|
Quienes somos | >> Diario << | Diario de Alex | Fotos | Proyecto | Respuestas | Videos | Cuestionario | Itinerario | Sponsors | Otros viajeros | Colabora | Contacto |
Diario Este es el diario de Jan. Si queréis recibir este diario semanalmente por correo electrónico, escribid vuestro mail en el formulario de contacto.
‹ Anterior (01/05/2009) MES Siguiente (2009-06-30)› ‹ Anterior (2009-05-13 - Cambodja) PAIS Siguiente (2009-06-08 - Malaysia)› Thailand Ko Kradan (ver en mapa) 03/06/2009: Antes de salir de Bangkok busqué a través de Internet gente de Couchsurfing que estuviera dispuesta a alojarme en las playas del sur Tailandia. Me respondió un chico muy interesante que vivía en una isla, pero desgraciadamente no tenía colchón dónde pudiéramos dormir, y nos acabamos de decantar por otra oferta en otra isla, Ko Kradan, al oeste de Tailandia, donde unos italianos tenían un hotel (www.kalumekradan.com) que ofrecía pequeñas cabañas gratuitas a los miembros de couchsurfing. De Bangkok cogimos un tren de noche con un vagón de segunda clase bastante confortable y ancho (un espacio de 2 personas en el tren de Tailandia sería ocupado por 6 o 8 personas en la India). Al día siguiente por la mañana llegamos a Trang, desde donde cogimos un minibus hacia un puerto de río donde nos esperaba una barca para llevarnos a la isla de Ko Kradan. Pero aquí nos dimos el primer susto, pues la barca costaba 16euros y el mismo importe para volver. Aun así, yo estaba dispuesto a pasar unos días de relax en una isla y embarcamos. El segundo susto lo tuvo Alexandra, pues al salir del estuario del río y dejar la protección de una isla próxima, nos encontramos en medio del mar abierto con unas olas que parecía que tumbarían la pequeña barca de madera a cualquier momento. Fue un viaje de casi una hora que se hizo muy largo para Alexandra, pero para mí fue muy corto, pues el paisaje de pequeñas islas recortando la línea del horizonte era encantador. La Isla de Ko Kradan es una isla muy pequeña, de más de un kilómetro de largo y unos 200 metros de ancho. Aun así, la larga extensión de playa (protegida de las olas al este de la isla) estaba ocupada por unos 4 o 5 hoteles de bungalows donde sólo había un total de dos turistas y nosotros. Evidentemente, habíamos llegado en temporada baja, pero afortunadamente el tiempo ha aguantado y a lo largo de los cinco días ha hecho bastante sol y sólo ha llovido una hora. De todas maneras, a pesar de encontrarnos en un paraíso de vacaciones, Alexandra estaba completamente insatisfecha, pues en la isla no había tiendas o paradas de calle donde comprar comida y los precios del restaurante del hotel del italiano eran un poco caros. Evidentemente, el italiano estaba haciendo un poco de negocio alojando gratuitamente a gente de couchsurfing pues éstos se veían obligados a comer en su restaurante y a coger la barca de la que tendría una comisión. De todas maneras, aunque el italiano no estuviera en la isla y no lo hayamos encontrado, también tengo que mencionar su honestidad, porque antes de llegar a la isla nos recomendó por teléfono de llevarnos comida y agua de tierra firme. En la isla no había demasiado nada a hacer excepto relajarnos, leer, escribir... aun así, los tres últimos días he estado dedicando un par de horas diarias a nadar por encima los corales próximos a la playa, con unas gafas y pies de pato del hotel. La visibilidad del agua no era demasiado buena (seguramente por la temporada) pero en contrapartida, la cantidad de peces que había era impresionante (sobre todo en los corales del sur). En numerosas ocasiones me encontré nadando entre centenares de peces de colores que nadaban a contracorriente comiendo microorganismos de las aguas. En teoría, la isla se encontraba protegida en un parque natural, aun así, una tarde no me sorprendí demasiado de observar una barca que tiraba sus redes muy cerca de la zona coralina. Ayer tarde