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Diario

Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.

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Macedonia



Thessaloniki (ver en mapa)

29/05/2006:
Ayer a la noche la Kiriaki me dejó conectar a Internet con su adsl y esta mañana he vuelto a hacer lo mismo después de escribir el diario y el artículo para el nou9. Poco antes de marcharme, Kiriaki se ha presentado con una gran caja con un típico dulce de Tessaloniki nombrado Tsoureki, y me lo ha regalado. A la noche he empezado a comerlo y estaba muy bueno. Me tendréis que disculpar que no sepa describirlo bien, pero es una masa de pan dulce cubierta de una crema blanca.

Después he entrevistado a Kiriaki tomando el pulso al mundo. Según ella el principal problema del mundo es que la gente ha olvidado que lo que nos diferencia de los animales es que nosotros podemos comunicar con lógica nuestros pensamientos. La solución se encontraría en la frase del Gandhi: "sé el cambio que quieras para los otros" y también aceptar que el mundo pertenece a todo el mundo. El principal problema de Grecia es que la gente critica el país pero no actúa para mejorarlo. La solución estaría en la educación. Kiriaki se considera feliz, simplemente porque era el lunes. No consideraba importante pensar si sería más feliz. El secreto es disfrutar el momento, contentarse con lo que tienes, y fijarse con las cosas buenas de la vida.

Finalmente, hacía el mediodía me he despedido de Kiriaki con un fuerte abrazo y deseándole que el negocio que está iniciando sea todo un éxito.

He vuelto a las buenas carreteras y autopistas griegas, circulando hacia el este en dirección a Estambul. Tenía más de 600 kilómetros por delante y he acelerado un poco más el motor. Simplemente he aumentado la media de 80 a 90 Km/H a 90 o 100.

Al cabo de una hora de conducción he parado en una playa que estaba ocupada por una pequeña población. He nadado un poco y he comido. Durante todo el camino hasta la frontera he ido observando los kilómetros y kilómetros de playas y costa que estaban sin urbanizar. Un paisaje muy bonito, pero no creo que aguante demasiados años así.

Durante este trayecto he seguido observando de vez en cuando, algún coche que circulaba sin matrícula. Ya me había fijado antes de llegar a Tessaloniki y pregunté la causa a los amigos de allí. Entonces me explicaron que los ayuntamientos tienen potestad de retirarte la matricula del coche si aparcas muy mal: en un paso cebra, en un espacio para minusválido, en una esquina ... Te retiran la matrícula durante cuarenta días y no te la devuelven hasta que han transcurrido o has pagado el triple de la multa. De todas maneras, se ve que a algunos conductores no les importa seguir conduciendo aunque sea sin matrícula.

He llegado a la frontera con Turquía. He cruzado la frontera griega sin ningún problema. Después he cruzado un puente donde había militares de las dos nacionalidades separados por una línea pintada en el suelo. Y he acabado llegando a las oficinas turcas, donde he tenido que comprar el visado de 10€. Pero en el momento de comprobar los papeles del coche he vuelto a tener el mismo problema que en algunas otras fronteras: el nombre del propietario del coche no coincide con mío.

Les he mostrado todos los documentos (escritos en español) que prueban que la empresa del coche me deja el vehículo. Me han hecho ir con el director y él me ha dicho que no entendía el español y que si quería pasar con el vehículo tenía que ir a pie (o en autobús) a un pueblo a 6 kilómetros dentro de Turquía y pedir a alguien que me tradujera el documento a Turco (no a inglés). Le he comentado que tenía la opción de recibir un fax de la compañía en inglés confirmando la cesión de la Hymer. Pero me ha reiterado que su solución era la única viable. Me he marchado de la oficina bien enfadado indicándole que aquello no era nada positivo para el turismo y él asintiendo. Quizás si le hubiera ofrecido alguna propina hubiera pasado sin problemas, pero no he sabido como operar.

He aparcado la Hymer en un aparcamiento antes de las oficinas y he decidido pasar la noche allí e intentar cruzar la frontera al día siguiente por la mañana con otros policías. También, he estado removiendo entre todos mis papeles por si encontraba algún otro documento y he encontrado el seguro original del vehículo donde hay escrito mi nombre como conductor habitual.

Y por si acaso, he llamado a España y he hablado con Autosuministros, la empresa de la Hymer, y hemos acordado que me prepararían un documento en inglés por si acaso al día siguiente lo necesito.



Turkey

Istanbul (ver en mapa)

30/05/2006:
Me he despertado y me he dirigido otra vez hacia el control de pasaportes. Me temía que podía tener problemas por tener el visado de ayer y efectivamente, el policía me ha dicho que tenía que obtener otro visado. Pero después de la larga cola de los visados, el hombre de allí me ha comentado que el visado de ayer era válido por tres meses. He vuelto al primer policía y me ha hecho ver que el sello que me habían estampado ayer tenía la fecha del año 2004 y por lo tanto necesitaba otro visado. He vuelto otra vez al otro edificio y el hombre, después de hablar por teléfono con el primero me ha hecho comprar otro visado. Pero cuando he llegado otra vez al policía me ha dicho que le tendría que pagar 5ˆ. Yo le he dicho que no, porque ayer no tuve que pagar nada para pasar este control. Pero él, tozudo, me ha dicho que no era ayer, que el sello lo tenía de hacía dos años. Yo también, tozudo, le he dicho que no tenía que pagar nada. Entonces me ha dicho que yo no viajaba como turista y que tendría que pagar 25ˆ. Yo he insistido que sí y finalmente he pedido hablar con su superior. Y de repente se ha arreglado y me ha puesto el sello necesario.

En el segundo control, temiendo el problema de la documentación del coche, he puesto un billete de 10ˆ entre los papeles, pero cuando se ha caído sobre la mesa del policía, me ha pedido que lo recogiera. Ha mirado con atención el documento del seguro que encontré ayer, donde aparezco como conductor, y se ha convencido de que todo estaba correcto. En el tercer control ni me han mirado la autocaravana y he entrado por fin a Turkia.

Las carreteras de Turkia por las cuales he circulado estaban en muy buen estado, de dos carriles por sentido, excepto en algunos tramos que los estaban arreglando. El paisaje seguía siendo igual que el de Grecia. Montañas peladas, llenas de arbustos y algunos árboles de vez en cuando. A la derecha tenía el mar, con la mayoría de las playas olvidadas y algún pueblo de vez en cuando.

He parado en un pueblo al lado del mar para nadar un poco y tal como me temía, el agua estaba bastante sucia, o así me lo ha parecido. Esta zona de Turquía está entre dos estrechos entre el Mediterráneo y el Mar Negro, circulan muchos barcos y el agua debe estar bastante estancada. Aun así he nadado un poco y en algunas zonas el agua estaba helada. Bueno, quizás el agua no estaba tan estancada como pensaba.

He llegado a la gran Estambul, una ciudad de 12 millones de habitantes. Por sí sola es mucho más habitada que muchos países Europeos. Ya me lo esperaba pero aun así, Estambul me ha sorprendido por su modernidad y riqueza. Grandes Edificios, grandes avenidas, coches nuevos y la gente vistiendo exactamente como el resto de Europa. Preguntando he conseguido llegar al centro. Bueno, una ciudad de 12 millones de habitantes no puede tener un solo centro, pero he llegado al punto donde había quedado para encontrarme con Sinem, una chica que había contactado a través de Internet. Cuando he llegado a la Plaza de Taksim me he dado cuenta que aparte de las grandes avenidas, el resto de la zona eran pequeñas callejuelas por donde no podía entrar la Hymer. He dado algunas vueltas y he encontrado un agujero en uno de los pocos lugares donde se podía aparcar de las avenidas. Ha venido un hombre y me ha dicho que le tenía que pagar por el aparcamiento. Hemos estado negociando el precio y le he pagado unos 10ˆ. Después me he dado cuenta de que le he dado demasiado pero mañana ya me discutiré con él.

Me he encontrado con Sinem y una amiga suya y hemos ido a pasear por un paseo que salía de la plaza Taksim. Un paseo similar al Portal del Angel de Barcelona, lleno de centros comerciales y gente, pero mucho más largo. La amiga de Sinem se quería comprar una falda y mientras tanto he intentado mantener una conversación fluida con Sinem, que le costaba bastante expresarse en Inglés.

La Sinem es una chica sencilla y amigable. Trabaja de ingeniera, aunque no he sabido entender en qué especialidad. Se considera musulmana, a pesar de todo hemos ido a beber una cerveza. Entonces le he comentado que en España, los pocos musulmanes que hay no beben alcohol. Ella me ha comentado que hay gente que opinará que ella no actúa como musulmana, pero ella se siente así. Me ha explicado que en el este de Turkia la gente es mucho más tradicional que en el oeste y en Istambul. Me ha comentado que Estambul está dividido en tres partes, por tres mares o canales, aun así la gente se mueve de una parte a la otra sin problemas. Por ejemplo, nos encontrábamos en la parte Europea de Estambul pero ella vivía en la parte Asiática.

31/05/2006:
Istanbul,+Galata+bridge Istanbul,+blue+mosque Istanbul Istanbul,+grand+bazaar Istanbul,+grand+bazaar,+money+subasta Istanbul,+grand+bazaar,+money+subasta
Istanbul,+extremist+celebration Istanbul,+extremist+celebration     


Esta mañana he cogido la bicicleta y me he dirigido hacia el llamado viejo Estambul. Ha sido un paseo muy interesante. Cómo ya va siendo costumbre en Estambul me ha vuelto a sorprender el aire de modernidad del barrio antiguo, aunque la vida seguía siendo tradicional en muchos aspectos: Pescadores sobre el puente de Ataturk, vendedores ambulantes, los bazars, los cantos de las mezquitas ...

Mientras estaba visitando la Mezquita azul, un maravilloso edificio construido hace 400 años, he conocido a un chico muy interesante de Azerbajdzan. Farid trabajaba en el departamento presidencial de Azerbajdzan y se encontraba en transito en Estambul dirigiéndose hacia Rumania, donde tenía que organizar una visita que su presidente tenía que hacer allí. Farid sólo tenía cuatro horas para visitar Estambul pero fue muy amable conversando conmigo un buen rato.

