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Diario

Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.

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Slovakia



Bratislava (ver en mapa)

25/04/2006:
Bratislava Bratislava Bratislava Bratislava
Bratislava,+Radovan Bratislava,+Requiem+of+Mozart Bratislava,+Requiem+of+Mozart  


He pasado dos días fantásticos en casa de Radovan y Veronic. He aprovechado para descansar, lavar ropa con su lavadora, conectarme a Internet con su ordenador y visitar la ciudad.

El lunes por la tarde me dirigí con la bicicleta hacia el centro de Bratislava. Desde encima del castillo, un palacio construido por Napoleón, se disfruta de una vista sobre toda la ciudad. La ciudad está dividida por el Danubio, en un lado está el centro histórico y al otro hay centenares de bloques de pisos clones construidos en la época comunista. Me ha impactado esta imagen de las larguísimas hileras de bloques de pisos construidos de la manera más sencilla con el fin de conseguir la eficiencia. Más tarde, Veronic me explicó que ella se ha perdido más de una vez en la ciudad nueva, ya que si no te encuentras en tu zona, enseguida pierdes las referencias porque todos los edificios te parecen iguales.

El centro de la ciudad es acogedor. Tiene un gran paseo paralelo al Danubio y más adentro las calles y las plazas tranquilas te animan a relajarte. De vez en cuando, te encuentras una escultura interesante que no tuve tiempo a fotografiar: un trabajador saliendo de una alcantarilla, un Napoleón reclinado en un banco ...

Me hubiera quedado más tiempo paseando, pero había dejado una nota en el piso que volvería para hacer la cena y se me hacía tarde. Por la mañana había ido a un centro comercial a comprar y había comprado un poco de pescado congelado y fideos para hacer mi típica fideuá. Pero no sé si la pasta de los fideos era diferente o quizás tiré demasiada agua, pero la comida quedó un poco pastosa. Pero como Radovan y Veronic no sabían la textura que tenía que tener la fideuá comentaron que estaba muy buena, ya que de gusto si lo estaba. De todas maneras, creo que la próxima comida que prepare tendré que intentar la tortilla de patatas, a pesar de que si os soy sincero, las pocas veces que lo he intentado no me ha salido.

Después de cenar tomé el pulso del mundo primero con Veronic y después con Radovan.

La Veronic opinaba que el principal problema del mundo era ecológico pero al no tener conocimientos de biología comentaba otro problema, la poca empatía entre la gente, por ejemplo con la gente pobre. No creía que el problema se pudiera solucionar, aunque a veces algún libro o película te ayuda a comprender otras situaciones. El problema de Slovakia es el complejo que tiene la gente ser muy pobres y la poca energía que dedican a cambiar la situación. El problema simplemente necesita tiempo para solucionarse. Ella a veces intenta cambiar la opinión de los otros en este sentido. Veronic se consideraba feliz, tenía todo el que deseaba en aquel momento por lo tanto no había manera de ser más feliz. El secreto de la felicidad no está en las cosas que te pasan sino en la manera como las miras, de una manera positiva.

Radovan comentaba que uno de los principales problemas del mundo era el terrorismo islámico y el miedo que provoca. El mismo miedo que hay entre las culturas también provoca el terrorismo. Creía el tiempo solucionaría el problema, de la misma manera que las atrocidades del cristianismo también se acabaron. El principal problema de Slovakia es el choque cultural que ha provocado el cambio del comunismo al capitalismo. Actualmente la gente quiere tener lo mismo que la gente de otros países y se dan cuenta que son pobres. La solución estaría en el paso del tiempo pero también en ayudar a la economía del país. Radovan no se consideraba feliz en aquel momento porque no se sentía realizado en el trabajo que tenía y se sentiría más feliz si pudiera cambiar de trabajo. El secreto de la felicidad es querer lo que tienes, pero él no estaba dispuesto a aceptar su trabajo, entonces comentaba que quizás sólo puedes ser feliz si consigues tener lo que quieres.

Esta mañana la he pasado trabajando mientras Veronic, que hoy no trabajaba ni tenía clase estudiaba. Al mediodía Veronic ha preparado un típico plato centro-europeo a base de patatas y pasta con un poco de cebolla y carne frita. También ha acompañado el plato de una ensalada verde que cuando la he probado me he pensado que se había equivocado al utilizar la sal, ya que la ensalada era dulce. Pero se ve que en Slovakia, en vez de sal ponen azúcar y en vez de aceite y vinagre dejan la ensalada flotando sobre dos dedos de agua. Durante la comida hemos hablado de muchas cosas, y entre ellas la atracción que el dinero provoca en las personas y de que manera puede influir en el amor. Ha sido una conversación interesante.

Por la tarde he acompañado Veronic bajo el castillo de Bratislava donde Radovan la esperaba para hacer un poco de escalada en las paredes rocosas que hay allí. He trepado un rato con ellos, descalzo porque los zapatos que llevaba no se agarraban nada. Pero claro, me he cansado enseguida. Entonces los he dejado y me he dirigido hacia el centro a acabar de visitar la ciudad y a hacer fotos.

He llegado a la iglesia principal donde a lo largo de su historia se han celebrado muchas bodas reales. Veronic me había comentado que casi siempre estaba cerrada, pero hoy estaba abierta y en entrar me he dado cuenta de que al cabo de poco rato se celebraba un concierto. El Réquiem de Mozart, que a mí me gusta mucho. Siguiendo mis impulsos he pagado la entrada y me he quedado, y es evidente que he disfrutado como un camello. El coro, del norte de Inglaterra, se acercaba a la perfección y los solistas, que cantaban desde la parte atrás de la iglesia, ya eran inmejorables.

Cuando he salido de la iglesia ya era oscuro, y después de comprarme un helado de tres bolas que no valía ni un euro, he vuelto a pie hasta la casa de mis huéspedes.





Hungary

Budapest (ver en mapa)

26/04/2006:
Pannonhalma


Esta mañana me he levantado temprano, igual que Radovan y Veronic. He recogido la ropa y las cosas que tenía derramadas por su piso y me he despedido de ellos.

Me sobraban unas cuantas korunas (moneda Slovaka) y las he ido a gastar comprando en un supermercado. Es sorprendente, pero en Slovakia los supermercados abren a las 6 de mañana. Después he empezado a hacer camíno hacia Budapest con la idea fija de solucionar el tema del agua. Primero he parado en una gasolinera. Después de unos cuantos símbolos el hombre del área ha entendido que quería agua para la autocaravana, pero ha aparecido con un cubo. Pero cuándo le he dicho que necesitaría mucha más me ha dicho que no me podía ayudar. Entonces he aparcado en un aparcamiento al lado de la autopista donde había una fuente de donde no chorreaba agua y finalmente, justo después de cruzar la frontera con Hungría he visto unos lavabos públicos donde he podido conectar la manguera en un grifo. Un poco más allá he vaciado las aguas sucias en una alcantarilla. Y para acabar, unos kilómetros más allá he vaciado el lavabo químico en un lavabo de un aparcamiento de la autopista. Mientras pueda haré todos los posibles para no contaminar el medio ambiente, ahora bien, no sé si será tan sencillo cuando llegue a África o Asia.

A medio camino de Bratislava a Budapest he parado a Pannonhalma. Pannonhalma se encontraba marcado en mi atlas como un monumento protegido por la Unesco pero no aparecía en mi guía de Europa. Pannonhalma ha resultado ser un gran monasterio de monjes benedictinos enfilado en una colina. En querer visitar el monasterio me han advertido que sólo lo podía hacer con una visita guiada que salía al cabo de una hora. Entonces he ido a pasear por los alrededores y he visto a un grupo de turistas que estaba apunto de entrar en el monasterio por una puerta lateral y me he añadido al grupo. La visita ha sido interesante, aunque no he entendido nada de lo que decían. Hemos visitado un par de capillas y un claustro. Después me he apartado del grupo porque no me sentía del todo confortable. Al sacar el coche del aparcamiento del monasterio, una mujer me ha reclamado que le tenía que pagar el aparcamiento, muy poca cosa, pero yo le he dicho que sólo tenía Euros y tarjeta de crédito. Finalmente me ha dejado marchar sin pagar.

Budapest es una gran ciudad, viven cerca de dos millones de personas. Aun así, ayudado por el mapa de la guía y el mapa de carreteras he podido llegar fácilmente en el centro y aparcar después de unas vueltas. Me ha sorprendido en la entrada de la ciudad ver las caras cansadas e introspectivas de muchos hombres que iban en los coches, tranvías y autobuses que circulaban cerca de mi, como si hubieran tenido un día agotador. Más tarde la Dora me ha confirmado que esta visión es típica en Budapest.

He estado un par de horas muy agradables tomando un té con Dora, una estudiante de economía. Hemos estado hablando de nuestros viajes, proyectos, estudios ... De todas maneras, ella estaba cansada y hemos quedado en que mañana me enviaría un mensaje para ir a bailar a alguna discoteca el viernes.



27/04/2006:
Budapest Budapest


Ayer a la noche descubrí que desde Hymer podía conectárseme a una Internet wireless de algún vecino. Esta mañana lo he estado aprovechando para traducir seis días del diario a Inglés y enviarlo.

Por la tarde, cuando quería salir a pasear se ha puesto a llover, pero he salido igualmente. A ratos no llovía y otros llovía torrencialmente. He ido al centro de información turística a buscar el mapa de la ciudad y después he paseado hasta el Danubio. Pero he vuelto pronto a la autocaravana ya que a las 6 había quedado con Aniko.

Normalmente, si en una ciudad no tengo ningún contacto, envío unos 5 o 6 mails a través del portal coucsufing.com a gente (o chicas) que me parecen interesantes de la ciudad. Hasta ahora daba la casualidad de que sólo me habían contestado un contacto por ciudad. Pero en Budapest, Dora me había contestado el mensaje justo hacía dos días y con Aniko ya hacía más días que hablábamos.

Aniko me había comentado por mail que no era una chica mucha interesante, pero yo la he encontrado bastante. Además de guapa, es una chica con la que es muy sencillo mantener una conversación. Aniko es una economista que ya hace unos años que trabaja en el departamento financiero de Nokia, empresa que tiene una gran fábrica en Hungría.

Hemos estado paseando bastante rato por la ciudad, visitando los lugares más interesantes de Pest (Buda es la parte oriental de la ciudad que se encuentra en el otro lado del Danubio): la Basílica, la calle Andrassy que se parece a las del Eixample de Barcelona, la zona de Oktogon con locales abiertos 24 horas, el puente Margit desde donde se puede contemplar una bonita vista de la ciudad, el parlamento con sus bonitos edificios de los alrededores. Se ve que para construir el parlamento a finales del siglo diecinueve convocaron un concurso y ganó la actual construcción que tardaron catorce años más de lo que tenían previsto a construirlo. De todas maneras, decidieron construir la segunda y tercera opción en los alrededores del parlamento. Uno de estos edificios ahora es el museo etnográfico.

Después del paseo fuimos a cenar a un restaurante típico húngaro. Aniko escogió los dos platos que compartimos: una especie de canalón enrollado en una masa de crepe y una carne de ternera con una salsa de setas muy buena. Todo eso acompañado de un buen vino húngaro.

Al acabar de cenar, paseamos un buen rato más siguiendo conversando sobre nuestras vidas. Va bien hablar de una manera abierta y sincera con personas desconocidas (o no) porque te ayudan a descubrir nuevos aspectos de ti mismo. Por ejemplo, respondiendo una pregunta de Aniko pude responderme porque estoy dispuesto a viajar con una chica pero con un chico. Le dije: "Yo disfruto mucho de mi libertad y sólo estaría dispuesto a compartirla completamente con una chica o en pareja".



28/04/2006:
Budapest Budapest Budapest Budapest Budapest


Esta mañana ha estado lloviendo. De todas maneras, después de trabajar un poco con Internet, he salido al mediodía con la intención de aprovechar la lluvia para irme a relajar en una de las típicas termas de Budapest. Pero justo salir ha parado de llover.

He cogido el metro para ir a las termas de Szechenyi. La línea amarilla del metro es la más antigua del continente Europeo y pasa a pocos metros bajo la calle, por lo tanto, sólo bajar las escaleras ya te encuentras en el andén. Y si te equivocas de andén tienes que volver a salir a la calle para volver a bajar por el otro lado. No he pagado el billete aunque una de las pocas cosas que recuerdo de Budapest cuando estuve hace más de 10 años es que un revisor no demasiado simpático nos descubrió viajando así.

Las termas de Szechenyi están muy bien, quizás no son tan elegantes cono las de Gellert pero son más económicas. Hay diferentes piscinas interiores y exteriores enmarcadas en un estilo neoclásico. Tienen diversas temperaturas y agua a presión en algunos rincones. He nadado un poco más de 1000 metros en una piscina donde se podía nadar y después me he metido unos segundos en una sauna irresistible, la temperatura era de 75 grados. Me he marchado antes de finalizar las dos horas, de esta manera me han reembolsado parte de la entrada. De todas maneras ya tenía la piel bien arrugada.

