Documento sin título

globetour

Quienes somos >> Diario << Diario de Alex Fotos Proyecto Respuestas Videos Cuestionario Itinerario Sponsors Otros viajeros Colabora Contacto

 

Diario

Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.

Dia:   
        
Pais:   

‹ Anterior (27/09/2008)  MES   Siguiente (2008-11-26)›                     ‹ Anterior (2009-08-13 - Tibet)  PAIS   Siguiente (2009-09-03 - India)›



Nepal



Kathmandu (ver en mapa)

28/10/2008:
India Nepal


Después de despedirnos de nuestros amigos franceses y de conectarnos a Internet (utilizando sólo el ordenador de Alexandra), empezamos a hacer camino hacia Kathmandu, Nepal. Teníamos previsto visitar Lucknow donde nos habían escrito de Couchsurfing, pero las buenas carreteras parecían ir dirección Vanarasi y tomamos éstas, sin intención de detenernos para visitar nada por el camino, pues estábamos un poco cansados de la India y de los indios, esperando recuperar la tranquilidad perdida en Nepal. Por otro lado, aunque intentaba no preocuparme por mi ordenador estropeado, necesitaba arreglarlo lo más pronto posible (o intentarlo) y Kathmandu parecía el mejor punto, ya que allí teníamos un muy buen amigo de David y la Maria que nos podría ayudar a encontrar a un buen informático.
Otro de los muchos motivos para visitar Nepal, era para realizar una serie de reparaciones al coche, porque no confiábamos que en India podríamos realizarlas con eficiencia, quedando demostrado el primero de estos días, que paramos en un poblado para arreglar los frenos de detrás, que chirriaban. Sólo era necesario soldar una pequeña pieza a las pastillas de frenos para subirlas un poco y evitar que tocaran el eje de las ruedas. Pero después de 45 minutos intentando extraer una de las pastillas, limaron ligeramente uno de los lados, la volvieron a instalar y me comentaron que ya estaba arreglado. Yo ya les había intentado comunicar que la solución era otra y que así no habrían arreglado nada y, evidentemente, la pieza volvió a chirriar al arrancar el motor. Así pues, habiendo visto en desmontar la rueda que el frotamiento de la pieza no era demasiado grave y que podría aguantar perfectamente hasta Nepal, les comenté que no era necesario que lo intentaran más y me marché sin pagar. Parecía que, como mínimo aquellos indios mecánicos, no tuvieran ganas de arreglar mi problema, o que tuvieran mucho poco ingenio, o que simplemente no quisieran ser ingeniosos; si las cosas no son fáciles, prefieren rehusar el trabajo.
A pesar de intentar escoger las mejores carreteras dirección en Nepal y Kathmandu, éstas no fueron demasiadas buenas, con numerosos agujeros y abolladuras en el asfalto, camiones locos que nos hacían salir de la carretera y poblados llenos de gente que nos hacían circular a paso de tortuga. Alexandra me preguntaba: ¿"Porque las carreteras siempre pasan por el medio de los bazares? ", pero yo suponía que era el revés, que los bazares simplemente se instalaban en torno a las carreteras principales, dificultando el paso de la circulación. En cualquier caso, tardamos más de los dos días de viaje que pensaba que tendríamos hasta Nepal, ya que de nuevo, hicimos registros que no hacíamos desde África, circulando a medias inferiores a los 40 km/h. Al primer día circulamos 200 km, el segundo 320 km y el tercero, hoy, 375 km, quedándonos a unos 150 km de Kathmandu.