Me explicó que Azerbajdzan tiene muchos problemas con Armenia porque según ellos Armenia posee parte de su territorio. Me comentó que si no se arreglan las cosas próximamente podía volver a estallar el conflicto. Después hablamos de religión. Me explicó que después de visitar la Meca se sintió reclamado por Dios y ahora seguía más estrictamente los dictados del Corán. Le comenté que estaba leyendo el Corán por qué me gustaba conocer sobre religiones y le expresé las impresiones que había tenido. El inicio del Corán es muy radical y si lo lees a rajatabla invita directamente a la guerra santa. Pero el Farid me explicó que el Corán necesita de un maestro que te explique el contexto de cada capítulo. Me comentó que el capítulo que yo mencionaba fue inspirado a Mahoma en una época de gran conflicto con Judíos y Cristianos.

Entre medio de la conversación, tomé el pulso al mundo con él. Farid opinaba que el principal problema del mundo es que la gente se mata entre ella, es decir, las guerras. Si la gente fuera más bondadosa y amable entre ella se solucionaría el problema. La religión podría ayudar a que hubiera bondad. La solución individual sería empezar ser bondadoso con la familia. En Azerbajdzan tienen un problema político con Armenia que puede desembocar en guerra. Según Azerbajdzan, Armenia tiene ocupado parte de su territorio. Farid se considera feliz porque vive, sonríe, viaja ... Es más feliz cuando a su alrededor la gente también sonríe. El secreto de la felicidad es personal y difícil de explicar.

Después fui a pasear entre las pequeñas tiendas del inmenso bazar de kapali Carsi, ocupando un pulcro edificio pintado de tonalidades azules. Allí presencié una curiosa subasta de dinero (dolars, euros ...) con mucha gente llamando y hablando con tres o cuatro teléfonos al mismo tiempo. Después tropecé con una celebración radical de la independencia de Estambul (o algo similar) con música, banderas y consignas.

Cuando he llegado a la Hymer, hacia las cinco, el amo del bar que tenía al lado de la autocaravana me ha comentado que el vehículo era demasiado grande y le molestaba. Le he intentado hacer entender que a media noche me marcharía porque me sería más fácil encontrar aparcamiento. Entonces ha aparecido el cobrador de ayer y me ha dicho que le tenía que volver a pagar el mismo precio pactado ayer, pero yo le he dicho que como me marcharía a media noche y él no tenía potestad para cobrarme no le pensaba pagar. Entonces me ha dicho que si no le pagaba me rompería la bicicleta. Y yo que le rompería la cabeza. Entonces ha venido un traductor que ha puesto paz. Finalmente hemos acordado un precio de 3ˆ hasta media noche. Pero el hombre del bar, mientras tanto había avisado a la policía y me he tenido que marchar. Las chicas de ayer ya me habían explicado que había una mafia de aparcamientos a Estambul, puedes aparcar en zonas prohibidas si pagas a la mafia que al mismo tiempo debe de pagar a la policía.

He dado unas vueltas más por el moderno Estambul y he encontrado un aparcamiento de pago donde hemos estado negociando un buen rato el precio y finalmente me he quedado.

Por la noche me he encontrado con Esra (que también había contactado por Internet) y una amiga suya. Les he explicado el problema del aparcamiento y me han propuesto aparcar la Hymer en un aparcamiento gratuito de la ciudad con vistas en el mar. Nos hemos dirigido allí y realmente el lugar estaba muy bien, pero a unos 10 kilómetros del centro y a unos 200 metros sobre el nivel del mar. He dejado la autocaravana allí y hemos ido con el coche de Esra a beber una cervezas en una terraza cerca del mar.

Esra y Ceilán son dos primas muy agradables, ambiciosas y bien situadas en el mundo laboral. Primero se han interesado por mi país, después me han explicado que Turkia está dividida en dos partes bien diferenciadas. El Oeste, es moderno, próspero y muy similar al resto de Europa. En cambio, el Este es tradicional, arraigado al pasado y muy similar a Irán y al resto de países del medio oriente. Me comentaban que es injusto que a causa del Oeste estén teniendo tantos problemas para entrar a la Comunidad Europea.

Después tomé el pulso al mundo con ellas. Las dos consideraban que el principal problema del mundo era la falta de trabajo y de oportunidades en muchos países, hecho que provoca hambre, no acceso a la sanidad ... La falta de trabajo se podría solucionar políticamente, pero también con educación. Aparte, Ceilán opinaba que otro problema global es que el mundo rico no ayuda suficientemente al pobre. El principal problema en Turquía es que falta mucha educación, sobre todo en el este de Turquía y con la gente que viene de allí. La solución sería política, destinando más dinero, pero personalmente también participando como voluntario en organizaciones. Ersa se considera feliz por que las ambiciones que tenía se han cumplido y porque tiene nuevas ambiciones que espera que se cumplan, de todas maneras sería más feliz con un chico o marido. Ceilán no se considera feliz porque está muy aburrida de la rutina laboral de cada día, aunque tiene un buen trabajo. Sería feliz si no necesitara ganar dinero, de todas maneras, con el tiempo libre intenta hacer cosas que la hagan feliz. El secreto de la felicidad es mirar las cosas por el lado positivo y estar satisfecho de la propia vida.

Cuando nos despedimos delante de la Hymer decidí volver a moverla y volver a intentar aparcar más hacia el centro. Hice los 10 kilómetros por dentro de la ciudad, bordeando el mar, diferentes discotecas de lujo, rascacielos ... Finalmente aparqué en una callejuela de la ciudad antigua donde había otros coches aparcados.



01/06/2006:
Istanbul,+blue+mosque Istanbul,+blue+mosque


Esta mañana, mientras estaba escribiendo el diario, han picado diversas veces la autocaravana. He abierto la ventana y había el hombre de una agencia del lado muy enfadado que me ha dicho que me tenía que marchar en seguida. Le he propuesto mover la Hymer un poco más hacia atrás, para que no molestara su negocio, pero me ha dicho que no, que me tenía que marchar. No le he hecho caso y he seguido trabajando. Entonces ha vuelto a venir todavía más enfadado diciendo la calle era suya y que avisaría a la policía. No he entendido porque decía que era suya y he encontrado correcto que avisara a la policía. Pero finalmente ha venido un hombre terriblemente simpático que me ha explicado en un inglés perfecto que la agencia del lado era de alquiler de coches y que pagaban al ayuntamiento por el derecho de aparcar en todo el trozo de calle, aunque no hubiera ninguna señal que lo indicara.

He arrancado de nuevo con la intención de volver al aparcamiento de pago del día anterior. Pero a medio camino he preguntado el precio en otro aparcamiento de pago y lo he encontrado muy económico y he aparcado allí a la sombra de un árbol.

Antes de entrar en el aparcamiento se me ha cruzado un ciclista cargado de mochilas que ha exclamado "España!! en una pronunciación perfecto. Quizás era español, o no. En cualquier caso, ya hace tiempo que me doy cuenta de que mi viaje no tiene nada de especial, que hay mucha otro gente que viaja, con condiciones mucho más complicadas, y de seguro con muchas experiencias mucho más interesantes de explicar que las mías.

He estado trabajando hasta tarde, hasta las seis de la tarde, básicamente traduciendo el diario al inglés. Después me he ido a conectar a Internet para enviarlo. Y finalmente me he relajado tirando fotos en la mezquita azul al anochecer. Mientras estaba enfocando un minarete al lado de la luna se me ha acercado un hombre y me ha empezado a explicar la historia de la mezquita. La mezquita tiene seis minaretes, toda una provocación de los Otomanos hacia los árabes, ya que hasta entonces sólo la mezquita de la Meca tenía seis minaretes. En cualquier caso, los construyeron, aunque no alzaron uno séptimo que también estaba en el proyecto.

Me quise despedir del hombre entregándole unas pocas monedas pero me las rechazó y siguió hablando y hablando. Y como era interesante me quedé. Entonces le propuse hacerle una entrevista para tomar el pulso en el mundo con él. No tenía la camera de filmar pero tomé nota.

El hombre opinaba que el principal problema del mundo era la falta de trabajo. Este problema en Turquía se solucionaría entrando en la Unión Europea. Creía que el radicalismo y el fundamentalismo era el principal problema de Turquía y quizás del mundo islámico. Se preocupaba de que los sunitas y los chiítas estuvieran enfrentados, que tuvieran diferentes mezquitas para rogar, diferentes "cafe houses" donde relajarse ... Entonces le comenté que según el Corán (que estoy leyendo) el Islam era una religión unida, a diferencia del cristianismo. Su respuesta me sorprendió ya que me respondió que el Corán estaba escrito por un hombre (en vez de ser inspirada por Dios) y que también se podía equivocar. Él no se consideraba feliz, aunque cuando tenía oportunidad de explicar su conocimiento a los turistas para a cambio poder ayudar a su familia se sentía realizado. De todas maneras, sería más feliz si no hubiera guerras y el mundo fuera más limpio. Por ejemplo, él, en vez de tirar las colillas de los cigarros a la calle se las guardaba o las dejaba escondidas en una esquina. Para finalizar, me explicó que todo el mundo tiene el secreto de la felicidad escondido a su corazón, si cuidamos nuestro corazón descubriremos este secreto.



02/06/2006:
Istanbul,+Eylem Istanbul,+Duygu,+Eylem,+Jan


Había enviado bastantes mails a gente (chicas) de Estambul a través del portal couchsurfing.com. Los había enviado desde Atenas, una ciudad donde no me había podido encontrar con nadie de Internet. Así pues, esta mañana tenía una otro cita, con la Eylem, y su amiga Duygu, que se ha presentado más tarde.

Eylem es una chica alocada, risueña, dulce, feliz y llena de amor. Es como el día. Luce unos cuantos tatuajes y piercings y tiene un pasado un poco marcado por las drogas. Ahora sólo fuma marihuana y come setas de vez en cuando, para encontrarse a sí misma. Ella misma se define como una gata hada o como un ángel con alas de plástico.

La Duygu es una chica mucho más tranquila, necesitada de amor, romántica, receptiva, responsable pero también soñadora. Es como la noche. No utiliza las setas u otras drogas pero está conectada con la madre naturaleza. Le cuesta más expresarse con inglés, aunque tiene una gran voluntad para comunicarse y expresar sus ideas. De todos modos, los silencios con ella no resultan nada incómodos.