Por la tarde he hecho una gran caminata por Budapest. He subido por una orilla del Danubio y he bajado por la otra. Quería subir al castillo y a las iglesias que hay en las colinas de Buda pero los zapatos me dolían y llegaba tarde a la cita con Aniko y he vuelto a la Hymer.

Hace días que observo que en Budapest hay muchos indigentes viviendo en la calle, durmiendo en esquinas tapados con mantas y pasando el día en los parques bebiendo y conversando. Pero una cosa que me ha sorprendido, comparado con otras ciudades, es que casi nadie pide limosna por la calle. Quizás el gobierno ya ayuda suficientemente a los indigentes o quizás la gente no está acostumbrada a la caridad.

Había invitado a Aniko a cenar a la Hymer. Ha quedado mucho sorpresa de la autocaravana, pues en Hungría no existen y no se podía hacer la idea de cómo eran. He abierto la última botella Reserva de Rioja que tenía, porque sabía que Aniko apreciaba el buen vino. Esta vez no he cocinado fideuá. He hecho unos garbanzos con espinacas, con unos cortes de carne de cerdo ahumada, que han quedado bastante aceptables.

Hemos estado conversando muy abiertamente de nuestras experiencias pasadas, chicos, chicas ... Después de cenar hemos ido a bailar un poco en un pub subterráneo. Pero Aniko estaba muy cansada y se ha ido a dormir al cabo de un rato.



29/04/2006:
Budapest Budapest Budapest Budapest
Budapest,+foto+experiment Budapest   


Esta tarde me he sentido un poco solo, faltado de compañía, femenina para ser exacto. Aunque esté viajando solo, yo soy un hombre de pareja. Cuando vivía en Cataluña no acostumbraba a pasar demasiado tiempo entre una relación que acababa y una nueva que empezaba. Empecé el viaje solo por que las dos o tres relaciones anteriores en las que a las chicas me hubieran acompañado, no salieron adelante. Pero en mi interior tenía la esperanza de que durante este viaje también encontraría pareja, quizás no para siempre, pero como mínimo alguien que me acompañara alguna temporada. En cambio ahora, me doy cuenta que los pocos días que estoy en cada ciudad no son suficientes para intimar con las chicas que conozco. Necesitaría más tiempo para intimar suficientemente y poder plantear: "Porque no te coges un largo fin de semana y nos encontramos en alguna otra ciudad de mi itinerario"?. En cualquier caso, en el pasado, este sentimiento de soledad era un paso indispensable para abrirme más y encontrar pareja. Ya lo veremos ... De todas maneras, también es verdad que inicié el viaje siendo muy consciente de que sería complicado conseguir compañía y que quizás estaría tres años sin pareja. Era un sacrificio que estaba y estoy dispuesto a hacer.

Sentimientos aparte (espero que no os moleste que os vaya explicando mi estado anímico a lo largo del viaje), hoy me he despertado tarde. He desayunado, he escrito un poco y hacia la una he salido con bicicleta a hacer una larga excursión por la ciudad, ya que no he vuelto a la Hymer hasta al cabo de cinco horas, con la ingle una poco dolorida del asiento.

He cruzado el Danubio por el puente de Szabadsag y me he detenido en la bonita iglesia de san Gellert que se encuentra en el interior de una cueva con diversas naves. Después he subido a la Ciutadella, una ciudadela que se encuentra al cabo de arriba de una colina. He tenido que sacar la lengua para subirla con bicicleta, pero una vez descansado he continuado hacia el castillo real de Buda. Desde el primero y el segundo emplazamiento se disfruta de una vista muy interesante de la ciudad. Después he seguido pedaleando por Buda, una ciudad mucho más burguesa que Pest. Muchas de las casas de Buda están subidas por las montañas y están rodeadas de árboles y jardines. Se respira un ambiente muy calmado. A continuación he vuelto a cruzar el río por los puentes de Margit y Arpad y entre medio he paseado por los tranquilos parques de la isla Margit. Y he acabado la excursión al parque Varsoliget.

Entre medio del recorrido me había parado a coger energía comiendo una hamburguesa, pero he llegado a la Hymer con un hambre del diablo. Después de comer o cenar, me he puesto a trabajar un poco o a entretenerme con la conexión en Internet que tenía gratuita. Entonces me he duchado y he salido de fiesta.

Contrariamente al sentimiento de la tarde me sentía muy animado. Sentía que era mi última noche en Budapest y que en el futuro me esperaban muchas nuevas e interesantes aventuras. Tenía ganas de pasármelo muy bien simplemente bailando y escuchando buena música y he encontrado el local perfecto para eso, con una sala de música funk y otro de rock y heavy. He estado bailando como uno poseído, lleno de energía, se notaba que últimamente estoy haciendo mucho deporte con las caminatas o con la bicicleta.




30/04/2006:
Szymon+i+Krzysiek


Me he despertado tarde pero antes de salir hacia Serbia, he acabado de aprovechar un buen rato la conexión de Internet que tenía gratuita. Justo antes de marcharme me he dado cuenta de que la conexión de Internet era del Bar que tenía al lado de la Hymer, ya que tenía el mismo nombre que el nombre de la Wifi.

Deberían ser las seis de la tarde cuando he salido. He ido avanzando atravesando la verde planicie Húngara por una excelente la autopista que creía que era de no pago. Poco antes de llegar a la frontera he parado a dos autostopistas. Eran dos chicos de Polonia: Szymon (Simon) y Krzysiek (Cristofer). Los dos iban hacia Belgrado. Les he comentado que tenía intención de parar a Novi Sad para Dormir, pero no les ha importado.

Szymon y Krzysiek me han explicado que eran dos jóvenes estudiantes de Cracovia, ¡la ciudad más bonita de Polonia! Hablaban un poco de español, pero nos hemos comunicado la mayor parte del viaje en inglés. Estaban viajando durante nueve días haciendo autostop, un sistema de viajar que les iba lo suficiente bien, ya que ya habían viajado así por toda Europa. Llevaban una tienda pero acostumbraban a dormir en casa de gente que conocían a través de un portal muy similar a Couchsurfing: Hospitality Club.

En la frontera Húngara, un policía me ha informado de que para circular por las autopistas del país tenía que haber comprado un adhesivo. De todas maneras, después de hacerme el despistado nos ha dejado pasar sin problemas. En cambio, en la frontera Servía han sido más estrictos. Primero se han ido pasando nuestros pasaportes entre unos cuantos policías, después me han pedido el seguro del vehículo que he tenido que rebuscar entre los papeles y finalmente hemos tenido que responder unas cuantas preguntas antes que nos dejaran pasar.

En el otro lado de la frontera, seguía la misma planicie, casi sin pueblos y con algunas pocas casas esparcidas entre los campos. Se ha ido haciendo oscuro y finalmente hemos parado en un área de servicio cerca de Novi Sad. Los polacos han plantado la tienda al lado de la Hymer mientras yo preparaba una sopa con ingredientes suyos y míos. Se ve que en Polonia toman sopa cada día. He sacado una botella de vino Húngaro que ha resultado ser bastante bueno y hemos cenado alegremente. Me ha sorprendido que con naturalidad los dos me comentaran que sus habitaciones en casa de sus padres no median más de 3 o 4 metros cuadrados, quizás no han encontrado mi casa tan pequeña...

Después de cenar he tomado el pulso al mundo con ellos. Krzysiek opinaba que el principal problema del mundo es la avaricia de la gente y no creía que hubiera solución, a veces era mejor no actuar porque "hacer guerra por la paz era como follar por la virginidad". El principal problema de Polonia es la pobreza y las pocas oportunidades de salir de ella, no creía que la caridad fuera la solución. Krzysiek es feliz cuando viaja, conoce gente, lee ... El secreto de la felicidad es encontrar el camino del medio.

Szymon creía que el principal problema del mundo era que la gente no era auténtica, que sólo se copian unos a los otros y no son ellos mismos. La única cosa que él puede hacer es compartir su experiencia con amigos. El mayor problema de Polonia sería el mismo pero relacionado con la religión y las tradiciones. Szymon normalmente es feliz porque no desea más de lo que tiene, pero sería más feliz viajando y conociendo a más gente. El secreto de la felicidad es encontrar tu propio camino.

Al desearnos buenas noches, se ha puesto a llover. Me he preocupado de que no tuvieran la tienda mal plantada, pero en toda la noche no se han quejado.





Yuguslavia

Beograd (ver en mapa)

01/05/2006:
Serbia


Esta mañana he desayunado con Szymon y Krzysiek y nos hemos puesto en camino hacia Belgrado. Circulábamos por una buena carretera de únicamente dos carriles, uno en cada sentido, por eso nos ha sorprendido que al cabo de pocos kilómetros de salir nos encontráramos una señal de peaje. Y efectivamente, más allá nos hemos encontrado el peaje. El chico de la cabina ha comentado que teníamos que pagar no sé cuántos dinars en metálico, pero le hemos comentado que todavía no habíamos cambiado dinero. Entonces nos ha informado de que tendríamos que pagar 18€. Cuando los Polacos han preguntado el precio en moneda polaca resultaba de que eran unos 10€. Le hemos intentado hacer entender que no éramos idiotas y que no estábamos dispuestos a pagar estas cantidades por una simple carretera pero al no bajar del burro le hemos indicado que recularíamos. Nos ha comentado que entonces tendríamos que retroceder 45 kilómetros. Hemos cambiado de sentido, pero la próxima salida a menos de un kilómetro no tenía barrera y nos hemos ahorrado de pagar.

Entonces nos hemos dado cuenta de la diferencia entre una autopista y una carretera en Serbia. Las carreteras son estrechas y llenas de baches, como las polacas, según me han comentado los polacos. Con la ayuda de una brújula y preguntando a la gente hemos ido siguiendo diversas pequeñas carreteras, avanzando bastantes tractores destartalados y dejándonos avanzar por otros coches no mucho más modernos. Los pueblos que cruzábamos se veían mucho más pobres que en los países anteriores por los que había pasado, casas despintadas, hierros oxidados, suciedad ... De todas maneras, la gente a la que preguntábamos, contrariamente a los policías de la frontera y al cobrador de la autopista eran muy amables.

Finalmente hemos llegado a Belgrado después cruzar un gran puente. Nos hemos situado en el mapa y hemos aparcado bastante cerca del centro, ante la embajada de Macedonia, uno de los pocos lugares que no había símbolos de aparcamiento de pago. Belgrado parecía mucho más rica y prospera que el resto del país.

Me he despedido de los Polacos y hemos acordado volver a vernos, quizás hoy mismo por noche para ir a tomar alguna copa. Me enviarían un mensaje o me vendrían a buscar a la Hymer. Pero poco después de que se marcharan, un policía que vigilaba la embajada ha picado a la puerta. He abierto y me ha dicho en inglés:
- No se puede aparcar aquí.
- ¿Por que?
- Porque no se puede hacer acampada en la ciudad.
- Pero es simplemente un coche, yo duermo en casa de unos amigos.
- No puedes aparcar aquí.
- ¿Donde pues?
- Fuera de la ciudad.
- ¿Tú eres policía o vigilante de la embajada?
Y finalmente ha exclamado:
- ¡Go away!

No he querido buscar más problemas de la cuenta con las autoridades Serbias y ido a aparcar en una zona de pago. Hoy es fiesta pero mañana ya compraré algún ticket.

He comido, me he duchado y me he presentado a una cita que estaba convencido que no se presentaría. Y así ha sido. Entonces he ido al centro de información a pedir un mapa y me he sentado en una terraza a tomar una cerveza. Estudiando el mapa un buen rato he conseguido entender dónde estaba y en dónde tenía aparcada la autocaravana, ya que el mapa estaba con letras latinas y las calles con letras cirílicas. Por ejemplo, he deducido que la N que se escribe al revés es una I, en cambio la H es una N.

Se ha nublado bastante y he decidido volver a la autocaravana y descansar un poco. He tenido suerte, por que justo llegar se ha puesto a llover. Después de dormir un rato y de escribir el diario he salido a pasear bajo la fina lluvia. En la plaza de la República estaban haciendo un concierto. Eran un grupo Serbio pero tocaban con un ritmo muy latino que animaba a la gente a bailar bajo los paraguas y las capalinas.

Yo también me he ido animando, pero al cabo de un rato he recibido un mensaje de Szymon comentándome que estaban celebrando una fiesta en casa de Hogar, el chico que los alojaba. Me han dado algunas indicaciones para llegar y me he dirigido allí con la Hymer.

En el piso de Hogar había una docena de personas, chicos y chicas de Belgrado y también extranjeros. Ha habido muy buena sintonía con todos ellos. Hogar me ha abierto una botella de un vino Francés del 2003, muy bueno. Creo que sólo he bebido yo y me la he acabado bebiendo toda. A media botella he conocido a Jasmine, una chica muy dulce y sensual. Me ha empezado a hablar de temas personales y profundos, de la felicidad, de su hombre, de los sueños ... Yo le he hablado de mis sueños y finalmente le he planteado soñar juntos por un momento y le he preguntado si en sueños me acompañaría en mi viaje. Me ha dicho que sí, que le gustaría mucho y a mí también ... Pero al cabo de un buen rato recreándonos con el sueño se ha puesto seria y me ha confesado que no podía acompañarme, que se tenía que quedar a ayudar a su familia. La he comprendido y le he agradecido que se hubiera tomado seriamente la proposición, me ha gustado. Después hemos empezado a soñar con otro sueño quizás realizable: encontrarnos en Estambul, una ciudad que le gustaría visitar.