también salí de mi rutina de trabajo al ordenador y salí a pasear por la isla, enfilando un caminito marcado como "escapatoria en caso de tsunami". El caminito cruzaba un bosque o selva tropical, muy espeso, hasta el otro lado de la isla, donde estallaban las olas con fuerza contra las rocas. Sorprendentemente, era un espectáculo completamente diferente a las tranquilas playas del este de la isla. Malaysia Penang (ver en mapa) 08/06/2009: Después de relajarnos unos 5 días en la pequeña y tranquila isla de Ko Kradan, volvimos a tomar diversos minibuses para hacer otros centenares de kilómetros más hacia el sur, para visitar otra isla, esta vez dentro de la amigable Malasia, un país en el cual entramos sin ningún problema. La isla visitada, llamada Penang, es el enclave inglés más antiguo en Malasia, adquirida en 1786 por el capitán Francis Light a cambio de casarse con la hija del sultán de Kedah y a cambio de una protección militar que nunca proveyó. El capitán Francis estableció la ciudad Georgetown declarándola un puerto libre, atrayendo rápidamente chinos e indios de otros enclaves ingleses. Estas diferentes culturas, incluyendo a la malaya, prosperaron en la ciudad, conservando cada comunidad su identidad y religión, siendo éste un de los motivos de la fascinación que actualmente produce Georgetown. En Georgetown hay la mayor proporción de chinos en Malaysia (40% chinos, 40% malayos y el resto mayoritariamente indios). Eso se nota en la gran cantidad de templos chinos en la ciudad: taoístas y budistas, los cuales son muy similares en diseño, con una decoración cargada, aunque los templos taoístas tienen figuritas de sus ídolos y Dioses y los budistas esculturas de buda. Por otro lado también hay que destacar la presencia de algunas antiguas iglesias (una pequeña proporción de chinos son cristianos), templos hinduistas y un par de bonitas mezquitas, a las cuales van los malayos, mayoritariamente musulmanes. En la mezquita del Kapitan Kelin, un malayo me dio conversación explicándome que, contrariamente a los budistas y taoístas chinos y a los hinduistas indios, los cuales veneran sus estatuas con ofrendas, incienso y plegarias, los musulmanes no tienen imágenes en las mezquitas porque ellos veneran directamente a Dios. Por otro lado, no todo son templos, iglesias y mezquitas en Penang. Georgetown tiene un interesante barrio chino con sus tiendas ocultadas detrás de portales y persianas de madera medio bajadas, y un barrio indio donde se vende música a todo volumen y ropa india. En este barrio, el ambiente es el de una película india, donde puedes reconocer a los actores indios, y a sus templos y restaurantes, pero no puedes oler los desagradables olores de la india o no puedes observar la omnipresente suciedad de la calle. Sorprendentemente, el barrio indio era una copia inmaculada de india, con sus restaurantes limpios y anchos y sirviendo buenas comidas con mucha carne. En Georgetown nos encontramos casualmente con un chico alemán de Couchsurfing, quién había quedado con Kendra, una chica local de CS. Kendra, nos recogió con su coche y los cuatro nos dirigimos al hipódromo de Penang que abría sus puertas por unos días, después comimos unos deliciosos noodles (fideos) con marisco, y por la tarde visitamos el jardín botánico de Penang que tenía una interesante exposición de bonsáis, plantas carnívoras y orquídeas. Durante todo el rato, kendra, de origen chino, nos ofreció buena conversación y nos explicó que cada una de las tres comunidades en Malasia (chinas, indias y malayas) hablan su idioma y tienen sus tradiciones, pero se relacionan entre sí y no hay discriminaciones. Por ejemplo, en la escuela estatal, las culturas están mezcladas y los jóvenes tienen amigos de todas las culturas. A pesar de todo, a veces hay problemas con el gobierno, porque éste aplica la ley Sharia o Islámica. Por ejemplo, una chica china se casó con un musulmán