La Eylem se presentó con una recipiente con comida típica turca preparado por ella y su tía. No sé si leyó en el diario que últimamente todo el mundo me regala comida típica del país, es un detalle muy bonito. Eran unas croquetas de arroz con aroma de limón envueltas en una hoja verde oscuro y un postre muy meloso y con algunos frutos secos.

Hemos ido al llamado Sultanahmet (o barrio antiguo) donde hemos comprado unas cervezas y nos las hemos bebido estirados en el césped a la sombra de árbol. Antes sin embargo, la Eylem y la Duygu han invocado los espíritus de la naturaleza para que bendijeran las bebidas. Después de conversar sobre hadas, sueños, coincidencias, les he propuesto de entrevistarlas para tomar el pulso en el mundo.

Según Eylem, el principal problema del mundo es que la gente no se ama y no se respeta. Si la gente tuviera amor dentro de sí harían cosas mejores y se acabarían muchos de los problemas del mundo. Personalmente ellas intentan respetar a todo el mundo y amar lo máximo posible. El principal problema de Turquía es la Educación, que no es accesible para todo el mundo, aparte de que la universidad pública no es del todo buena. La solución estaría en tener más universidades y voluntarios. Eylem es feliz simplemente porque vive, aunque a veces haya problemas. Tenemos que ser felices de las pequeñas cosas y agradecer lo que tenemos, por lo tanto no quiere esperar ser más feliz consiguiendo algo.

Duygu creía que el principal problema del mundo es el dinero y las guerras provocadas por éste y el poder. Pensando en los otros se solucionaría parte del problema. Personalmente ella puede intentar explicar a su alrededor que tenemos que intentar amar más y ser menos egoístas. También consideraba que el principal de Turquía era la Educación, y la falta de educación entre mujeres en el Este de Turquía. Explicaba que su abuelo no entendía que ella como mujer estudiara, ya que cuando se casara no lo necesitaría. Ella intenta explicar que eso es un problema. Duygu se considera feliz porque vive y porque ama la naturaleza y la gente. Ella y Eylem son felices cuando abrazan a la gente, pero los otros no lo entienden. Duygu sería más feliz ayudando al mundo y también conociendo a más gente interesante. El secreto de la felicidad es el amor, si hay amor hay felicitad. Les comenté que la gente cuando se enamora a veces se sienten infelices, me respondieron que si el amor fuera incondicional nadie se sentiría infeliz.

Por la noche hemos movido otra vez la Hymer hacia Taksim. Esta vez hemos aparcado en otro lugar, también de pago.

Hemos bebido otras cervezas en unas escaleras, mientras Eylem y Duygu se hacían pasar por turistas con los chicos que las abordaban. Después hemos ido a bailar y beber más en un par de discotecas o clubes que se encontraban en el ático de un par de edificios. Uno de ellos estaba en el aire libre y me ha sorprendido escuchar entre la música tecno el llamamiento a la plegaria desde los altavoces de una mezquita del lado. Nadie se ha inmutado y todo el mundo ha seguido bailando.



03/06/2006:
He dejado Estambul atrás. Atrás he dejado otro vez otras muy buenas amigas. Amigas inolvidables. No sólo en Estambul. Las últimas semanas he dejado muy buenas amigas y amigos en otras ciudades que también han quedado atrás. Hay muchos momentos que me gustaría repetir, alargarlos. Pero no me siento triste. Me siento libre. Me siento lleno de amor que voy extendiendo por todo el mundo. Me siento querido. Me preguntan: ¿"cuándo volverás"? y quizás no volveré nunca. O quizás volveré a repetir el mismo viaje para volver a saludar los viejos y buenos amigos que habré dejado en cada ciudad.

Me he despedido de Duygu como si me despidiera de un amor de verano. Yo subido en uno furgoneta amarilla que me tenía que llevar al centro y ella en la calle. Hemos ido diciéndonos adiós con las manos hasta que hemos desaparecido detrás del tráfico. Un par de horas antes me había despedido de la Eylem con un fuerte abrazo. Y de la Denise, con un par de besos.

La Denise es la otra amiga suya. Las tres son inseparables pero diferentes. Así como la Eylem es como el sol y la Duygu como la luna, la Denise es como la tierra. Parece material, práctica y autosuficiente. Sol y la luna se persiguen y dan vueltas en torno a la tierra. ¿O era el revés? ¿La tierra junto con la luna dan vueltas alrededor del sol?

Este mediodía, las tres amigas me han enviado un mensaje para que me reuniera con ellas en el otro lado de la ciudad, en el otro lado del mar (siempre me confundo y lo nombro río), en Asia. Tal como me han sugerido he cogido una furgoneta amarilla que en seguimiento se ha llenado con ocho personas y nos hemos marchado. Cruzar en el mar (no parece más ancho que el río Danubio), lentamente (a causa del tráfico) desde uno de los dos puentes (sólo hay dos) es todo espectáculo. Los barcos navegando por debajo de, las mezquitas que destacan gracias a sus minaretes, los rascacielos en la parte Europea, las bloques de viviendas en la parte Asiática. La parte Asiática sigue siendo moderna y Europea (en muchos momentos podía imaginarme estar en Barcelona u otras ciudades Mediterráneas). De todas maneras, la parte Asiática es más residencial, sin rascacielos y edificios de despachos, con más supermercados y tiendas de barrio y menos bares, restaurantes, hoteles y tiendas de moda.

Hemos estado toda la tarde conversando medio dormidos por el calor y por la fiesta del día anterior. Después me he quedado un par de horas estirado en un parque cerca del mar conversando con Duygu. Entre muchas cosas, me ha explicado la relación que había tenido con su ex-novio, con el que había roto hacía dos semanas.

Su ex-novio es un poco esquizofrénico y muy mentiroso. Durante dos años había estado mintiendo a Duygu, según él para hacerla feliz. A Duygu le gusta soñar y él la hacía soñar diciéndole que tenía una casa en Ankara, con un equipo de grabación y muchos instrumentos, que ella podría tocar y cantar en su grupo ... Y muchas otras invenciones. Pero claro, las mentiras no se aguantan para siempre de pie y los sueños de Duygu se hundieron.

Ahora estoy escribiendo estas palabras, unos 50 o 100 kilómetros lejos de ella, de ellas. Mañana serán muchos más. Pero no estoy triste. En cierta manera estoy contento. He llegado a Estambul y he conocido una ciudad que me tenía interesado, que desconocía. Y ahora mi viaje seguirá hacia el norte, hacia nuevas ciudades que me reclaman, que me intrigan, que también quiero descubrir: Bucarest, Kiev, Moscu ...


Edirne (ver en mapa)

04/06/2006:
Edirne Edirne Edirne Edirne Edirne


Habiendo comido he llegado a Edirne, una ciudad a muy próxima a la frontera con Bulgaria y Grecia. La ciudad no aparece a la guía Europea que utilizo, pero aparece como localidad de gran interés al atlas que también utilizo. Simplemente siguiendo la carretera principal he llegado al centro. O por lo menos, a mí me ha parecido que me encontraba en el centro.

El centro de Edirne está lleno de bonitas mezquitas. Hay una de inmensa más elevada del resto de la ciudad, rodeada por un parque lleno de gente echada y de niños corriendo detrás de alguna pelota. Hay otra mezquita con dos minaretes bien curiosos, uno es enorme y está adornado con una cenefa en forma de zig-zag. El otro es mucho más pequeño, aunque parece de la misma medida desde alguna perspectiva, y está adornado con una cenefa con relevo en forma helicoidal. La gente paseaba tranquilamente, seguramente porque era el domingo. Algunas tiendas estaban abiertas, en cambio, lo que parecía un bazar estaba cerrado.

Me he descalzado y he entrado en la mezquita que se encuentra más elevada. Me he sentado en un rincón y me he relajado admirando las pinturas simétricas de las cúpulas y las paredes y contemplando a la gente que conversaba o rogaba en solitario. Al cabo de un rato de contemplación ha sonado por los altavoces el llamamiento a la plegaria. No me he movido de donde estaba sentado, pero han empezado a entrar creyentes que se han dispersado por toda la mezquita. Han estado rogando, de pie, de rodillas y postrándose en señal de adoración, cada uno desde su lugar y a su ritmo. Pero en un momento determinado, se ha escuchado un canto y todos, unos cincuenta, se han encaminado delante de la mezquita, ocupando cada uno una celda de alfombra, el uno al lado del otro. Entonces, mientras el canto seguía su llamamiento, se han puesto hacer las adoraciones coordinados y en grupo. Finalmente el canto se ha acabado, cada uno ha vuelto al lugar que ocupaba antes y ha seguido la plegaria en solitario. Todo el proceso ha durado unos diez o quince minutos. Al terminar, los creyentes se han marchado o se han quedado siguiendo con la lectura o las conversaciones de antes.

Hacia la noche he cruzado la frontera con Bulgaria sin ningún problema (después de pagar una tasa de desinfección del vehículo y de circulación por las carreteras búlgaras) y he hecho noche en un pueblo no muchos kilómetros más allá.





Bulgaria

Veliko Tarnovo (ver en mapa)

05/06/2006:
Kazanlak Veliko+Tarnovo


Cuando he abierto las persianas por la mañana me he dado cuenta de que alguien había tirado un huevo contra el parabrisas. He intentado no molestarme y en la primera gasolinera lo he limpiado en fondo e incidente solucionado.

He llegado a Kazanlak al mediodía. Igual que Edirne, Kazanlak no aparecía en mi guía de viajes pero en el atlas aparecía como población de interés o con algún monumento protegido por la Unesco. He aparcado cerca de donde me ha parecido el centro de la población. Allí había una gran plaza donde unos militares parecían preparar un desfile militar. De la plaza salían dos calles restringidas al tráfico, tranquilas pero llenas de comercios y pubs. En un extremo de estas calles he encontrado un museo y he decidido ir a preguntar allí por los puntos de interés de la población. Allí, una mujer muy amable me ha comentado que el museo era uno de los puntos de interés y después me ha continuado explicando que la población es conocida porque hace años se encontraron las ruinas de un antiguo poblado thraciano, del siglo 2 y 3 BC. Este poblado actualmente está bajo el agua porque descubrieron las ruinas justo después de que planearan construir un pantano, muy necesario para la zona. De todas maneras, todas las piezas encontradas allí se encuentran en el museo por donde la mujer me ha guiado. Entre estas piezas hay una máscara de oro, piezas de joyería, ánforas y tinajas griegas ...