Posiblemente, el único motivo que me habría hecho quedar unos días más en la India era el Diwali, una de las fiestas más importantes que se celebran en la India y que ya tuvimos oportunidad de disfrutar entre la comunidad India de Mombasa, en Kenia. Estos 5 días de fiesta que empezaban ayer día 28, están dedicados a diferentes deidades hindúes, entre éstas Rama, al cual se guía desde su largo exilio hacia casa con pequeñas linternas de aceite. Al mismo tiempo, el Diwali coincide con el fin de año según el calendario hindú, motivo de celebración con cohetes y petardos. En cualquier caso, a pesar de no recibir ninguna invitación para celebrar el Diwali, tuvimos ocasión de observar su celebración durante el trayecto. Por la carretera se vendían muchas guirnaldas de flores naranjas y amarillas, que se colgaban a los camiones, casas y posiblemente se ofrecían a los dioses. También había muchas más tiendas vendiendo dulces y, las que sólo venían vegetales, lo hacían el doble de caro. Por otro lado, también era fácil constatar que muchas casas estaban acabadas de pintar con colores vivos, para la ocasión. Por la noche, los niños empezaron a tirar petardos y las casas encendieron las luces típicas de Navidad (en Europa) y a situar velas encendidas delante de las puertas. La Única suerte de hacer el recorrido durante el diwali era que quizás (sólo quizás) había menos tráfico transitando por las carreteras.
Finalmente, hoy al mediodía hemos llegado a la frontera del Nepal y con facilidad hemos podido hacernos un visado de 15 días (había diferentes tarifas según la duración deseada del visado) y hemos entrado en este nuevo país. Una de las primeras cosas que llaman la atención al entrar en Nepal es el cambio de hora, quince minutos por delante de India, una manera de indicar que el país es diferente. Aunque no es necesario explicitarlo de esta manera, porque la mayoría de los nepaleses tienen los ojos alargados; visten mejor y limpios y de estilo más europeo (quizás porque era diwali); parece haber muchos menos mendigos (o son inexistentes); y parecen mucho más tranquilos y afables. Por otro lado, las carreteras hasta ahora (nos encontramos a unos 150 kilómetros de Kathmandu) son excelentes, con la hierba de los márgenes recién cortada (y mostrando bastantes restos de basuras que antes habían estado ocultadas), la gente caminando por el lado de la carretera (no sobre el asfalto o por el medio) y los camioneros y conductores de autobús, que parecen conducir con mucha más prudencia. Aun así, hay algunos rasgos en común con la India, como las vacas ocupando el asfalto de la carretera, junto con numerosas bicicletas y motos, algunas de las cuales también llevan a 4 o 5 pasajeros.
A pesar de todo, no todo ha sido perfecto y no se ha cumplido mi profecía según la cual, ayer sería el último día en que seríamos molestados durante la noche o que nos intentarían abrir la puerta (en este caso fueron los mismos trabajadores de la gasolinera donde habíamos aparcado). En Nepal, la gente parece mucho más respetuosa con las propiedades de los otros, aunque hemos llegado en el peor momento para comprobarlo. Teníamos opción de aparcar en medio del bosque, pero finalmente hemos decidido aparcar en una gasolinera en medio de un pueblo. Al oscurecer, hemos observado por la ventana cómo grupos pequeños de niños se paseaban por delante de casas y tiendas deteniéndose para cantar y bailar canciones típicas de Diwali a cambio de ganarse unos dulces o unas monedas. Más tarde, los grupos de jóvenes se han hecho más numerosos, de manera que, para cantar en la tienda del lado de la gasolinera, los jóvenes pasaban por el lado del coche, tocándolo, golpeándolo y moviéndolo. Alexandra se ha puesto histérica, haciendo sonar la alarma y chillando a los jóvenes por la ventana. Pero la situación se ha vuelto irresistible cuando la tienda ha instalado un potente equipo de música y la juventud ha empezado a bailar. Nos podíamos haber añadido a la fiesta, pero ya nos encontrábamos en la cama y al día siguiente queríamos llegar temprano a Kathmandú, así pues, para no estorbar más la fiesta de los otros ni nuestro descanso, hemos decidido mover la autocaravana hacia un lugar más tranquilo.



