|
Quienes somos | >> Diario << | Diario de Alex | Fotos | Proyecto | Respuestas | Videos | Cuestionario | Itinerario | Sponsors | Otros viajeros | Colabora | Contacto |
Diario Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.
‹ Anterior (22/05/2009) MES Siguiente (2009-07-21)› ‹ Anterior (2009-05-29 - Thailand) PAIS Siguiente (2009-07-03 - Vietnam)› Malaysia Perhentian islands (ver en mapa) 23/06/2009: Alexandra se encontraba demasiado bien en Cameron Highlands y fue imposible de convencerla de visitar las islas Perhentians, aunque ella tampoco consiguió convencerme de que me quedara. Así pues, decidimos separarnos por unos pocos días y nos reencontramos en KL en casa de nuestros amigos. Y, aunque echara de menos Alexandra, valió la pena la visita a las islas, principalmente por la fauna marina que pude observar. Cada uno de los cuatro días que pasé en la pequeña isla de Perhentian alquilé unas gafas y unos pies de pato y nadé por los corales de la costa, observando muchos peces de colores, algunos de los cuales de una medida considerable, como diversas mantas (1 metro de diámetro) y diversas familias de peces Napoleón con ejemplares de un metro y medio, las cuales hacían respeto cuando se mostraban curiosos conmigo y se me acercaban. También observé diversos tiburones cada día, algunos de los cuales de 2 metros de largo, pero sólo asustaban con el nombre, pues conocía que éstos no atacaban a los humanos y por otro lado no mostraban mucho interés con mi presencia. Uno de los días también contraté un tour para visitar diversas zonas coralinas alejadas de la playa y para ver una gran tortuga nadando en el agua, la cual casi toqué. Aparte de los peces que vivían bajo el agua, la isla sólo era interesante por unos grandes lagartos que de vez en cuando se cruzaban tranquilamente por el camino, con algunos ejemplares midiendo casi dos metros. Pero dejando de lado la fauna, la isla no era demasiado interesante, además de ser muy cara. Encontré una habitación de hotel compartida para 8 personas por 3euros la cama, facilitándome la comunicación con otros viajeros de la isla, la mayoría de los cuales eran ingleses (y el resto de países anglo-sajones) y muchos jóvenes, con los cuales fue difícil integrarme, aunque mantuve algunas conversaciones interesantes sobre religiones con algunos de ellos. En general eran viajeros muy inexpertos, muchos de los cuales habían sido robados en la isla por no vigilar: se habían dejado la puerta de la habitación abierta, se habían quedado durmiendo borrachos en la playa, habían ido a nadar dejando las posesiones en la playa ... Así pues, aparte de mantener algunas conversaciones interesantes, me pasé bastantes horas sudando en la cama del hotel, siguiendo la corrección de mi novela y siguiendo preocupado por los acontecimientos de Irán, aunque en la isla estaba completamente incomunicado. Kuala Lumpur (ver en mapa) 29/06/2009: Al volver de las islas Perhentians y reencontrarme con Alexandra en casa de Zaikha y Faizal, recuperé la conexión de Internet y me volví a obsesionar siguiendo el conflicto post-electoral de Irán. Hombres, mujeres, jóvenes y viejos (entre los cuales podían haber nuestros amigos) seguían muriendo en las manifestaciones pacíficas de Irán, matados por francotiradores, a golpes de hacha o golpeados sin piedad. Leía compulsivamente a los testigos de gente que había sido detenida y las torturas que habían sufrido, golpeándolos hasta romperles los huesos, cortándoles las gemas de los dedos, ahogándoles en agua o incluso violándoles (tanto hombres como mujeres). Me sentía impotente, sin poder ayudar a unas de las poblaciones que nos han tratado mejor durante el viaje, pero que viven bajo éste régimen cruento. Era consciente de que, paralelamente a este conflicto, había muchos otros conflictos en el mundo donde mucha otra gente sufría bajo regímenes todavía peores, pero estaba completamente enganchado emocionalmente con Irán. Quizás por eso, al mismo día que llegué a Kuala Lumpur, empecé a sentir un dolor de cabeza que se incrementó los siguientes días con intensidad. Tuve que tenderme en la cama sin poder apagar de mi mente las imagenes de las manifestaciones en Teherán y la gente que moría disparada por los basiji. Finalmente, al tercer día, el dolor de cabeza era tan insoportable que me decidí