Después, la mujer del museo me ha indicado que podía visitar una tumba de uno de los reyes thracianos que estaba a pocos minutos de allí. Se ve que la zona está plagada de tumbas thracianas, generalmente construidas con grandes bloques de piedra, cerrados herméticamente, y pintados en el interior. Las tumbas estaban escondidas bajo pequeñas colinas, pero parece que con el tiempo las han ido descubriendo todas.

Por la tarde al atardecer he llegado a Veliko Tarnovo, éste sí, un pueblo que recomendaba mi guía de viajes, básicamente por una gran fortaleza en un extremo de la villa. Cuando he llegado, la fortaleza estaba cerrada. Por lo tanto, he ido a aparcar más hacia el centro, que se podía reconocer por la gran cantidad de casinos que había (locales llenos de máquinas de azar). En el centro he encontrado un cibercafè. Después de estar conectado un buen rato he ido a hacer una cerveza en un pub que para ser lunes estaba bastante animado.

Las carreteras en Bulgaria están bastante bien, pero nada a comparar con las griegas y las turcas (del oeste). Por otro lado, el paisaje se vuelve mucho más verde.





Romania

Bucarest (ver en mapa)

06/06/2006:
La fortaleza de Veliko Tarnovo no tiene nada especial, aun así, he estado paseando por allí una agradable hora. Después he seguido dirección a Russe, una ciudad que hace frontera con Rumania. Pero me he parado un rato a medio camino, porque la alergia me estaba afectando con ganas la nariz y también me estaba doliendo una muela. Me he tomado algunos medicamentos y después de dormir media horita y comer me he encontrado perfectamente bien y he seguido el camino.

Contrariamente a lo que me pensaba, cruzar la frontera con Rumania ha estado muy sencillo y rápido. Un policía Romano me ha preguntado dónde me dirigía y le he comentado:
- Ahora voy a Bucarest y después hacia Ucraïna.
- ¡Oh no! Tendrías que estar en Ibiza. - Me ha contestado.

La carretera que une la frontera con Bucarest está bastante bien, con dos carriles por sentido en casi toda la longitud excepto en unos cuantos tramos donde están construyendo el doble carril. He observado más carruajes tirados por caballos que en Bulgaria (o ésta ha sido mi impresión), y muchos campesinos trabajando el campo, eso sí, como a todas partes.

La entrada en Bucarest ha sido un poco caótica. La carretera se ha convertido en una calle estrecha llena de sacudidas que transcurría por el lado de una línea de tranvía. Miles de cables unían los edificios y pósteres en todas direcciones. La ciudad me ha parecido mucho más pobre que Sofía. De todas maneras, cuándo he llegado al centro, siguiendo las indicaciones de un hombre que sabía hablar Italiano, me ha sorprendido su grandiosidad (esta era la impresión que quería causar Cescescu).

He aparcado en una callejuela bajo un bloque de viviendas, he limpiado la Hymer, me he duchado y he llamado a Hana, una chica con la que había quedado pero que no me había contestado el último mensaje. Al final hemos quedado en la plaza Universidad.

Hana es una chica extraña, rebelde. Siempre ha preferido la libertad al dinero y eso se puede observar en su manera de ser. Ha viajado por toda Rumania y muchos otros países haciendo autostop, durmiendo en cualquier lugar, comiendo lo que la gente le ofrecía, eso sí, siempre en compañía porque cree que sería demasiado peligroso viajar sola siendo chica. Y ahora, aunque tiene un buen trabajo, está planteándose de abandonarlo todo para volver a la carretera.

Hace tiempo que mantengo comunicación con Hana a través de Internet, habíamos comentado alguna vez de la posibilidad de viajar juntos, pero creo que en este primer encuentro no ha habido suficiente química como por qué nos animamos a volver a comentarlo.

He propuesto a Hana entrevistarla y no se ha mostrado muy interesada. Opinaba que no tenía nada que aportar y que mis preguntas eran demasiadas genéricas, pero finalmente ha aceptado ser entrevistada. Hana opinaba que los problemas mundiales sólo eran problemas si los veíamos como tales, simplemente son sucesos que pasan. Según la Hana, la gente de Rumania se queja que son pobres y que no son felices, pero ella creía que no era real, nadie se muere de hambre, incluso son muy felices. Por ejemplo en Rumania case nadie sufre depresión, no la conocen. Un problema real de Rumania es la corrupción que se solucionará con el tiempo. Ella intenta no pagar a los corruptos para colaborar en su desaparición. Los médicos, maestros, policía ... cobra dinero de la gente para trabajar mejor. Hana se considera contenta, aunque no conoce el término felicitad. La manera de estar más contenta es liberarse y hacer lo que le apetece. El secreto de disfrutar de la vida es trabajar para encontrarse uno mismo para después encontrarse en el mundo.

Después de la entrevista hemos andado un poco por la ciudad, en la oscuridad, a un paso muy acelerado (a la Hana le gusta andar rápido). Hemos ido a un local donde nos hemos servido una cerveza y hemos pedido un par de platos a uno de ellos, típico en Rumania: pollo con cerezas. Bueno, según ella no se demasiado típico, aunque me ha comentado que por una parte les gusta comer mucha carne y por otra muchos platos son dulces, como por ejemplo una sopa caliente de frutas que la Hana odia.

07/06/2006:
Bucarest Bucarest


Esta mañana, mientras me preparaba para traducir el diario de Grecia a inglés he tomado una decisión difícil. No traduciré mas el diario a inglés. Pierdo demasiado tiempo y de momento sólo lo reciben unas 200 personas. En cambio, el diario en catalán y español lo reciben unas ocho o nueve mil personas. Ya os expliqué que utilizo una base de datos de emails de la empresa donde trabajaba. Algunos de estos usuarios se han borrado pero muchos otros me felicitan y me animan a seguir escribiendo. Muchos de los que reciben el diario en inglés son amigos que he hecho durante el poco tiempo que llevo de viaje, me sabe mal por ellos, de todas maneras les seguiré enviando las fotografías que vaya haciendo.

Estaba desatando la bicicleta de la Hymer para ir a la embajada de Moldavia (y sacarme el visado para entrar en el país) e ir al punto de información turística, cuándo se me ha acercado un chico y me ha preguntado si la autocaravana era mía. Al comentarle que sí se ha empezado a interesar mucho por mi viaje. Me ha explicado que es violinista, solista, por lo que se ve bastante bueno ya que vive de eso (www.romanianpiano.ro) y le ha permitido viajar por muchos países haciendo conciertos. Pero su sueño es retirarse y hacer un viaje similar al mío. Quizás nos encontramos de nuevo en la carretera.

Le he propuesto hacerle una entrevista dentro de la autocaravana para mi proyecto, y aunque no tenía demasiado tiempo, ha aceptado encantado. Alexandru opinaba que en el mundo había mucha gente pobre, millones, que no tienen agua corriente, electricidad, suficiente comida ... De todas maneras eso no forma parte del principal objetivo a solucionar por los países. Por otro lado tampoco opinaba que todo el mundo tuviera que disfrutar del mismo nivel económico. La solución tendría que empezar desde bajo, ayudándonos entre nosotros y sintiéndonos mejor ayudando. La gente tendría que conocer estos problemas y preocuparse. Las ONGs son positivas, pero generalmente no del todo eficientes. El principal problema en Rumania son los Rumanos, la manera cómo piensan y cómo actúan a causa de estar tantos años bajo el comunismo. La gente espera ayuda del estado y no quiere trabajar más de lo que están acostumbrados para salir de la pobreza. Que la gente fuera más disciplinada y aceptara las nuevas reglas (por ejemplo de tráfico) es el primer paso de la solución del problema. Él simplemente intenta obedecer las reglas. Alexandru se siente bien, aunque no sabe si definirlo como felicidad. Sería más feliz si tuviera más tiempo para hacer cosas que realmente le gustan. De hecho, le gustaría retirarse de la música y viajar, aunque actualmente se encuentra atrapado por el sistema y es difícil salir de éste. Hay gente que espera ser feliz amándo, o teniendo dinero ... De todas maneras, uno de los secretos de la felicidad es no buscarla, simplemente tienes que estar preparado para ser feliz.

En la embajada de Moldavia me han informado de que tenía que ir al consulado y me han dado la dirección. Después he ido al punto de información turística, que según mi guía europea era una agencia de viajes, pero esta agencia de viajes ya no existía. Por lo tanto, en Bucarest tendré que cargar con toda la guía Europea para disponer de mapa, o arrancar las páginas del mapa, o dibujarme un croquis del mapa a mano ... Ya veremos qué haré ...

Después de comer he salido a conectarme a Internet. Sin ordenador, porque en ningún sitio me dejaban conectarlo. He vuelto al cabo de un par de horas a la Hymer, donde ya me he quedado porque se ha puesto a lloviznar.

Aunque ayer Hana intentara convencerme de que Bucarest es más rico y próspero que Sofía, continúo pensando que no, que es más pobre, pero ya sacaré las conclusiones mañana, que haré la visita turística.



08/06/2006:
Bucarest,+Palace+of+Parliament


Al final no iré a Moldavia. Inicialmente no tenía previsto entrar a Moldavia, pero antes de ayer pensé que podía cruzar el país para ir a Ukrania, que quería visitar desde Odesa hacia Kiev. Pero ayer, consultando a la guía de viajes con todos los puntos de interés por la zona, decidí dirigirme hacia el norte, cruzando toda Rumania y sin pasar por Moldavia y llegarme finalmente al Lviv (Ukrania), para después ir hacia el Este hasta Kiev. Serán más kilómetros pero creo más interesantes.

Esta mañana he salido a recorrir con bicicleta la mayoría de los puntos de interés de Bucarest según mi guía. Si os tengo que ser sinceros, no es una ciudad que me atraiga demasiado. De todas maneras, tiene un par de iglesias del mil setecientos con unas pinturas muy bonitas en el interior y un gran paseo lleno de fuentes bastante interesante, aunque que también un poco olvidado. Al final de este paseo se encuentra la plaza Uniri, con muchas más fuentes, y más al fondo con el monstruoso parlamento, concebido por Ceausescu. La lástima, aparte de ser monstruoso, es que para construirlo junto con la plaza Uniri tuvieron que destruir un barrio entero.

