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‹ Anterior (30/10/2007) MES Siguiente (2007-12-29)› ‹ Anterior (2007-11-09 - Kenya) PAIS Siguiente (2008-01-14 - Sudan)› Ethiopia Adis ababa (ver en mapa) 30/11/2007: El martes entramos en Addis Abeba inmersos en un caótico tráfico y cruzando una plaza en obras y con la calzada hecha de tierra y rocas (plaza de la confusión). Teníamos prisa para ir a la embajada de España para tramitar la renovación de mi pasaporte y después en la embajada del Sudán para tramitar el visado. Pero a las 11 de la mañana justo estábamos cruzando el centro. Estaba mirando el mapa escogiendo las mejores calles para llegar al Norte de la ciudad cuando erróneamente me situé en el carril de la derecha reservado para desviarme a mi derecha en el siguiente cruce. Pero yo seguí recto y un guardia, observando mi equivocación, me detuvo. Imperturbable me pidió el permiso de conducir y, cuando me pensaba que empezaría el típico juego de paciencia para ganarse algún soborno, el guardia me dijo que me ponía una multa y que me retendría el permiso de conducir hasta que ésta no estuviera pagada. Protesté enérgicamente - incluso intenté robar mi permiso de conducir - pero al final acepté, a pesar de los interminables tacos de Alexandra, que tendría que seguir el procedimiento legal. Perdimos dos horas buscando la oficina dónde pagar la multa, pagándola y buscando la comisaría de la policía donde en teoría me tenían que devolver el permiso de conducir (no lo tuvieron hasta la tarde). A pesar de los insultos de "corruptos" que Alexandra todavía profería, quizás hubiera sido mejor que lo fueran (corruptos), quizás habríamos pagado un poco más (o menos) pero habríamos perdido menos tiempo. En la embajada de España estuvimos analizando como renovar el pasaporte (sólo tengo dos páginas blancas) sin anular el que tengo actualmente dónde pensamos pedir los visados de Sudán y Egipto. Al final acordamos que pedirían mi nuevo pasaporte y que me lo enviarían a la embajada española de Egipto, donde me anularían el pasaporte antiguo. El martes ya no nos quedó tiempo para ir a la embajada del Sudán, pero fuimos el miércoles por la mañana. Al pedir los formularios para tramitar el visado nos comentaron que antes teníamos que conseguir una carta de invitación de nuestras embajadas. Yo ya la tenía, pero el Alexandra no. El embajador y secretaria rumanos sólo hablaron con Alexandra en rumano, pero después ella me explicó que se parecían a sus padres, preocupados de nuestra intención de entrar en Sudán y preocupados por su estancia en Etiopía (la secretaria no salía de la embajada y se lavaba 10 veces al día por miedo de infectarse). Al volver otra vez a la embajada de Sudán, nos informaron de que teníamos que volver al día siguiente con 61 $ cada uno. Curiosamente los bancos Etíopes no venden dólares si no eres residente, pero por suerte pudimos comprar dólares al mercado negro el siguiente día, jueves. De todas maneras, perdimos toda la mañana para comprarlos y al llegar otra vez en la embajada ésta estaba cerrada hasta por la tarde. En cualquier caso, no volvimos hasta el día siguiente por la mañana y aprovechamos la tarde para hacer algunas reparaciones al coche. Y por fin, al viernes por la mañana nos aceptaron los formularios para tramitar los visados y nos pidieron que telefoneáramos el lunes aunque, según las noticias que tenemos, el visado sudanés puede tardar unas 2 semanas en tramitarse. Por la tarde volvimos al taller y nos acabaron de arreglar el coche muy profesionalmente y cobrándonos muy poco (básicamente arreglaron y reforzaron la protección del motor, en otro taller soldaron un escape del radiador sin cobrarnos nada, y en otro nos hicieron una nueva pieza de la nevera que se había roto, también sin cobrarnos nada). Quizás los etíopes son generosos, pero también es verdad que los propietarios de los talleres eran amigos