y para hacerlo se tuvo que convertir al Islam, pero la relación no fue bien y se divorciaron. Entonces, la chica quiso dejar de ser musulmana pero la ley islámica no lo permite (cuando uno se ha convertido al Islam, se es musulmán para siempre, se quiera o no) y ahora no se puede casar con un chino de su cultura porque él también se tendría que convertir al Islam. Hoy nos hemos relajado y hemos dejado pasar las horas del día con tranquilidad. En un momento dado, estaba en nuestra pequeña habitación del hotel, mirando el ventilador de la pared que medianamente se me salvaba del bochorno del sur este asiático, y se me ha hecho extraño pensar que me siento muy feliz, a pesar de haber abandonado desde hace tiempo mi vida de confort en Europa. Me puedo imaginar fácilmente viviendo el resto de mi vida en pequeñas y calurosas habitaciones de hotel, a cambio de no volver a tener un trabajo estresante o a cambio de poder seguir descubriendo culturas y nueva gente alrededor de todo el mundo. Kuala Lumpur (ver en mapa) 12/06/2009: Zaikha y Faizal fueron los primeros couchsurfers que alojé en mi casa ahora hará unos cuatro años. De aquel encuentro quedó un buen recuerdo, y desde el despido quedamos en que en el futuro me alojarían ellos, cuando mi viaje alrededor del mundo me llevara a Kuala Lumpur (o KL según lo llaman los locales). Zaikha y Faizal habían viajado por Europa con su pequeña hija Aresha, pero ahora ya estaba más crecida, en cambio, había un nuevo bebé a la familia, Zara. La familia nos dio la habitación de Aresha y, aprovechando que tenían Internet, al día siguiente de encontrarnos nos quedamos en su casa, reponiendo y conversando con Zaikha. El siguiente día, yo y Alexandra celebrábamos nuestro tercer aniversario juntos. Yo nunca he estado tanto tiempo con una chica, y mucho menos compartiendo tantas horas y aventuras. No siempre la convivencia ha estado fácil, pero con el tiempo, hemos empezado a aprender a aceptar nuestras diferencias y a comprender nuestras personalidades. Seguramente, una vez acabado el viaje, la convivencia será mucho más fácil, aunque no podemos olvidar que todavía nos quedan unos dos o tres años de viaje. Aun así, seguimos con la idea de casarnos una vez llegados a Europa, porque nos amamos y porque en caso contrario sería difícil conseguir el visado de USA para Alexandra. La celebración en sí no fue demasiado especial, o quizás sí, porque subimos al hasta el puente que une las dos torres Petronas (con 252 m, uno de los edificios más altos del mundo) e hicimos una actividad que no hacíamos desde que salimos de Europa: ir al cine (vimos: Ángeles y demonios). Ayer, el día siguiente de nuestro aniversario, quedamos con otro chico de couchsurfin, Yu Wei, de origen chino, y con su coche nos dirigimos a Melaka, otra ciudad colonial que nos recordaba a Penang. El estado de Melaka es uno de los sultanatos malayos más antiguos (actualmente es uno de los pocos estados que no tiene sultán) que prosperó hasta la llegada de los portugueses, que conquistaron la ciudad y construyeron una fortaleza. A pesar de todo, los holandeses la robaron a los portugueses, cediéndola finalmente a los ingleses. No es de extrañar que la ciudad tenga interesantes vestigios de este pasado colonial, aunque nosotros los visitamos sin entretenernos demasiado, prefiriendo asentársenos en un bar para conversar con Yu Wei y Kirksman, un chico de Melaka de origen chino que se entrenaba para los juegos olímpicos como levantador de pesas. Uno de los primeros temas de conversaciones fueron las razas, las cuales son un signo identitario para los Malasianos y en cambio, son un signo de prejuicio o racismo en Europa. En cualquier caso, en Malasia es normal hablar de razas y nombrar algunas de las discriminaciones que los chinos o indios sufren por los malayos. Por ejemplo, las universidades tienen un cupón máximo para los chinos, los cuales se ven obligados a