03/11/2008:
Nepal,+Kathmandu,+diwali+in+Jay+house Nepal,+Kathmandu,+Jay+Ram+family Nepal,+Kathmandu,+Durbar+square Nepal,+Kathmandu,+Durbar+square Nepal,+Kathmandu,+Durbar+square Nepal,+Kathmandu,+Durbar+square
Nepal,+Patan Nepal,+Patan Nepal,+Patan Nepal,+Patan Nepal,+Patan Nepal,+Patan Nepal,+Patan,+Durbar+square
Nepal,+Patan,+Durbar+square      


Han transcurrido 6 buenos días en Kathmandu, en compañía de Jay Ram y su familia. Jay Ram es un muy buen amigo de la familia de David y Maria, los cuales han hecho diversos trequings por las montañas de Nepal guiados por Jay Ram y posteriormente lo han invitado a quedarse unos meses en España. Tanta buena amistad hay entre ellos, que Jay Ram ha llamado a dos de sus hijos, Maria (5 años) y David (2 meses); en medio también tienen una otro energética niña llamada Asmita (3 años). Jay Ram y su familia nos recibieron con guirnaldas de flores y unos largos y finos tejidos que nos colgaron en el cuello, después nos reunimos en la pequeña habitación donde vivían y donde había reunido otros miembros de su familia celebrando el último día de Diwali. Nos ofrecieron té, nos pintaron la frente con diferentes puntos de colores y estuvimos conversando sobre nuestros amigos en común, David y Maria, y su viaje. Después Jay Ram nos acompañó a pasear por la bonita ciudad de Kathmandu, explicándonos que era temporada alta por el turismo (se notaba en las calles) y que había mucho trabajo como guía; de hecho - nos acabó explicando - había rechazado un trequing para poder estar con nosotros. Me supo mal, pues sólo hay 6 meses durante los cuales Jay Ram puede trabajar guiando turistas por las montañas, siendo la única fuente de ingresos de la familia. Por suerte, al cabo de un par de días, Jay Ram nos comentó que tendría un trequing de 20 días, hasta una montaña próxima al everest, manteniéndolo bastante ocupado hasta hoy por la noche, cuando nos ha cocinado la última cena, como siempre deliciosa. Finalmente, después de bebernos un par de cervezas, nos hemos despedido afectuosamente de él deseándonos mucha suerte.
Ha sido un placer haber conocido Jay Ram y su familia, pues ha sido un gran confort después de un mes y medio transitando entre desconfiados indios. Su hospitalidad era comparable a la Turca, iraní o Pakistaní, aunque la situación económica de Jay Ram no era comparable a las anteriores familias con las que habíamos estado. Así pues, intenté pagar alguno de nuestros gastos durante nuestra estancia, aunque fue complicado que Jay Ram lo aceptara. También fue interesante encontrarnos con Jay Ram con el fin de conocer de primera mano la situación de Nepal. Aunque no era demasiado amante de hablar sobre política, una mañana me sorprendió explicándome que desde en 1996, el Nepal había estado un país en guerra, muriendo cada día gente inocente como consecuencia del enfrentamiento entre los grupos maoistas y las fuerzas reales. Pocos años más tarde, en 2001, hubo una masacre en el palacio real, en la cual - según fuentes oficiales - el príncipe heredero mató su padre rey, la reina y otros 10 miembros de la familia real porque no aceptaban su matrimonio con una aristócrata. La misma noche, el príncipe heredero se disparó, quedando sucesor del poder real el hermano del fallido rey, presente en palacio durante la tragedia y considerado para muchos nepaleses como el verdadero responsable de la matanza (en la historia real nepalesa hay otros casos similares de masacres). El nuevo rey se propuso de gobernar con más mano dura contra los maoistas, pero diversos días de manifestaciones y huelgas generales en Kathmandu desencadenaron una serie de reacciones políticas que acabaron con el rey destronado y unas elecciones democráticas ganadas por los Maoistas. Estos recientes acontecimientos han acabado pacificando el país, incrementándose sustancialmente el número de turistas esta temporada, motivo para el cual, Jay Ram se mostraba confiado y optimista al mirar el futuro.
En realidad, Katmandú es la ciudad más turística que hemos visitado en mucho tiempo. Existe el barrio de Tamel donde todo parece estar enfocado a los turistas: hoteles, restaurantes, agencias de trekking, tiendas de material de montaña, souvenirs ... Aun así, el ambiente está tranquilo y relajado y es agradable de pasear por el barrio de Tamel dirección sur, hasta el barrio antiguo de Katmandú, al centro del cual está la plaza Durbar, apretada de bonitos templos y algunos palacios. Los templos hinduistas y budistas, están tan juntos unos de los otros, que es difícil de hacer una buena fotografía en perspectiva, en cualquier caso, los detalles de los templos también son magníficos, como por ejemplo, los trabajos en la madera o los múltiples tejados que se elevan unos sobre otros. Un ambiente similar, pero con menos turistas, se respiraba en Patan, un pueblo en el sur de Katmandú, con otra plaza Durbar (significa palacio) y un casco antiguo con muchos otros fabulosos templos, en uno de los cuales se celebraba una interesante ceremonia hindú en la que se quemaban ofrendas.
A Patan me dirigí con un minibús con los pasajeros enlatados como sardinas y yo, y algunos otros, colgados en la parte de fuera de la puerta. Por suerte nadie se cayó por el camino y al llegar, me pude dirigir a la embajada de Myanmar (Birmania), motivo principal de mi visita a Patan. Los franceses de Khajuraho nos habían informado de que era posible cruzar Myanmar en coche hasta Tailandia, pero el cónsul, aunque amable, no se mostró demasiado optimista. En cualquier caso, me dejó aplicar los visados al mismo tiempo que me sugería contactar a alguna agencia de viajes en Myanmar. También dediqué un par de días más a intentar solucionar otro problema, mi ordenador portátil averiado; pero he estado muy poco afortunado, porque ni he podido arreglar el ordenador ni he podido recuperar los datos del disco duro. Así pues, hoy he comprado un nuevo portátil a través de Internet que he enviado a casa de los padres de David, que llegarán en diciembre al sur de la India; y también hemos modificado la ruta para poder llegar allí con tiempo. Bajaremos por la costa este, donde no hay demasiados monumentos a visitar, y aprovecharemos para detenernos en Calcuta, donde intentaré llevar el disco duro a un laboratorio de recuperación de datos y nos seguiremos informando sobre la posibilidad de cruzar Myanmar en coche.



12/11/2008:
Nepal,+Swayambhunath+or+Monkey+temple Nepal,+Swayambhunath+or+Monkey+temple Nepal,+Swayambhunath+or+Monkey+temple Nepal,+Swayambhunath+or+Monkey+temple Nepal,+Budhanikantha+temple Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Bhaktapur
Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Bhaktapur Nepal,+Himalayas+from+Nagarkot Nepal,+Himalayas+from+Nagarkot
Nepal,+Himalayas+from+Nagarkot Nepal,+Pashupatinath+temple Nepal,+Pashupatinath+temple,+death+body+ready+to+burn Nepal,+Bodhnath+stupa Nepal,+Bodhnath+stupa Nepal,+Bodhnath+stupa  


