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‹ Anterior (23/07/2007) MES Siguiente (2007-09-21)› ‹ Anterior (2007-07-21 - Namibia) PAIS Siguiente (2007-09-28 - Botswana)› South Africa Cap town (ver en mapa) 26/08/2007: En total, hemos disfrutado de tres maravillosas semanas en Cape Town, ya que el pasaporte del Alexandra no ha llegado hasta este viernes. La primera semana en la ciudad fue bastante técnica y centrada a renovar el pasaporte y a solucionar los problemas que arrastraba el coche, pero los siguientes días los hemos podido disfrutar conociendo esta encantadora ciudad y sus entornos. Y quizás son sus alrededores, exuberantes de naturaleza, los que dan a Cape Town este aire fresco, tranquilo y recreativo. Visitamos Hermanus, un pueblo famoso por el avistamiento de ballenas, de todas maneras, fue antes de llegar donde las tuvimos más cerca. Una pareja de ballenas jugaba de forma amorosa cerca de la costa mostrando sus alas por encima las oleas y dejando escapar el aire por el orificio a su espalda con un ruido grave similar al de una flauta. Otro día también recorrimos la costa del este, pero hacía el sur, hasta el espectacular Cabo de Buena Esperanza, el cabo más al sureste de África (más al sur se encuentra el cabo de Agulhas), dónde pudimos observar avestruces, cebras y babuinos, y una colonia de pequeños y graciosos pingüinos en el pueblo de Simon, poco antes de llegar al cabo. En el suroeste de Cape Town, hay otro pueblo nombrado Hout Bay con un bonito puerto de pescadores donde comimos el típico Fish & Chips y hubiéramos seguido cuesta abajo por los famosos acantilados del pico Chapman si no fuera que hacía pocos días que se había desprendido una roca bloqueando la carretera. Tampoco subimos a la visitada montaña Tabla o Table mountain, por que durante bastantes días se había mantenido nublada y porque más adelante leímos en el diario que se estaban produciendo muchos robos. Pero sí visitamos el encantador parque natural de la Costa Oeste en compañía de la familia Botha, donde pudimos observar avestruces, elands y búfalos paciendo grandiosos campos absolutamente cubiertos de flores blancas, amarillas, naranjas y otros colores minoritarios. Más cerca de Cape Town visitamos los inmaculados jardines botánicos de Kirstenbosch y los suburbios de Guguletu, donde Mandi nos invitó el pasado domingo a una movida fiesta en la calle, con comida, música y gente bailando (negros, colorados y turistas blancos). También recorrimos el centro de la ciudad, rodeados de rascacielos y centros comerciales pero también de parques y museos. La mayoría de los museos tenían la entrada libre al sábado, así pues pudimos visitar la mayoría, entre ellos la exquisita Galería Nacional, el impresionante Museo de Sudáfrica, el museo del distrito seis y el museo del esclavismo. El museo del distrito seis está dedicado a la expropiación y demolición del distrito seis, habitado por negros y colorados durante el apartheid. En el museo leí que los no blancos necesitaban un carné de paso para moverse, sino los detenían. Por lo tanto, siempre andaban con miedo, un miedo similar al que deben sentir los inmigrantes ilegales (o no) en Europa (un miedo que fue condenable en Sudáfrica pero que quizás también se tendría que condenar a Europa). En el museo del esclavismo, de todas las barbaridades leídas me quedaría con la que un dirigente dijo durante el apartheid: "qué sentido tiene enseñar matemáticas a un Bantú (o negro) cuando nunca las utilizará a la practica"?. Para acabar, ayer visitamos la Isla de Robben, la isla donde estuvo aprisionado Nelson Mandela y muchos otros dirigentes del partido ANC que lucharon contra el Apartheid. Hoy era el aniversario de la pequeña Nina y nos hemos reunido con la familia Botha. Al explicar a Johan la excursión de ayer en la isla Robben, me ha explicado que hasta ahora no había visitado la isla por que según él, la lucha de ANC no había estado tan romántica como se ve desde el extranjero, porque ANC también cometió muchas atrocidades, cómo quemar con un neumático en el cuello a los que se creían colaboradores del régimen. De todas maneras, me ha acabado