estudiar al extranjero (muchos no vuelven). Por otro lado, Yu Wei y Kirksman también se quejaban que a pesar de las ayudas del gobierno, las comunidades más pobres eran las malayas y indias, y que eso se debía a la cultura china, que siempre está centrada en trabajar y ganar dinero. Hoy, para acabar de redondear la semana, me he encontrado con Roman un amigo suizo con quien habíamos compartido algunas semanas en la playa de Goa. Roman acababa de recibir su Land Rober en KL proveniente de Bangladesh (bastante más económico que enviarlo desde India). De todas maneras, con el coche atrapado en el sur este asiático, Roman todavía no sabía cuál sería su futuro inmediato, aunque seguía con el sueño de viajar por todo el mundo con su 4x4 (incluso en el carísimo Japón). Roman tiene un sentimiento de ligadura por su 4x4 muy similar a la mayoría de viajeros de coche; similar también al mío, aunque yo conseguí romperlo abandonando el coche en Nepal, la cual ha sido una decisión muy acertada, porque nos ha permitido viajar con un presupuesto mucho más ajustado. Por otro lado, aunque Roman llevara menos tiempo viajando que nosotros, ya se estaba intoxicando con el espíritu de viajero, y me manifestó que empezaba a soñar de viajar durante toda su vida, aunque fuera sacrificando la relación con su lejana novia, si ésta no se decidía a seguirlo. 14/06/2009: Ayer fue un día alegre, aunque por la noche fui a dormir con un sentimiento de tristeza. El día fue alegre porque fuimos invitados a la celebración de la boda del hermano de Faizal. Las bodas en Malaisia se celebran en días diferentes, un día en casa de la familia de la novia y otro día en casa de la familia del novio. Uno de los motivos de estas celebraciones en paralelo es la gran cantidad de invitados que se invitan, que en el caso del hermano de Faizal se podían contar por centenares (decían que esperaban a unas mil personas). En cualquier caso, eso no asustaba a Elma, a la madre del Faizal y del novio, en casa de la cual se celebraba la boda; pues Elma es una de las mujeres más hospitalarias del mundo, la cual ha alojado a través de couchsurfing a más de 350 personas durante dos años. Llegamos a las once de la mañana, cuando todavía se estaban haciendo preparativos, aunque no mucho más tarde empezaron a llegar invitados y se empezó a servir comida deliciosa. Poco más tarde llegaron los novios, acompañados por el ruido de diversas Harley Davidson y una banda de tambores. Los novios fueron recibidos y acomodados a un trono, donde fueron fotografiados y bendecidos; y más tarde en la mesa nupcial, la cual tenía un menú especial y mucho más delicioso que el del resto de invitados, porque según la tradición, los novios se tienen que sentir como unos reyes por un día. Entre los diversos invitados había diversa gente de couchsurfing, amigos de Zaikha y Elma e invitados de éstas. Entre éstos había un chico de Irán que nos mostró su preocupación por los resultados de las elecciones de Irán del día anterior (en Malasia hay muchos iraníes trabajando y estudiando). Según el comunicado oficial, Armadinejat había ganado las elecciones con una mayoría absoluta, pero el líder de la oposición y el chico iraní aseguraban que había habido un fraude electoral. El chico quería ir a protestar ante la embajada de Irán, aunque también estaba muy asustado por las consecuencias que le podían aportar. Al final decidimos acompañarlo junto con un chico norte americano y una chica Malaya que conducía el coche. En la embajada de Irán a KL no había demasiada gente y la policía nos dispersó amenazándonos de detenernos si no lo hacíamos. Aun así, la gente se reunió en el local desde donde se había organizado la campaña de Mosabi (el líder opositor). El local sí que estaba lleno a reventar, con unas cien o doscientas personas completamente indignada y mirando la televisión para recibir nuevas noticias del conflicto que estaba estallando