02/05/2006:
A media mañana, Szymon y Krzysiek han picado la puerta, yo estaba apunto de dirigirme hacia el centro y me he ofrecido para llevarlos. De todas maneras, antes nos hemos detenido a comprar en un supermercado.

Yo había quedado con unas chicas y ellos con otras. Belgrado ha sido la ciudad donde he tenido más respuesta del portal Couchsurfing de Internet. A la una se me tenía que encontrar con Senka, que se ha presentado con su amiga Marjana, y a las seis y media con la Sanja, pero pasado el mediodía me ha enviado un mensaje para quedar mañana en vez de hoy.

Senka y Marjana han sido mis guías por la ciudad. Hemos estado andando por la calle Prince Mihailo, restringida al tráfico y llena de tiendas. Después hemos paseado por el parque Kalemegdan y la fortaleza de Belgrado, conquistada y reconquistada muchas veces a lo largo de su historia. Y finalmente hemos paseado por la calle Strahinjica Bana que ellas nombraban Silicon Valley, porque es una calle con muchos bares donde las mujeres van a ligar con los hombres ricos, y ciertamente, hemos visto un Ferrari aparcado. Y curiosamente también tenía aparcada allí mi autocaravana.

He propuesto a Senka y a Marjana de entrevistarlas, pero no los gustado demasiado la idea. De todas maneras, hemos ido a tomar un café y durante la conversación han ido saliendo muchos puntos interesantes que hubiera sido bueno grabarlos.

Cuando las he conocido les he comentado los sentimientos que tenía antes de llegar a Belgrado (y asimismo lo he hecho con otra gente que he encontrado). Les había comentado que en España se había recibido una idea bastante negativa de los Serbios durante la guerra de los Balcanes. Primero han bromeado bastante sobre la idea de que los Serbios son asesinos, pero finalmente han comentado que durante la guerra, la propaganda les dio esta imagen, pero no es real. Senka, se ha abierto mucho y ha explicado que ellos también habían sufrido mucho durante los bombardeos, que tenía vacíos de memoria pero que se le ponía la carne de gallina cuando escuchaba sirenas.

Después de despedirme de ellas me he encontrado casualmente Szymon y Krzysiek. Hemos estado paseando un rato y finalmente me he dirigido a la Hymer. Me disponía a hacer una cabezada cuando han picado la puerta. Por la ventana he visto que eran dos chicos y una chica que estaban ayer en la fiesta. Casualmente habían visto mi autocaravana. Me han propuesto de ir a pasear con ellos y he aceptado. A medio camino se nos ha añadido otra chica y hemos ido a hacer uno te al "Silicon Valley". Allí he entrevistado a Cris, un americano, y Irene.

Cris creía que el principal problema del mundo era la distribución de la salud y de la riqueza, creía que el problema es inherente a la humanidad y no sabía cómo se podría solucionar. Él sólo puede ayudar a personas individualmente pero no en la solución del problema global. El principal problema de Estados Unidos es la falta de trabajo porque en otros países se produce más económicamente. Cris se consideraba feliz, en buena parte porque estaba viajando. El secreto de la felicidad está al hacer cosas que te gusten y que te estimulen.

Irene creía que el principal problema del mundo era el gobierno americano. En Serbia el principal problema es las malas relaciones que tiene con los vecinos y la falta de trabajo. Irene se consideraba feliz, sería más feliz si tuviera un chico. El secreto de la felicidad está dentro de tu: descubrir qué te hace feliz y dirigirte hacía allí.

Edita, una chica que parecía muy introvertida no ha aceptado ser entrevistada.

Después del te nos hemos encontrado Hogar, Szymon, Krzysiek y otra gente. Hemos ido a tomar una cerveza. Alguien ha propuesto de hacer democracia y elegir que hacer después, pero antes habíamos hablado de las desventajas de la democracia y yo he propuesto que la persona más inteligente debería que decidir por todos. Entonces, medio en broma me han medio propuesto que escogiera.

Primero hemos ido a buscar un lugar para bailar. Se ve que en Belgrado hay mucha fiesta y mucho ambiente, pero siendo martes los locales estaban bastante vacíos. Finalmente hemos ido a casa de Hogar donde hemos preparado una sangría y hemos vuelto a abrir nuestros corazones.

He conversado bastante rato con Edita. Me ha comentado que su madre es Serbia y su padre de Albania. Cuando era pequeña ella vivía en Croacia y la trataban de extranjera por culpa de su madre y ahora en Belgrado también recibe el mismo trato a causa de su padre.

Durante todo el día he preguntado a bastante gente sobre el referéndum que habrá en Montenegro en dos semanas sobre la independencia de Serbia. Los Serbios comentan que la independencia de Montenegro los beneficiaría económicamente, ya que Montenegro es mucho más pobre, pero al mismo tiempo los entristece.

04/05/2006:
Beograd Beograd,+Holland+turists Beograd Beograd Beograd Beograd
Beograd      


Si no hay nada nuevo, mañana me marcharé de Belgrado. Habré estado más tiempo de lo que tenía planeado. Por una parte he encontrado buenos amigos y me lo he pasado muy bien. Por otro lado, el lunes próximo me encontraré con una amiga en Sofía, por lo tanto estoy retrasando un poco mi llegada a Sofía.

Belgrado es una gran ciudad, de más de dos millones de habitantes, quizás demasiado grande para ser la capital de un país que se ha vuelto pequeño. En el centro de Belgrado se respira modernidad. Las chicas visten los últimos modelos y pasean ignorando a los chicos que de vez en cuando se giran para admirar una silueta. Los bares y terrazas están siempre llenos a partir del mediodía. Y por la noche, las muchísimas discotecas o clubes de la ciudad se llenan de fiesta, aunque sea entre semana.

Ayer fui a la embajada de Rusia, estaba cerrada, pero a través del interfono me comentaron que podía ir el viernes. No me supieron decir qué necesitaba por un Visado para Rusia, pero como mínimo el pasaporte, una foto, documentos y quizás una carta de recomendación. Mañana volveré a ir a ver si hay suerte y puedo ir preparando los documentos con el fin de tener el Visado próximamente. Seguramente hubiera sido mucho mejor obtener el visado antes de haber iniciado el viaje, pero las semanas anteriores estuve muy ajetreado acabando de ligar acuerdos con los sponsores, vaciando el piso, organizando la autocaravana, atendiendo medios de comunicación ...

Envié un mensaje a Sanja para quedar hoy en vez de ayer, ya que ayer lo dediqué bastante a trabajar. De todas maneras, hoy Sanja me ha enviado un mensaje que no le iba bien. Mala suerte.

A la noche me encontré con Edita y dos amigos más, pero estaban bastante cansados y se fueron a dormir pronto. Yo también, después de tomar una cerveza en un local bastante animado donde ponían música salsa. Lástima que a mí no me guste la salsa, soy un "free styler" y no me gusta cuándo se tiene que seguir una coordinación concreta.

Hoy he seguido trabajando, conectándome a Internet, yendo a hacer fotos ... Me he empezado a agobiar de seguir en la misma ciudad sin hacer nada de nuevo y he decidido marcharse al día siguiente. Hogar se me había regalado una guía de Serbia y aprovecharé el fin de semana para visitar pequeñas villas entre Belgrado y Sofía.

De todas maneras, también me sabía mal marcharme, porque sabía que el viernes por la noche habría fiesta grande. Pero he decidido salir hoy un rato para despedirme. He salido sólo con el equivalente a 6 euros en el bolsillo, es una sensación rara saber que con tanto poco tendrás suficiente para toda la noche, ya que Belgrado es bastante económico.

Primero he ido a parar en un bar donde tocaban diversos grupos locales de música heavy. Sonaban bastante bien. Allí he conocido a dos chicos y una chica que acompañaban a uno de los baterías. Han estado muy simpáticos y muy interesados a que hiciera muy buena publicidad de Belgrado. No he ido a dormir demasiado tarde, aunque antes he pasado por otro local donde unos músicos tocaban música africo-latina.



05/05/2006:
Stevanavik+ Stevanavik at+cementery


Me he despertado temprano para ir a la embajada. Allí me ha atendido a un chico muy simpático que me ha comentado que para tener el Visado Ruso, básicamente necesitaba una reserva de hotel o una invitación oficial. Me ha recomendado una agencia en Belgrado y me he dirigido allí. En la agencia, una chica me ha comentado que los hoteles que ellos podían reservar no bajaban de los 50€ por noche. Hemos estado comentando diversas posibilidades y al final me he decidido de dejarlo por Sofía.

He ido al cibercafe de los días anteriores y he consultado todo sobre los visados rusos. He descubierto una agencia que tiene oficina en Sofía que tramita invitaciones oficiales a un precio bastante económico. He puesto todas las esperanzas en esta posibilidad, la semana próxima lo veré.

A mediodía he empezado a hacer camino hacia Sofía. Saliendo de Belgrado he cogido la autopista, de dos carriles por sentido, con el temor que me resultaría muy cara. Por este motivo he salido en una de las primeras salidas con el fin de coger una carretera secundaria que me tenía que llevar a una de las villas que quería visitar. Pero al salir, la chica que cobraba me ha comunicado un precio de unos 6 euros (sólo por unos 30 kilómetros). Pero yo no tenía suficientes monedas locales y he pagado la mitad con euros y la otra mitad con dinars.

Unos kilómetros más allá me he parado en la entrada de un pueblo, en una explanada, a estudiar el mapa. Mientras estaba estudiando los monumentos a visitar, un hombre vestido con una chaqueta azul y las manos ennegrecidas ha picado la puerta. He bajado la ventana y me ha saludado sonriendo. Me ha comentado con un inglés bastante aceptable que él vivía en la casa de delante. Le he comentado que era muy bonita y entonces me ha invitado a visitarla. ¿Y por que no?

Lo he acompañado acabándome de comer una pera roja que estaba degustando. Me ha enseñado algunos cuadros que había pintado él o amigos suyos, básicamente paisajes y retratos de Mickel Jacson. Después me ha comentado que él había estado mucho tiempo trabajando en diversos países de la Europa del oeste y que próximamente quería volver a ir. Me ha comenzado a explicar que la situación en Serbia no está demasiado bien desde el final de la guerra y entonces le he pedido de hacerle una entrevista. Me ha preguntado si saldría por la televisión y al comentarle que sí ha aceptado gustosamente.

Stevanavik (así se llamaba) ha comentado que el principal problema del mundo se encontraba a Irán y con su presidente. Pero enseguida ha querido pasar a los problemas de Serbia. Ha explicado que en Serbia hay mucho desempleo, que las infraestructuras están muy mal, que no puede viajar ni a Croacia, que no podrán entrar a la unión europea hasta mucho más adelante ... y todo eso, según él, por culpa de una sola persona, y también de los Estados Unidos.

Durante todo el rato que he estado con él, he visto que habría querido que me quedara a dormir allí, pero le he indicado que prefería ir tirando. También me preguntaba qué quería decir "Araguela Paraguela", una inscripción que había en la tumba de su madre que había muerto años atrás en Palma de Mallorca. No le he sabido responder y finalmente he accedido a acompañarlo al cementerio.

Stevanavik ha subido a la Hymer y también una mujer, que no se quien era ni me ha presentado. Nos hemos parado a medio camino a comprar unas velas y finalmente hemos llegado a un cementerio en medio del campo con muchas tumbas de granito negro. Ha repartido las tres velas, una para mí, las hemos encendido y las hemos depositado en una pequeña caja detrás de la tumba. Después nos hemos marchado sin que insistiera sobre la inscripción "Araguela Paraguela", que he deducido que era el pueblo o la playa donde murió.

Antes de despedirme he pedido a Stevanavik que me escribiera su nombre. También me ha escrito su dirección y me ha sorprendido que después de Serbija escribiera Yugoslavija.

He seguido adelante. Ya con la intención de hacer noche cerca de un monasterio que visitaré mañana. He parado en una gasolinera para preguntar por el camino, y al ver que justo se me había encendido la luz de la reserva he decidido cargar el gasoil. Le he pagado con Visa pero no he entendido demasiado bien el importe que me había cargado. He preguntado, pero ninguno de los dos chicos sabían hablar inglés. Y cuando finalmente estaba a punto de entender lo que me habían cobrado, uno de los chicos me ha dado 10€. No lo he entendido, pero entonces he deducido que quizás sí que me habían cobrado mal.

El paisaje en el sur de Serbia me ha recordado mucho al de Slovenia (con perdón por los amigos Slovenos que me leen). Montañas onduladas, de color verde, con casas esparcidas por todas partes y pocos núcleos urbanos. La diferencia se encontraba en las carreteras, con muchos trozos que no estaban arreglados desde la guerra. Hay una gran diferencia económica entre la capital Belgrado y el resto del país.





