la República Central Africana, el Txat ... No parecía demasiado recomendable aventurarse por allí, pero parecía la única opción de cruzar África, por que según tenía entendido el itinerario a través de la costa del Atlántico (Nigeria, Congo, Angola ...) también era muy conflictivo. Pero estuve estudiando estos países que había descartado y me alegré de saber que la situación política en esta región había mejorado mucho (dentro de los parámetros africanos). De todas maneras, mirando los itinerarios de otros viajes africanos observé que pocos toman la ruta este. Me leeré con detalle las aventuras de estos viajeros del este y seguramente acabaré planteando la misma ruta, probablemente más segura hoy en día.

El lunes por la noche, Remco me envió un mensaje que ya le había llegado el cargador. Era una buena noticia, porque el martes por la mañana solucionaría el cristal roto, después iría a buscar el cargador y ya podría empezar a ir camino hacía Frankfurt, donde tengo que recoger el Alexandra el día 15. De todas maneras, no tuve tan buena suerte, porque el martes por la mañana fui al taller del cristal, me arrancaron el cristal roto y después se dieron cuenta que el cristal habían pedido no era el mismo modelo que necesitaba. Me dijeron que me tendría que esperar al día siguiente. Así pues con un aire gélido entrando por el espacio vacío y con la calefacción en todo trapo me dirigí hacia Antwerpen, donde me recibió Remco. Conversamos un rato, me entregó el cargador y me volví a dirigir hacia Bruselas. Pero de camino me llamaron del taller que el cristal no lo tendrían hasta el viernes.

Cansado de estar retenido en Bruselas, hoy a mañana he ido a un gran taller de cristal y me han solucionado el problema en dos horas. Por suerte también, el otro taller me ha devuelto el dinero que había dejado a cuenta. Así, con el problema solucionado y liberado de Bruselas he empezado a hacer camino hacia Luxemburgo, aunque he parado a medio camino, a Dinant, un pueblo que visitaré mañana.





Luxemburg

Luxemburg (ver en mapa)

11/11/2006:
Belgium,+Dinant Luxemburg,+Luxemburg Luxemburg,+Luxemburg Luxemburg,+Luxemburg Luxemburg,+Luxemburg Luxemburg,+Luxemburg


Dinant es un pequeño pueblo con una gran catedral justo bajo un impresionante acantilado, coronado por un castillo el cual no he visitado porque la entrada era demasiada cara por la economía del viajero. Cada día podría visitar museos y lugares preciosos pagando, pero por suerte también tengo la posibilidad de visitar cada día nuevos pueblos y lugares preciosos sin pagar. Al principio Dinant no me pareció un pueblo demasiado interesante, pero al marcharse con la Hymer descubrí algunos rincones atractivos.

El camino hacia Luxemburgo siguió entre un terreno era verde y ondulado, formando los primeros indicios de montañas. Entré en la ciudad a media tarde. Aparqué fuera del centro, en un barrio donde vivía Tristan, un amigo de Remco de Antwerpen que me había recomendado visitarle.

Había quedado con Tristan que le visitaría el jueves por la tarde, pero al apretar el timbre de su casa, un hombre (que imaginé que sería su padre) me informó que Tristan no había llegado. Al cabo de dos horas me dijo lo mismo y me ofreció entrar. Pero preferí volver a la Hymer y seguir trabajando y cenar. Finalmente, a las ocho y media fue Tristan quien me abrió.

Tristan es un chico de orígenes franceses que hace años que vive en Luxemburgo. Vive en una gran casa en la cual siempre tiene a alguien alojado. Realmente es así, porque hace poco compró un libro de dedicatorias y ya lo tiene medio lleno. En aquel momento tenía alojado el hombre que me había abierto y que no volví a ver y Nathank, un chico de Nueva Zelanda.