He quedado al mediodía con Tea. Tea es una chica simpática que acababa de tener un examen de periodismo. No sabe demasiado bien como encarar su vida, porque por una parte sus amigas trabajan mientras estudian y en cierta manera le gustaría hacer lo mismo. Pero por otro lado, ella no lo necesita, por que su padre la ayuda. En cualquier caso, acababa de rechazar una oferta bastante buena de trabajo. Hablando de mi viaje me ha comentado que éste es el sueño de casi todo el mundo. Yo le he comentado que también es el sueño de casi todo el mundo tener un coche fabuloso. Entonces ella me ha confesado que preferiría cumplir el segundo sueño.

Después de pasear por la Catedral, una zona que curiosamente ella no había visitado nunca, le he propuesto hacerle la entrevista para tomar el pulso en el mundo. Primero se ha mostrado un poco tímida y cohibida, pero finalmente ha aceptado.

Tea piensa que el principal problema del mundo es que la gente no puede hacer lo que realmente quiere, quizás por la falta de dinero o la pobreza. Tea colabora como voluntaria en una organización periodística y cree que así ayuda en parte a la solución del problema. El problema de Rumania es la pobreza. Con el tiempo y la ayuda de otros países se solucionará. Tea es considera feliz, intenta sentirse completa en su vida pero al mismo tiempo tener inquietudes. El secreto de la felicidad está en trabajar con gente que te pueda enseñar y a partir de la cual crecer.

Por la noche he quedado con la Vera y dos amigas suyas. Las tres trabajan y las definiría como un poco alocadas. Hemos ido al barrio antiguo, donde hay una zona restringida al tráfico muy olvidada, con bastantes bares y pubs. Hemos estado bebiendo cerveza mientras conversábamos y hacíamos broma. Hemos hablado sobre las diferencias entre los hombres y las mujeres, por ejemplo me ha sorprendido que la Vera pudiera conversar concentrada conmigo y al mismo tiempo escribir un mensaje, imposible para mí.

He ido a dormir tarde, porque después hemos acabado en un pub con mucho ambiente, donde ponían mucha música que me era desconocida, no sólo romana, y donde me he dado cuenta que las chicas rumanas son un poco tímidas y cerradas, como a mínimo en aquel local.



09/06/2006:
Bucarest,+Piata+Unirii Bucarest,+Piata+Unirii Bucarest Bucarest


Me he despertado bastante tarde. He aprovechado la tarde para trabajar y conectarme a Internet. Por la noche he movido la Hymer hacia el sur del centro, donde hay una lavandería. He aparcado casi en frente y he dejado allí la ropa sucia que tenía acumulada. Después he ido a hacer unas fotos y a hacer una cerveza.

Estos días me ha sorprendido la religiosidad de la gente. Si observas cerca de una iglesia, mucha gente que pasa por delante se santigua con respeto. Quizás pasa en todos los países ortodoxos, pero no se me había fijado hasta ahora. Tea me comentó ayer que no se trata de religiosidad, simplemente de tradición. Entonces discutimos si religión y tradición no se pueden considerar case sinónimos.

Otro hecho sorprendente que hasta ahora sólo he observado en Tirana (en Europa), es ver niños drogándose respirando con bolsas de cola o de disolvente en el centro de la ciudad. Son niños que juegan entre ellos, molestan a otros viejos mendigos o simplemente piden limosna en los semáforos. Las amigas de ayer me comentaron que hay mafias que los explotan (o cuando menos los organizan). Y es posible que sea así, porque hoy a la noche me ha sorprendido ver a dos niños pidiendo caridad a los semáforos vestidos en pijama y con perrito en los brazos. Una imagen muy tierna y chocante cuando estás yendo hacia casa para poner a tus hijos en la cama, pero os diré que durante el día no he visto a ningún niño de estos vestidos en pijama.

Acabaré con otro detalle de Bucarest. Si miras al cielo, Bucarest parece una inmensa telaraña (naturalmente exagero). Hay cables cruzando las calles por todos sitios. Y eso sólo es el principio, porque en los pósteres dejan enrollados los cables por si mas adelante necesitan tirar más.

La impresión que he tenido pues, es que Bucarest es una ciudad pobre, bastante más que Sofía (había tenido esta discusión con Hana), aunque tenga una impresionante plaza en el centro de la ciudad, con fuentes, parques y todos los edificios con letreros y anuncios luminosos.




Brasov - Transilvania (ver en mapa)

10/06/2006:
Sinaia,+Peles+Castle Transilvania Bran+Castle


Quizás tendré que retirar todo lo que escribí ayer. Hoy, saliendo de Bucarest, dirección hacia el norte, hacia Sinaia y Brasov, me he dado cuenta de que el norte de Bucarest es mucho más rico que el sur y el centro de la ciudad. Tea ya me había explicado que la gente rica acostumbra a vivir en el norte, hacia la periferia, porque se ve que los vientos y la contaminación van hacia el sur. No sé si la causa será la contaminación, pero en realidad, el norte está lleno de grandes edificios de despachos, casas unifamiliares, y las calles muy bien asfaltadas.

Saliendo de Bucarest, también me ha dado la sensación que las afueras de la ciudad también están más desarrolladas en el norte que en el sur, como si Romania se quisiera aislar de Bulgaria. Más en el norte, las planicies y prados se han convertido en montañas y bosques y he empezado a entrar a Transilvània, la tierra de Dràcula y de los vampiros.

He parado a Sinaia, un pueblo de bonitas casas y hoteles del siglo pasado y anterior, con fuerte influencia germánica. El pueblo se enfila por un valle. Unos centenares de metros más arriba hay un interesante monasterio y un poco más allá un fabuloso castillo o palacio, que otro vez recuerda en los bonitos castillos alemanes. Se ve que desde hace siglos la cultura germánica ejerce una fuerte influencia en las montañas de Transilvània.

Se ha puesto a llover con ganas y no he tenido ocasión de visitar otro castillo en el mismo pueblo. Así pues he seguido el camino hacia la pequeña ciudad de Brasov.

Había quedado a las siete con Alexandra en Brasov delante de la iglesia negra, de estilo gótico y de piedra. Alexandra me ha caído muy bien, pero ya la describiré mejor mañana, porque hemos quedado para ir juntos a Sibiu. Hemos estado paseando por el centro antiguo de Brasov conversando sobre filosofía, sueños, proyectos ... Más tarde hemos ido a visitar el castillo de Bran, uno de los castillos de Vlad Tepes, el empalador que originó al personaje Dràcula.



16/06/2006:
Transilvania Sibiu Transilvania Transilvania,+Alexandra Transilvania,+looking+for+dracula Transilvania,+Alexandra
Transilvania      


He pasado una semana fantástica en Transilvània, buena parte del tiempo acompañado de Alexandra. Al Inicio del viaje me había dado la libertad de quedarme más tiempo de lo que tuviera previsto en algún punto del itinerario que considerara que valiera la pena. Y Transilvània es una región que enamora, aunque la buena compañía también ha ayudado. Me gustaría mucho volver a repetir esta semana con Alexandra en otra secuencia de mi itinerario, se lo propuse y quizá nos volveremos a reencontrar en Escandinavia.

Alexandra es una estudiante de derecho que al mismo tiempo trabaja en el departamento legal de una gran empresa de telefonía. De todos modos, no es una chica materialista ni centrada en el mundo material. Es una chica soñadora y llena de ambiciones y proyectos: filosóficos, literarios, periodísticos, profesionales, de viajes ... Quizás demasiados proyectos porque actualmente se empieza a dar cuenta que no los podrá abarcar todos y que tendrá que abandonar algunos por el camino. Es una chica inteligente y con mucha iniciativa. También es muy reflexiva, muchos ratos se los pasa en silencio concentrada y pensando en sus cosas. Es abierta y muestra muy segura de sí misma, pero cuando se aparta del mundo que conoce y domina se cierra y se vuelve insegura. De todos modos, confió en mi y juntos nos adentramos en terrenos inexplorados. Es una chica muy preciosa.

Transilvània es una tierra verde, llena de prados, bosques frondosos y altas montañas, algunas nevadas. La mucha gente trabaja en el campo, con azadas, arrancando las malas hierbas; o con alfalfa(¿), cortando la hierba alta; muchos otros vigilan una o dos bacas, que generalmente pacen ligadas de una cadena ligada de los cuernos. Por las carretas hay muchos carruajes tirados por uno o dos caballos, algunas veces con un carcomí corriendo al lado. Los carruajes están cargados de madera, paja, paquetes, hombres, mujeres, niños o toda la familia.

Hay muchos pequeños pueblos en los lados de las carreteras con casas unifamiliares, pero de vez en cuando, también tropiezas con una gran ciudad, moderna, próspera y generalmente con un casco antiguo con fuerte influencia germánica, con iglesias góticas y algunas ortodoxas. Hay que mencionar, que Transilvània no fue invadida por los Turcos o Otomanos, en parte gracias a Blad Tepes.

El domingo visitamos Sibiu, la ciudad donde estudia Alexandra. Es una ciudad que están arreglando a marchas forzadas, ya que en el 2007 será capital mundial de la cultura. Ahora ya es interesante de visitarla, pero lo será mucho más el año próximo. El martes iniciamos una excursión de dos días por Sighisoara, una villa con una interesante ciudadela medieval, donde nació Blad Tepes. A la noche llegamos a Cluj Napoca, una ciudad que según el Alexandra sería la capital de Transilvània si ésta fuera independiente (algunos lo desearían ya que culturalmente y geográficamente es muy diferente de la Rumania de Bucarest). El domingo nos perdimos por las cautivadoras montañas de Apuseni.

En una de estas interminables carreteras de curvas, esperando encontrar una gasolinera después de circular durante kilómetros con reserva, entramos en un pequeño pueblo que a diferencia de los otros tenía una antigua gasolinera. Allí nos atendió un chico. Como no nos podía cobrar con visa, conté los pocos billetes que tenía y se los di para que cargara el gasóleo. Después le pedí agua para la Hymer y amablemente sacó una manguera conectada en uno de los lavabos.