de Claudio, un hombre de origen Italiano que nos ha alojado en el aparcamiento de su casa. Claudio explicó que durante el reinado del rey (o emperador) Haile Selassie, había unos 60.000 Italianos viviendo en Etiopía, pero la posterior revolución socialista y la nacionalización hizo huir muchos Italianos y actualmente sólo hay unos 3.500, aunque seguramente continúan siendo la comunidad europea más numerosa (Etiopía había estado una colonia Italiana durante 5 años). Claudio se acostumbra a reunir casi cada tarde con diferentes amigos expatriados y Etíopes en una habitación de su casa, donde se sientan sobre colchones, conversan, juegan a cartas, leen y mastican chat, unas hojas amargas que según decían tenían un efecto similar (pero más suave) a la cocaína. Después, va a un bar a vaciar una o dos botellas de vodka, porque sino - explicaban - no podían dormir. Nosotros también nos unimos (Alexandra sin masticar chat) y en una de las múltiples conversaciones mantenidas, los amigos del Claudio nos explicaron cómo funcionaba el calendario y reloj Etíope. Por una parte, los relojes Etíopes generalmente van 6 horas retrasados, porque tradicionalmente marcan las horas desde la salida del sol (las siete de la mañana son las 1 porque sólo hace una hora que ha salido el sol) o desde la puesta del sol. Por otro lado, el calendario Etíope también está retrasado - unos 8 años - desde el principio del cristianismo, debido a la utilización de un cálculo alternativo para fechar el nacimiento de Jesús. Hace poco, el 12 de septiembre, celebraron el cambio de milenio y en muchos puntos de la ciudad hay muchos "feliz milenio" y "feliz 2000". Los meses tampoco son iguales a los del calendario gregoriano, tienen 12 meses de 30 días y uno de sólo 5 o 6 días. Para terminar, los Etíopes cristianos (ortodoxos) tampoco celebran la Navidad el mismo día que el resto de cristianos, debido a las diferencias de calendario, lo celebran el 7 de enero (14 días más tarde), así pues - si todo va bien - en vez de celebrar estas fiestas entre cristianos en Etiopía, seguramente lo haremos entre musulmanes en el Sudán. 01/12/2007: Desde que hemos iniciado este viaje por África, muchas veces he estado a punto de enviar Alexandra a su casa. A lo largo de este diario he descrito casi todos estos momentos críticos, pero mucho pocas veces he descrito los muchos buenos momentos que hemos pasado juntos. Es verdad que siempre he pensado que era mejor viajar solo a modificar mi sueño, mi viaje. Pero también soy consciente, de que difícilmente encontraría a alguien que se adaptara a mí tal como lo ha hecho Alexandra y que al mismo tiempo soportara mi ocasional mal humor. A pesar que Alexandra también pierda muchas veces la paciencia, difícilmente encontraría a una chica tan paciente conmigo. Hasta ahora, Alexandra se ha sacrificado por mí, pero todavía sueña en seguir a mi lado acompañado mis pasos. Y es por todo eso (y también porque la amo) que hoy he hecho una cosa que no había hecho durante los 35 años de mi vida, a pesar de convivir anteriormente con tres chicas diferentes dos años cada una. He comprado un anillo de oro con la intención de pedir matrimonio a Alexandra. El lunes es el aniversario del Alexandra, cumple 24, pero Alexandra lo quería celebrar hoy el sábado. Hemos ido a comer en un buen restaurante y después hemos compartido la tarde con Claudio y sus amigos. Por la noche, hemos salido al bar de los anteriores días, donde nos esperaban con un pastel que también había comprado por la mañana. Alexandra ha soplado emocionada las velas y entonces le he dado un teléfono donde su elefante de peluche Tuki le había grabado un mensaje de vídeo: "Mami, te hemos comprado un regalo porque queremos ser tu familia. Te quieres casar conmigo y con papi"?. Mientras escuchaba el mensaje he situado delante suyo una cajita. Al descubrirla lo ha abierto emocionada y al ver el anillo me ha