Al día siguiente de despedirnos de Jay Ram, fuimos temprano por la mañana a la embajada India para renovar el visado de entrada. Pero no llegamos suficiente temprano, pues ya había decenas de extranjeros esperando que fueran atendidos en una ventanilla, donde iban llamando según el número de llegada. El funcionamiento, a pesar de ser automatizado, era un poco caótico y demasiado lento, y no fue hasta al cabo de cuatro horas que pudimos entregar los formularios. Un proceso similar sufrimos al cabo de tres días, cuando después de otra jornada de esperas desesperantes, ya de noche pudimos recoger nuestros pasaportes con un nuevo visado para la India de seis meses con doble entrada.
Al día siguiente de nuestra primera visita a la embajada India, seguimos con nuestros planes de trabajo e hicimos nuestra primera visita a un taller del Nepal para hacer reparaciones al coche. Primero arreglamos las nuevas pastillas de frenos que todavía chirriaban desde la India y soldamos una pequeña pieza. Al día siguiente hicimos a una caja nueva para las bombonas de butano, mucho más reforzada que la original y más elevada del suelo (en numerosas ocasiones había rascado las carreteras de África). Los siguientes dos días nos dimos un poco de descanso para visitar la interesante el valle de Katmandú y ayer lunes, nos dirigimos a otro taller que nos recomendaron unos viajeros. Allí arreglamos una pieza que bailaba y que hacía ruido desde Irán, hoy hemos reforzado el parachoques del detrás del coche que en la India se había desmontado al chocar ligeramente con una moto, y mañana arreglaremos la escalera de la autocaravana y la haremos más corta, para que no vuelva a tocar más al suelo. Y todos estos cinco días de trabajo por sólo por 70€, toda una ganga considerando que finalmente tendremos una autocaravana capaz de afrontar cualquier camino. ¿En cualquier caso, nunca se me acudiría volver a testarla por las carreteras de África, aunque, quién sabe qué carreteras nos esperan en el futuro en la India, sureste Asiático, o América? ¿A buen seguro que mejores que en África, sin embargo, quien sabe?
De todos modos, mucho más preparados para las malas carreteras estaban unos alemanes que estaban viajando con una autocaravana montada sobre un camión del ejército danés. Nos los encontramos acampando en un descampado bastante céntrico de Kathmandu, junto con una pareja suiza-alemana que viajaba con una vieja furgoneta Mercedes. Fue agradable de coincidir con ellos y acampar en el mismo espacio los siguientes días mientras nos explicábamos nuestras experiencias y filosofías de viaje. La pareja suiza-alemana viajaban con un niño de 5 años y hacían muy pocos kilómetros al mes y relajándose largos periodos en lugares concretos, planeando de volver a Alemania en unos dos años y establecerse para que el hijo pudiera estudiar. En cambio, la pareja alemana con el camión conducían más rápido que nosotros (y gastando el doble de combustible por 100 kilómetros) teniendo el plan de volver a Alemania en menos de un año para continuar realizando otros viajes de una duración inferior al año.
En cualquier caso, ninguna de las dos parejas extranjeras parecía tanta interesada como nosotros - o yo - para conocer nuevos lugares, monumentos, cultura y gente. Así pues, entre las idas y venidas a los talleres y a la embajada India, dejé a la Alexandra extenuada con un programa de visitas a diversos lugares de interés próximos a Katmandú, principalmente templos budistas y hinduistas, las dos religiones dominantes en el Nepal. Recuerdo que Jay Ram nos había contado que el budismo se practica mayoritariamente en las montañas del Nepal, considerando que el hinduismo era una religión importada desde la India. De todas maneras, la realidad es que, aunque y que Buddha nació en el actual Nepal en el año 550BC, el budismo no se extendió por Nepal hasta pasados unos 300 años, gracias al emperador Indio budista Ashoka, produciéndose posteriormente diferentes renacimientos de ambas religiones. De entre las visitas que realizamos nos sorprendieron las impresionantes estupas budistas de Swayambhunath y de Bodhnath, las cuales representan la filosofía budista, con un nivel cuadrado sobre una blanca cúpula, que contiene pintado a los cuatro vientos los dos ojos de buda y el número 1 escrito en nepalés como tercer ojo, simbolizando la unidad de todas las vidas. También visitamos un par de templos hinduistas, entrando primero en el templo de Budhanikantha donde por la mañana había largas colas para adorar y hacer ofrendas a una enorme estatua de vishnu reposando en medio de un estanque. Hace un par de días también visitamos el templo de Pashupatinath, el templo hinduista más importante del Nepal, que se eleva al lado del sagrado río de Bagmati, donde quemaban diversas piras. Tuvimos ocasión de presenciar como al lado de otras piras casi del todo consumidas, un hombre vestido de blanco que apilaba diversos troncos