de visitar a un doctor, el cual me recetó unas pastillas, indicando que la causa se podía encontrar en mis inmersiones a 3 o 4 metros bajo el agua en las islas Perhentian. Realmente, las pastillas que el doctor me recetó hicieron desaparecer el dolor de cabeza, y al siguiente día fui capaz de reconectarme a Malasia para asistir al último encuentro de Couchsurfing. Los anteriores tres días se habían estado produciendo diversos encuentros, uno de los cuales en la noche anterior que había conseguido reunir unos cuarenta miembros de couchsurfing que estuvieron hablando y bebiendo hasta la madrugada. Quizás por eso, no se presentó mucha gente al encuentro de ayer, aunque suficiente para que fuera agradable. Entre los asistentes había Roman, nuestro amigo suizo con quien esperamos volver a cruzar caminos, y un iraní con quién intentamos hacer más soportable las noticias que llegaban de su país bromeando sobre Armadinejat y los basiji. Y hoy a la noche, con el billete de avión hacia Vietnam en el bolsillo, nos hemos despedido de Zaikha y Faizal (y sus hijas Aresha y Zara) los cuales nos han tratado muy bien durante los diez días que nos han estado alojando. Realmente nos han hecho sentir a casa nuestra, y de nuevo nos ha entristecido despedirnos de nuestros amigos. De todas maneras, los cuatro tenemos esperanzas de reencontrarnos por tercera vez, cuando ellos vuelvan a viajar a Europa o cuando nosotros volvemos a visitar Malasia, que a buen seguro haremos, pues el país y su gente nos han encantado. Vietnam Ho Chi Ming City (ver en mapa) 03/07/2009: Se han hecho tantas películas que, inevitablemente, cuando se nombra Vietnam uno recuerda la guerra que Estados Unidos protagonizó en contra del comunismo. Parece un poco injusto empezar nuestro relato de Vietnam mencionando esta guerra, porque el país parece haber olvidado las luchas y el sufrimiento del pasado, pero no del todo. Llegamos a Ho Shi Min City (HSMC), la ciudad mayor de Vietnam (casi 7 millones de habitantes), al sur, que yo identifico más con su antiguo nombre de Saigón. HSMC fue el nombre que recibió la ciudad, cuando Estados Unidos abandonó la guerra, en honor al gran héroe Ho Shi Min; el revolucionario que fundó y presidió el Vietnam comunista e inició la guerra contra los Estados Unidos. Pero no sólo los nombres recuerdan las guerras pasadas, en HSMC está el museo de la guerra que expone el sufrimiento del pueblo de Vietnam. En el museo, me sorprendió observar técnicas de tortura y de aprisionamiento muy similares a las de los Yemers Rouges, cuestionándome quien se copiaba de quien, si los comunistas a la CIA o la CIA a los comunistas. Desgraciadamente, observando las fotografías y leyendo las explicaciones, también recordé las torturas y represión que recientemente está sufriendo el pueblo de Irán, reforzándome la creencia que las guerras y represiones son inaceptables en cualquier lugar y momento. Aun así, también admito que hay guerras más abominables que otras, y la de Vietnam podría ser un ejemplo, donde se utilizó por parte de los Americanos el agente naranja, un exfoliante que arrasaba la jungla donde se escondían las guerrillas del Vietcong pero que también incorporaba unas toxinas que eran absorbidas por los humanos, provocando graves deformaciones a las generaciones posteriores. Estas consecuencias son un tabú para la sociedad actual de Vietnam, pero siguen existiendo según nos explicó Laura (http://goodmorningsaigon.blog.free.fr/), una chica francesa que trabajaba algunas horas de voluntaria cuidando chicos y chicas con problemas mentales y físicos causados por el Agente naranja. Laura y Victor son una pareja francesa de Couchsurfing que nos alojaron en su magnifica casa de HSMC. La casa era un bonito edificio de 3 o 4 plantas, pero de sólo 2.5 o 3 metros de ancho, una característica común a la mayoría de casas de HSMC. También había otros elementos representativos de HSMC, como la gran cantidad de cables que había colgados por la calle, como en algunos lugares de India, pero más ordenados y limpios (o al igual que Bucarest, como me recordó Alexandra). También era sorprendente la gran cantidad de motos que circulaban por las calles, que teníamos que ir esquivando si queríamos pasar al otro lado. También era divertido observar la mayoría de los restaurantes y bares