abrazado feliz. Hacía tiempo que me insinuaba directa o indirectamente que quería un anillo y, algunas veces, que le pidiera de casarme con ella. 04/12/2007: Después de un domingo de resaca, el lunes fuimos a cambiar el anillo de Alexandra que le venía demasiado pequeño y ella me compró uno para mí para que a partir de ahora todas las chicas sepan a primera vista que también estoy comprometido. A continuación, aprovechando que ya no teníamos más trabajo con el visado del Sudán o el coche, hicimos un poco de turismo por Addis Abeba, una ciudad templada a unos 2500 metros sobre el nivel del mar, que a pesar de ser la cuarta ciudad mayor del continente con casi 3 millones de habitantes, no deja de ser acogedora, con edificios modernos, comercios de todo tipo, monumentos, grandes avenidas y, eso sí, un tráfico caótico. Uno de los atractivos de Addis Abeba son los museos. Nosotros visitamos el Museo Nacional donde hay expuesto el esqueleto de Lucy, una hembra de 1,1m, que vivió hace unos 3.2 millones de años. Cuando se descubrió en 1974, se creyó que Lucy era un antepasado de la humanidad, una especie de abuela, pero hoy se cree que Lucy era más bien una tía. Pasa lo mismo con 4 otros esqueletos encontrados más recientemente en Este África, Sudáfrica y Chat, de diferentes antigüedades (uno de ellos de 4 millones) pero sin ser antepasados directos de la humanidad. El museo también muestra otros fósiles de animales desaparecidos, tronos y coronas de la antigua monarquía y una exposición de cuadros y esculturas de artistas locales magníficas, que contrasta con la ausencia de artesanía en Etiopía. Otro atractivo de Addis Abeba son las iglesias y catedrales ortodoxas sin embargo, cuando nos comunicaron que teníamos que pagar unos 3,5$/persona para visitar una, lo descartamos. Así pues, mientras esperábamos la tramitación del visado para el Sudán hemos tenido bastante tiempo para trabajar y para estar con Claudio y sus amigos. Hoy martes, Claudio me ha explicado que los Etíopes son muy orgullosos e incluso racistas con los otros africanos negros. De hecho, hasta la ocupación Italiana, en Etiopía había mercados de esclavos negros para el consumo interno y para Oriente Medio. Parte del orgullo Etíope se debe a la breve colonización que sufrieron (5 años), que por otro lado los mantiene conscientes de que los problemas del país son propios y no causados por los Europeos colonizadores. Claudio también me contó que como los Etíopes, los expatriados Italianos también son muy orgullosos y que son mucho más racistas que los Europeos no nacidos en Etiopía. Eso lo comprobó él mismo cuándo decidió casarse con una chica Etíope, costándole la amistad de algunos amigos Italianos y fuertes discusiones familiares. Todos le decían: "fóllate a las africanas, pero no te cases con ellas". En otra conversa, Claudio me explicó que paga 40$/mes al guarda de su casa. Me pareció poquísimo, pero después me siguió explicando que con esta cantidad alimenta su mujer e hijo, paga el alquiler de la casa, la educación del hijo y todavía le sobran 5$/mes para pagar otro trabajador que ayuda a su mujer. Puede parecer completamente exagerado, pero hablando con otra gente me he informado de que un camarero cobra unos 12$/mes (+ propinas) o que un guarda no acostumbra a cobrar más de 20 $ en el mes. No es de extrañar - también comentaba Claudio -, que con estos salarios haya tanta gente pidiendo por la calle, ya que, poco o mucho, no les debe faltar mucho para acumular el mismo dinero mensualmente. De entre muchas otras anécdotas, Claudio explicó una que me dejó alucinado. Explicó que un suyo amigo fue contratado para la embajada Italiana en Kenia. Allí se compró uno todo-terreno nuevo y caro, pero a los pocos meses se lo robaron. Tenía el todo-terreno asegurado a todo riesgo, así pues se compró otro idéntico, pero a pesar de tenerlo aparcado en un lugar seguro, al cabo de tres