Mientras la Hymer se cargaba, el chico me empezó a hablar con español. Me comentó que había estado trabajando un tiempo en Valencia recogiendo naranjas, pero no le gustó. Prefería trabajar aquí, en la gasolinera y en los fines de semana de discjokey, en un club del pueblo. Además, decía que las chicas de España generalmente eran gordas y que en Rumania las chicas eran más atractivas. Yo le comenté mi opinión, en Rumania las chicas son preciosas, pero también las hay en España y en Cataluña.

Uno de estos días, me sorprendió que Alexandra definiera los Rumanos como latínos. En realidad hablan una lengua latina, que se puede llegar a comprender si pones bastante atención. Estubimos discutiendo la cuestión y me acabó admitiendo, que a pesar de la lengua, culturalmente son más próximos a la cultura germánica que a la llamada latina. Los griegos (o helènics), en cambio, no se consideraba latinos (por la lengua) pero se consideraban de cultura mediterránea.

Entre otros temas también hablamos del famoso Dràcula y de sus vampiros. En Transilvània no creen en él, porque no deja de ser una leyenda moderna. En cambio, se ve que son terriblemente supersticiosos. Creen en brujas, espíritus, fantasmas ... Por ejemplo me habló de los espíritus que se quedan en los cruces de las carreteras, porque no saben dónde dirigirse. Por este motivo, en las puertas de muchas casas hay pintada una cruz, y detrás, el ajo no falta.

Naturalmente, también entrevisté Alexandra. Opinaba que la falta de comunicación interpersonal provoca la mayoría de problemas del mundo. Tendríamos que comprender mejor las otras culturas. Según Alexandra el principal problema de Rumania es la falta de respeto en mundo del trabajo que se solucionaría con una actitud positiva. Alexandra es feliz porque se considera independiente y puede ayudar a los otros. Sería más feliz teniendo más tiempo. El secreto de la felicidad es tomarte tiempo para ir a la montaña a respirar aire puro, como en aquel momento.

Hoy viernes, al mediodía, después de trabajar un poco y de conectarme a Internet (al igual que algunos otros días de esta semana), me he despedido temporalmente de Alexandra con un fuerte abrazo y un beso he empezado a hacer camino hacia Ucrania.

Hace tiempo que me oriento observando la posición del sol. Pero hoy, llegando a la frontera me ha sorprendido que la carretera se dirigiera todo el rato dirección al sol poniente en vez del Noroeste, tal como indicaba al mapa. Pero no ha sido hasta más tarde, que me he dado cuenta que debido a la latitud (ya bastante más en el norte) y a la época del año (próxima al solsticio de verano) el sol se pone en el Noroeste.

En la frontera de Rumania me han dicho que tenía que pagar la tasa de desinfección (estos días, en las carreteras de Transilvania tuve que pasar como mínimo por 10 túneles de desinfección). Yo les he indicado que ya había pagado esta tasa en la entrada de Rumania. Pero ellos me ha indicado que la tenía que pagar dos veces. Pero finalmente me han preguntado de qué país venía y me han dejado pasar. Unos metros más allá un policía me ha pedido el comprobante del pago de la tasa de carreteras. Creo que lo pagué en la entrada, pero no encontraba el papel. De todas maneras, entregando el pasaporte y el resto de papeles no me han vuelto a pedir la tasa.

Mientras esperaba en la cola de la frontera con Ucrania, he cogido la guía europea y he leído que tenía que haber pedido el visado de entrada a Ucrania con antelación, que valía unos 40 o 100€. Tenía la página marcada, pero con el paso del tiempo me había olvidado completamente de ir a una embajada y pedirla. Ya me pensaba que tendría que volver a Bucarest, y más por ser español, porque hacía pocos días se habían enfrentado España y Ucrania a los mundiales de fútbol y Ucrania había perdido. Pero me han ido pidiendo los típicos documentos y me han dejado pasar sin problemas y sin pagar nada. Eso sí, han estado revolviendo toda la Hymer, sacando ropa, retirando cajas, destornillando tornillos. Y al cabo de una hora y media me han preguntado: "llevas narcóticos", yo he contestado "no" y me han dejado seguir.





Ukraine

Lviv (ver en mapa)

17/06/2006:
Ukraina+country Ukraina+country Ukraina+country


A veces también hago cosas malas, como por ejemplo adelantar en línea continua. Hoy ha sido la segunda vez que me paran. Ya me pararon en Transilvània. Allí me pusieron la multa, les dije que no llevaba dinero y me dejaron marchar diciéndome que la tenía que pagar antes de dos días (no la pagué). Hoy los policías eran mucho más ambiguos. Primero me han dicho que me retenían el pasaporte y que tenía que ir a un banco a sacar dinero. Pero no me decían el importe de la multa y en vez de eso me preguntaban el importe de las multas en España. Finalmente me han escrito en un papel 100hry. Les he dicho que se esperaran y he ido al coche. He calculado el importe en euros y eran 15€. He vuelto con 15€ y los he entregado al jefe. Él me ha devuelto 5€ diciendo que era la propina. Y me he marchado mientras ellos exclamaban vivas en España (no sé si para el partido de fútbol de hacía unos días). Ha sido la primera vez que he sobornado y no me siento extraño.

Pero no ha sido la última. Pocos kilómetros más allá otro policía me ha detenido, esta vez por circular demasiado rápido. De todas maneras, creo que sólo me ha parado por ser turista, ya que no tenía enfocada la pistola captadora de velocidad hacía mí.
Krzysiek de Polonia me había comentado en un mail que si hubiera nacido en la Europa del Este no tendría tantos problemas en las fronteras, ya que estaría acostumbrado con el soborno. Así pues, esta vez ya he entregado directamente 5€ y el policía me ha devuelto la documentación sin problemas.

La buena noticia de las carreteras ucranianas es que la gasolina sólo cuesta 0,6€/litro.

Las carreteras hacia Lviv han transcurrido en medio de una planicie, con pequeñas ondulaciones, y con un paisaje muy similar a las zonas planas de Transilvània. Quizás Ucrania es un poco más seca, al no tener montañas cerca. Los pequeños poblados seguían discurriendo al lado de la carretera, con todo tipo de animales cerca de las casas. De vez en cuando una grande y moderna ciudad. En el campo seguían cortando hierba, recogiéndola, labrando, paciendo ...

He llegado a Lviv sin ninguna referencia de donde podía estar el centro, ya que no disponía ningún mapa. De todas maneras he ido circulando por lo que me ha parecido uno de las calles principales, empedrada, llena de bonitas casas antiguas. De todas formas, al final he aparcado y he preguntado a unos chicos donde estaba el centro y donde podía aparcar. No me sabían indicar demasiado bien y al final han decidido subir a la Hymer y acompañarme.



18/06/2006:
Lviv Lviv Lviv Lviv


Realmente Lviv es una ciudad muy bonita. Por suerte Lviv no fue bombardeada durante la segunda guerra mundial y ahora es posible admirar su gran casco antiguo. Es un barrio tranquilo, muy bonito, lleno de edificios e iglesias (muchas) góticas, del renacimiento, barrocas y neoclásicas. Las calles son empedradas, como buena parte de la ciudad, y bastante anchas para ser antiguas.

En el sur del casco antiguo hay unas ramblas donde la juventud se relaja bebiendo cerveza y la gente mayor se excita jugando a todo tipo de juegos de mesa: ajedrez, backgamon, domino ... Las chicas pasean muy provocativas, luciendo sus siluetas esbeltas.

He pasado buena parte del día tomando el sol y nadando en un lago en el este de la ciudad. Los chicos que me guiaron ayer me han venido a buscar y me han propuesto de acompañarlos. No hablaban muy inglés pero he pasado un buen rato con ellos, bebiendo cerveza y comentando y mirando las atractivas chicas que tomaban el sol. El lago parecía privado, se tenía que pagar entrada para entrar, pero estaba lleno de gente, básicamente juventud.

Por la tarde ha llovido y he aprovechado para conectarme a Internet y más tarde he dado el último paseo por la bonita Lviv.

Mientras estaba conectado a Internet, no he podido evitar escuchar una conversación en inglés a mi lado de una chica que hablaba con un hombre, bastante mayor que parecía extranjero. La chica hablaba de una amiga suya ucraniana que se había casado con un americano. Comentaba que la amiga había tenido mucha suerte, por que en América los hombres no son tan machistas y también colaboran en los trabajos del hogar. Entonces ella también ha comentado que le gustaría casarse con un americano y no trabajar. El hombre le ha preguntado:
- ¿Y qué harás con el tiempo libre?
- Tener hijos y cuidarlos.




kiev (ver en mapa)

19/06/2006:
Antes de empezar a hacer camino hacia Kiev, he subido al Hight Castle, una colina desde donde se disfruta de una interesante vista sobre la ciudad. De todas maneras no he encontrado ningún castillo, excepto las ruinas de una muralla al pie de la colina. Por otro lado, no ha sido sencillo encontrar la colina, ya que nadie me entendía cuándo decía el nombre en inglés. Finalmente un chico que hablaba en inglés me ha apuntado el nombre en ucraniano en un papel. Entonces la gente ya me ha podido orientar correctamente. Pero no los taxistas, ya que si les pedía ayuda sólo me la ofrecían pagando.

De Lviv a Kiev tenía unos 600 kilómetros para recorrir. Como la gasolina en Ucrania es muy económica (comparada con el resto de países) he forzado un poco más la máquina. De todas maneras, no he llegado a Kiev hasta las 9 de la noche. Eso sí, durante el trayecto he parado una hora para comer, y un par de horas más para limpiar a fondo la Hymer, que ya le tocaba.

Últimamente, en los largos trayectos intento aprovechar el tiempo. Por una parte no dejo de admirar el paisaje (que continuaba verde y ligeramente ondulado) y tampoco me privo de frenar un poco precipitadamente si visualizo una escena interesante de fotografiar. Algunas veces, también utilizo los trayectos para pasar las filmaciones de vídeo al ordenador para después renderizarlas. Por otro lado, últimamente he empezado a aprovechar el viaje para hacer ejercicios de meditación, de respiración y también de musculación. En los ejercicios de meditación intento ser consciente de todas las sensaciones que me rodean: el paisaje, la música, las sacudidas, el ruido del coche, mi respiración, el tacto ... En los ejercicios de respiración simplemente intento respirar profundamente y relajadamente, creo que eso me irá bien para la alergia que me afecta la nariz con rinitis. En los ejercicios de musculación tenso los abdominales, durante un periodo largo o en pequeñas intermitencias. Después, ayudándome del respaldo, fuerzo los bíceps, hombro, pectoral ... Sí, si sigo con este ritmo, en vez de viajar parecerá que me haya pasado nueve meses cerrado en un gimnasio.