disponiendo unos asientos y mesas minúsculas, iguales que las de niños pequeños, aunque no dejaban de ser confortables. Por otro lado, Vietnam sigue siendo un país comunista, aunque parece completamente dominado por el capitalismo, de hecho, lo único que no ha perdido es la inexistencia de democracia y de algunas libertades políticas, individuales o de asociación. Durante los cuatro días que pasamos en HSMC, estuvo lloviendo algunos ratos, recordándonos que estábamos en plena temporada de lluvias, una temporada que afortunadamente hemos ido evitando a la mayoría de países visitados durante estos 3 años. Aun así, la lluvia no nos ha impedido salir con Laura y Victor a comer en diversos restaurantes deliciosos y económicos y a visitar algunos de los monumentos de HSMC, que incluyen algunos edificios coloniales y diversas Pagodas o templos chinos. Visitando los templos reflexioné con la fascinación que me producen las religiones, aunque ya hace tiempo que haya dejado de creer en Dios y en las verdades dogmáticas, y quizás por ello me sorprenden que a pesar de su falsedad continúen siendo una gran fuente de inspiración para millones de personas, que siguen dedicando tiempo, dinero y fe. Hoi An (ver en mapa) 05/07/2009: De HSMC cogimos un tren nocturno hacía el Norte, durmiendo confortablemente en dos camas en un compartimento compartido con una familia que tenía dos hijos muy ruidosos. Al día siguiente al mediodía llegamos a Danang desde donde cogimos un autobús hacia Hoi An, un bonito pueblo en la orilla del río Thu Bo. Hoi An es un pueblo de calles estrechas y con una arquitectura influenciada por los chinos, japoneses y europeos, debido a la importancia del pueblo como puerto comercial durante los siglos XVI y XVII. Este antiguo encanto de Hoi An, se ha desvanecido un poco con la gran cantidad de turistas que deambula por el pueblo y que han contribuido a cambiar su fisonomía, pues cada una de las casas que dan a la calle se ha convertido en un restaurante, hotel, tienda de subvenir, sastrería o sala de exhibiciones. De todas maneras, todavía se conservan unas cuantas de las antiguas pagodas, que como siempre son interesantes a visitar. Por otro lado, también había algunos comercios con bastante encanto, conservando antiguas tradiciones artesanales del pueblo: creando lámparas de ropa, componiendo de pinturas con hilo de diferentes colores y cosiendo bonitos vestidos de estilo europeo y oriental. Y fue la gran cantidad de sastrerías que hizo decidir a Alexandra de hacerse un vestido muy bonito de tonalidades apasteladas que estrenará al principio del próximo año, cuándo tenemos intención de casarnos. Hoy, el segundo día de pasear por el pueblo, hemos conocido casualmente a David, un viajero español que después de unos pocos meses también está cogiendo el gusto de viajar y se empieza a estudiar como seguir con este tipo de vida. Juntos seguimos deambulando por el pueblo y por el mercado, la parte más auténtica, donde casi todas las mujeres vendedoras y compradoras llevaban un sombrero de paja de estilo chino a la cabeza. Allí también observamos cómo los locales comían huevos hervidos con los pollos a dentro (justo unos días antes de nacer), una comida también tradicional en Filipinas según David. Desgraciadamente, andando por el mercado también nos dimos cuenta de que diversas veces nos venían comida o bebidas a un precio dos o tres veces más caro que a los locales, simplemente por ser turistas. Aun así, no nos enfadamos, porque el precio continuaba siendo económico y el engaño no era tan exagerado como en la India; o con los vietnamitas simplemente era más soportable. Hue (ver en mapa) 08/07/2009: El trayecto en tren desde Danang a Hue fue muy bonito, con la línea flanqueando la costa recortada por diversas montañas frondosas y altivas. El paisaje era encantador, pero me sorprendió mucho más la fascinación que los vietnameses del tren mostraban, levantándose de sus asientos para contemplar las maravillas de su país. Muchas veces, el paisaje resultaba favorecido por la inexistencia de árboles que permitían unas vistas excelentes. Desgraciadamente, intuía que las plantas bajas, algunas de las cuales parecían envolver antiguos troncos de árbol, no eran originarias de la zona y que sólo prosperaron cuando el bosque desapareció bajo los efectos