aceptando que la historia individual de muchos líderes (y de la sociedad en general) que sacrificaron la vida o la libertad para luchar contra una injusticia se podía definir como romántica. Durante estas semanas en Cape Town, el diario más leído en Cataluña me publicó un reportaje sobre Mbie, el pueblo de la frontera del Congo, y eso me animó a preparar un reportaje sobre la educación a Sudáfrica, tomando como referencia las conversaciones mantenidas la primera semana con Saarah. Con este objetivo, visité la escuela de Groote Schuur High School, donde enseñaba Saarah, una escuela en medio de un barrio blanco rico, pero próximo a un suburbio de barracas. Fue una de las primeras escuelas afrikaners a matricular no blancos, pero actualmente se encuentran con que los alumnos blancos son la minoría y según parece, el bajo nivel educativo y mal comportamiento de algunos alumnos de color hace bajar el nivel de toda la escuela. Hace tiempo que se están encontrando con problemas de vandalismo y graves faltas de respeto, pero la escuela no puede expulsar a los malos alumnos, y la situación no se ha podido empezar a enderezar hasta ahora, que han instalado cámaras ocultas en las clases. La consejera de la escuela me explicó que hay alumnos que sus padres sacan de los suburbios, donde hay bandas de gángsteres. Pero estos alumnos no se sienten afortunados en la escuela, porque no tienen amigos de su entorno y se sienten aislados y desmotivados. Por otro lado, la consejera también contó que los estudiantes, y en general la juventud en Sudáfrica, afronta problemas similares a Europa con el alcohol, drogas y sexo, con la diferencia que el sexo no es tabú porque están acostumbrados a vivir en una habitación única donde la sexualidad de los padres es difícil de ocultar y con el problema añadido del sida, que tiene infectados a un 20% de los Sudafricanos. Eden, una chica de color que pude entrevistar también opinaba que la disciplina en la escuela cada vez era peor, pero no debido a un problema de clase social o de color, sino debido a la excesiva libertad y productos que los padres dan a sus hijos. Eden fue una de las primeras chicas a entrar en una escuela no blanca, de todas maneras no se sintió discriminada aparte de darle fuerzas para probarse y fortalecerse. De todas maneras, conocía la problemática de las escuelas a los suburbios, donde la educación es mala y sin material. Linnell, una profesora de inglés que había trabajado a diferentes escuelas, también era de la misma opinión, explicando que los profesores de los suburbios no están preparados ni motivados (con casos de absentismo y alcoholismo) y sin tecnología (Internet, fotocopiadora ...). El problema es que muchas donaciones que se han hecho a los suburbios para invertir en la escuela se acaban perdiendo. También tuve oportunidad de hablar con los alumnos de la clase de Linnel, que opinaban que la diversidad cultural de la escuela la hace más interesante y rica, y que no hay tensión aunque tampoco se hacen demasiados amigos entre culturas. Por ejemplo, los Kosa hablan entre ellos con su idioma y se aíslan del resto. Durante la conversación, los alumnos se quejaron que la mayoría del profesores fueran blancos, porque pensaban que los profesores de color los entenderían mejor. Durante la visita a la escuela me quedé con una frase de Saarah que me hizo pensar: "los negros intentan no destacar entre sus compañeros". En un principio, mentalmente califiqué la frase como incorrecta, pero después, la analicé con otras conversaciones mantenidas durante el viaje por el África y acabé deduciendo que éste podía ser uno de los principales problemas del continente. Recordaba las conversaciones en Mbie, donde me explicaban que los hombres no tenían ganas de trabajar pero eran rencorosos y celosos con los que intentaban prosperar. Quizás era una actitud ancestral, cuando había un único jefe del pueblo y los que intentaban destacar (o destacaban naturalmente) por encima del jefe se eliminaban automáticamente. Si fuera así, podría ser una actitud buena para sobrevivir en la antigüedad, pero no actualmente, en este mundo capitalista y