Serbia

Nis (ver en mapa)

06/05/2006:
Serbia Manasija Ravanica Serbia


He pasado la noche en una área de servicio en Markovac, al lado de un Motel. En despertarme, y después de escribir un poco, me he dirigido hacia Despotovac y de allí hacía Manasija, un bonito monasterio en medio de las montañas y rodeado por unas murallas. El interior del monasterio tenía unos frescos muy interesantes. Cuando iba a hacer unas fotos con el trípode, una monja me ha dicho que no podía hacer fotos, pero al ver que otros visitantes hacían, después las he hecho discretamente.

De Manasija me he dirigido hacia Ravanica, otro monasterio. De camino he visto una gasolinera que tenían un grifo de agua a la vista y he dado la vuelta para preguntarles si podía cargar la Hymer de agua. No me han puesto ninguno inconveniente. En la gasolinera de ayer, al pedir cargar la autocaravana con agua, el chico me apareció con una botella de 2 litros. No me entendió cuándo le dije que necesitaba 100 litros.

Ravanica también está al servicio de unas monjas. Las murallas del monasterio están medio destruidas, pero el monasterio está muy bien conservado y en el interior también hay unas pinturas muy bien trabajadas.

Desde que he entrado a Serbia que me ha llamado la atención el rito ortodoxo. Las iglesias acostumbran a tener una única cúpula en cuyo centro están las imágenes de un santo, en los laterales también. La gente se aproxima, se santigua, hace reverencias y finalmente da un beso al santo. A veces dejan unas monedas o un billete sobre una de estas imágenes.

Al salir de Ravanica he pedido ayuda a un hombre para que me orientara para llegar a Zajecar, un pueblo al este por el que tenía que pasar si quería ahorrarme pasar por la autopista. El hombre, que parecía haber vivido la guerra, me ha dicho que le tendría que pagar por su ayuda pero yo me he negado. Entonces se ha ofrecido a ayudarme igualmente. Pero antes me ha preguntado de dónde venía, cuándo le he dicho que era de España me ha dicho: "Solana, muy malo, nos bombardeó de valiente". No he tenido más remedio que asentir.

Para llegar a Zajecar, he tenido que hacer 10 kilómetros por la autopista y sólo por eso he tenido que pagar 3 euros. Me da la sensación que ésta es la autopista más cara del mundo, a no ser que mi autocaravana la cobren como un tipo de vehículo diferente.

En Zajecar he parado a comprar a un supermercado. He salido sin comprobar si había cerrado todos los armarios con el cierre de seguridad. Alguna otro vez ya me había pasado, pero esta vez, en vez caerse una lata, ha caído un tarro de cristal con salsa bolonyesa. Evidentemente se ha roto y ha derramado los 500 gramos de salsa por encima de mis chancletas y el suelo.

Finalmente he llegado a Nis, donde haré noche. Desde la salida de ayer al mediodía a hoy por la noche he hecho 464 kilómetros circulando por diferentes carreteras Serbias. Si hubiera ido por autopista sólo habría hecho 240 kilómetros, pero no habría podido visitar los dos monasterios ni tampoco habría disfrutado del paisaje y las carreteras. Disfruto mucho conduciendo por pequeñas carreteras, aunque estén llenas de baches. De vez en cuando me detengo en una gasolinera, tienda o parada de autobús y pregunto por la buena dirección. La gente es muy simpática y aunque no acostumbren a hablar inglés con cuatro gestos me saben orientar muy bien. Después de estos dos días pienso que ya me puedo enfrentar a cualquier carretera, por tortuosa que sea, porque no dejaré de disfrutarla.





Bulgaria

Sofia (ver en mapa)

07/05/2006:
Latinska+Crkva Latinska+Crkva


(Serbia) Por la mañana he visitado una pequeña iglesia perdida en la montaña nombrada Latinska Crkva. Es el monumento más antiguo de Nis y me ha recordado a las antiguas iglesias románicas esparcidas por las montañas de Cataluña, simplemente que esta era de estilo ortodoxo. No hay que decir, que para llegar he tenido que preguntar unas cuantas veces, pero como siempre, la gente ha sido muy simpática y me ha guiado perfectamente.
Al medio día he empezado a hacer camino hacia Sofía. En este tramo ya no había autopista, pero las carreteras parecían las mismas que por las que había circulado los días anteriores, o peores, ya que estaban haciendo obras y han desviado todo el tráfico durante varios kilometros por una pista polvorienta.
En la frontera se ha formado una larga cola de coches durante más de una hora, que he aprovechado para limpiar la autocaravana. Con tanta espera, malas carreteras y el cambio de hore que me he dado cuenta que se había en Bulgaria, estaba llegando muy tarde a la cita que tenía con Ivana en Sofía. Le he enviado un mensaje para retrasarla dos horas y media.
No me ha costado demasiado encontrar el centro, pero allí estaba lleno de señales de prohibido aparcar durante el día. He aparcado detrás de una señal que no entendía demasiado bien, me he duchado y he salido a encontrarme con Ivana.
Mientras esperaba me he entretenido en leer carteles escritos en caracteres cirílicos. Hogar de Belgrado, y también Szymon y Krzysiek, me habían escrito en un papel la correspondencia entre caracteres latinos y caracteres cirílicos. Ahora estaba haciendo el proceso de los niños pequeños: buscaba una palabra, descifraba las letras, las unía, leía la palabra y a veces comprendía el significado, cosa que me ponía muy contento.
Ivana es una chica sencilla, simpática y muy sociable. Hemos ido a mirar el aparcamiento de la Hymer y me ha comentado que seguramente se la llevarían al día siguiente. Entonces me ha propuesto dormir en casa su abuela, que está vacía. La hemos ido a ver y era muy acogedora, pero estaba bastante alejada del centro y le he comentado que prefería dormir más cerca del centro. Finalmente hemos aparcado en una zona azul cerca de su casa y de sus padres.
Me ha propuesto de ir a tomar un té y le he ofrecido prepararlo a la misma autocaravana, y así lo hemos hecho. Hemos estado conversando muy distendidamente sobre viajes, proyectos, temas personales ... Mientras, hablábamos le iba enseñando fotos del viaje en el ordenador. Hacía rato que me había hablado de un amigo suyo, Hugo, que la había visitado hacía un par de semanas. Cuando de repente, mientras le mostraba las fotos de Budapest ha exclamado:
- ¡Es Bruno!
La he mirado incrédulo y ella a mí también . Ha vuelto a repetir:
- ¡Es Bruno! ¿lo conoces?
- No, es una foto que hice en la calle, simplemente quería fotografiar esta pareja que estaba esperando el tranvía.
¿Qué casualidades, no? ¡Sólo debo haber fotografiado a unas 10 o 20 personas en todo Budapest, una ciudad de 2 millones de ciudadanos, y resulta de que una de estas 10 personas que fotografío es su amigo! Le ha costado aceptar que no le estaba haciendo ninguna broma y que en realidad no conocía a su amigo.
Ya al atardecer, le he propuesto entrevistarla para tomar con ella el pulso del mundo. Ha aceptado aunque al principio estaba un poco cohibida. Ivana creía que el principal problema del mundo era que la gente y naciones no se entienden y no se respetan los unos los otros. Uno de los problemas de Hungría es que son demasiado nacionalistas y no se pueden liberar del pasado (antes de las guerras mundiales Hungría era mucho mayor). Ivana se considera feliz, aunque no era malo sentirse triste a veces para valorar la felicidad. Sería más feliz con cosas que no son posibles. El secreto de la felicidad es hacer pequeñas buenas cosas cada día.



08/05/2006:
Sofia Sofia Sofia Sofia


Esta mañana, mientras estaba escribiendo, han golpeado la puerta. Primero pensaba que debería ser el cobrador de la zona azul y no he abierto. Pero después he oído mi nombre. Entonces he abierto la puerta y era Ivana. Me ha comentado que me estaban poniendo una multa y que si no sacaba la Hymer de allí se la llevaría con una grúa. A continuación me ha indicado un nuevo aparcamiento dónde la podía aparcar. Hemos quedado en que me pasaría a buscar esta noche en el nuevo aparcamiento.
Por la mañana he ido al centro de información turística. He pedido el mapa de rigor y he preguntado dónde podría encontrar cibercafés, una lavandería (no hay), la embajada rusa y que me enseñaran en un mapa a la dirección que tenía de la agencia de Sofía que tramita visados.
He ido y vuelto paseando. Sofía es una ciudad tranquila, mucho. No hay mucho tráfico por el centro. La gente parece relajada, viste de manera sencilla, sin ostentar. En los parques, como en todas partes hay gente descansando, pero aquí he encontrado gente jugando a ajedrez. He estado observando un poco cómo jugaban, sabían mucho y apostaban dinero, no demasiado. He preguntado si podía jugar alguna partida y primero se han mostrado un poco reacios. Pero cuando les he comentado que no sabía más que ellos me han dejado entrar. He jugado tres partidas apostando medio euro a cada una. He perdido las tres. Sabían, mucho y yo hacía mucho tiempo que no jugaba. Creo que alguno de los jugadores sobrevivía a base de hacer partidas.
Por la tarde he ido paseando a la dirección que había encontrado por Internet de la agencia que tramita visados (www.visatorussia.com). Era un barrio residencial y la dirección concordaba en un bloque de pisos. En uno de los botones del interfono había escrito con lápiz: "Ekmo". Yo tenía que el nombre de la empresa era "Ekmoex". He llamado allí y me han abierto. He subido y me ha atendido un hombre de unos sesenta años. No hablaba nada de inglés pero me ha entendido que quería un visado para Rusia. He entendido que él no tramitaba visados, pero entonces me ha entregado una carta que venía de Finlandia con un Visado en el interior. Evidentemente el visado no era para mí y le he hecho entender que el visado no iba a mi nombre y que yo necesitaba a uno a mi nombre. Entonces me ha dicho que su hijo se encargaba de ello. Le he preguntado cuándo llegaría, pero no vivía allí. Finalmente el hombre ha llamado a su hijo y me ha pasado el teléfono. A partir de aquí se ha solucionado todo. Emil (así se llamaba el chico) hablaba inglés y me ha comentado que tramitaba Visados, me costaría 100 $ todo incluido y lo tendría el viernes por la mañana. Me ha indicado la documentación que necesitaría. Entonces sólo ha sido cuestión de ir a la Hymer, esta vez en autobús, volver, entregar el pasaporte, fotos e información y volver hacia el centro. Antes de encerrarme en la autocaravana he ido a comprar en un pequeño supermercado.
Tal como habíamos quedado, Ivana se ha presentado y hemos ido a cenar. Me ha propuesto ir a un restaurante-pizzería muy acogedor cerca de su trabajo. La cena, que hemos acompañado con una botella de vino bulgaro, ha transcurrido muy plácidamente charlando sobre nuestras vidas de una manera muy transparente. Paseando después de la cena, le he explicado el argumento de la novela que escribí el año pasado y que no conseguí publicar. Y mientras le explicaba eso, he tomado una decisión muy importante, de aquí unos años, cuándo acabe el viaje, y suponiendo que consiga publicar las experiencias del viaje y del proyecto, volveré a re-escribir la novela desde cero, me gustaría mejorarla en muchos aspectos.
Me gusta Ivana, me siento muy bien con ella. Sabe escuchar, también sabe mostrarse tal como es. Tiene ganas de ilusionarse, de volver a sentirse libre. Se ilusiona con todo lo que le explico. Es sensible, a veces reservada. Necesita sentirse amada, como todo el mundo quizás.
Mañana por la tarde iremos con su coche a visitar un pueblo a unos 100 kilometros de Sofía.