del nefasto agente naranja. Los hoteles en Hue están alejados un poco de la estación de trenes y nos dejamos convencer por un taxista que nos le llevara gratuitamente. Naturalmente fuimos al hotel que el taxista nos recomendaba, pero la recepcionista nos enseñó una habitación increíble por sólo 120.000dongs (7 $) y decidimos quedarnos. La habitación era grande, con balcón y ventanas en dos paredes, con aire acondicionado, nevera... Era la mejor habitación de hotel donde habíamos estado y Alexandra decidió quedarse reposando los siguientes dos días mientras yo visitaba la ciudad. Pero hoy por la noche, al ir a pagar las tres noches la chica de recepción me ha dicho que el precio era de 12 $ en vez de los 120.000 dongs que yo había entendido, y el conflicto ha estallado. Sinceramente, no sé si la chica me engañó con el precio o yo me confundí, en cualquier caso, los del hotel tenían las de ganar porque tenían nuestros pasaportes. Finalmente, después de bastante discutir, hemos decidido pagar las dos noches pasadas a 12 $ y marcharnos a buscar otra habitación de hotel por esta noche, la cual hemos encontrado por 5 $, un precio demasiado caro teniendo en cuenta que era una de las peores habitaciones donde hemos dormido. En cualquier caso, dejando de lado las aventuras de hotel, Hue es una ciudad muy interesante, que fue capital de Vietnam durante el siglo decinueve. Entre las diversas atracciones de la ciudad hay un gran recinto imperial que fue fuertemente bombardeado por los americanos pero que todavía conserva interesantes pabellones y templos. Hue también cuenta con diversas tumbas reales (que no visité), diversas Pagodas y un puente cubierto que he visitado hoy pedaleando con bicicleta entre diversas plantaciones de arroz. Durante la visita matutina a una de las pagodas o templos Budistas, tuve la casualidad de asistir a una larga ceremonia celebrada antes de comer, con cantos, toques de gong y piedra, veneración de los cuencos de arroz, silencios... Los monjes estaban sentados en la mesa vistiendo túnicas amarillas, los más jóvenes estaban de pie vistiendo túnicas grises, y paralelamente a la celebración, diversas mujeres mayores vestidas de gris hacían genuflexiones. Nadie me recriminó con la mirada por mi presencia, simplemente me sonreían mientras seguían con aquella ceremonia tan especial que seguramente celebraban cada día. Fue en otro templo donde tuve oportunidad de conversar con un monje joven, vestido de gris y con la cabeza afeitada a excepción de una larga melena que se le caía por la frente. El chico se llamaba Dat y tenía 14 años, explicándome que hacía dos años que estaba en el monasterio, junto con 30 chicos más de su edad. Parecía que se encontraba muy bien allí, tocando el gong cuando los turistas entraban en el templo o cuando los fieles plegaban y adoraban las imágenes de Buda. Ha Noi (ver en mapa) 17/07/2009: Llegamos a Hanoi el jueves por noche, después de un largo viaje en tren desde Hue. De la estación de trenes, cogimos un taxi hacia la casa de una pareja de rumanos de Couchsurfing que Alexandra conocía, donde llegamos después de que el taxista hiciera una grande vuelta para cobrarnos más del doble del precio normal. Pero el mal humor se me pasó enseguida cuando nos encontramos con Sebas y Mona, los cuales nos trataron con una hospitalidad digna de entrar en el libro Guinness de la buena hospitalidad, -igual que las anteriores parejas que nos han ido alojando-, aunque ellos comentaran que simplemente nos habían abierto la puerta de su casa. Pero la dejaron bien abierta, porque enseguida nos volvimos a sentir como en casa, sobre todo Alexandra que se quedó cerrada casi toda la semana; a excepción del viernes pasado, el día siguiente de llegar, que fuimos juntos a la embajada de la India para hacernos el visado. Los siguientes días que teníamos que volver a la embajada (para pagar y para recoger el visado) tuve que ir solo, una gran suerte para Alexandra, pues los dos días estuvo lloviendo muchísimo. El peor día fue lunes, cuando sin demasiado tiempo estaba presionado para encontrar algún lugar donde me vendieran dólares (en la embajada India no aceptan moneda vietnamesa, que es difícil cambiar por dólares) y el impermeable que llevaba era insuficiente para aislarme de la lluvia. Llovía tanto, que muchas