Me interesé por Luxemburgo y Tristan me ofreció diversas informaciones interesantes y curiosas. Luxemburgo, en vez de ser un reino, es un ducado, con un duque ejerciendo como rey. El sistema político es muy estable, con los partidos de derechas y de izquierdas siempre colaborando (increíble!). Por otro lado, en Luxemburgo tienen idioma propio, hablado por la mitad de la población. De todas maneras, el idioma empezó a existir a partir de los años 80, antes sólo era considerado un dialecto del alemán con palabras francesas y acento holandés. Me comentó que Luxemburgo era un país multicultural con una gran economía. ¿"En qué está basada su economía?" le pregunté. "En los bancos" me respondió. Después me explicó que en Luxemburgo, junto con Suiza y otros paraísos fiscales, el secreto bancario es legal. No parece demasiado lógico que haya secreto bancario en el corazón de la Unión Europea, pero si no lo permitieran mucho dinero se marcharía hacia otros países. Finalmente me mostró en Internet una gráfica sobre el Producto Interior Bruto por cápita. Luxemburgo es el país del mundo con más riqueza por cápita, un 20% más que el segundo, Noruega. Por otro lado, aparte del secreto bancario las empresas pagan muy pocos impuestos y muchas se instalan en este país aunque produzcan en otros. De todas maneras, esta riqueza no parece difundirse entre la población, que a pesar de ser rica no ostentan con Ferraris, como en Suiza.

El viernes salí a visitar la ciudad de Luxemburgo con Nathank, el chico de Nueva Zelanda. Luxemburgo parece un pueblo, no hay grandes edificios, casi todas las casas son bajas. Además, lo habitan menos de 100.000 personas. Pero aparte de la extensión, lo que más me sorprendió de Luxemburgo fue su encanto. Es una ciudad enclavada en un promontorio rodeado por un profundo valle, una defensa natural contra los antiguos invasores. En diversos puntos se pueden observar las impresionantes murallas cubriendo las paredes del valle. Algunas bonitas iglesias y catedrales recortan el cielo. La ciudad es bastante verde (o marrón en otoño), con bastantes parques y jardines. La ciudad también tiene muchos túneles y galerías medievales excavadas en la roca, en una de las cuales hay una interesante exposición de fotografía que visitamos.

Hoy sábado me puse en camino hacia Alemania, Frankfurt, donde el miércoles tengo que recoger Alexandra. Pero antes me he parado en un pequeño pueblo antes de cruzar la frontera. Vianden es un pueblo en el fondo de un valle dominado por un impresionante castillo que está siendo reconstruido. He hecho una caminata entre las murallas y las bonitas calles y seguidamente he cruzado la frontera. Antes sin embargo, he cargado la Hymer de gasoil porque en Luxemburgo es mucho más económico: 0,861€/l (el precio está fijado por el gobierno).

Me dirigí hacia el valle del Rin, cruzando montañas y valles. Pero paré antes de llegar, porque se hizo oscuro y prefería seguir de día, disfrutando del paisaje.





Germany

Frankfurt (ver en mapa)

15/11/2006:
Germany,+Rin+Valley Germany,+Rin+Valley Germany,+Rin+Valley Germany,+Rin+Valley Germany,+Rin+Valley Germany,+Rin+Valley
Germany,+Frankfurt      


El domingo y el lunes los invertí visitando un encantador segmento del valle del Rin. Entré por el pueblo de Boppard, donde hice una pequeña paseada, y seguí hacia el sur-este, hacia S. Goar. Aunque el tiempo no era perfecto, me fui parando por el camino admirando diversos castillos, enfilados en colinas, que me transportaban a los tiempos medievales. Al llegar a S. a Goar me maravillé del grandioso castillo de Rheinfels, enclavado en un monte dominando toda la villa. El castillo de Rheinfels fue construido en 1245 para proteger el peaje de barcos que circulaban por el Rin. Eso no gustó demasiado a la liga de ciudades del Rin y justo diez años después de la construcción del castillo le pusieron asedio durante 15 meses. Pero no lograron conquistarlo y acabaron llamando en el castillo de Rheinfels como la "fortaleza inconquistable". Un siglo más tarde, la misma familia edificó otro castillo en el otro lado del río y establecieron el doble peaje, tanto de subida como de bajada. Naturalmente se hicieron de oro ya que el tráfico de mercancías por el río debía de ser muy importante, al igual que lo es hoy en día, con decenas de grandes barcos circulando arriba y abajo del río.