11/05/2006:
Sofia Ivana


He pasado tres días fantásticos en Sofía (y una tarde en Plovdiv), lástima que el tiempo no haya acompañado todos los días. He pasado bastante rato con Ivana, una buena amiga que volveré a dejar atrás. Sin embargo, quién sabe, quizás nos volvemos a ver en algún otro lugar.
La tarde del martes, la pasé en Plovdiv con Ivana. Fuimos con su coche. Plovdiv es la segunda ciudad más importante de Bulgaria, con cierta rivalidad con Sofía, ya que los habitantes de Plovdiv consideran que es una ciudad con mucho más encanto. Lo que es bien cierto es que el ambiente de Plovdiv es muy diferente de Sofía. Tiene un casco antiguo enhebrado entre cinco colinas, con las calles empedradas, algunas iglesias, un teatro romano, casas con los pisos superiores suspendidos sobre la calle. Plovdiv, a diferencia de Sofía también tiene una larga calle peatonal, con tiendas comerciales, bares, y la gente que pasea tranquilamente.
Ayer por la mañana me fui a conectar a Internet en un Pub Irlandés que ofrecía conexión gratuita. Después de comer aproveché para lavar a mano parte de la ropa sucia que tenía. Fue un poco laborioso, pero me tendré que ir acostumbrando porque no muchas ciudades del este (y después de África y Asia) tendrán lavanderías automáticas. Mientras lavaba la ropa Ivana me ha enviado un mensaje, diciendo que esta noche no podía quedar conmigo y me proponía de ir a tomar un café, inmediatamente después Rositsa me ha enviado un mensaje para quedar.
Rositsa es una amiga que hace tiempo que conozco a través de Internet, aunque nunca nos hemos visto en persona. Es búlgara pero vive y trabaja en Madrid. Daba la casualidad de que esta semana se encontraba en Sofía, ya que el viernes tenían que operar a su padre de una grave enfermedad.
El martes ya respondí a Rositsa que no podía quedar con ella porque iba a Plovdiv, pero esta vez no quería perder la ocasión de conocerla en persona, por lo tanto, con Ivana sólo pudimos pasear un pequeño rato.
Rositsa es una chica muy guapa, se la ve muy segura de sí misma y realmente lo debe ser a nivel profesional, pero a medida que la conoces descubres que es una chica sencilla e insegura como todo el mundo, con ganas de encontrar el amor de su vida, un amor que no encuentra entre los muchos hombres que le van detrás. A lo largo de la noche también se hizo patente su preocupación por la salud de su padre, aunque al mismo tiempo tiene una gran esperanza que mejore. Ella es cristiana ortodoxa, por lo tanto, deseo de todo corazón que Dios acceda a sus oraciones.
Hemos estado hablando de muchas cosas, pero me ha sorprendido la explicación de porque en Sofía hay locales que abren toda la noche y puedes encontrar fiesta cada día de la semana. Por una parte ha comentado que los precios de los bares y restaurantes son muy económicos -y realmente es así- y por otro lado, los búlgaros no acostumbran a invertir en la propia casa donde viven, aunque caiga a trozos. Por lo tanto, aunque no cobren demasiado, tienen recursos para salir a menudo de fiesta o de copas. También añadiría que los búlgaros no gastan demasiado en ropa, visten bien pero no visten para lucir.
Aunque Sofía parezca una ciudad segura, siempre llevo una navaja encima, como en la mayoría de ciudades. No creo que fuera capaz de no utilizarla contra nadie, pero si me encontrara en una situación crítica puede ser bastante útil para intimidar. De todas maneras, la mejor manera de no ser atracado es, nunca ir relajado, mostrando seguridad, pero al mismo tiempo ir controlando discretamente tus alrededores. Si hay personas sospechosas que te siguen o te controlan, entonces pararte en un escaparate y dejarlos pasar. Si eso no funciona, ponerte las manos en el bolsillo haciendo ver que llevas un arma, o incluso mostrar discretamente la navaja. Y si ves que te puedes encontrar en una callejuela sin salida ponerte a correr. Si estás en buena forma física, nadie te seguirá para robarte. Bien, ésta es mi teoría, ya veremos si funciona durante todo el viaje.
Esta mañana he ido la embajada rusa con una colega de Emil que me tramita el visado ruso. Al llegar me he dado cuenta que tenía que pasar por un detector de metales. He pensado que podía tener algunos problemas si me encontraban la navaja que normalmente llevo encima y discretamente me la he puesto en la chaqueta. Entonces me he sacado la chaqueta y la he dejado al lado del detector. La he dejado de manera que mostrara que en la chaqueta llevaba un paraguas. Entonces he pasado y he cogido la chaqueta sin que el guarda de seguridad se diera cuenta de nada. Podría haber llevado una bomba y haberla entrado igualmente. No sé , porque invierten tanto en aparatos y guardas.
Hacía dos días, Emil me envió un mensaje comentándome que la embajada rusa no abría todos los días de esta semana y que tenían que optar por un procedimiento de urgencia que costaba 140 $ en vez de 100 $. Respondí que siguiera con el proceso, pero pedí a Ivana que llamara a la embajada y se informó de que en realidad no cerraban. Emil se ha presentado a la embajada y he intentado negociar con él los 140 $, pero al ver si no me avenía detenía el proceso he aceptado el precio fijado.
En la embajada rusa tenía que entrevistarme con el cónsul. Curiosamente el cónsul hablaba español y sólo de entrar me ha informado muy amablemente de que no me podría tramitar el visado. Me ha comentado que, a pesar de tener una invitación correcta (la que me había proporcionado Emil), la embajada rusa en Bulgaria tenía la regla de tramitar sólo visados de residentes en Bulgaria. Le he preguntado si era cuestión de dinero y al comentarme que no lo he dejado por imposible. De todas maneras, la invitación era correcta y me podía ser muy útil para conseguir el visado desde otro país. He preguntado Emil si le tenía que pagar por la invitación y me ha sorprendido, cuando, disculpándose por no haber podido tramitarme la visa, me la ha entregado sin ningún coste. Una gran ganga, porque a pesar de haber perdido toda una mañana, podré tramitar yo mismo el visado desde otro país y me saldrá mucho más económico.
He comido con Ivana en un restaurante típico Búlgaro. Naturalmente hemos comido una ensalada como entrante. Es el típico plato Búlgaro y tienen de muchos tipos, normalmente media carta está dedicada a las ensaladas. Y por lo que me han explicado, no sólo comen en verano, que apetece más, sino también en invierno.
Por la tarde hemos una gran caminata por Sofía visitando parques, mercados, centros comerciales, iglesias, una sinagoga, una mezquita. Continúo pensando que Sofía es una ciudad muy tranquila con la gente relajada. Hay coches aparcados por todas partes, pero el tráfico es muy inferior a otras ciudades. También hay muchos indigentes que simplemente reposan y viven en su rincón, sin pedir caridad, igual que en el resto de ciudades de la Europa del Este.
Todos estos días me ha costado orientarme a Sofía, saber dónde estaba el norte y el sur. Creo que las montañas nevadas que hay en el sur son la causa, ya que en mi país las montañas se encuentran en el norte. Estas montañas tienen pistas de esquí a menos de una hora de la ciudad. En invierno mucha gente de Sofía va a esquiar por la tarde, después de trabajar, ya que por la noche iluminan las pistas.
Por noche, he ido a conectarme a Internet en el pub irlandés, ya que mañana marcho hacia Macedonia y seguramente estaré unos días sin conectarme. Mientras enviaba el diario de hace dos semanas he recibido unos correos electrónicos muy bonitos de Ivana. Seguramente, si me pudiera quedar definitivamente en Sofía o ella pudiera dejarlo todo, hubiera sucedido alguna cosa entre nosotros. Pero ya voy aceptando que difícilmente encontraré compañera de viaje, ni tan solo un amor temporal. Lo acepto y eso me libera, porque puedo estar con una chica, aunque sea muy atractiva e interesante, y simplemente observarla como una amiga.





Macedonia

Skopje (ver en mapa)

12/05/2006:
Bulgaria


Esta mañana, mientras estaba pensando si ir a dar una vuelta con bicicleta por la ciudad o marchar, han llamado suavemente a la puerta. He abierto la persiana y era Ivana. Ha pasado un rato antes de ir a trabajar. Nos hemos vuelto a despedir con un fuerte abrazo y me ha dado un tarro de confitura de tomate típico de Bulgaria. Se llama Lutenica, y los ingredientes básicos son: tomate, pimiento y ajo o cebolla. Se ve que todos los niños crecen comiendola, a menudo untada sobre el pan.
Finalmente he decidido marcharme. He salido de Sofía orientándome con la brújula. Tenía que ir en dirección Sudoeste, dirección Macedonia. Primero la carretera era de doble carril pero en muy mal estado, en cambio, a medio camino ha sido de un solo carril pero en buen estado.
En Kjustendil, poco antes de la frontera, he preguntado por dónde seguía la carretera hacia Macedonia a un hombre que atendía una parada al pie de la calle. El hombre me ha contestado en español "No entiendo, sólo hablo un poco de español". Entonces yo le he comentado que era de España y se ha puesto muy contento. Me ha indicado la continuación y después me ha explicado que hace poco estuvo tres meses en Murcia recogiendo limones.
En la frontera he podido gravar el paso con la cámara espía que www.mtvtelevigilancia.com me dejó. Lástima que no haya conectado correctamente un cable y no se haya grabado el sonido. En la aduana de Macedonia, un policía ha querido comprobar que no llevara nada para declarar. Ha mirado el lavabo, la nevera, el congelador, la cocina, el fregadero, un armario ... Me parece que sólo ha chismorreado en vez de buscar.
La carretera en Macedonia ha seguido con el mismo buen estado. El paisaje ha cambiado un poco, ha seguido ondulado como el resto de los Balcanes, pero el verde era un poco más seco. Se nota que Macedonia está más en el Sur, tocando a Grecia.
Poco antes de llegar a Sofía he tenido que coger la autopista, ya que según mi mapa no había otras carreteras. Al primer peaje no podía pagar con tarjeta y al preguntar el precio me ha dicho 2€. Le he dado 5€ y me ha devuelto 150 denars y un ticket de 50 denars. Desconfiando he parado justo después del peaje y he mirado el cambio euro/denar en la guía que llevo. He calculado que aproximadamente 5€ eran 300 denars, por lo tanto el chico del peaje me había engañado. Me he dirigido en medio de los coches y le he reclamado que me había dado el cambio mal y que tenía que devolverme 100 denars. Primero me ha dado 50 denars, pero he vuelto a repetir que eran 100, después he visto que estaba contando 90 denars, pero encima el mostrador he visto uno billete de 100 denars y lo he cogido. Me ha mirado muy mal pero no me ha dicho nada. Unos kilometros más allá me he encontrado otro peaje, al preguntar el precio en inglés, el chico me ha contestado "2€", pero he visto que el precio con denars era bastante más bajo con denars y he pagado con los denars que tenía. Nuevamente me he llevado una mala mirada.
Me ha sorprendido al llegar a Skopje que en vez de iglesias había mezquitas (más tarde he visto que también había iglesias, pero más bajas, porque antiguamente no las dejaban construir más altas que las mezquitas). He intentado aparcar donde creía que estaba el centro, cerca del punto de información, en la ciudad antigua. Pero gente que deambulaba por allí no me ha parecido demasiada de fiar y he movido la autocaravana hacia el otro lado del río. He aparcado encima de la acera, como el resto de coches, y he salido a pasear. Esta área, el sur de la ciudad es mucho más comercial, con mucha juventud paseando, calles restringidas al tráfico, muchos bares y terrazas ...
Por la noche, después de trabajar un poco con el ordenador he salido de fiesta. He encontrado un café muy interesante donde tocaba un grupo con música rock-jazz. He preguntado dónde seguía la fiesta y me han indicado un club, pero al llegar estaba demasiado lleno. A fuera he conocido una pareja que me han acompañado a otro club con música electrónica. He estado bastante rato hablando con esta pareja, la chica estudiaba arquitectura y el chico había estudiado arte, había pasado 6 años en New York. Quizás este hecho lo hacía más abierto, porque he encontrado que el resto de juventud en Skopje era bastante cerrada.



13/05/2006:
Skopje Skopje Skopje Skopje Skopje Skopje
Skopje      


Hoy he dedicado buena parte del día a pasear por Skopje, una ciudad con dos áreas bien diferenciadas. El sur, donde he pasado la noche, no tiene demasiados puntos de interés, pero está llena de comercios, bares, terrazas ... La gente pasea tranquilamente por las calles restringidas al tráfico, cerca del río y una gran plaza. Desde la plaza se puede caminar por encima de un puente que cruza el río. Justo en el otro lado, el ambiente cambia drásticamente. Las calles restringidas al tráfico continúan pero en vez de modernos bares y comercios están llenos de tiendas y bares de estilo árabe. En esta área se extiende el mencionado bazar turco. En este lado de la ciudad también se puede visitar unos baños turcos convertidos ahora en museo, una iglesia excavada en parte bajo tierra (porque antes no podían alzar una iglesia más alta que una mezquita), diversas mezquitas, un gran mercado con todo tipo de productos, una fortaleza ...
Justo entrando en la ciudad árabe hay un punto de información turística. He entrado, aunque en la guía Lonely Planet indicaba que el trato que dispensaban no era muy bueno. Me ha atendido a un chico de complexiones turcas. Contrariamente a lo que explicaba la guía ha sido el lugar donde me han informado mejor. El chico ha sido increíblemente simpático, y hasta me ha propuesto un itinerario muy bonito para llegar a Ohrid, la próxima ciudad que visitaré. Le he comentado lo que había escrito en la guía, y entonces me ha explicado que a veces hay otra chica que es terriblemente antipática, pero él no puede hacer nada.
Cuando iba a visitar la iglesia de Sveti Spas, me he encontrado un inglés con el cual he iniciado conversación. Estaba trabajando unos meses en Skopje con una ONG. Hemos ido a comer juntos un kebab y antes de que se marchara le he propuesto de coger el pulso al mundo con él.
Marc, así se llamaba, opinaba que el principal problema del mundo era la pobreza. La solución estaría en crear o impulsar empresas locales en las áreas donde haya pobreza. Individualmente la solución estaría al comprar marcas locales y no internacionales. El principal problema de Londres también era la pobreza, aunque la seguridad social también aligera el problema. Marc es muy feliz, sin razón. Sería más feliz si tuviera su chica con él. El secreto de la felicidad es apreciar lo que tenemos.
Cuando ya estaba volviendo del paseo, he recibido un mensaje en el móvil de una chica que había contactado hacía sólo dos días a través de Internet. Me ha propuesto quedar a las 9:30 de la noche delante de la estatua de la Madre Teresa. Después de trabajar un poco con el ordenador y de conectarme a Internet, me he dirigido allí.
Lily es una chica muy simpática y dulce que está estudiando informática. Hemos ido a beber una cerveza en un bar apartado del centro. Me ha estado explicando los dos meses qué estuvo en España, las ciudades que visitó, las fiestas ... También me ha estado explicando que a la mayoría de los macedonios (ella incluida) no les gusta los Albaneses, normalmente musulmanes y menos educados (según ella). Hemos estado hablando de sentimientos y nacionalidades. Hemos comentado que los Serbios no tienen sentimientos adversos con Macedonia, en cambio Macedonia sí con Serbia. En cambio, Serbia y Croacia se tienen sentimientos adversos mutuamente. Ella lo ha comparado con Cataluña y España, que se tienen ciertos sentimientos adversos, y Cataluña y Valencia, con sentimientos adversos sólo por parte de los valencianos.
Se ha hecho tarde y Lily ha perdido su autobús. Entonces hemos ido a bailar en un club donde tocaban música en directo y más tarde la he llevado a su casa.