competitivo, en el cual si no destacas estás muerto. -- Durante la estancia con Johan y Maryna les entrevisté para el proyecto de tomar el pulso al mundo. Johan opinaba que el principal problema del mundo es la falta de recursos naturales y la mala gestión que provocan conflictos. Maryna opinaba que el principal problema era la pobreza. La solución al segundo problema estaría en crear gobiernos más sociales que potenciaran la educación. El principal problema en Sudáfrica también es la pobreza y la educación, porque Sudáfrica es un microcosmos del mundo. La solución igualmente se encontraría en potenciar la educación y quizás crear una revolución social. A nivel personal podrían dar dinero o tiempo, pero lo más importante para solucionar estos problemas, es cambiar actitudes. Johan y Maryna se consideran felices, aunque Johan a veces esté un poco estresado y con poco tiempo. Johan sería más feliz si tuviera más dinero para estar relajado. El secreto de la felicidad es aceptar la vida y tener humor. Franschhoek (ver en mapa) 29/08/2007: Salimos de Cape Town, una ciudad que habíamos disfrutado durante tres semanas, con la sensación que volvíamos a la aventura, que habíamos iniciado el recorrido hacia Egipto, continente arriba. Cape Town había significado un destino, era el punto más al sur del continente que pensábamos visitar y había sido un punto de descanso donde habíamos vuelto a poner el vehículo en condiciones. También desde Cape Town habíamos acabado de definir la ruta a seguir por el éste de Africa. De Sudáfrica hacía Botswana, evitando Zimbabwe, donde hay una crisis importante provocada por su dictador (el actual gobierno Sudafricano no lo está criticando cómo debería, aunque también es cierto, que Sudáfrica necesita estabilizar y desarrollar África del sur para abrir mercado, ya que el resto del mundo desarrollado está demasiado lejos). De Botswana pasaremos por las cascadas de Victoria hasta Zambia, donde esperamos encontrarnos Ben y Maria. A continuación pasaremos por Malawi, Tanzania, Kenia (en el norte parece que las carreteras vuelven a empeorar mucho), Etiopía, Sudán y Egipto. Seguramente volverá a ser un viaje con muchas dificultades, similares a las vividas hasta el momento, pero la confianza de haber resuelto éstas satisfactoriamente me llenan de optimismo. Salimos de Cape Town con un buen resfriado, con dolor de cuello y la nariz tapada, que arrastro desde la vuelta con barco de la isla de Robben. Fue mala suerte, para que saliendo de Cape Town nos hemos dirigido a Stellenbosch y Franschhoek, al inicio de una extensa región vinícola, y no nos hemos podido parar a hacer ninguna cata. Quizás más adelante ... Pero sí que hemos podido visitar las dos poblaciones bien abrigados. Stellenbosch es el segundo pueblo (después de Cape Town) más antiguo de Sudáfrica (fundado por los blancos) y como tal posee una atmósfera tranquila, universitaria y Europea. Franschhoek es un pueblo más pequeño y selecto, con algunas reminiscencias francesas. Graaff-Reinet (ver en mapa) 02/09/2007: En algunos trípticos turísticos habíamos leído que la ruta R62 era la carretera vinícola más larga del mundo, y seguramente es así, aunque el terreno es muy árido y hay muy pocas viñas y productores, como mínimo en comparación a las fértiles tierras de Stellenbosch y Franschhoek. De todas maneras, disfrutamos del trayecto, en parte por el espectacular paisaje y también porque ya estaba curado del resfriado y pude hacer una cata de vino y compramos algunas botellas. Al finalizar la R62 en Oudshoorn, una villa famosa por las granjas de avestruces, nos dirigimos hacía la costa, donde observamos delfines y una ballenas, cruzamos un bonito parque natural y paseamos por el turístico pueblo de Knysna. Hoy nos hemos vuelto a introducir hacía el interior del país, cruzando montañas y planicies desérticas, hasta llegar a Graaff-Reinet, donde una hermana de Maryna de Cape Town vive con su marido en una aislada granja. 