Aparqué en la falda de la montaña y empecé a ascender por un camino hacia el castillo de Rheinfels, bordeando las inexpugnables murallas durante mucho rato. Finalmente llegué a la puerta principal, donde pagué 3€ de entrada y empecé a pasear entre los majestuosos escombros. Me subí a una torreta con una vista excelente sobre el Rin. Entonces se puso a llover. Me cobijé en unas galerías y me situé en el mapa que me habían entregado en la entrada. Me di cuenta de que siguiendo las galerías podría seguir el itinerario "2". Así pues seguí adelante, entre capillas, nuevas murallas, más galerías con pequeñas rendijas para los arqueros ... Pero a la mitad del itinerario las rendijas para los arqueros desaparecieron y las galerías se oscurecieron completamente. Fiándome del mapa seguí avanzando a oscuras, tropezando con rocas, poniendo los pies en charcos de barro y renegando. Se sucedieron tres o cuatro galerías más de la misma manera y finalmente llegué otro vez en un terreno conocido y de aquí a la puerta principal. Pregunté a la chica de la entrada si era normal que las galerías no tuvieran luz. Se puso a reír y medio disculpándose me mostró un pequeño cartel donde se recomendaba llevar luces o velas para visitar las galerías oscuras.

Después de comer seguí ascendiendo lentamente el Rin, parándome de vez en cuando, hasta que encontré un encantador pueblo medieval nombrado Bacharach. Aparqué la Hymer y estuve paseando entre las antiguas casas y torres medievales hasta que oscureció. Decidí acampar en un gran aparcamiento en la entrada del pueblo para poder volver a visitarlo al día siguiente. Pero el lunes por la mañana estuvo bien nublado y me salté el paseo.

A media mañana del lunes me paré en Bingen, el pueblo más importante del valle. Lo visité, pero ni mucho menos tenía el encanto de los anteriores pueblos. Al mediodía el día se destapó un poco y entonces aproveché para cruzar el río con una barcaza (4,5€) y visitar el bonito pueblo de Rudesheim y las viñas de sus alrededores.

Antes de salir de Luxemburgo intenté contactar con alguien en Frankfurt, básicamente para poder utilizar Internet, ya que en Alemania hay muy pocas conexiones libres. El mismo lunes me respondió una chica que vivía cerca de Frankfurt, en un pueblo perdido en las montañas de Taunus. Me envió unas pocas indicaciones por SMS pero me perdí unas cuantas veces antes de llegar

Silke vive con sus padres. Sus padres viajan frecuentemente a Sur África y aproveché para preguntar por la situación del país. Comentaron que a pesar de la desaparición del Apartheid, los blancos todavía son muy racistas. Después, al explicar mi viaje con Alexandra, Silke comentó que ella también tenía el sueño de cruzar el continente americano, en concreto con una furgoneta Wolsvaguen.

Por la noche me invitó a visitar a un amigo. El amigo abrió una botella de un producto típico de la región: vino de manzana. Era similar a la sidra pero menos dulce y sin gas. Durante la conversación me explicaron que en Alemania del este están descontentos con la reunificación, algunos creen que estaban mejor antes. Pero ellos no lo entendían, porque consideraban que Alemania del Oeste les habían liberado del comunismo y encima estaba pagando su recuperación económica. Quizás por este motivo, en Alemania subirán el IVA (VAT) del 16 al 19% a partir del año próximo. Finalmente salió el tema del nacionalismo Alemán. Silke explicó que de pequeños han estado educados a no estar orgullosos de su país, debido a las barbaridades que habían hecho en el pasado. Finalmente empezaron a explicar chistes sobre alemanes del este y del norte.

Al día siguiente estuve todo el día trabajando, aprovechando la conexión de internet que podía cazar desde dentro de la Hymer. También hoy, aunque a media mañana me he dirigido hacia Frankfut. He aparcado mucho cerca de la estación y he salido a visitar la ciudad, muy moderna y con unos cuantos pequeños rascacielos que se elevan por encima de las viviendas y de la bonita y antigua plaza de Romerberg, restaurada de los bombardeos de la segunda guerra mundial. Después me he vuelto a cerrar a la Hymer para limpiarla a fondo y para seguir trabajando y para esperar la madrugada, bien temprano por la mañana, cuando llegará Alexandra.



16/11/2006:
Me he despertado temprano, a las 5:15 de la mañana. Bostezando y con los ojos medio cerrados de sueño me he dirigido a la parada del autobús. El autobús ha llegado puntual, pero en otra parada cercana. Cuando me he dado cuenta he ido corriendo y me he encontrado en Alexandra medio perdida. Nos hemos abrazado contentos, pero también cansados. Nos hemos dirigido hacia la Hymer y hemos decidido moverla fuera de la ciudad para seguir durmiendo en un lugar más tranquilo.