meses se lo volvieron a robar. Ya molesto, se compró el tercero todo-terreno, pero esta vez puso una botellita de whisky bueno con veneno en la nevera del coche y esperó que le volvieran a robar (esta vez sin vigilar tanto). Al cabo de 20 días exactos le volvieron a robar el coche y ... - ¿aquí falta un poco de tensión, quién era el ladrón? ¿Murió? - al día siguiente la policía lo va a buscar y le comunican que tiene 24 horas para abandonar el país, pues la jefe de la policía del barrio y su ayudante habían muerto envenenados. Y seguramente el pasaporte diplomático lo salvó de una muerte o revancha segura ... Podía está contento de tener que abandonar un país tanto corrupto. Harar (ver en mapa) 09/12/2007: Al martes por la tarde llamamos a la Embajada del Sudán y nos comunicaron que todavía no habían recibido la confirmación desde Jartum para poder tramitar nuestros visados. Veían que la confirmación podía tardar una semana o más, decidimos descubrir el Este de Etiopía hasta Harar y el miércoles por la mañana empezamos a hacer camino. Nos detuvimos al cabo de poco, en Debre Zeyit, un pueblo donde hay diversos lagos volcánicos. Nosotros visitamos el lago Hora, en el Norte de la ciudad, donde había un área recreativa por donde paseamos y contemplamos algunos de los pocos pájaros que poblaban la orilla. Poco después seguimos la conducción hacia el Este, llegándonos a media tarde al Parque Nacional d'Awash, donde se pueden observar pájaros y algunos antílopes. El precio de entrada y de acampada eran accesibles y teníamos previsto pasar la noche cerca del río observando los animales. Pero en la entrada nos comunicaron que en el Parque Natural se podían producir asaltos armados y que era obligatorio pagar una escolta durante toda la estancia. Alexandra se negó tener alguien al lado de la autocaravana durante toda la noche y decidimos seguir el trayecto (cruzando el Parque y observando algunos órixs) y descansar unas pocas decenas de kilómetros más adelante. El miércoles empezamos a enfilar las montañas de Chereher que se extienden a lo largo de los últimos 200 kilómetros antes de llegar a Harar. La carretera pasa por el arriba de las carenas, donde hay los poblados y los cultivos gracias a las temperaturas más templadas. Las vistas durante esta parte del trayecto eran espléndidas, con horizontes lejanos, anchos valles, ocasionales bosques, campos dorados o segados, casas de barro y tejados de plancha, gente muy simpática ... Finalmente, a media tarde llegamos a Harar, una ciudad musulmana amurallada que había sido el mercado más importante del Cuerno de África. El jueves por la mañana, salimos a descubrir en profundidad la ciudad de Harar, aunque en algunos momentos hube de arrastrar el Alexandra para que me siguiera. La calle principal de la ciudad amurallada no tenía demasiado interés, había algunos comercios y pequeñas mercados, pero lo que más nos sorprendió fue la gran cantidad de miseria que había, con hombres y mujeres durmiendo en la calle o pidiendo caridad. Al final de la calle nos desviamos por pequeñas callejuelas laberínticas con las casas pintadas de blanco y algunas de colores vivos: verde, rojo o azul. Hacia el centro de la villa encontramos una plaza de arcadas con unas quince águilas descansando sobre el muro, cuando llegamos un hombre empezó a tirar trozos de carne para que las águilas las cazaran al vuelo. De todas maneras, la principal atracción turística en Harar son los hombres hiena que cada noche alimentan estos animales con carne. Alexandra se quedó en la autocaravana y yo llegué allí con tuc-tuc (triciclo). En una explanada tocando al pueblo había una decena de hienas esperando que un hombre con un cesto lleno de carne les diera de comer. Parece ser que, la tradición de alimentar las hienas viene de lejos, pero actualmente parece más bien una representación para los turistas, éstos en los alrededores medio