05/09/2007: Herman y Theresa han estado muy hospitalarios con nosotros, hemos pasado dos magníficos días en su granja, bueno, Alexandra no tanto, porque se ha encontrado mal, aunque también ha sido un buen lugar para reposar y cuidarse. La granja está situada en una región muy árida (a pesar de que según Herman, en verano es muy verde) y bastante aislada. Herman posee de diversas manadas de cabras, corderos y bacas que pacen solas por las montañas, aunque también dan bastante trabajo. Durante estos dos días, he acompañado a Herman a dejar pesebres de sal por los animales, a controlar los trabajos de vaciado del suelo de un lago, a cazar una cabra que había parido en la montaña y a llevarla a la granja para que el lince no se comiera la cría, a cambiar las vacas de uno cerrado en otro ... Herman tiene tres familias negras trabajando para él, con las mismas condiciones que durante el apartheid, trabajando duro pero viviendo juntos (sin segregación). Por otro lado, el trabajo en el campo continúa siendo muy mal pagado, y a la mínima que pueden, los jornaleros van a trabajar a la ciudad (más similitudes con los emigrantes en Europa). Theresa es profesora en una próxima escuela rural primaria, una de las muchas que hay en Sudáfrica, ya que las distancias del país son grandes. Hoy hemos visitado la escuela y nos ha sorprendido lo bien equipada que está, gracias a diversas donaciones, entre ellas donaciones de comida para incentivar que los niños vayan a la escuela. Todos los niños que tienen son negros. Los hijos de Theresa y de los otros blancos de la zona están internados en una escuela de Graff-Reinet, más cara pero con más oportunidades. Theresa me explicó que la escuela rural también existía durante el apartheid, aunque actualmente los niños tienen más oportunidades de seguir estudiando. De todas maneras, según Theresa, muchos negros sólo piensan en el presente y eso les hace desperdiciar muchas oportunidades buenas para el mañana. El principal problema de la escuela es la falta de transporte, las dos profesoras recogen unos cuantos niños por el camino, pero dicen que si hubiera transporte escolar muchos más niños llegarían a la escuela. Herman y Theresa nos invitaron a cenar dos noches. Antes de cenar, Herman me servía un vaso de brandy con hielo. Uno de estos días comimos carne de Kudú, buenísima y sin nada de grasa. Entonces nos explicaron que los animales salvajes son otro ingreso para Herman y Theresa, ya que son de su propiedad si pacen en sus tierras. Por lo tanto, periódicamente reciben cazadores que cazan Springboks y Kudus y les pagan la carne a peso. Cada año matan unos 80 animales en sus tierras, que constituyen un 25% del total de los Springboks y Kudus, un porcentaje que permite renovar anualmente la fauna. Entendí esta práctica, al fin y al cabo en España también se matan jabalíes y conejos, pero me pareció fuera de lo normal ver en una tienda de Graff-Reinet (donde hemos ido para poner una protección en los bajos del coche) dos leones disecados, junto con otros animales. Al terminar de cenar, nos dirigíamos bajo las estrellas hacia la autocaravana. Herman nos ha explicado que en el hemisferio sur las estrellas son mucho más numerosas, así como la vía láctea, que es mucho más visible. Addo Elephan National Park (ver en mapa) 07/09/2007: Alexandra por fin ha visto elefantes en libertad, utilizando sus propias palabras: "ha sido una experiencia orgásmica", yo no diría tanto, pero casi. Desde la apertura del campo a las 7 de la mañana, hasta su cierre a las 6, hemos estado dando vueltas y vueltas por este Parque Nacional famoso por los elefantes. Aunque también hemos observado muchos otros animales: warthog o jabalí (más numerosos que los elefantes), búfalos, cebras, todo tipo de antílopes, y hasta un total de 20 especias diferentes que Alexandra se ha encargado de ir tachando del listado que nos han dado en la entrada. De todas maneras, nos hemos quedado con las ganas de observar los rinocerontes, las hienas, los leopardos y los leones, aunque de este último nos ha parecido escuchar el rugido al lado de una mandada de elefantes que instantáneamente se han puesto a la defensiva. Si había un león, éste estaba escondido entre los árboles bajos que cubrían casi todo el parque. Los árboles tapaban la vista de los animales pero no dejaban de ser