En despertarnos, Alexandra me ha propuesto de visitar Wiesbaden y Mainz, dos ciudades donde había vivido dos meses visitando una amiga. Ambas ciudades, separadas por Rin, se encuentran a muy pocos kilómetros de Frankfurt. De camino nos hemos planteado qué otras ciudades visitar los próximos días y al hablarlo he descubierto que Alexandra tenía ganas de visitar pronto Cataluña y Barcelona, mi tierra y ciudad. Entonces por primera vez en todo el viaje me ha inundado un sentimiento de ganas de llegar a casa después de casi nueve meses de viaje. Al fin y al cabo, buena parte del trabajo que estamos haciendo (escribir artículos, escribir a sponsores, preparar la continuación en África...) la podemos hacer tranquilamente desde casa. Y Por otro lado, Francia es el último país que nos queda para visitar en Europa.

Por la mañana visitamos un bonito castillo de Wiesbaden y sus jardines y por la tarde todo el casco antiguo de Mainz, interesante pero nada envidiable con otros pueblos que había visitado anteriormente en el valle del Rin. Por la noche hemos vuelto a la carretera y nos hemos dirigido hacia Strasbourg, una ciudad francesa próxima a la frontera alemana.



France

Strasbourg (ver en mapa)

17/11/2006:
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Strasbourg es una ciudad encantadora. El casco antiguo se encuentra en una isla rodeada por el río Ill y algunos canales. Muchas de las casas son medievales, con pesadas estructuras de madera a la vista, pintadas de colores oscuros, contrastando con las paredes claras. Durante el paseo nos hemos sorprendido de la cantidad de indigentes que había por las calles. Recuerdo que al inicio del viaje a Francia también me sorprendí de lo mismo.

Por la tarde nos hemos conectado un rato a Internet, hemos escrito a diversa gente de París y más tarde nos hemos empezado a dirigir hacía la capital. Hemos cogido la autopista y por primera vez en mucho tiempo hemos pagado un peaje (creo que Grecia fue el último país donde pagué). Era carísimo. De todas maneras, las autopistas francesas están muy bien y con muchas áreas de descanso, en una de las cuales nos hemos parado para dormir.




Paris (ver en mapa)

18/11/2006:
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El sábado llegamos a París que ya era oscuro. El tráfico era terrible. Llegamos al centro donde teníamos intención de aparcar, pero en ningún sitio había espacio ni para un Mini. Decidimos ir hacia las afueras, pero la situación era igual. Finalmente, aunque estábamos en la otra punta de París, decidimos aparcar en el Bosque de Boulogne. Al principio todas las carreteras del bosque seguían llenas de coches e imposibles de aparcar, seguramente porque había algún acontecimiento deportivo cerca. Pero después las carreteras se vaciaron y en vez de coches aparcados apareció la prostitución. A pesar de todo, decidimos aparcar en un lugar bastante tranquilo a la salida del bosque. No estuvo del todo mal, porque alguna noche nos entretuvimos observando cómo las protitutas se peleaban entre ellas, cómo los clientes paseaban disimuladamente hasta que se decidían por una, cómo se adentraban en la oscuridad del bosque o se cerraban en algún coche para realizar el servicio ...

El domingo cogimos las bicicletas y nos dirigimos al Arco de Triumf que estaba bastante próximo. El arco de Triumf es una gran puerta sobradamente conocida, empezada a construir por Napoleón para conmemorar sus victorias. De todas maneras, la obra se detuvo cuando Napoleón empezó a perder batallas y no se finalizó hasta al cabo de treinta años. En sus paredes hay inscripciones de muchas ciudades conquistadas, entre ellas muchos nombres catalanes y españoles. También los distantes puntos de Moscow y Las Piramides.

Después de visitar el arco de Triumf continuamos la visita a pie, paseando por los ricos y elegantes Champs Elysees y finalmente por el Champ de Mares admirando la omnipotente Tour Eiffel.

El lunes me llamó mi madre informándome que mi abuelo se había muerto. Hacía meses que mi abuelo se encontraba mal. Antes de enfermar siempre había sido un hombre con mucha energía y conocimiento. Había viajado mucho y las historias que siempre explicaba seguramente también me animaron a viajar. Hablé con mi madre sobre la necesidad de volver, pero finalmente decidimos que no hacía falta, al fin y al cabo en breve volvería a estar en casa. En cualquier caso, los siguientes días puse una vela en recuerdo a mi abuelo en la catedral de Notre Dame y en la iglesia del Sacré Coeur.