calles por las cuales tuve que andar se inundaron uno o dos palmos, dejando al tráfico colapsado y a mí más empapado que un pato. Alexandra se bien asustó cuando llegué a casa con el autobús. Evidentemente, estábamos cruzando Vietnam uno de los peores meses, en plena época de lluvias; en cualquier caso, tal como había escrito anteriormente no nos podemos quejar, porque hasta ahora habíamos viajado por la mitad del mundo esquivando siempre las lluvias. Por otro lado, tampoco me podía quejar, porque a pesar de llover casi todos los días, pude descubrir la ciudad de Hanoi durante dos dias sin mojarme demasiado. Hanoi es la segunda ciudad más poblada de Vietnam, después de Ho Chi Min City, capital del Vietnam desde el siglo X, a excepción del siglo XIX que quedó eclipsada temporalmente por Hue, antes de que los franceses le devolvieran la capitalidad, que fue conservada por los comunistas. El primer día de visita a Hanoi empecé a andar desde el mercado de Dong Xuan que principalmente vendía tejidos. Después fui andando hacia el sur por callejuelas estrechas con pagodas resguardadas por edificios de arquitectura francesa, hasta la catedral de San José, de estilo gótico, una visión completamente europea si no fuera por los vietnameses cristianos que la visitaban. A continuación paseé por el lado del lago Hoan Kiem, donde hay otra pagoda al centro y hasta el parque de Lenin, donde hay un gran lago en el medio y centenares de vietnameses haciendo deporte: corriendo, jugando a badminton, a voleibol con los pies y aeróbic, una costumbre similar a todos los otros países del sureste asiático, donde las chicas y mujeres no parecen tener ninguna vergüenza de mostrar sus movimientos delante de los transeúntes que las admiran. El segundo día visité el templo de la literatura (entrando por una puerta lateral sin pagar ...), la primera universidad de Vietnam establecida en 1070 y compuesta de diversos templos, aulas y diversas filas de tortugas gigantes de piedra que cargan una lápida con los nombres de todos los alumnos que pasaron por la universidad y recibieron doctorado. A continuación anduve hacia el norte hasta el mausoleo de Ho Chi Ming que estaba cerrado y la pagoda de un pilar que, como su nombre indica está soportada por un único pilar erigido al lado de un pequeño lago. También tuve mucha suerte que no lloviera durante el tour de un día a Halong Bay, uno de los iconos de Vietnam, un lugar protegido por la Unesco que está nominado como una de las 7 maravillas naturales del mundo. Y seguramente lo vale la pena, aunque yo sólo tuve una muy pequeña cata, visitando un par de cuevas y rodeando sólo un par de las 775 islas que forman la bahía del dragón descendente (la traducción de Halong Bay). De todas maneras, a pesar de mi corta visita a bordo de uno de los 500 barcos destinados a cargar turistas, disfruté mucho imaginándome navegando en solitario entre estos centenares de islitas de rocas escarpadas y cubiertas de vegetación, las cuales tuvieron su importancia histórica en algunas batallas navales que mantuvieron protegida Vietnam de China. Aparte visitar diversos monumentos, mojarme, relajarme y celebrar mi aniversario (37 años, mi tercer aniversario fuera de casa), también aprovechamos nuestra estancia en Hanoi en casa de Sebas y Mona para jugar algunas partidas de un interesante juego de mesa y para mantener interesantes conversaciones, sobre Vietnam, Romanía y la vida en general. Sebas y Mona nos comentaron que en Vietnam, cuando un propietario alquila un piso a un extranjero, éste lo tiene que declarar a la policía y tiene que pagar unas tasas más elevadas. También los costes del agua y la electricidad son más caras para los extranjeros. Ésta es la razón que los costes de los pisos de alquiler en Vietnam para los extranjeros son mucho más caros que para los locales y a unos precios que se acercan a los de Europa. A partir de esta información, ya no me extrañó más que los vietnameses nos quieran cobrar la comida siempre a un precio especial de extranjero y que a menudo nos intenten engañar. Otro día, también fuimos con Sebas y Mona a una fiesta de despida de una chica suiza que volvía a casa después de dos años trabajando en Vietnam. En la fiesta conversé con un francés que hacía 2 años que trabajaba en Vietnam. Le pregunté si en Vietnam había