amedrentados y los hombres hiena cobrando unos 5$/turista por el espectáculo. Ayer el sábado decidimos empezar a hacer camino hacia Addis Abeba, pero antes visitamos el mercado de otra ciudad a pocos kilómetros al Norte de Harar, Dire Dawa, que ha prosperado mucho más que la anterior, gracias al tren que pasa conectando Addis Abeba con Yibuti. El mercado ocupaba un recinto amurallado, con los vendedores vendiendo sus productos por el suelo. En un extremo descubrí unos chicos que jugaban al "bingo" (así me dijeron que se llamaba el juego), apostando pequeñas cantidades para ver quién entraba más piezas de madera a través de unas pequeñas puertas en un gran tablero. Después de entretenerme un buen rato con los chicos del "bingo", volví al coche y seguimos el camino hacia Addis Abeba, volviendo a cruzar las montañas de Chereher y maravillándonos con sus vistas. Hoy el domingo nos hemos parado en Nazret, a unos cien kilometros de Addis Abeba. Allí nos hemos encontrado con Hibre, que nos ha invitado a su casa para tomar café y observar la ceremonia de su preparación. La madre de Hibre ha empezado a tostar unas semillas de café en una pequeña plata sobre un brasero, mientras tanto ha quemado un poco de incienso, después ha triturado las semillas de café ennegrecidas y las ha vertido en una tetera de barro que había puesto a calentar en las brasas y al cabo de un buen rato, nos han servido el café de un gusto fuerte y delicioso. Mientras tomábamos el café, Hibre ha sorprendido a Alexandra explicando que estaba escuchando Radio Rumania Internacional desde hacía más de 5 años, y para demostrarlo nos ha mostrado tres diplomas que tenía. Después, Hibre nos ha explicado que Etiopía funciona como una federación de tribus o etnias. A él no le gustaba el sistema, porque él era Mhara pero se encuentra viviendo en la región Oromo y no puede conseguir trabajo en el gobierno si no habla la lengua Oromo. Yo expliqué que en la región que visto, en Cataluña, la gente preferiría una "federación étnica" para España, aunque esta federación también provoca injusticias como la que vive él. Hibre prefería el Nacionalismo Etíope, defendido por el partido de la oposición, que difícilmente podrá acceder al gobierno, porque el gobierno actual está soportado por los Estados Unidos. Además - ha acabado comentando - en Etiopía no hay libertad de prensa ni de expresión, y muchos de los que intentan desafiar el gobierno lo pagan con prisión. Adis ababa (ver en mapa) 17/12/2007: Hemos permanecido otra semana en Addis Abeba con la esperanza de conseguir el visado para Sudán, pero hoy lunes día 17, después de haber estado telefoneando y visitar la embajada cada uno de los anteriores días, nos han vuelto a comunicar que no habían recibido ninguna respuesta desde Jartum. Con más insistencia, hoy he preguntado si había alguna manera para acelerar la obtención del visado y entonces, una de los jefes nos ha informado que si tramitábamos el visado de Egipto hoy, nos podrían tramitar un visado de tránsito de 15 días. Y ha continuado explicando que si no obteníamos el visado hoy, tendríamos que esperar más de una semana porque la embajada cierra hasta el 27 de diciembre por las fiestas musulmanas de Navidad. Hemos corrido hacia la embajada de Egipto donde nos han comunicado que a las tres tendríamos el visado. Hemos pagado un poco más del precio oficial establecido en un papel colgado en la pared, pero no me he quejado, porque a las tres ya teníamos el visado. A continuación hemos corrido hacia la embajada del Sudán y nos hemos presentado delante del jefe que nos había propuesto tramitar un visado de tránsito. Pero éste nos ha enviado a otro departamento y allí nos han comunicado que no nos podrían tramitar el visado porque tenían demasiado trabajo. En la misma situación se encontraban una pareja austriaca, un hombre de Irlanda y una mujer sudanesa con pasaporte francés que se ha quedado