Ohrid (ver en mapa)

14/05/2006:
Macedonia Macedonia


He pasado la noche delante de la casa de Lily, que vive hacia las afueras de Skopje. Preguntando varias veces he encontrado la carretera que va hacia Ohrid, mi próxima destinación, un pueblo cerca de un lago que hace frontera con Albania. La carretera se ha convertido en autopista durante unos cuantos kilometros, pero esta vez, en ningún de los tres peajes que he pasado me han intentado engañar.
Pasado Gostivar he girado a la derecha, tal como me indicó al chico de la oficina de turismo, y he ido enfilando una pequeña carretera a ratos con muy buen estado y a ratos con grandes agujeros en el pavimento. La carretera transcurría por el lado de unas montañas nevadas, entre bosques esplendorosos y por el lado de tres lagos o presas dispersados a lo largo del camino.
Después del primer lago me he parado en el monasterio de S. Joan Baptista, un monasterio con unos retablos de madera exquisitos. En el segundo lago, mientras hacía una foto de un agujero que había en medio del agua, un hombre que había esperado al lado de la carretera ha iniciado una conversación conmigo con un inglés casi nulo. Entonces me ha preguntado si lo podía llevar unos diez kilometros más allá. El hombre parecía de fiar y lo he llevado. Durante el camino me ha explicado en signos que estaba casado y que tenía dos hijos y una hija, también que tenía un hermano trabajando en Estados Unidos. Entonces me ha preguntado si estaba casado, y para no alargarme demasiado en la respuesta, le he indicado con signos que estaba separado.
He llegado a Ohrid sin tener ni idea de donde podía estar el centro. Pero utilizando la intuición y preguntado he llegado. He aparcado al lado de un paseo que bordea el lago. Mientras bajaba de la Hymer un hombre bizco se me ha acercado y me ha informado de que no podía acampar allí, entonces me ha comentado que podía ofrecerme una plaza de aparcamiento. Le he agradecido la información pero le he explicado que ya me espabilaría.
He paseado un poco cerca del lago y por la calle principal de la villa, una calle restringida al tráfico con unos cuantos bares, terrazas y tiendas que me han recordado las calles turísticos de algunos pueblos de la Costa Brava. He tomado una cerveza y he vuelto a la autocaravana, donde por primera vez en el viaje he visualizado una película que tenía grabada en el ordenador: "Samaritan Girl", una película Coreana bastante interesante.



15/05/2006:
Ohrid Ohrid Ohrid St.+Naum+ Ohrid+lake Ohrid+lake


He estado trabajando buena parte de la mañana, escribo el artículo del 9nou, seleccionando cortes de voz de las entrevistas para Catalunya Radio, editando imágenes... Hacia medio día he salido a pasear por Ohrid, he preguntado a algunas personas locales dónde estaba el punto de información turística, pero nadie me ha sabido informar. De todas maneras, preguntando he ido encontrando la mayoría de puntos de interés de la villa.
Ohrid seguía con el aire de villa turística, pero al ser lunes, había más trabajadores en las tiendas y calles que turistas. La parte antigua del pueblo conserva calles empedradas que van subiendo tranquilamente montaña arriba. Los principales puntos de interés del municipio son tres iglesias ortodoxas medievales, muy bonitas. La primera está dentro del pueblo, la segunda solitaria sobre el lago y la tercera arriba en la montaña. El pueblo también tiene una ciudadela que estaba cerrada.
Antes de volver hacia la Hymer, me he comprado una calzone por sólo un euro. Después, tal como había planeado, me he conectado a Internet para enviar los artículos que había escrito por la mañana, he ido a una tienda de comestibles a gastarme todos los denars que tenía y he seguido haciendo camino hacia el sur, bordeando el lago de Ohrid.
En la oficina de turismo de Skopje me habían recomendado cruzar la frontera con Albania por el sur del lago de Ohrid, ya que justo en la frontera, hay el interesante monasterio de S. Naum. La iglesia era preciosa, la lástima era que el resto de dependencias del monasterio se habían convertido en un hotel. Normalmente no dejan hacer fotos en las iglesias, pero allí, he dejado discretamente la cámara sobre un púlpito y he dejado que hiciera una foto automáticamente que ha salido lo suficiente bien.
Después de visitar el monasterio de S. Naum me he dirigido hacia la frontera, a tocar. He cruzado la frontera de Macedonia sin problemas, pero cuando he llegado a la frontera de Albania me han informado de que con el tipo de vehículo que tenía, tendría que cruzar la frontera por el norte del lago, donde había la carretera principal. He intentado argumentar un buen rato con ellos que eso no era bueno para el turismo pero al ver que las normas estaban establecidas, he dado la vuelta. He vuelto a la frontera con Macedonia y aunque la acababa de cruzar en sentido contrario me han puesto problemas para volver a cruzarla. Durante un buen rato pensaba que me tendría que quedar a vivir para siempre entre la frontera de Albania y Macedonia. El problema era que la documentación del vehículo estaba a nombre de "Autosuministros Motor", la empresa que junto con Hymer me han dejado la autocaravana. Yo tenía un documento en español donde especificaba este acuerdo. Pero el chico de la frontera me argumentaba que este documento tenía que pasar por notario. Finalmente me ha dejado pasar.
He vuelto a hacer en sentido contrario los 80 kilómetros hasta el otro paso de frontera. He vuelto a cruzar la frontera de Macedonia sin problemas, pero en Albania se han vuelto a dar cuenta de que el vehículo no iba a nombre mío. Han estado más de una hora analizando el contrato escrito en castellano entre "Autosuministros Motor" y yo. Pero finalmente me han dejado pasar después de pagar una tasa de 3 euros por el vehículo y 10 euros por el visado.
Al cruzar la frontera ya era de noche. He parado un rato en un cuello para cenar y he seguido después más hasta encontrar el inicio de un pueblo. He aparcado la autocaravana en un descampado, delante de un par de bares. Mi intención es dormir siempre en zonas habitadas, de esta manera, si alguna vez me intentan robar por la noche, puedo activar la alarma y generar un escándalo que seguro echaría a los bandidos.
Me he puesto a responder mensajes de correo a oscuras, cuando de repente alguien ha llamado a la puerta. He apagado de ordenador y he abierto la persiana de la ventana. Se ha acercado un chico que me ha saludado y ha empezado a hacerme preguntas: ¿"Viajaba con mujer y niños"?, yo "Sí","Hacia dónde iba?" yo "Tirana" ... Finalmente me ha dicho que él era del bar de delante y que si quería podía ir a tomar un café. También me ha comentado alguna cosa de pagar el aparcamiento pero le he dicho que no hacía falta. Desde la ventana he visto cómo se alejaba hasta el bar y entraba. Si el chico era del bar no sería peligroso.
De todas maneras, cuando ya estaba intentando conciliar el sueño, han vuelto a llamar la puerta. He vuelto a abrir la ventana ya un poco molesto. Era el mismo chico de antes me ha preguntado si prefería pagarle el aparcamiento hoy o mañana. Le he contestado haciendo notar mi molestia que no pensaba pagar ningún aparcamiento y he cerrado la ventana y la persiana ruidosamente.





Albania

Tirana (ver en mapa)

16/05/2006:
Albania Tirana Tirana Tirana


Esta noche, no sé qué hora debería ser, han vuelto a llamar la puerta. No me he molestado en levantarme ni en responder. Pero han seguido llamando a la puerta. Entonces he dejado sonar la alarma medio segundo. Han vuelto a picar la puerta. Pero después de tres segundos más de alarma ya me han dejado en paz.
A las seis de la mañana me han vuelto a despertar. Esta vez no estaban llamando a la puerta, pero estaban rociando la autocaravana en agua a presión. He pensado que poco mal podían hacer así y he vuelto a conciliar el sueño.
Hacia las ocho, mientras me volvía a despertar han vuelto a poner en marcha la manguera contra la Hymer. Me he levantado y me he dado cuenta de que la nevera no funcionaba, probablemente porque habían tirado agua a presión dentro de la rejilla de ventilación del gas. Me he empezado a poner de bastante mal humor, y más cuando he visto que chorreaba un poco de agua por debajo de la nevera. He empezado a desayunar pero como he visto que todavía seguían rociando la Hymer a toda presión he decidido marcharse enseguida.
He abierto las persianas y entonces he visto que dos chicos de unos dieciocho años estaban enjabonando y rociaban la autocaravana. La verdad es que antes la tenía bastante sucia y más de una vez había pensado que la tenía que lavar. Me han saludado sonrientes y me ha sabido mal haberles maldecido con las persianas bajadas. He dado dos dólares a los chicos, que se han puesto muy contentos, y me he marchado con la Hymer bien reluciente.
Al marcharse he visto que el área donde había aparcado estaba llena de mangueras rociando en todas direcciones. Había aparcado en el centro de un lavacoches.
He parado unos kilómetros un poco más allá y he acabado de desayunar, me he duchado y he limpiado la autocaravana por dentro.
He seguido la marcha hacia Tirana por unas muy buenas carreteras. Pero a medio camino, en Elbasan, la carretera ha empezado a subir por la montaña y se ha vuelto más tortuosa. En cambio, el paisaje se ha vuelto muy interesante y bonito. Al principio de esta nueva carretera había muchos campesinos vendiendo trenzas de cerezas por menos de 10 céntimos de euro. Aunque no tenía moneda local para comprarlos, cuando me paraba para tomar alguna foto del paisaje, me saludaban muy cordialmente. Los Albaneses de las montañas parecen gente muy hospitalaria.
Durante todo el viaje, me ha sorprendido la gran cantidad de Mercedes que circulaban, nuevos o viejos, es igual. No exagero si afirmo que case el 50% de los coches que me iba cruzando, me adelantaban o adelantaba eran de la marca Mercedes.
Siguiendo la carretera principal he llegado al centro de Tirana sin demasiado problema. He dado algunas vueltas por la caótica ciudad y finalmente he aparcado en una de las calles principales, con un gran cartel de prohibido aparcar pero muy lleno de coches aparcados.
He salido a pasear y me ha sorprendido la modernidad de la ciudad. Aquí, aparte de Mercedes, también circulaban algunos Humers, éstos grandes todo terrenos Norteamericanos. Las chicas vestían para hacerse ver y los chicos andaban con chulería. A pesar de todo, la mayoría de edificios eran decadentes y las calles polvorientas, pero quizás por poco tiempo, porque muchos estaban en obras.
En el mapa de la ciudad había dibujado un río. Cuando lo he cruzado he dudado si realmente aquel chorrito de agua era el río del mapa. Pero realmente la era, porque tal como indicaba el mapa, unos metros más allá se abría la gran plaza de Skenderbeg, con cuatro de los principales monumentos de interés de Tirana: una estatua de un héroe nacional, un mural en la fachada del Museo Nacional de Historia, una mezquita y una torre reloj.
He entrado en la mezquita, pidiendo permiso a los chicos barbudos de la entrada y descalzándome. Me he sentado y me he relajado en el interior, mientras admiraba las centenarias pinturas de la cúpula y observaba a algunos creyentes inclinándose dirección en la Meca.
Habiendo visitado los principales monumentos de la ciudad, he seguido paseando sin una dirección fija. Había gran número de bares y terrazas, la mayoría plenos de juventud conversando relajados. He tomado la cerveza en uno de ellos. La gente, o quizás la juventud, me ha parecido una pizca cerrada y a la noche me han confirmado esta sensación.
Quería preguntar dónde podía encontrar un buen local con buena música y he preguntado a unas chicas si hablaban inglés. Se han apartado de mí sin responder. He pensado que las chicas de Tirana deberían ser tímidas y he hecho la misma pregunta a un chico, pero me ha mirado medio asustado y me ha contestado "no" (me había entendido!). Finalmente he escuchado que alguien detrás mío hablaba inglés y les he preguntado. Dos ingleses me han recomendado muy amablemente un local rodeado de un jardín.
Allí he tomado una cerveza al lado de unas chicas. Temiendo la peor de las respuestas he intentado iniciar conversación con unas chicas que había al lado de la barra, pero contrariamente a lo que me esperaba, se han mostrado muy amigables.
He estado toda la noche conversando con Glejda y Ana, dos estudiantes de economía e ingeniería textil respectivamente. Me han confirmado que la gente de Tirara acostumbra a ser muy cerrada, como de pueblo. También son muy tradicionales. Habitantes de Albania me han explicado que la economía no está demasiado bien, aunque está mejorando lentamente. Se han quejado de que no había demasiado trabajo (me parece que es un problema mundial). Por otra parte, Albania tiene grandes desigualdades económicas entre ricos y pobres. Y un hecho recurriendo a la Europa no comunitaria: no pueden salir del país sin visado, es muy difícil conseguirlo y por lo tanto se oyen prisioneros en su propio país.
Si soy sincero, Albania era el país de Europa que más respeto se me hacía de visitar, quizás porque ha sido el último de abandonar el régimen comunista, porque se ha dicho que es muy pobre o más bien porque no sabía casi nada. Pero después de un día entre Albaneses, os diré que me siento muy seguro y acogido.