comunismo y me respondió que la economía de Vietnam está totalmente basada en el capitalismo, en cambio, el control de la sociedad está basado en el comunismo (hay espías, denuncias...). Por ejemplo, él recibió un libro por correo y cuando fue a recogerlo, la policía se le requisó y le puso una multa porque el libro estaba prohibido en Vietnam por anti-comunisma. Sapa (ver en mapa) 19/07/2009: Sapa es un lugar perdido entre las montañas del norte de Vietnam recomendado en todas las guías de viajes (y recomendado por todos los viajeros que nos hemos cruzado). A pesar de que no lo parezca, Sapa no es un lugar descubierto recientemente, porque los franceses ya se empezaron a establecer allí a partir del principio del siglo XX, por el clima templado que tiene en comparación con en el resto de Vietnam. De todas maneras, los casi 200 edificios coloniales que los franceses construyeron en torno a Sapa fueron destruidos durante la guerra entre los franceses y los comunistas vietnamitas. Desde entonces, Sapa quedó olvidado hasta 1993, cuando el gobierno vietnamita abrió las puertas al turismo, tanto local como internacional. De hecho, uno 80 o 90 por ciento del turismo que observamos en Sapa era vietnamita y eso nos supuso un problema, porque con dificultades encontramos ticket de tren para el viernes a la noche, de Hanoi en Lao Cai (cerca de Sapa y de la frontera China). El único billete disponible era de asiento duro, y realmente era duro, porque los asientos eran hechos de madera con un respaldo completamente vertical. Alexandra hizo un escándalo, pero no pudo hacer nada más que aceptar la situación e intentar dormir mínimamente, muy mínimamente. Llegamos por la mañana muy cansados, pero en Sapa nos encontramos otro problema causado por la gran cantidad de vietnamitas que visitan la población el fin de semana: no había habitaciones de hotel libres y las que había eran muy caras. Finalmente encontramos una por 12 euros y nos encerramos para hacer una buena siesta. De todas maneras, yo me puse el despertador a media tarde y con muchos esfuerzos me desperté para ir a hacer una caminata por los alrededores de Sapa, descendiendo por un camino rodeado de campos de arroz y algunos de maíz. Más descansado, hoy por la mañana he vuelto a hacer otra caminata, ésta mucho más salvaje, descendiendo por márgenes, campos de arroz y canales con el fin de evitarme pagar el ticket de un euro que cobran para andar por los caminos. Pero la aventura ha valido la pena y, aunque a ratos estaba enfangado hasta los tobillos y con el culo bien sucio, no me dejaba de repetir que había gente que pagaba mucho dinero para encontrarse en situaciones críticas como la mía. En cualquier caso, la diversión no se encontraba en el barro, sino en el paisaje que me rodeaba: decenas de terrazas de arroz que descendían una bajo la otra los pendientes de las montañas, como si se tratara de un mágico mapa en relieve que mostraba sus curvas de nivel. Por otro lado, durante mi descenso me encontré diferentes casas habitadas por perros ladradores y chicos y chicas de la tribu de H'mong, los cuales eran, mucho más tímidos que los otros que deambulaban por el pueblo de Sapa intentando vender subvenires. Después de ascender por un camino más decente, me duché en el hotel y nos dispusimos a marchar. Realmente Sapa se merecía una estancia mucho más larga, pero hacía días había decidido hacer los siguientes dos mil kilómetros mucho más rápidamente con el fin de poder visualizar una eclipse total de sol que en breve cruzaría el Norte de India y el centro de China. Evidentemente nos perderíamos algunos lugares de interés por el camino, pero a cambio tendríamos oportunidad de experimentar estos extraños cuatro minutos de oscuridad bajo la luz del sol. Quizás es un sacrificio un poco absurdo, pero después de conocer que muchos turistas europeos visitarán China simplemente para observar el eclipse, he pensado que yo también tengo derecho a un poco de absurdidad. China Kunming (ver en mapa) 21/07/2009: Antiguamente había un tren de Hanoi (Vietnam) a Kunming (China) construido por los Franceses a principio del siglo XX, pero la línea se estropeó hace unos años y las autoridades chinas no la han vuelto a arreglar. Así pues, después de cruzar la frontera China (tardamos media hora a cruzarla porque