el medio perfecto de los elefantes. Según parece, en Addo Elephan National Park hay 450 elefantes (debemos haber visto una décima parte). Hamburg (ver en mapa) 09/09/2007: Sudáfrica es un país maravilloso, pero ya me empieza a cansar. Ya hace seis semanas que recorremos estas tierras y aún nos faltan muchos kilómetros por hacer antes de descubrir nuevos países. El problema seguramente se debe a que no nos hemos encontrado con demasiada gente. De todas maneras, hoy hemos decidido modificar la ruta y dirigirnos directamente hacia Pretoria y no seguir por la costa hasta Durban. Porque, aunque la costa sea encantadora, con el mar, la playa, las dunas, el sol,... no deja de ser similar en un punto o en otro. Esta mañana hemos estado paseando por la playa de Kenton-on-Sea y esta tarde nos hemos relajado en otra encantadora y desértica playa, en un pequeño pueblo llamado Hamburgo. Por otro lado, ayer visitamos la ciudad de Puerto Elisabeth, que poco o mucho, también se parece a las otras ciudades: barriadas a las afueras de pequeñas casas coloridas, generalmente valladas y con altos pósteres que iluminan los caminos sin asfaltar durante la noche (allí viven los negros); y al centro, grandes avenidas delimitadas por parques verdes, grandes comercios, bonitas casas unifamiliares, edificios de despachos ... y por norma general, pocos puntos de interés a visitar (allí viven los ricos). Sí, necesito un cambio de aire y quizás más aventura (sin llegar a los extremos del Congo o Angola). Bloemfontein (ver en mapa) 12/09/2007: Pedía aventura y quizás hemos tenido demasiada. Por otro lado, el lunes me enfadé con Alexandra porque no quería coger autostopistas, aunque fueran mujeres solas. Pero ayer martes y hoy he tenido que ser yo quien ha hecho autostop. Para terminar de completarlo, el transformador de mi ordenador no carga. Pero vamos por pasos. El lunes salimos tarde de East London, donde hicimos colada y nos conectamos a Internet. Nos dirigimos hacía el norte por la N6 (la ruta amigable!) pero equivoqué la carretera e hice unos sesenta kilómetros de más. El martes empezamos a tener los verdaderos problemas. El coche tardó a encenderse, pero al hacerlo, parecía que la batería no cargaba suficientemente. Aun así seguimos la marcha hasta Queenstown, donde paramos para sacar dinero, pero al intentar arrancar de nuevo, la batería no tenía suficiente fuerza. El centro de Queenstown estaba llena de negros pero nadie parecía interesado en ayudarnos, ni la policía ni los conductores a los cuales hacía señales. Finalmente un hombre blanco hizo una llamada a un taller de donde vinieron con una batería con la cual arrancamos el motor. Otra vez seguimos la marcha, con la intención de parar a medio camino para cambiar la correa. Quería parar en una bajada, pero al cabo de pocos kilómetros, el coche empezó a perder potencia en una subida y se paró. La batería estaba totalmente agotada. Saqué la correa vieja que habíamos instalado en Congo y estaba bien encartonada. Desde Cape Town la correa chirriaba y hacía pocos días me dijeron que para evitarlo tenía que poner un poco de cera. Pero eso pareció empeorarlo. Fui a instalar la otra correa que tenía también desde el Congo, pero me acabé dando cuenta que era demasiada corta y que no podía hacer nada para entrarla. No me quedó más remedio que hacer autostop hasta Queenstown a comprar una nueva correa. El primer coche que me paró lo conducía un policía que investigaba casos de violación infantil, que según me explicó es un delito muy extendido en Sud-Africa, generalmente cometidos por alguien del entorno familiar. Me explicó que durante el Apartheid la gente no denunciaba estos crímenes pero ahora confían más con la policía y está saliendo a la luz toda esta inmundicia. Según el policía, las pocas ofertas de trabajo provocan que algunos hombres se dediquen a matar el tiempo violando niños. Finalmente, al preguntarle sobre la situación del país me comentó que ahora está mucho mejor que durante el Apartheid aunque el gobierno corrupto no cumple con las promesas, no se hacen nuevas casas, nuevas escuelas, hospitales ... De vuelta, me pararon a dos