sin poder visitar su familia en el Sudán por Navidad. Todos los blancos que estábamos en la embajada hemos salido con la intención de volver a presentarnos el 27 de diciembre a primera hora y dos días antes, celebrar la Navidad conjuntamente. Al conocer la respuesta de la embajada del Sudán hemos decidido de visitar el Norte de Etiopía esta semana, con el fin de no amargarnos en Addis Abeba. De todas maneras, la anterior semana en la capital casi no hemos tenido tiempo ni para descansar. Al llegar de Harar nos dimos cuenta que la batería se descargaba demasiado rápido y estuvimos media semana comprobando la acidez de los líquidos y buscando una nueva batería que se adaptara al coche. La otra media semana la dedicamos a buscar una rueda de recambio porque una que estaba a punto de reventar. Y para acabar de arreglarlo, el fin de semana se me ha colgado el ordenador portátil y he tenido que llevarlo a una pequeña oficina de informática donde me han recuperado los datos y me han reinstalado el windows y la mayoría de programas. De todas maneras, también nos sobró un poco de tiempo para conocer un poco más Addis Abeba, contemplando su grandeza desde las montañas de Entoto y visitando la catedral de San Jorge (o St George) dedicada al mismo patrón de Cataluña, el santo a caballo matando el dragón. Al entrar en la catedral octogonal tuve que descalzarme para poder andar por encima las alfombras. En algún rincón había un grupo de hombres entonando un canto ininterrumpido, rítmico e hipnótico. Fui apartando las cortinas que separaban cada octavo hasta encontrarme con un grupo de unos 15 o 20 hombres cubiertos con un manto blanco, algunos con turbante, apoyándose en un bastón y haciendo restallar rítmicamente un instrumento de metal. Dos hombres acompañaban la melodía sentados y golpeando dos grandes tambores con las manos. Me quedé un buen rato observando y escuchando los cantos, cautivado por lo que parecía una ceremonia hindú o musulmana en una iglesia cristiana. Lalibela (ver en mapa) 23/12/2007: Si en un lado de la balanza pusiéramos la visita a Lalibela y al otro los 20 $ de la entrada, los 1400 terribles kilómetros recurridos en 4 días de conducción (40 horas al volante), los 70 $ de diesel y las averías del coche (cuatro pinchazos que hemos ido arreglando por el camino, el gato para cambiar las ruedas estropeado, la protección tocando otro vez el motor, la nevera otro vez sin funcionar, dos fusibles cambiados y posible avería eléctrica), yo me decantaría definitivamente por la visita en Lalibela, pero Alexandra hubiera preferido indudablemente quedarse en Addis Abeba. Se enfadó y agotó tanto con las carreteras bacheadas y las pistas de rocas que se decidió no visitar ninguna de las iglesias. Pero yo sí las visité y salí cautivado. Las iglesias de Lalibela, fueron cortadas en la roca en el año 1200 representando la Tierra Santa como respuesta a la captura de Jerusalén para los musulmanes. Cuatro de la decena de iglesias están completamente descubiertas por los cuatro lados, excavadas dentro de una masa rocosa, con gruesas paredes y grandes columnas soportando el peso del techo que se encuentra nivel de la roca original. El espectáculo arquitectónico es maravilloso, es impresionante la cantidad de metros cúbicos de roca que hubieron vaciar para dejar al descubierto las iglesias. Escuché un guía comentar que habían trabajando unos 40.000 obreros, y este número me confirmó el pensamiento que la obra tenía que haber sido un trabajo de hormigas. La primera Iglesia que visité fue la maravillosa Bet Giyorgis (Iglesia de San Jorge), que se dice que fue construida después de la visita que el Santo hizo a Lalibela montando su caballo blanco. Bet Giyorgis es la pieza maestra de Lalibela, el icono de Etiopía; está apartada del resto de iglesias, excavado en una pendiente rocosa desde la cual se puede apreciar perfectamente su origen de la