17/05/2006:
Esta mañana he recibido una llamada de Catalunya Ràdio. Sabía que recibir la llamada me sería muy cara desde Albania y les he pedido llamarlos yo a cobro revertido. Pero no he podido desde las cabinas ni tampoco he encontrado ningún punto desde donde poder telefonear más económicamente. Finalmente hemos acordado con Catalunya Ràdio llamarnos el viernes.
A las once de la mañana he quedado con Glejda y Ana en el mismo bar de ayer a la noche. Animosamente, hemos estado siguiendo los hilos de la conversación de ayer. Me ha extrañado que hacia el medio día, el local se haya llenado hasta los topes. La explicación que me han dado es que era la pausa del trabajo y la gente, en vez de comer, va al bar a tomar el café o la cerveza.
Más tarde hemos ido andando hacia el sur de la ciudad donde hay un parque y en medio un pequeño lago. Allí nos hemos relajado a la la sombra de un árbol y hemos seguido conversando. Me han explicado que ya casi nadie se baña porque el agua está muy sucia, y porque a la pasada década el gobierno tiró cadáveres de opositores. De todas maneras ya no deberían estar, ya que también me han explicado que hace pocos años, una noche el vigilante del lago cogió una borrachera y abrió las compuertas. El lago se vació completamente y la ciudad quedó bien inundada.
Hacia las tres nos hemos despedido hasta la noche. He vuelto a la Hymer. Mientras estaba engullendo la comida, alguien ha llamado con insistencia la puerta. Era un policía que me ha dicho que tenía que aparcar en otro lugar. Le he preguntado si podía acabar de comer y no me ha puesto ningún impedimento. Pero poco más tarde ha sido un taxista quien ha llamado a la puerta, me ha explicado muy amablemente que la autocaravana estaba bien aparcada, el problema era que era demasiado grande y la gente no veía los taxis que había aparcados justo detrás. Después de lavar los platos he movido la Hymer hasta el otro esquina.
He estado trabajando toda la tarde, escribiendo el diario (ya habréis leído que tenía muchas cosas que explicar de ayer), editando fotos, traduciendo el diario de Serbia al inglés ... Finalmente he ido a un cibercafe a conectarme. He leído los correos, y en uno de Éstos, Marc, uno de los mejores amigos que tengo, me escribía "recuerda que mañana está el partido de la champions".
¡Era hoy! Me había olvidado completamente y me había propuesto mil y una veces no perderme a este partido. Eran las 8:30, todavía tenía 15 minutos. He salido a fuera y he empezado a correr por todas las calles de los alrededores hasta que he encontrado un bar que por la mañana había visto. El bar se llamaba "FC Barcelona". De todas maneras, si no lo hubiera encontrado hubiera pasado nada, porque todos los bares del centro tenían pantallas gigantes con el partido sintonizado y todas las mesas llenas de gente preparada para mirarlo.
El bar "FC Barcelona" era pequeño, con la mayoría de espectadores musulmanes, muy hospitalarios. La mayoría animaban el barça, pero también había unos pocos que animaban al Arsenal e intentaban crear polémica. Cuando el Barça ha marcado el gol definitivo hemos celebrado con abrazos el inminente triunfo. Finalmente me he marchado cantando el himno del barça por las calles.
Me he dirigido al local de ayer por la noche para volver a encontrarme con Glejda y Ana. Ana estaba con su chico y he estado todo el rato hablando con la Glejda, una chica encantadora. Entre muchas cosas, hemos hablado de la felicidad. Se preguntaba quién era más feliz: la gente que vive encerrado en su mundo o la gente que descubre que puede ser libre. Yo opinaba que si aprendes a hacer os de tu libertad acabas siendo más feliz. Cuando le he preguntado sobre el secreto de la felicidad me ha contestado algo curioso. Me ha explicado que guardar secretos la hacía feliz. También hemos hablado de relaciones y de cómo poco a poco la pareja va exigiendo más de ti. Respecto de este último tema, después de despedirnos con un fuerte abrazo, se me ha ocurrido la siguiente historia.
Un hombre conoce una mujer y pasa la noche con ella. La primera noche, al hombre no le importa si la mujer se va a la cama con cualquiera o no. A la segunda noche, el hombre podría aceptar que la mujer tuviera pareja y que él fuera su amante. Pero al cabo de una semana, el hombre sólo acepta que la mujer comparta las noches con él. Al cabo de uno más, el hombre reclama a la mujer que también comparta los días con él. Pasado tres meses, el hombre sólo acepta seguir con la relación si la mujer rompe con las otras amistades masculinas. Al cabo de medio año, tampoco acepta que la mujer mire a los hombres que se crucen por la calle. Y pasado un año, el hombre exige a la mujer que se quede cerrada en casa.

18/05/2006:
Tirana


Vuelvo a mirar la foto que he tomado esta mañana y se me vuelve a partir el corazón ... Será una imagen que se repetirá en muchos de los países que visitaré, una imagen que ya he visto otras veces, pero no por eso deja de golpear. En medio de la calle. Los peatones intentan ignorar la escena. Ellos dos duermen, muy profundamente. Seguramente el tarro de cola ayuda a dormir en pleno día. Y el niño ... impresiona mucho más observar ésta cara de paz, despreocupación y quizás felicidad. La misma felicidad que el resto de los niños.
Al marcharse los he dejado unas monedas, pero cuando he vuelto a pasar por delante suyo, las monedas habían desaparecido.




Gjirokastra (ver en mapa)

19/05/2006:
Albania Albania Albania Albania Albania
Gjirokastra Gjirokastra Albania Albania  


Ayer por la mañana, después de dos intentos fracasados de conectarme a Internet (las conexiones fallaban a toda Tirana) voy empezado a tirar hacia el sur, con la intención de visitar algunos pueblos por el camino antes de entrar en Grecia.
Primero me paré a Durres, un pueblo en la Costa, que en pocos años se convertirá en un buen destino turístico para los europeos occidentales: hace sol 300 días de 365 días, es económico, están construyendo a marchas forzadas, la gente es simpática ...
De Durres he empezado a bajar por la costa de allí he empezado a bajar por la costa y después hacia el interior.
Las carreteras al principio eran excelentes, algunos trozos con doble carril y el resto de un solo carril pero anchos, hecho que permitía a los coches hacer adelantamientos aunque vinieran otros de cara. Pocos kilometros después de Durres las carreteras han empeorado mucho. Así como en Serbia las carreteras estaban llenas de agujeros, aquí estaban llenas de abolladuras, como si el asfalto se hubiera soltado sobre las piedras y raíces.
Durante todo el camino he ido pasando por muchos controles de velocidad y simplemente de policía (ninguno me ha parado). Me he cruzado con centenares de setas de hormigón, unas defensas que el dictador Enver Hoxha hizo construir por miedo a una invasión extranjera. Para asegurarse que las defensas funcionaran, ordenó que fuera bombardeada una de estas setas con el principal ingeniero dentro, por suerte o por desgracia pudo salir vivo. También me he cruzado muchos pozos de petróleo, con torres de metal oxidadas, detenidas desde hacía tiempo, excepto un par que todavía bombardeaban. En los alrededores de la carretera los campesinos seguían con su trabajo interminable: vigilando manadas de ovejas, cabras o vacas, labrando, apilando paja ... Inevitablemente también me he encontrado con un accidente de coche, de la manera que conducen los Albaneses no me extraña. Hacia el final del viaje, me he encontrado un par de tortugas que cruzaban la carretera sin mirar.
Ayer se me hizo oscuro antes de llegar en Gjirokastra, un pueblo que había planeado visitar hoy. Paré en una gasolinera en un pequeño pueblo de cuatro casas perdido en medio de las montañas. Pregunté si me podía quedar a dormir allí, y aunque nadie del presente hablaba inglés, me comunicaron que podía dormir tranquilo. Entonces les pedí otro favor mucho más complicado de explicar.
Hoy tenía que llamarme Catalunya Ràdio para mantener una conversación de unos quince o veinte minutos. Recibir esta llamada a mi teléfono móvil me resultaba un ojo en la cara y propuse en Cataluña Radio que me llamara a un teléfono albanés. En la gasolinera empecé a pedir con gestos que necesitaba un número de teléfono. Los cinco o seis chicos que había hacían todo el posible para interpretar lo que los pedía. Entonces llegó el dueño de la gasolinera que tampoco me entendió, pero me sugirió que lo siguiera. Subimos por una calle del suelo a oscuras hasta una casa y allí se puso a llamar a un nombre, hasta que salió una chica. Después de hablar entre ellos un rato, la chica me preguntó con un inglés muy bueno qué deseaba. Le expliqué y al traducirle al dueño, éste me dijo que me daría su número de móvil. Hoy a las nueve de mañana estaría en la gasolinera y me invitaría a un café. Y así ha sido, me ha invitado a un café y he hablado unos veinte minutos con su móvil. Para compensar, he cargado la Hymer con gasoil. He pagado con euros y no me ha hecho un cambio demasiado bueno, pero naturalmente no le he discutido.
Hoy a media mañana he llegado a Gjirokastra. Es un pueblo construido de piedras: las calles, las paredes, los tejados ... Ha sido agradable pasear, aunque hacía un calor de mil demonios. En la cima de una montaña hay un gran castillo, también muy interesante de visitar y con muy buena vista.
Después de visitar Gjirokastra he comido y entonces he decidido que cruzaría la frontera en vez de visitar otro pueblo que tenía previsto. En la frontera de Albania, los policías se han mostrado muy interesados en mi viaje y fotos. Una chica policía muy atractiva me ha dado su correo electrónico para que le enviara el diario.
En Grecia el paisaje ha cambiado completamente, no me lo esperaba. Pensaba que el paisaje de Grecia sería más seco, pero en vez de eso era bien verde. No sé la razón, quizás Albania tiene un microclima o quizás hace tiempo talaron los bosques (o se quemaron) y eso hace que parezca o sea más seco.
He hecho unos ciento cincuenta kilometros por Grecia hasta que he encontrado la primera playa, he estado nadando un rato, me he duchado, he cenado, me he tomado una copa de coñac y me he puesto a trabajar un poco.