formando una estructura rectangular de casi metro de altura. Poco más tarde, diversas personas llegaron cargando una camilla con el cuerpo de una mujer vieja muerta, envuelta en tejido amarillo, a la cual destaparon la cara una vez puesta sobre la estructura de troncos. Acto seguido, dos de sus hijos, un hombre y una mujer, dieron diversas vueltas a la pira llorando, chillando de dolor y casi desmayándose; al tiempo que hacían diversas ofrendas ayudados de otras personas. A continuación, cubrieron el cuerpo de la muerte con paja para ocultar la morbosidad de la carne consumiéndose y el hijo encendió la pira por debajo. Después la familia se retiró, y Alexandra, también secándose las lágrimas de empatía. En cambio, yo me quedé con un sentimiento fragilidad ante la vida, observando cómo las llamas prendían la madera y como después elevaban y crujían con fuerza al ser alimentadas por la grasa del cuerpo que empezaba a consumirse. Yo no pude sentir el olor de carne quemada, pero Alexandra la consideraba insoportable y al reencontrarnos, nos tuvimos que marchar pues se estaba mareando. Más agradables que la visita al templo de Pashupatinath, fue nuestra estancia en el pueblo de Bhaktapur, el cual conserva un cierto aire medieval, pues los coches tienen prohibida la circulación; y el pueblo de Nagarkot, desde donde se disfrutaba de una impresionante vista de las montañas del Himalaya, incluyendo el mítico Everest, que en teoría se podía observar como un punto en el horizonte.
Finalmente, nuestra estancia en Katmandú fue completa con el encuentro de un nepalés hinduista, amigo de un amigo de Manu Kant de Chandigarh, llamado CM Yogi. CM Yogi me invitó una noche a la escuela que había creado y en la cual intentaba transmitir un mensaje de no violencia y una base espiritual entre los niños. Respondiendo a mis preguntas, CM Yogi me explicó que en el Nepal se practica el hinduismo y el budismo, los cuales estaban muy mezclados tradicionalmente, aunque recientemente se han empezado a separar debido al Dalai Lama que ha tomado la voz de la comunidad budista. De todas maneras, incluso hoy en día, muchos festivales, templos, plegarias, ceremonias ... son compartidas al mismo tiempo por hinduistas y budistas. En cualquier caso, se notaba que CM Yogi tenía una clara preferencia por el hinduismo, afirmando que, a diferencia de todas las otras religiones que se habían creado en un momento de la historia, los hinduistas creen que su religión había nacido en el mismo momento de la creación. En cualquier caso, CM Yogi acababa comentando que para crecer espiritualmente no se necesita religión y que uno tiene que desengancharse de éstas para iluminarse. Por ejemplo, la escuela, el instituto y la universidad, son instituciones necesarias para adquirir conocimiento, aunque después uno las tiene que abandonar para aplicar el conocimiento adquirido. Igualmente tiene que pasar con las religiones, si uno no se libera de éstas, uno será una persona religiosa sin espiritualidad o entendimiento. Así pues, para conseguir la iluminación, uno se tiene que liberar de todos los vínculos físicos, emocionales e intelectuales. Después en CM Yogi me comentó que el cristianismo es fácil de explicar, porque sólo hay un Dios y un libro; en cambio, en el hinduismo hay muchos Dioses, diferentes libros, diversos tipos de templos ... De todas maneras, conservando un paralelismo con las religiones monoteístas, todos los Dioses hindúes no dejan de ser la manifestación de un único Dios, de la misma manera que una persona tiene diferentes nombres según el contexto en lo que se encuentra (familia, trabajo, amigos, religión ...). Así pues, los creyentes no se tendrían que atar a los nombres: Dios, Alá o Vishnu ... De hecho, uno no se tendrían que atar a nada de nada. Pero yo pregunté: "Si nos tenemos que liberar de todos nuestras ataduras, por que no desligarnos del mismo concepto de Dios". Primero no me entendió la pregunta, pero poco después, me comentó que uno también se tendría que desligar de Dios, sin dejar de amarlo infinitamente.
---
En Kathmandu tomé el pulso en al mundo con CM Yogi, el cual opinaba que el principal problema del mundo era la falta de educación (a nivel formal) y de conciencia (a nivel informal), ambos problemas crean problemas y conflictos, aunque la falta de conciencia los crea a un nivel más global. Se tendría que enseñar filosofía espiritual a un nivel formal, desligado de las religiones, una propuesta que está intentando desarrollar con su organización, actuando a nivel local. El principal problema en Nepal es la guerra de los rebeldes Maoistas, quienes actualmente gobiernan sin haber abandonado las armas. CM Yogi se considera feliz porque trabaja en un proyecto por las comunidades más necesitadas. La felicidad depende de la mente, el gozo depende del corazón. La felicidad se puede alcanzar materialmente, pero el gozo sólo con conciencia.
ver video 1
ver video 2