En kiev he aparcado cerca de la Opera, dónde me tenía que encontrar con Dasha. Una amigos de Torelló, Pep y Ceci, me habían pasado su contacto. Bueno, en realidad no los conozco personalmente, pero reciben mi diario y hace tiempo que mantenemos el contacto a través de Internet. Desde hace años, Pep y Ceci han acogido Dasha diversas veces en Cataluña. Ahora, Dasha ya tiene dieciocho años y habla un catalán perfecto. Y quizás sorprenderá a algunos que no sepa hablar castellano.

20/06/2006:
Dasha Kiev,+St.+Michael


Dasha me ha sido de gran ayuda hoy, aunque no he podido solucionar la mayoría de problemas que tenía que resolver.

Por una parte, la batería del habitáculo de la Hymer que se descarga demasiado rápido. La empresa me dijo que seguramente estaba defectuosa y me propusieron cambiarla. Según un listado de distribuidores de la Hymer, en Kiev había uno. Dasha me ha ayudado a localizar la dirección en un mapa que me ha regalado y a continuación me ha acompañado. Pero allí sólo había un concesionarios de coches. Al concesionario nos han dado otra dirección que no sabían nada de la Hymer. He decidido dejar la solución de este tema para Moscú, donde en principio hay cinco distribuidores.

Después hemos intentado encontrar recambios de campingaz ya que tengo casi todas las bombonas de gas vacías. A través de la web de campingaz había sacado un listado de cinco empresas que vendían en Kiev. Pero la primera no existía, o la dirección estaba incorrecta. Y la segunda (hemos ido después de comer) no venía bombonas. Pero no lo he acabado de entender, porque en la tienda tenían una bombona igual que la mía, vacía. Allí nos han informado que en algunas gasolineras llenan de gas las bombonas.

Después nos hemos dado un respiro y hemos ido a pasear por Kiev. Ya me sorprendió ayer la modernidad y prosperidad de Kiev. De hecho me extraña que algunas ciudades de la Europa del Este, antiguamente comunistas, (Bratislava, Sofía, Bucarest) tengan grandes diferencias con las ciudades de la Europa del Oeste. En cambio, otras ciudades como Kiev, parecen seguir de bien a cerca de la estela de ciudades como París, Barcelona ... Las calles son anchas, algunas empedradas, los edificios, modernos o antiguos, son diseñados con gusto y son mantenidos con cuidado. Hay muchos parques. La ciudad parece limpia. Y también hay bastante tráfico en algunas zonas. Pero es normal supongo, Kiev es una ciudad de tres millones de habitantes.

Hemos pasado por el lado de la catedral de santa Sofía. Después hemos visitado el monasterio de San Michael. Allí nos hemos encontrado a un amigo de Dasha que canta en la coral del monasterio y nos ha invitado a visitar el monasterio desde arriba, donde había otros chicos que cantaban la misa y de donde se disfrutaba de una interesante perspectiva del monasterio. A continuación hemos subido al funicular y hemos bajado hasta el río. Allí nos hemos encontrado con el padre de Dasha.

Dasha estudia música desde bien pequeña, piano y canto. Quizás por eso es una chica dulce y llena de sensibilidad. Es sencilla pero con mucha iniciativa, optimista. Es muy simpática, fácil de hacer amistad. Su sueño es acabar de estudiar música en el conservatorio de Barcelona, y acabar viviendo en Cataluña, una tierra que ama mucho. Vive en Kiev en una residencia de estudiantes, ya que sus padres viven a las afueras, en el campo.

El padre de Dasha es ingeniero aeronáutico. Aunque no habla catalán ni demasiado inglés nos hemos entendido bastante bien. Nos ha invitado a cenar comida típica Ucraniana. Me he pedido una sopa creo que de tomate, cebolla y patata; una butifarra deliciosa; unas patatas finas fritas y un tomate confitado. Mientras comíamos, el padre me ha propuesto visitarlos el sábado y pasar el día con ellos y he aceptado encantado. Muy amablemente se ha ofrecido para coger mi ropa sucia para lavarla en su casa. Finalmente, también se ha llevado una bombona de gas para intentar llenarla con gas en alguna gasolinera. Le he pedido que vigilara y que sobre todo después aceptara que le pagara.



24/06/2006:
Dasha Kiev,+Sta.+Sofia+Catedral Kiev,+St.+Michael Kiev,+independentia+square,+whorld+championchips+of+futbol Teteriv Teteriv,+Victor+and+Irina
Teteriv Teteriv Teteriv Teteriv Teteriv,+Irina Teteriv,+diner+at+Lapenko 


Es de mañana, estoy escribiendo desde el portal de casa Victor y Irina, los padres de Dasha y Alexei. Hay bastantes mosquitos, pero el resto es perfecto. He dormido en una de sus camas en el piso superior de su pequeña y acogedora casa en el campo. Ayer por la noche estuvimos cenando en el jardín, cerca del fuego, Victor, Irene y una familia amiga. La Dasha al principio también estaba pero no se encontraba demasiado bien y se marchó. Comimos una sopa de pescado muy buena que tuvieron hirviendo bastante rato sobre un pequeña hoguera. La cabeza del pez también se encontraba en la sopa, una cabeza enorme para ser un pez de río. También comimos brochetas, de medida extra grande, que habían cocido a la barbacoa rociadas con cerveza y agua. Saqué el aceite de oliva y aliñé las brochetas y también hicimos un poco de pan con tomate (típico de Cataluña). Sobre la mesa también había tomates cortados, cebollas tiernas, rábanos y diversos tipos de hierbas que íbamos comiendo entre bocado y bocado. De vez en cuando, Victor servía un xupito de Vodka, brindábamos y nos lo bebíamos de una tirada. Y cuando la botella de vodka se rompió seguimos con xupitos de un buen coñac que les había regalado. Uno de los brindis se lo quise dedicar a ellos: "He estado viajando por muchos países: Francia, Italia, Austria, Hungría, Grecia, Rumania ... y anteriormente también a Latín América, India, África. Y os soy completamente sincero si afirmo que el país donde he encontrado la gente más hospitalaria, donde me ha ayudado más, he sido en Ukraina, habéis sido vosotros, por lo tanto quiero brindar por vosotros". Victor, aunque no tenía un inglés muy fluido se encargaba de ir explicando y traduciendo, siempre con una sonrisa, alegre. De todas maneras, este viaje me está enseñando a entender las expresiones y las tonalidades de las voces y muchas veces captaba el contenido de una conversación sin traducción, simplemente cazando alguna palabra aislada. Finalmente nos relajamos mirando como se consumía el fuego. Entonces Victor explicó un dicho de Ukraina: "En Ukraina la gente nunca se cansa de mirar o contemplar tres cosas: las aguas de un río, las llamas de un fuego, y los otros trabajando". Reí mucho y comenté que a mí también me pasaba lo mismo. Finalmente, cuando los amigos decidiron marcharse hicimos el brindis del cosaco o del caballo. Una tradición centenaria: cuando uno de los invitados quiere marcharse a casa, antes se tiene que beber de golpe un xupito, pero esta vez, con el vaso lleno del todo.

Antes de la cena estuve nadando en el río con Irene. Las aguas estaban bastante crecidas y tenías que estar nadando todo el rato para mantenerte en la misma posición.

Por la mañana, antes de dirigirnos hacia Teteriv con la autocaravana, el pueblo donde el Victor y el Irina tienen la casa, Alexei me estuvo ayudando durante tres horas a encontrar en Kiev un producto para el lavabo químico de la autocaravana. Después me acompañó hasta Teteriv, a unos 80 kilometros de Kiev, para volver seguidamente hacia la ciudad en autobus. En ningún momento me pareció que se sintiera molesto por estar ayudándome tanto rato. Al llegar a Teteriv nos ofrecieron un poco de comida y acto seguido Irina me pidió si tenía más ropa para lavar y ante su insistencia saqué un edredón y una almohada que lavaba desde Cataluña.

Con Alexey, y también con Dasha los días anteriores, hablé bastante de Ucrania. En Ucrania la mitad de la gente habla normalmente Ucraniano, sobre todo tocando a Polonia, y la otra mitad habla Ruso, sobre todo tocando a Rusia, de donde Stallin sacó millones de habitantes hacia Sibèria y los sustituyó por Rusos. De todas formas, todo el mundo habla y entiende las dos lenguas. Por otro lado, los sentimientos Rusos y Ucranianos están un poco enfrentados. Alexey y Dasha, como Ucranianos que se sienten participaron en la revolución naranja, que sustituyó al anterior presidente pro-ruso por el actual presidente, Iushenko. La familia que me ha acogido está bastante contenta del actual presidente, porque mira hacia Europa en vez de hacia Russia. De hecho, una de las acciones que hizo, fue dejar de pedir visado a los extranjeros, por este motivo no tuve problemas al cruzar la frontera Ucraniana.

El miércoles por la mañana estuve trabajando y por la tarde lo dediqué visitando el monasterio de Kyivo-Pecherska Lavra con la Dasha, y el gigantesco monumento de la independencia de Rusia. A la noche estuve con el hermano de Dasha y sus amigos. Alexey es un chico que estudia economía, está muy interesado con aviones y guerras pero al mismo tiempo tiene una gran sensibilidad por la escultura. Los amigos de Alexey tienen muchas ganas de fiesta pero al mismo tiempo son muy responsables. En todo momento tenían cuidado que estuviera bien y que no se me perdiera. Cogimos el metro para ir a una zona de discotecas. Me sorprendió la profundidad del metro, estuvimos dos o tres minutos bajando por una larga escalera automática. En la discoteca pedimos una botella de vodka, zumo de melocotón y cerveza. Hacíamos un xupito de vodka, bebíamos un poco de zumo y después un poco de cerveza. Naturalmente nos animamos enseguida.