El lunes estuvo lloviendo todo el día. Por la noche fuimos a comprar en la futurista zona de la Defense, con decenas de rascacielos de diferentes formas, todos de cristal, iluminados,... Nos perdimos un poco pero finalmente encontramos aparcamiento y encontramos un supermercado. De vuelta encontramos un punto con una conexión a Internet sin proteger y aprovechamos para descargarnos el correo. En Francia es más complicado que en Holanda y Bélgica encontrar zonas libres de internet.

El martes y miércoles seguimos paseando por Paris. Comparado con otras ciudades norte o este europeas, Paris me recuerda mucho a Barcelona: el tráfico, las calles comerciales, los edificios ... Aunque naturalmente hay diferencias, por ejemplo las chimeneas de las casas son típicamente francesas: todas sencillas y en línea recta en los tejados de los edificios.

El martes tomamos el metro (en realidad era un tren de dos pisos). Comparado con el transporte público en el norte de Europa, aquí es imposible entrar en el metro sin pagar. Nos dirigimos hacia la delicada Catedral de Notre Dame. De allí volvimos paseando por delante del Hotel de la Ville (ayuntamiento), el moderno centro Pompidou (construido en 1977 actualmente ya no es tanto moderno), el Louvre y sus jardines y de nuevo los Champs Elises y el Arco de Triumf.

Llegamos a la Hymer agotados. Mientras nos descansábamos alguien golpeó la puerta. Abrí la ventana y fuera había un hombre con bicicleta. Me preguntó por el viaje que estábamos realizando. Salí a fuera y estuvimos conversando un rato, finalmente nos invitó por la noche a cenar en su casa, cerca del arco de Triumf.

Frederic vive en un humilde piso en el centro de un barrio río de Paris. No estaba cómodo y decía que quería marcharse de la ciudad, a vivir en la Bretanya. Nos explicó que la gente de París es demasiado ostentosa y que sólo están preocupados de tener un buen trabajo y vestir siempre elegantes. Nos explicó que esta fijación por el trabajo provoca que un 30% de la gente en París viva sola, igual que él. Después nos habló de la situación de los Ghettos de París y la crema de coches de hace un año como muestra de protesta. Se quejó que en vez de ayudar e invertir en los ghettos el gobierno francés sólo apuesta por la represión, con 6000 nuevas plazas de policías.

Finalmente entrevisté a Frederic. Opinaba que el principal problema del mundo es la destrucción del medio ambiente y la polución, hay demasiados coches, muchos países no tienen acceso a agua limpia ... Parte de la solución se encontraría ayudando los países pobres y también reconsiderando todo lo que necesitamos. Por ejemplo él no tiene coche y en cambio utiliza la bicicleta o anda. También colabora seleccionando las basuras ... El principal problema en Francia son los ghettos que se han creado en torno a París donde la gente vive en muy malas condiciones y sin futuro. La solución la tendría que aportar el gobierno con inversión y facilitando mejoras en las viviendas de estas zonas y educación. Él puede ayudarlos intentando mostrar un futuro para ellos, hablando con ellos. Frederic no puede ser feliz conociendo que hay gente que lo pasa muy mal. De todas maneras, próximamente, cuando vaya a vivir en el campo será más feliz. El secreto de la felicidad es compartir la vida en pareja. Al acabar la entrevista le pregunté cómo era que no tenía pareja teniendo en cuenta su opinión sobre el secreto de la felicidad. Me comentó que la causa era la sociedad francesa, que es demasiada individualista como para encontrar una.

Hoy hemos vuelto a tomar las bicicletas y hemos ido a pasear por el tranquilo barrio de Montmartre y la iglesia de Sacre Coeur. Durante el paseo hemos decidido marcharnos mañana de París aunque todavía no habíamos visitado el Barrio latino. Parece que los dos tenemos en mente que el viaje se acaba y ya nos hemos hecho la idea de pasar un invierno tranquilo en casa de mis padres, preparando el viaje en África. De todas maneras, el hecho de estar finalizando esta etapa del viaje también me desorienta y me tiene intranquilo. Aparecen preocupaciones económicas y logísticas, me inquieta sentirme aprisionado en casa, y me entristece estar finalizando una parte del sueño.





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