trabajadores que explicaban que había poco trabajo por la zona y muy mal pagado. También opinaban que había mucho crimen y que la situación no había mejorado demasiado desde el apartheid. Pude montar la nueva correa, pero entonces no había batería. Intenté arrancar la autocaravana dejándola caer marcha atrás pero tampoco funcionó. Finalmente, pudímos parar uno todo-terreno con la batería del cual pudimos poner en marcha nuestro motor. Pero con la nueva correa parecía que la batería tampoco cargaba suficiente, y en algún momento nada de nada. Deduje que la cera que puse en la anterior correa hacía que ésta resbalara. Tensé más la correa pero el problema seguía igual. Esta mañana he vuelto a desmontar la correa, he limpiado con desengrasante las poleas y he vuelto a montar la correa bien tensada (demasiado). Hemos puesto en marcha el coche con la ayuda de otro todo-terreno y hemos seguido la marcha, comprobando que la batería se cargaba normalmente. Pero a los pocos kilómetros, la nueva correa se ha roto, seguramente por la excesiva presión con la que la había tensado. He vuelto a hacer autostop para comprar una nueva correa. La primera vez me ha parado a un indio hindú que trabajaba en las obras de la carretera. Vivía en Natal, tierra de zulúes y con una gran comunidad india. Él sigue las tradiciones hindúes aunque nunca haya estado en la India. Finalmente me explicó que durante el apartheid lo pasaron mal, pero ahora toca perdonar y olvidar. De vuelta me ha parado un mini-bus lleno de pasajeros que no me ha querido cobrar. En todos los casos me han parado relativamente rápido, seguramente porque soy blanco y piensan que difícilmente seré un criminal. He instalado la nueva correa, no excesivamente tensa, y la he rociado con un líquido especial que también he comprado. Hemos arrancado el motor con la carga de la batería que todavía quedaba y parecía que la correa no patinaba y la batería cargaba bien. De todas maneras, en el siguiente pueblo he ido a un par de talleres para asegurarme de que todo estaba. Y finalmente hemos seguido el camino hasta Bloemfontein. 13/09/2007: Bloemfontein no tiene nada interesante según los estándares europeos, pero hemos pasado la mañana reunidos con Christo y una amiga suya hablando de viajes aunque también un poco de política. Christo y su amiga trabajan para una organización dependiendo del estado. Comentaban que durante el apartheid sólo trabajaban blancos en a la organización. Después de las primeras elecciones libres muchos blancos tuvieron miedo que la situación empeoraría y que serían despedidos y emigraron hacia países anglosajones. Por otro lado, la discriminación positiva posterior también ayudó a que solo una minoría de los funcionarios actuales sean blancos. De todas maneras, hoy en día se da menos importancia al color de la piel y se contrata a la gente según sus capacidades. Pretoria (ver en mapa) 21/09/2007: Hemos pasado una semana entre Johanesburg y Pretoria, básicamente finalizando los preparativos para la continuación del viaje: tramitando el visado de entrada para Botswana de Alexandra (los españoles no lo necesitan), tramitando mi visado de entrada para Zambia (Alexandra se puso muy contenta cuándo supo que los Rumanos no necesitaban visado), cambiando los neumáticos delanteros del coche, encargando un nuevo cargador para mi portátil, y haciendo pequeñas compras. También hemos tenido tiempo de encontrarnos con diferente gente pero no demasiado para hacer el turismo, porque ni Johanesburg ni Pretoria tienen las atracciones ni el encanto de Cape Town. Johanesburg es la mayor ciudad de Sudáfrica y según las informaciones que teníamos, una de las más peligrosas. Sólo de entrar, vimos un cartel en la carretera que anunciaba "peligro robos de coches con armas en los próximos 7 km". Al pasar de largo Johanesburg dirección Pretoria observamos un chico blanco conduciendo una moto que tenía una pistola en el cinturón. No es de extrañar pues, que muchas conversaciones giren entorno la inseguridad. Nos encontramos a unos argentinos que vendían armas en un mercado a Pretoria y que vivían en Sudáfrica desde hacía 25 años. Explicaron