India

Bodhgaya (ver en mapa)

14/11/2008:
Después de una mañana y tarde acortando la escalera del coche en el taller de Katmandú (el trabajo se alargó más de la cuenta), salimos de la ciudad con la intención de acercarnos el máximo posible a la frontera, pues nos caducaba el visado al mismo día. En cualquier caso, aunque hubiéramos querido, habría sido imposible de cruzar la frontera aquella misma noche, porque poco después de salir de Kathmandu nos detuvimos delante de una moto y motociclista que justo habían sufrido un accidente, cayendo debido al desprendimiento de unas rocas (o así lo creí). En realidad no conseguí ver al motociclista, porque la multitud de gente salida de los autobuses y las casas próximas se reunieron en torno a éste. Sin posibilidad de poder ayudar al accidentado ni con ganas de participar del espectáculo seguramente morboso, empecé a sacar las rocas que habían caído sobre el asfalto. Pero sorprendentemente, se acercaron dos chicos que parecían indignados con mi trabajo:
- ¿Porque estás haciendo eso? ¿No ves que ha habido un accidente? - Me preguntaron con un inglés elemental.
- ¿Tarde o temprano tendrán que pasar los coches, no? - y seguí tirando rocas fuera de la carretera.
Mi respuesta no los convenció nada, porque al cabo de un minuto volvieron más agresivos exigiéndome de terminar mi trabajo. Y yo, enfadado con su incomprensible actitud - según mi cultura - tomé un par de piedras que había sacado de la carretera y las volví a tirar sobre el asfalto, encerrándome a continuación dentro del coche. Aunque pocos minutos después otros jóvenes acabaron de apartar el resto de piedras de la carretera, la situación no dejaba de ser muy extraña. Los Nepaleses son muy impacientes conduciendo, creando numerosos atascos al querer ocupar cada espacio libre de la carretera, aunque se encuentre en el carril contrario; pero aquí, todo el mundo se mostraba tranquilo y ni los autobuses ni camiones presionaban para pasar. Nosotros, al encontrarnos casi delante de todo, podíamos haber pasado entre la multitud, por el lado de la moto caída y del accidentado, pero no quería poner en peligro los cristales de la autocaravana ante la actitud agresiva que algunos de ellos me habían mostrado hacía unos momentos. Esperamos que algún camión tomara la iniciativa, pero en vez de eso, dos camiones se atravesaron en la carretera para que dejaran de pasar las motos que de vez en cuando se colaban. En este caso, la cultura nepalesa era bien diferente a la Europea, donde si hay un accidente los coches continúan circulando por el lado del cadáver o herido, aunque para pasar tengan que pisarle las piernas. En cualquier caso, al cabo de una hora de esperar llegó la policía, pero la situación no mejoró nada; ni al cabo de una otra media hora, cuándo llegó la ambulancia y se llevó el herido. No entendía nada, y al cabo de otra media hora salí a preguntar entre la gente. Sólo me supo responder un musulmán nepalés que hablaba un poco de inglés:
- Ha habido un accidente.
- ¿Sí, pero el motorista se encuentra en el hospital, no? ¿porque seguimos retenidos?
El hombre parecía un poco desorientado con mi pregunta, pero finalmente, buscando las palabras inglesas adecuadas me respondió.
- Por lo visto, alguien ha golpeado al motociclista. Ahora, la policía está esperando que el motociclista retoma la conciencia en el hospital para que pueda identificar el coche culpable.
- ¿Sin embargo, que pasa si el accidentado no se recupera hasta mañana?
- Tendremos que dormir aquí, en los autobuses o en la carretera.
- ¿Y si no se despierta hasta al cabo de dos días?
El hombre pareció divertido por mi ocurrencia y subió los hombros en señal de desconocimiento. Así pues, después de contrastar las anteriores informaciones con otro Nepalés, volví al coche donde Alexandra se estaba exaltando por momentos y esperamos otra hora, y otra, y otra. Un total de cinco horas. De repente, mientras me estaba comiendo un plato de fideos que me había cocinado hacía pocos minutos. Toda la gente corrió hacía los autobuses y camiones y el largo desfile de vehículos se puso en marcha; en nuestro caso, sin saber si el accidentado había recuperado la conciencia o no.
Dormimos en una gasolinera y cuando clareó al día siguiente seguimos hacia la frontera, llegando a media mañana. Completamos los impresos de salida y poco antes de que nos estamparan los pasaportes, el oficial se dio cuenta de que teníamos el visado caducado por un día. Con un tono grave comentó que teníamos un problema, y que sólo lo podría solucionar si lo ayudábamos económicamente. De poco sirvió que le explicáramos la historia del accidente, aunque al dejar pasar unos minutos comprendí que no nos pedían un gran soborno. Finalmente pedí a Alexandra que fuera a buscar tres gafas de sol que todavía nos quedaban del viaje a África y se mostraron muy contentos con el regalo. Al mismo momento que se estaban probando una de las gafas, entraron Uwa y Dani, los alemanes que nos habíamos encontrado en Kathmandú y que viajaban en camión. Juntos acabamos de hacer los trámites de salida nepaleses y entramos en la India, deteniéndonos delante de las aduanas indias, donde nos trataron con una gran hospitalidad, comprándonos bebidas y obsequiándonos con frutas, pues según nos explicaron después, sólo cruzan aquella frontera unos 7 o 8 coches extranjeros al mes.
En las aduanas había un hombre muy simpático que nos explicó que practicaba yoga para mantenerse en forma intelectualmente y físicamente. De hecho - nos comentó - debido al estrés creciente en India, mucha gente en las áreas urbanas está redescubriendo los milenarios beneficios del yoga, el cual purifica el alma y el cuerpo mediante ejercicios de gimnasia, respiración, concentración y meditación.
Al salir de la frontera, empezamos a circular por una terrible carretera (la peor de la India) hasta una gasolinera, donde también pararon la pareja de alemanes que nos seguían con facilidad con el camión todo-terreno. Allí nos relajamos con una buena cena (ellos aportaron sangría) y nos explicamos las últimas experiencias de Nepal. Al describirles la historia del accidente del motociclista, nos comentaron que la ocasional paciencia de los nepaleses en la carretera se debe a los diez años de conflicto armado del país, el cual provocó masivas huelgas generales que bloqueaban por días, o incluso semanas, las carreteras. De hecho, ellos coincidieron con una manifestación en una carretera nepalesa. Ellos pudieron pasar al ser extranjeros, pero otros autobuses que lo habían intentado estaban aparcados al lado de la carretera con los cristales rotos.