Greece

Nafplio (ver en mapa)

22/05/2006:
Peloponnese,+Greece Peloponnese,+Greece Olympia Olympia Dirou
Dirou Mistras Nafplio Nafplio Nafplio Nafplio


He hecho demasiados kilómetros sólo en tres días. He hecho poco más de mil circulando por pequeñas carreteras y alguna autopista de la península de Peloponnese. El principal motivo es que quería estar en Atenas el martes. Por una parte, tenía que enviar el artículo del 9nou por Internet (lo he hacer como máximo el martes de cada semana). Por otro lado, quería encontrar una lavandería pronto, por qué me empieza a escasear todo tipo de ropa y me da pereza lavarla yo mismo.
De todas maneras he disfrutado mucho de estos tres días. El Poloponnese es una tierra muy bonita, salvaje, rocosa y fértil, llena de olivos. Es sorprendente, que con el calor que hacía, la península tuviera algunas montañas en el centro con clapas de nieve. O, no por qué alguna de estas montañas se acerca a los 2500 metros de altura. En cambio, otras partes de la península eran bien planas.
El sábado volví a nadar un poco antes de ducharme y desayunar. Es un lujo. Después empecé a hacer kilómetros dirección al Peleponnese. Según mi mapa de carretera, estaba en proyecto la construcción de un puente que enlazara con Patra, la principal ciudad del Peleponnese, situada en el Oeste. Sin embargo, cuando llegué ya estaba construido y lo estaban amortizando a marchas forzadas. El coste para cruzarlo era de 16,2€ para las autocaravanas.
En Patra encontré un cibercafe, muy lento, lentísimo, pero finalmente pude enviar el diario del viaje y algunos mails. Después fui tirando hacia el sur, con la intención de hacer noche en alguna playa cerca de Olympia. Escogí en el mapa un pueblo que se llamaba Katakolo y que tenía un faro. Pero llegar fue un poco complicado. Las carreteras eran estrechas y sin indicaciones. Entré en un pueblo enfilado en una colina y fui tirando por una pequeña calle. Y cuando me di cuenta de que estaba totalmente equivocado ya era demasiado tarde, echar marcha atrás era bastante complicado y seguí adelante, entre los rosales y las ramas de los árboles que la Hymer iba apartando. Seguí el caminito, montaña arriba, ya fuera del pueblo, con la esperanza de encontrar un espacio donde poder girar. Pero en vez de eso me encontré con el final del camino. Por suerte, al lado había un campo de árboles frutales y una mujer que estaba trabajando. El campo tenía una puerta bastante ancha y le pregunté a la mujer si podría utilizar su campo para dar media vuelta. La mujer me dio permiso un poco incrédula. Y finalmente, después de bastantes maniobras conseguí salir de aquel camino sin salida.
Encontré el pueblo e hice noche allí. El día siguiente, después de nadar otro rato, llegué a Olympia (7278 km). Antiguamente, Olympia era una zona sagrada, llena de templos y monumentos, y por supuesto, con un estadio y grandes edificios para entrenar a los atletas que participaban en las Olimpiadas. Actualmente sólo quedan un montón de piedras, columnas abatidas y algunas pocas de pie. Pero es muy interesante coger mentalmente estas columnas caídas y ponerlas de pie, después poner encima un pesado techo de piedra y madera y acabar imaginándote la magnificencia de la vida y de los edificios de hace casi tres mil años.
Seguí hacia el sur, primero por carreteras trazadas con tiralíneas y después por carreteras trazadas con compás, con un montón de curvas subiendo y descendiendo por los precipicios de la costa. Me detuve en un pequeño y bonito pueblo nombrado Kardamili, y acabé haciendo noche en otra encantadora villa llamada Dirou.
Esta mañana he ido a hacer unas fotos para Dirou. Estaba haciendo una foto de una pequeña iglesia cuando se me ha acercado un hombre que sólo hablaba griego y me ha hecho entender que me invitaba a un café. Aunque no tenía mucha tiempo, siempre estoy abierto a conocer gente del país y he aceptado. Le he seguido por dentro de su casa, hasta un balcón a la sombra de una parra. Mientras me preparaba el café (en un pequeño fogón, calentando agua mezclada con café molido y azúcar) me ha preguntado la edad y me ha indicado que él tenía 65, dibujando números sobre la mesa. Dibujando un 100 le he indicado que él llegaría a esta edad. Me ha preguntado si viajaba solo. Él también vivía sol y parece que nunca había estado casado. Me ha preguntado donde dormía, y en el decirle que en el coche, me ha invitado a dormir a su casa la próxima noche. Le he agradecido pero lo he dicho que no. De todas maneras me ha enseñado la casa, grande y limpia, pero llena de trastos por todos los rincones. Encima la mesa del comedor he visto que tenía algunas revistas pornográficas homosexuales. Lo siento, pero entonces he mirado al hombre diferente. Me ha pedido que me quedara a comer y le nuevamente le he dicho que no. Entonces me ha invitado a ver la televisión. Le he dicho que no tenía ganas pero iba diciendo, "sex, sex". Me he quedado un rato con curiosidad para ver qué tipo de dvd tenía puesto. Era la típica película pornográfica heterosexual. Me decía que estas películas van bien mucho para dormir. Me invitaba a sentarme y a relajarme, pero yo estaba de pie riendo. Finalmente le he agradecido el café y el rato y me he marchado todavía riéndome por las anécdotas de que me suceden.
De Dirou he ido en Githio, un pueblo que parecía interesante. Pero sólo me he parado para nadar un rato y comer. Después he ido hacia Mistras, un pueblo que tiene unas ruinas bizantinas muy interesantes. No las he visitado, porque hubiera estado toda la tarde, pero las he contemplado desde fuera. Murallas, iglesias, piedras, y más piedras, enfilándose montaña arriba, y arriba del todo un castillo.
Donde sí que relajado unas pocas horas ha estado en Nafplio. Mi guía tenía escrito "una de las villas más bonitas de Grecia" y realmente era bonita. Las calles eran estrechas y empedradas. Había muchas plantas que se subían por las paredes con flores de color rojo. De vez en cuando pasaba de largo pequeñas tiendas y restaurantes. En la parte de montaña, subiendo por unas escaleras de piedra pintadas de color blanco, se respiraba todavía más tranquilidad. En el fondo, subido en una colina hay un impresionante castillo, encima la villa otro, y en medio del mar, en una pequeña isla, otro. Me han quedado muchas cosas para contemplar, pero como siempre: "estoy conociendo muy poco de muchas cosas".
Después de cenar me he dirigido por la autopista hacia Atenas. Me ha extrañado que dos peajes estuvieran abiertos, y sólo en un tercero me han cobrado 3,3€. Y otro hecho sorprendente, a lo largo de los 150 kilómetros de autopista, sólo había una sola área de servicio y de descanso, por suerte, allí había un lavabo público a la vista donde he podido vaciar mi lavabo químico.
Ha sido una buena idea entrar en Atenas de noche, porque no me he encontrado nada de tráfico y ha sido bastante sencillo encontrar aparcamiento en el centro.




Atenas (ver en mapa)

24/05/2006:
Athens Athens Athens,+american+friends


¡Hace mucho calor, es terrible, pero ya tengo el visado para entrar en Rusia!
Aunque ya he pasado dos días en Atenas, todavía no he tenido tiempo de visitar a fondo la ciudad. Aunque ya me he ido impregnando de la vida tranquila de la ciudad. Sí, la gente parece tomarse la vida con mucha calma. Por ejemplo, tengo la autocaravana aparcada en una calle estrecha, bien aparcada, pero cuando tiene que pasar un camión o furgoneta grande, tienen que ir muy poco a poco o hacer alguna maniobra para no tocarla. Pero nadie se me ha quejado, ni los policías que me han visto salir o entrar en la Hymer. Otro ejemplo. Hoy por la tarde quería visitar la Acrópolis. He llegado sudado bajo este sol abrasador y sorpresa, un cartel en la puerta anunciaba que hoy por la tarde la Acropolis estaría cerrada por que los trabajador tenían una reunión sindical. Tercer ejemplo, después del intento fallido de visitar la Acrópolis y de pasear un rato con otra turista que se había encontrado con la misma situación que yo, he ido a hacer un café frape (bebida nacional). Me he fijado que todas las tiendas estaban cerradas y he preguntado a la camarera por el motivo. Me ha dicho: "porque es el miércoles, los tenderos necesitan descansar". En resumidas cuentas, las tiendas cierran todos los miércoles por la tarde.
No he tenido tiempo de visitar a fondo la ciudad pero he hecho bastante trabajo. Ayer por la mañana fui a la oficina de información turística que indicaba mi guía y se ve que ya no se encontraba allí. Había otra que estaba bastante alejada del centro y después de conectarme un rato a Internet me dirigí allí con bicicleta. Allí fueron realmente amables. Estuvieron buscándome información sobre lavanderías en Atenas y sobre el consulado ruso. Llamaron para preguntar horarios, me imprimieron mapas, me indicaron qué autobuses o metro coger ...
Por la tarde fui a la lavandería y me lavaron los diez kilos de ropa que tenía acumulados. Cuando fui a buscar la ropa, la mujer se me quejó un poco por la gran cantidad de ropa de que había, pero la estuve ayudando a plegar la ropa y me hizo un buen precio.
Tarde por la tarde, justo antes de ponerse el sol me dirigí hacia la Acrópolis con la intención de hacer algunas fotos con la luz del crepúsculo. En la montaña de Filopapou, frente la Acrópolis, conocí a tres americanos que también estaban haciendo fotos. Bajamos juntos y les propuse ir a hacer una cerveza mientras nos explicábamos nuestros viajes. Los tres estaban haciendo un curso de seis semanas de cultura e historia griega, una buena excusa para conocer Grecia.
En el bar donde fuimos a hacer la cerveza (en realidad bebimos vino) nos encontramos con otra americana. Hablando de mi proyecto me comentó que la política exterior de los Estados Unidos era nefasta. Eso hacía que en muchos países la miraran mal por ser americana, aunque que ella (y la mayoría de viajeros americanos) no defendiera la política americana. Entonces le pregunté si a pesar de todo se sentía orgullosa ser americana y me dijo que no.
Esta mañana he ido al consulado ruso. Me ha atendido a una señora muy simpática. Enseguida me ha hecho ver que no tendría ningún problema para tener el visado porque tenía todos los papeles necesarios (básicamente la invitación que me proporcionó la agencia Búlgara). He llenado algunos papeles y pedido de tener el visado hoy mismo, para no arriesgarme a ningún tropiezo. He pagado 150 euros (incluyendo el seguro obligatorio) y me han entregado el visado. Me ha parecido demasiado sencillo después de los problemas que había tenido. Aun así, he pagado un poco más de lo que me hacía pagar la agencia búlgara, no entiendo estos rusos.
Al anochecer, después de pasear con la turista que había encontrado en la Acrópolis, estaba en la Hymer trabajando con el motor puesto en marcha, porque una de las baterías estaba bastante descargada. Y de repente alguien ha picado la puerta con decisión. Me he puesto la camiseta y he abierto la ventana. Había unos cuantos policías que me han preguntado qué hacía allí. Les he comentado que era turista. Entonces me han pedido el pasaporte, y mientras verificaban mis datos con la central, me han comentado que estaba bien aparcado pero que en la zona había bastantes edificios oficiales y simplemente querían asegurarse que no fuera sospechoso. Finalmente se han marchado pidiéndome disculpas.
Por la noche, he quedado con los americanos que conocí ayer. Hoy eran ellos tres y bastantes chicas de su grupo. Hemos ido a tomar unas copas y después a bailar. En el grupo había un americano de origen griego. Estaba muy orgulloso de sus orígenes griegos, de su religión greco-ortodoxa, de la comida, las bebidas ... También he hablado con otros del grupo que me han explicado que Estados Unidos tiene dos zonas bien diferenciadas culturalmente: las costas con gente muy abierta y el interior con gente mucho más tradicional.



25/05/2006:
Athens Athens Athens


Aunque fui a dormir un poco tarde, me he levantado relativamente temprano porque esta mañana quería acabar de traducir el diario a inglés, seleccionar imágenes para el diario y enviarlo finalmente. Estaba trabajando desnudo, porque con este calor es inevitable. Por otro lado, ya me he acostumbrado a la idea de estar en pelotas en medio de la calle, aunque esté dentro de un pequeño habitáculo. Pues bien, estaba trabajando y han vuelto a picar con contundencia la Hymer. Me he puesto una camiseta y unos pantalones y he abierto la ventana. Había un policía que me ha dicho que tenía que sacar la autocaravana de allí. Le he explicado que ayer otros policías me comentaron que estaba bien aparcada. Pero él me ha señalado un autobús que había parado detrás de la autocaravana y me ha comentado que si no la sacaba podía pasar. A diferencia de los otros días, en el otro lado de la calle había aparcado un coche en vez de motos. Unos metros delante de la Hymer había un camión grulla, por lo que se ve habían intentado llevarse la autocaravana, pero tal como estaba aparcada era imposible. En resumidas cuentas, he sacado la autocaravana del centro y me he puesto entre el terrible tráfico de Atenas a buscar un nuevo aparcamiento, que no he encontrado hasta al cabo de un buen rato en una zona residencial.
Por la tarde, después de hacer todo el trabajo que tenía pendiente, he ido hacia la Acrópolis. Pensaba que tendría dos horas para visitarla pero he llegado un poco tarde y allí me han informado de que cerraban media hora antes de lo que me pensaba. Por otro lado el precio de 12€ que ya conocía, también incluía la visita a otros monumentos. Así pues, al final he decidido visitar otra área y dejar la Acropolis para mañana por la mañana.
He visitado la zona del Agora, con más ruinas y algún templo en pie. En cierta modo no deja de ser una proeza construir un edificio que aguante tantos años de pie. Medio en equilibrio, porque a veces las piedras que forman las columnas están desplazadas de la vertical. ¿Quizás un terremoto las desplazó? ¿Quizás el mismo terremoto destruyó otros templos?
A la noche he vuelto a quedar con los Americanos. Hemos ido hacia el centro a buscar algún club que estuviera bien. Nos hemos metido por alguna calle estrecha y poco alumbrada que ha asustado a los americanos pero finalmente hemos llegado a un club muy acogedor donde hemos pasado toda la noche. He estado conversando y bailando bastante rato con una chica muy simpática, Anna. Me ha invitado a pasarla a ver cuándo viaje por América.





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