que los primeros cinco años después del apartheid había odio hacia los blancos, pero después, el odio se diluyó, quedando sólo criminalidad y violencia. Antonette, una chica de Johanesburg con quien nos reunimos un par de días, también estaba bastante preocupada. En los últimos 10 años habían entrado 6 veces en su casa, vaciándola de electrodomésticos. Por suerte, ella no estaba en casa, porque a los ladrones no les importa entrar si hay los propietarios y torturarlos para sacarles todo el dinero. Y éste es el principal problema de la criminalidad: Sudáfrica es uno de los países con los crímenes más violentos del mundo. Nos sorprendió que en el centro de Johanesburg y Pretoria sólo hubiera negros comprando y paseando. También nos sorprendió observar blancos realizando trabajos poco cualificados: vigilando aparcamientos, cocinando comida en la calle ... Pero lo que más nos sorprendió fue observar blancos indigentes pidiendo caridad a los negros en el centro de Johanesburg y Pretoria. Antonette nos explicó que después del apartheid se favoreció, con la discriminación positiva, el trabajo para los negros de manera que algunos blancos perdieron sus trabajos. Por otro lado, durante el Apartheid, el centro de Johanesburg y Pretoria pertenecían a los blancos, pero después, éstos se han ido moviendo hacia barriadas ricas a las afueras. En Pretoria nos reunimos diversos días con otra chica de Couchsurfing, Riana, que iba acompañada de su amiga Maski, de origen Etiópico. La primera noche nos llevaron a un círculo de tam-tams. Nos llevaron a las afueras de la ciudad, donde esperábamos encontrarnos una multitud de negros tocando tambores en medio de un descampado. Pero nos encontramos en un recinto cerrado con unas cincuenta personas, donde todo el mundo era blanco excepto Maski, y tocando tam-tams. Nosotros también alquilamos unos tam-tams y nos añadimos al círculo. La terapia fue excelente, pero al salir pregunté a Riana: - ¿Porque todo el mundo era blanco? Ella tardó un poco a responder pero después comentó: - Supongo que por la segregación. Aunque se haya acabado el apartheid, la cultura blanca y negra todavía son demasiados diferentes como para compartir ciertos espacios. Supongo que era así. Los negros también deben tocar los tam-tams, pero de otra manera, seguramente chillando y bailando extasiados, no como a allí que a pesar del fuego y el ritmo era un ambiente bastante frío. El domingo pasado también lo disfrutamos con Riana, Maski y su madre, haciendo un picnic en los jardines botánicos de Pretoria. Y ayer volvimos a quedar con ellas y otra gente de Couchsurfing. Había un chico de origen rico y afrikaner que explicó que durante las elecciones del 94 (justo después del apartheid) sus padres tenían todo el dinero transferido a Europa y tenían un coche preparado para llegar a un aeropuerto privado donde les esperaba una avioneta. Tenían miedo de represalias, pero la realidad fue muy diferente, los negros perdonaron e incluso ahora se sorprende de lo bien recibos que son los blancos entre los negros. Yo me pensaba que los diferentes negros que nos habíamos encontrado en Sudáfrica se habían mostrado muy amables y sonrientes con nosotros porque éramos turistas, pero según este chico, lo eran con todo el mundo. Una de las pocas atracciones turísticas que visitamos fue el Museo del Apartheid en Johanesburg. Me sorprendió las dos entradas que tienen en el museo: "sólo blancos" y "no blancos" con la originalidad que los blancos tienen que entrar por la puerta de "no blancos". A dentro hay mucha información y en cierta manera te hace comprender el porqué actualmente las dos comunidades: blanca y negra, todavía están tan separadas culturalmente. Por ejemplo, nos encontramos con una Amiga de Antonette que trabajaba para el departamento de deportes de la televisión y me confirmó una observación: la afición y jugadores del fútbol en Sudáfrica acostumbran a ser negros y blancos en el caso del rugby y críquet. ‹ Anterior (23/07/2007) MES Siguiente (2007-09-21)› ‹ Anterior (2007-07-21 - Namibia) PAIS Siguiente (2007-09-28 - Botswana)› |
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