16/11/2008:
India,+Bodhgaya India,+Bodhgaya India,+Bodhgaya India,+Bodhgaya India,+Bodhgaya India,+Bodhgaya


Después de otro día y medio circulando por las terribles carreteras del norte de la India, ayer al mediodía llegamos a Bodhgaya, el lugar donde el príncipe Siddhartha se sentó a meditar hasta conseguir la iluminación a la edad de 35 años, siendo llamado a partir de entonces Buddha (el que está despierto). A partir de este punto, Buddha inició un largo viaje por el norte de la India enseñando su nueva filosofía de vida, convirtiéndose en una nueva religión que se extendió por todo el este asiático. No es de extrañar pues, que Bodhgaya sea el principal lugar de peregrinación budista del mundo. A mediados del siglo 3BC, el emperador Ashoka visitó Bodhgaya y fundó el templo Mahadodhi al pie del árbol donde unos 250 años antes Buddha había conseguido la iluminación. Más tarde, la hija del emperador Ashoka, tomó tres ramas del árbol de la iluminación (o árbol Bodhi) y las plantó en Sri Lanka, creciendo tres árboles de los cuales, siglos más tarde, se obtuvo otro esqueje para plantarlo en Bodhagaya, una vez el árbol Bodhi original murió.
Actualmente, Bodhgaya parece un interesante parque de atracciones budistas, con templos modernos de diferentes estilos que comprenden los principales países budistas: Thailàndia, India, Bután, Japón, Nepal, Bangladesh, Taiwán, China, Tíbet ... Por otro lado, en el lugar donde el emperador Ashoka fundó el templo Mahadodhi se alza actualmente otro templo moderno y sin carisma en torno al cual deambulan peregrinos de múltiples países asiáticos. En cualquier caso, no deja de ser una experiencia cautivadora, observar bajo el árbol de Bodhi y a su alrededor decenas de personas completamente abstraídas y meditando en silencio, como si el ADN del árbol bodhi tuviera propiedades mágicas y facilitara la iluminación (o como mínimo la meditación). Al mismo tiempo, también me sorprendió observar - a pesar de las enseñanzas budistas - tanta superstición entre los peregrinos, los cuales oraban y besaban el recinto que rodeaba el árbol de bodhi, se tendían ante las imágenes de Buddha, y corrían a cazar cualquier hoja que cayera del árbol de bodhi.
Mientras descansábamos a la sombra del árbol de Bodhi observando los peregrinos y sus plegarias y meditaciones, Alexandra me comentaba burlona que ella no estaba consiguiendo la iluminación y al no hacerle demasiado caso, después me preguntaba sobre el budismo, pues había sido una de las religiones que más me había influido joven. Yo le respondía que el budismo cree que las ligaduras y deseos de una persona generan sufrimiento (principalmente cuando éstos no están satisfechos), así pues, uno de los objetivos principales del budismo es liberarse de cualquier deseo y ligadura intelectual o emocional, acercándose así a la iluminación. Para conseguirlo uno tiene que tomar el camino del medio, alejándose de los extremos y de las creencias dogmáticas; mantener un comportamiento éticamente correcto; y meditar, con el objetivo de apagar los pensamientos de la mente y ser completamente consciente (mindfullness). ¿Y qué es la iluminación? - Me volvió a preguntar la Alexandra -, y yo no la supe responder en el preciso momento, pero más tarde pensé que probablemente la iluminación se ha mitificado demasiado y que la iluminación no deja de ser un estado natural al cual las personas acceden cuando consiguen vivir sin deseos ni ligaduras y con plena conciencia (mindfullness), un estado que no da acceso a poderes sobrenaturales ni a verdades absolutas (excepto la verdad de que todo es relativo).




Kolkata (ver en mapa)