He parado un momento de escribir el diario para desayunar. Hemos desayunado un poco de la sopa de pescado de ayer que había cogido más gusto, fría; patatas hervidas; un removido de carne y huevo; verduras frescas; y vareniki de confitura de fresa que han traído los amigos de la familia. El vareniki es una comida tradicional de Ucraina, tiene la forma de un ravioli grande que puede estar pleno de carne, patata, queso, confitura ... Más tarde tomaremos una infusión de hierbas y antes de comer, o después, empezaré a hacer camino hacia Rusia.

El jueves, Dasha y Victor me llevaron a un museo de casas tradicionales de diferentes zonas de Ucraina. Era un museo en el aire libre, muy grande e interesante. Después Victor se ofreció para coger las bombonas de campingaz que tenía para llenarlas en una gasolinera con la misma mezcla de butano-propano original. Este fin de semana me las ha vuelto y se las he pagado, a un precio increíblemente económico ya que el gas Ucrainés, igual que la gasolina, cuesta muy poco. Por la noche fui con Alexey y sus amigos a tomar una pizza. A medio camino cargamos a la Hymer un par de chicas que hacían autostop y pasamos bastante rato conversando con ellas, ellos, porque las chicas no hablaban inglés.

En Kiev hay bastante gente que hace autostop, a todas horas. No importa si paran un coche particular o un taxi, la cuestión es llegar al destino.

El viernes por la mañana salí por la televisión Ucrainesa, la Dasha tiene una amiga que trabaja en M1 y me invitaron a entrevistarme en uno de los programas, fue muy interesante. Yo también había invitado unos días antes a Dasha a participar en un programa de Catalunya Radio, ya que ella habla correctamente el catalán y en el programa hablaban sobre Chernovil, un terrible accidente que todos los ucranianos todavía recuerdan.

Después me cogí el resto del viernes para mí, trabajando y haciendo fotos por la ciudad. Estaba haciendo fotos cerca de la plaza de la Independencia donde estaban retransmitiendo el partido de fútbol Ucraïna-Tunissia del mundial cuando de golpe oí a mucha gente chillando primero de indignación y después con alegría sostenida, y al cabo de unos segundos de suspense uno gritos de alegría exhortante. Adiviné que Ucrania había marcado de penal y que se había clasificado.

Poco antes de marcharme de Teteriv he entrevistado Victor, que se había preparado la entrevista con antelación y ha contestado todas las preguntas de una tirada. Victor opinaba que el mundo tenía dos grandes problemas, el primero la contaminación de la naturaleza, tendríamos que decrecer la influencia de la tecnología sobre la naturaleza y tendríamos que comprender que la tierra es de todos. El segundo problema es el armamento y sobre todo el nuclear. El armamento nuclear mundial podría exterminar hasta 7 veces toda la vida de la tierra. Ucrania disponía de mucho armamento nuclear desde la desintegración de la URSS, pero destruyó mucho de este armamento. Victor querría que otros países también eliminaran su arsenal nuclear. En Ucrania también se tendría que desarrollar más la democracia y dosificar más la industria. Victor se considera feliz y sería más feliz si pudiera visitar muchos países de Europa. El secreto de la felicidad está en el trabajo, en mejorar su situación, de la familia y del país.

Después de despedirme de toda la familia recordándoles y agradeciéndoles que han sido las personas que me han ofrecido más ayuda en todos los años que viajo, he empezado a hacer camino hacia Rusia. A medio camino he subido a un hombre que hacía autostop. En Rumania y en Ucrania me he encontrado muchos locales haciendo autostop, pero éste era el primero a quien paraba. El hombre, con barba, de facciones duras y mirada serena, sólo de subir se ha señalado tres veces y ha parecido que bendijera la carretera. Le he preguntado si hablaba inglés, pero no ha contestado. De todas maneras, en medio de grandes pausas de silencio hemos mantenido una conversación muy básica utilizando símbolos. Me ha dicho que era capellán, él me ha preguntado si era creyente y le he contestado que no demasiado. Entonces le he explicado que viajaba por todo el mundo y nos hemos acabado felicitando de que España y Ucrania se hayan clasificado para la siguiente fase del campeonato. Al bajar me ha dado aproximadamente un euro por el viaje. Yo he rehusado los billetes pero él ha insistido. Finalmente ha bendecido la autocaravana. Creo que me guardaré estos billetes para ver si me protegen de alguna manera.

La carretera hacia Rusia se ha vuelto recta y un poco bacheada, cruzando una planicie sin ondulaciones. En un cruce me ha parado a la policía. Me han comentado que circulaba además de 50 km/h, el límite. Pero como he observado que no tenían medidor de velocidad y que sólo querían cobrar propina, he asegurado que no circulaba a más de 50 km/h, aunque fuera a 100 km/h. Finalmente me han tenido que devolver la documentación.

En la frontera con Ucrania me han intentado cobrar propina en tres lugares diferente, pero como sabía que tenía todos los papeles en regla he dejado pasar el tiempo y finalmente he podido pasar sin pagar nada. De todas maneras, como ya eran las once y media de la noche, me ha dado pereza cruzar la frontera Rusa, he hecho noche entre los dos países.





Russia

Tula (ver en mapa)

25/06/2006:
Tula Tula Tula


Antes de iniciar el viaje me hacía bastante respeto visitar Rusia: policías, corrupción, mafias, visados, complicaciones ... Pero a medida que iba avanzando en el viaje y iba solucionando todos los problemas que me iba encontrando, algunos de ellos relacionados con pequeñas mafias y corrupciones, perdí cualquier miedo que tuviera al inicio del viaje.

Así pues, he cruzado la frontera rusa con menos problemas de los que me había imaginado en un principio. Nadie hablaba inglés, pero han estado bastante amables llenándome o indicándome cómo tenía llenar todos los papeles necesarios y reclamándome los importes que tenía abonar, más de 50€ para poder circular por las carreteras rusas.

En Rusia ha seguido la misma carretera trazada en tiralíneas, a través de una planicie donde años y siglos atrás se habían aventurado las tropas hitlerianas y napoleonicas. De todas maneras, la superficie de la carretera no estaba trazada con tiralíneas, seguía igual de bacheada que en Ucrania.

He llegado a Tula a media tarde. No sabía dónde estaba el centro ni qué podía visitar, sólo tenía indicado en mi atlas que era una ciudad interesante a conocer. He ido avanzando por una calle ancha sin que encontrara nada que pudiera ser de interés. Finalmente he parado a preguntar. Pero nadie hablaba inglés. ¿Cuándo les preguntaba "don you speak English"? algunos (algunas) me miraban como si fuera un alienígena, asustados. Después he preguntado en ruso lo mismo (lo he buscado en la guía): ¿"Vu gavarite pan angliyski"?, entonces ya me respondían "net" (no) menos importunados. Finalmente, después de unas cincuenta personas (sin exagerar) una chica me ha podido indicar en un inglés muy pobre donde estaba el centro y que allí podría visitar el Kremlin.

He encontrado el centro, con una gran plaza, al lado una bonita iglesia, que se debería de restaurar, el Kremlin en el fondo, una estatua que parecía de Lenin, y edificios típicos de la época comunista. He salido a pasear y a hacer fotos y por la experiencia de antes, no he intentado establecer conversación con nadie. He paseado por una callejuela medio asfaltada donde de vez en cuando había unas interesantes casas de madera, viejas y con detalles muy bien trabajados.




Moskow (ver en mapa)

26/06/2006:
He dormido delante de un cibercafé donde estuve conectado ayer. Mientras estaba conectado me di cuenta y recordé que todavía no había escrito ni enviado el artículo del 9nou de la semana y decidí quedarme a dormir en frente, encima la acera, igual que otros coches, y el día siguiente por la mañana enviarlo.

Esta mañana, cuando he abierto la puerta he visto que estaba aparcado en medio de unas paradas de mercado y los coches que había ayer aparcados ya no estaban. Entonces, una mujer me ha indicado amablemente que se tenía que marchar y he aparcado un poco más allá. Por la mañana alguien había golpeado delicadamente la puerta, pero no había hecho caso. Eso no es Estambul, allí habrían echado abajo la puerta para despertarme.

He seguido camino hacia Moscow, por una carretera que se ha convertido en una autopista, en buen estado pero no del todo lisa. Los pueblos y casas que entre Kiev y Moscow parecían haber desaparecido completamente (sólo había más que prados y prados, algún pequeño bosque, y algún pueblo de vez en cuando) ahora volvían a aparecer con más frecuencia.

Y he llegado a Moscow, la ciudad más poblada de Europa, con 10 millones de habitantes según mi guía de viaje y 20 millones según una chica que he encontrado más tarde. Las ciudades me acostumbran a sorprender en algún sentido u otro y Moscow me ha sorprendido por la riqueza proyectada en sus edificios. Todos los edificios, nuevos o antiguos, seguían una línea comunista: líneas rectas, sobrios, serios ... pero a diferencia de otras ciudades del este de Europa, se notaba que los edificios tenían mejores acabados, más ventanas e incluso más estéticos. Según Alexey de Kiev, Moscow es rica y bonita por que todo el dinero de Rusia y antiguamente de la URSS iban hacia la capital.

Otro hecho que me ha sorprendido, pero que de hecho ya había observado en otras ciudades de Europa del Este, es que Moscow tiene muy pocas calles en proporción a su extensión. Entre calle y calle puede haber una distancia de unos 500 metros (o más) y entre éstas encuentras islas de bloques de pisos y parques, en los cuales sólo puedes acceder a pie o por pequeñas callejuelas que te dirigen a aparcamientos. Eso sí, la mayoría de calles son muy anchas, grandes avenidas, aunque insuficientes para absorber la gran cantidad de tráfico.

En Moscow tenía otro contacto. Uno de mis lectores (que todavía no conozco personalmente), Carles de Sabadell, está casado con una chica rusa y me pasó los contactos de unas amigas de ella. Las amigas no me han podido recibir hoy pero sí la hija de otra amiga suya, Marina.

Hemos estado andando por el centro, admirando el Kremlin desde fuera y la plaza roja, con los ampulosos edificios, el mausoleo de Lenin, la colorida catedral de Basil ... Cuando ya volvíamos me ha sorprendido una imagen que no he podido fotografiar correctamente: seis camiones grúa en fila, llevándose de una vez seis coches que estaban en fila mal aparcados. He decidido aparcar la Hymer en un aparcamiento más seguro y Marina me ha indicado un lugar céntrico pero muy tranquilo cerca de un parque.



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