roca. Bajé por un pasadizo de roca cortada al lado y crucé dos soportales hasta el patio que rodeaba la iglesia. Había llegado un poco demasiado temprano, porque la iglesia estaba cerrada, pero me esperé apoyado en un pasadizo de piedra, al final del cual había un grupo de hombres y mujeres reunidos delante de una cortina una ducha. Las mujeres salían temblando y con el cabello mojado y un cura las bendecía refregándoles una cruz de madera por la cara y el hombro. A pesar de encontrarnos en una iglesia cristiana ortodoxa, todos ellos se saludaban con un "salam", como si en una mezquita en Cataluña los creyentes se despidieran con un "adiós". Cuando los hombres se empezaron a duchar a mí también me ofrecieron jovialmente ducharme, pero yo rehusé risueño. Cuando acabaron hice una ojeada detrás de la cortina, esperando observar un chorrito de agua caída por algún canal excavado en la roca, pero había un simple grifo que rompió todo el misticismo del momento. Más tarde pude visitar la maravillosa iglesia y todas las otras, convenciéndome de que el viaje a Lalibela había valido la pena. Además, todos los problemas mecánicos no sufridos durante el viaje a Lalibela tampoco han estado del todo negativos, ya que habría sido mucho peor sufrirlos de camino a Sudán. En Addis Abeba tenemos a Andrea Rossetto, un amigo de Claudio, que tiene un taller donde trabajan muy profesionalmente y económicamente. Tendré que preguntar a Andrea qué puede haber pasado con los cuatro pinchazos, en dos ruedas diferentes, una de las cuales era nueva. Finalmente, otro punto a favor a la visita de Lalibela ha estado el paisaje, que aunque en muchos momentos la carretera no nos lo dejaba disfrutar, siempre era espléndido. Cruzamos cordilleras, mesetas, valles ... con los campos segados y la paja amontonada, y pequeños poblados de casas de piedra, algunas de forma rectangular (cerca de Addis Abeba), y otras circulares (cerca de Lalibela). En todo momento también aparecían niños corriendo de los campos saludándonos y pidiéndonos dinero, y algunos adultos también. No creo que nadie de los que nos piden dinero haya recibido nunca algo de un blanco, aun así tienen la convicción o creencia que los blancos regalan dinero o cosas gratuitamente. Algunos piden dinero bastante agresivamente o corriendo largas distancias detrás de la autocaravana, y cuando los encaraba y les decía "no" se quedaban bien sorprendidos. ¿Nosotros casi nunca hemos regalado nada, tampoco la mayoría de los blancos que hemos conocido en África, así pues, de donde han sacado esta creencia? Supongo que debe haber turistas ricos que ocasionalmente vienen a África cargados de bolígrafos para regalar a los niños (o incluso dinero) y la historia de un niño recibiendo un bolígrafo o 10 céntimos de dólar debe correr como la pólvora por la comunidad y los diferentes pueblos, igual que la historia de quien le ha tocado la lotería que anima al resto a seguir apostando, o pidiendo. En cualquier caso, también creo que las ONGs tienen parte de responsabilidad, porque al regalar dinero para realizar un proyecto en una comunidad o pueblo genera la idea de que los blancos regalan dinero gratis. También es posible que las donaciones de los países blancos durante el hambre que sufrió Etiopía al principio de los 70 también haya contribuido a esta idea. Me he quedado con ganas de contrastar estas ideas con alguna ONG, pues teníamos oportunidad para visitar una a unos 600 kilómetros de Lalibela, pero visto el estado de las carreteras, hemos descartado la visita. Mientras tanto, nosotros seguiremos desilusionando el niños, sin regalar dinero ni bolígrafos, aunque ocasionalmente seguiremos regalando las botellas de agua vacías o comida que no vamos a comer. ‹ Anterior (30/10/2007) MES Siguiente (2007-12-29)› ‹ Anterior (2007-11-09 - Kenya) PAIS Siguiente (2008-01-14 - Sudan)› |
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