22/11/2008:
India,+Kolkata India,+Kolkata India,+Kolkata India,+Kolkata


Después de unas 8 horas de conducción desde Bodhgaya, nos detuvimos en una gasolinera y nos pusimos a dormir bien temprano con la intención de seguir el viaje a partir de las cuatro de la mañana. Y aunque fue difícil no ignorar el despertador, el premio para los madrugadores fue doble, pues tal como nos esperábamos pudimos circular el centenar de kilómetros que nos faltaban hasta Kolkata sin tráfico y entrar en la ciudad a las seis de la mañana con las calles desiertas; pero además, pudimos aparcar en una tranquila y céntrica calle, que un par de horas más tarde se abarrotó de coches que también querían aparcar allí. Habiendo descansado un poco más en la cama de la autocaravana, hacia las diez de la mañana salimos a hacer las gestiones a que habíamos venido a Kolkata: Intentar recuperar los datos de mi ordenador portátil estropeado (principalmente el diario escrito desde la entrada a India hasta Gwalior) e informarnos sobre los permisos para cruzar el estado indio de Manipur (en permanente conflicto) y así poder entrar en Myanmar (Birmania). Y aunque tuvimos que esperarnos cuatro días, al final, hoy una eficiente empresa me ha entregado tres DVDs con la información perdida y antes de ayer una oficina del gobierno nos informó de los requerimientos para visitar Manipur, básicamente estar casados o ser un grupo de mínimo cuatro personas.
Así pues, nos sobraron un par de días para visitar Calcuta (nombrado Calcuta durante la colonización inglesa), una ciudad sin demasiado interés turístico en comparación a otras ciudades visitadas en la India, aunque bastante moderna y bien cuidada. Sorprendentemente, Kolkata no es la estereotipada ciudad que esperábamos ver, los edificios coloniales que vimos no estaban tan decadentes como en las antiguas crónicas, y en general tenían bastante arregladas las plantas bajas, ocupadas por tiendas y restaurantes; y tampoco está excesivamente presente la pobreza que la católica madre Teresa de Calcuta combatía, pues parece que las políticas marxistas de West Bengala han favorecido la vida rural frente la urbana, evitando las grande hordas de refugiados que en pasadas hambrunas se dirigían a la ciudad. En cualquier caso, Kolkata nos mostró tres típicas imágenes que no habíamos observado en las otras ciudades indias que habíamos visitado. La primera imagen (repetida dos veces) fue un antiguo camión de bomberos que intentaba abrirse paso entre el caótico tráfico de Kalkota a toque de campana; más tarde, unos amigos hechos en Kolkata nos explicaron, que los camiones de bomberos tienen campana en vez de sirena para que los conductores los puedan diferenciar de los coches de policía o ambulancia (no sé si para darles más o menos preferencia). La segunda imagen, presente en múltiples calles de Kolkata, eran los restaurantes que se montaban en las aceras, protegidos bajo un plástico y ofreciendo gran diversidad de menús a los transeúntes que normalmente hacían la comida de pie. Finalmente, nuestra atención se fijó inevitablemente en los numerosos rickshaws, los cuales en vez de ser arrastrados a motor o bicicleta, son arrastrados por la fuerza bruta de los porteadores, los cuales llevan una pequeña campana a la mano para avisar de su paso. En Kolkata existen los últimos riskshaws porteados por hombres, y aunque el gobierno los quiere hacer desaparecer éstos muestran una gran resistencia, ya que del trabajo de cada uno de ellos depende una familia, contando al mismo tiempo con la simpatía de buena parte de la población. Además, según nuestros amigos de Kolkata, incluso el gobernador de West Bengala utiliza los rickshaws cuando las calles están inundadas durante los monzones y el resto del tráfico está aturado.
Habiendo estado mencionados sin honor, acabaré de escribir el relato de Kolkata destacando la gran hospitalidad recibida por Rudredab y su mujer, los cuales nos dejaron aparcar en su espacioso jardín y nos invitaron a una deliciosa cena. Rundredab es abogado, y su mujer colabora en una ONG que ayuda a mujeres afectadas por la violencia, pero ahora estaba de baja porque hacía dos meses había tenido dos hijos gemelos. Durante la cena nos hablaron sobre la Kolkata cultural que ha visto crecer a numerosos artistas, pensadores y escritores, como el poeta Rabindranth Tagore. También hablamos - aparte de rickshaws y camiones de bomberos - sobre las bodas, explicándonos que ellos se habían casado por amor (sin ser un matrimonio arreglado) y según el ritual hindú, en el cual se escoge la mejor fecha y hora de la boda en función de afinidades astrológicas. Finalmente, hoy por la mañana nos hemos despedido comentando que muy posiblemente nos volveremos a ver antes de visitar el sureste Asiático, y hemos empezado a hacer carretera dirección sur.
----
Aprovechando que Rudredab se mostró abierto a ser entrevistado, tomé el pulso al mundo con él (aunque la entrevista se grabó mal). Rudredab opinaba que los principales problemas en el mundo son referentes al medio ambiente; los países occidentales deberían de hacer más para eliminar la contaminación y ya que comparativamente India tiene poca contaminación por cápita. En cualquier caso, todos los países tendrán que hacer sacrificios e incrementar el coste de producción para no contaminar. Aunque él no hace demasiado a nivel personal, todo el mundo puede colaborar a reducir la contaminación. El principal problema en la India es la falta de educación y la corrupción, que se encuentra a todas partes (por ejemplo, tienes que pagar una propina para que los trabajadores de la compañía eléctrica te acepten el pago mensual y no te corten después la luz). El problema se solucionaría si nadie aceptara pagar corrupción, aparte de subir los salarios en el sector público. A nivel personal Rudredab es feliz, ni tan solo sabe como puede ser más feliz. El secreto de la felicidad es ser feliz con lo que tienes.





‹ Anterior (27/09/2008)  MES   Siguiente (2008-11-26)›                     ‹ Anterior (2009-08-13 - Tibet)  PAIS   Siguiente (2009-09-03 - India)›
Documento sin título

 

Cómo vivir feliz sin libre albedríoDescargaros gratuitamente mi nuevo libro "Cómo vivir feliz sin libre albedrío" desde mi página web librealbedrio.info o visualizad este entretenido video de introducción: youtu.be/qZHnjjiivs0.