hacía mucho calor y los oficiales decían que teníamos fiebre y que podíamos tener la gripe) tuvimos que comprar un billete de autobús de literas. Al día siguiente por la mañana llegamos medio descansados a Kunming donde nos encontramos con George y donde nos teníamos que encontrar también con otro chico de Couchsufing que nos tenía que alojar, pero este chico no nos enviaba la dirección de su casa y cansados de cargar las bolsas finalmente decidimos tomar una habitación de hotel. Cuando finalmente el chico nos envió su dirección al cabo de tres horas le respondimos que ya no era necesario y el chico nos volvió a escribir enfadado un mensaje lleno de insultos. Quizás tuvimos suerte de no ser alojado por él... En cambio, tuvimos mucha suerte de encontrarnos con George, un chino de casi 50 años pero de espíritu muy joven que se ofreció a mostrarnos la ciudad. Aunque llovía, George nos llevó a pasear por un parque, donde había resguardados bajo diversos cubiertos algunos grupos de hombres y mujeres por de media edad que cantaban y bailaban alegremente ante la vista de los fascinados transeúntes. Al final del parque había una bonita casa de té donde nos detuvimos. El té simple no era demasiado económico, aunque había otros tés (de un año, dos, tres...) todavía más caros. Respecto de estos tés más caros, George nos comentó que hay gente que nota la diferencia en el gusto del té, y otros que sólo notan la diferencia en el precio. En cualquier caso, nuestro té estaba muy bueno, con un gusto muy duradero, porque cada vez que se vaciaba un poco de agua una chica se encargaba de volver a llenar la taza, de manera que acabamos yendo dos veces al lavabo. Y ésta fue otra experiencia memorable, porque éstos eran totalmente abiertos, pudiendo observar incluso el culo de los hombres que había cagando. Cuando volví y se lo comenté a George, éste lo encontró normal, explicando que de pequeños, al no haber agua caliente comunal, todo el pueblo se bañaba junto y desnudos (separados por género), desapareciendo el pudor que podamos tener los occidentales. Durante la conversación con George, este nos explicó que Kunming es la capital de la provincia de Yunnan, una provincia con muchas minorías, y la que tiene mayor diversidad de plantas de China, siendo llamada el reino de la diversidad o de las plantas. De la misma manera, Kunming también tiene un mote asignado, siendo llamada la "ciudad de la primavera eterna", por su clima templado favorecido por los 1900metres sobre el nivel del mar de la ciudad. A nivel personal, George nos explicó que se había convertido al cristianismo cuando se encontraba trabajando en Estados Unidos, dónde había permanecido durante 20 años. Nos explicó que en China hay iglesias del gobierno controladas por éste, e iglesias familiares, en teoría prohibidas aunque el gobierno ya no las persigue. Nos explicó que en China mucha gente se convierte al cristianismo, una religión muy nueva, porque China es un país continental que siempre se ha mantenido aislado culturalmente. Por otro lado, también nos contó que actualmente en China hay más libertad y que el gobierno es menos opresivo; también los medios de comunicación son más abiertos, con menos diferencia entre las noticias que llegan de fuera de China y las producidas en el país. Hablando sobre la economía, George explicó que los chinos son muy trabajadores, siempre queriendo ganar más dinero; esta característica junto con un sistema político fuerte, ha permitido que la economía de China haya crecido tanto. En realidad, económicamente, China es más capitalista que Estados Unidos y eso aporta nuevos problemas, pues el incremento de riqueza provoca un incremento del precio de la mano de obra, con muchas fábricas chinas que se mueven a Vietnam donde es más económico de producir. Mientras tanto, en China, la gente se tiene que acostumbrar a buscar trabajo si uno no quiere ampliar las listas de desempleo (antes el estado aportaba trabajo para todo el mundo). Por otro lado, la escuela secundaria, la universidad y la sanidad, han dejado de ser gratuitas para todo el mundo, resultándome muy curioso que Europa tenga mejor estado del bienestar que los países comunistas. ‹ Anterior (22/05/2009) MES Siguiente (2009-07-21)› ‹ Anterior (2009-05-29 - Thailand) PAIS Siguiente (2009-07-03 - Vietnam)› |
|