por las calles de diversas ciudades en Irán. Según nos explicaron, observadores del partido de Mosabi habían asistido al recuento de papeletas en la embajada de Irán a KL y el resultado había sido un 80% a favor de Mosabi, pero por la mañana, la embajada anunció oficialmente que el resultado había sido un 70% a favor de Armadinejat. Todo el mundo estaba convencido que el mismo fraude se había producido a todo Irán, y más teniendo en cuenta algunas declaraciones de Armadinejat según las cuales, mentir para favorecer el país o el Islam no es pecado. Al final volvimos a casa tristes, impotentes y preocupados con nuestros amigos en Irán. No se trata sólo del resultado de unas elecciones, se trata del futuro de millones de personas que quieren vivir con más libertad. La gente está muy desencantada y se puede producir una revolución, y las revoluciones pueden acabar con muchas muertes, independiente de su victoria o no. Cameron Highlands (ver en mapa) 18/06/2009: Hemos abandonado a nuestros amigos de KL por unos días y nos hemos dirigido hacia la zona montañosa llamada Cameron Highlands, donde el paisaje y las temperaturas son excelentes. Alexandra, cansada de sudar en el calor, enseguida se enamoró, y yo también. A pesar de pasar muchas horas en el hotel conectado a Internet y consultando en directo y con preocupación los acontecimientos posteriores a las elecciones de Irán, he dedicado cada uno de los tres días a hacer una excursión por los alrededores, mientras Alexandra se quedaba relajada paseando por el pueblo de Tanah Rata, a una altitud de 1380 m. El primer día anduve hasta la montaña próxima de Gunung Beremban (1812 m), andando entre diversos invernaderos donde se cultivaban fresas, y subiendo por un caminito que pasaba por el medio de la jungla. En algunos momentos, el camino era verdaderamente empinado, y si no fuera por las raíces de los árboles donde me podía agarrar, habría sido imposible de escalar-lo. De todas maneras, en todo momento, la magia del camino era cautivadora, andando entre lianas; por debajo de árboles medio caídos; por encima de raíces, musgo y hojas en descomposición; por el lado de bonitas orquídeas, setas, insectos; y rodeado en todo momento por el ruido intenso de las cigarras. El camino estaba bastante bien marcado, pero no siempre, por que al bajar tuve que escoger entre un camino a la derecha y otro a la izquierda, y el de la izquierda se fue complicando lentamente hasta convertirse en un resbaladizo descenso por el lecho húmedo de un río. Al segundo día, hice una caminata más sencilla hasta la montaña de Junung Jasar (1670 m), en la cima de la cual me encontré a un hombre con uno grande caza mariposas que estaba completando una colección (por los alrededores de Cameron Highlands hay muchas granjas de mariposas e insectos donde se exponen, vivas o muertas). Al bajar por el otro lado de la montaña, decidí hacer autostop para volver a Tanah Rata y enseguida me cogieron (una buena noticia para David y Maria). Y hoy, he dejado la montaña y la jungla, para dirigirme hacía otra de las atracciones de Cameron Highlands. He cogido un autobús local y me he dirigido a las plantaciones de té de Boh o Sungai Palas, donde las vistas de los pequeños arbustos (similares a bonsáis) de las plantas de té cubriendo los regazos de las montañas de los alrededores eran impresionantes. He estado andando por el medio de la plantación, recorriendo los laberínticos caminos que crean las plantas hasta encontrarme a diversos trabajadores (todos ellos parecían de origen indio) que cortaban las hojas tiernas de las plantas de té llenando un gran saco que cargaban la espalda. Al volver volví a hacer autostop, parándome una familia de Singapur, y un conductor de una furgoneta vacía de pasajeros que me cobró el precio local del autobús. Perhentian islands (ver en mapa) 23/06/2009: Alexandra se encontraba demasiado bien en Cameron Highlands y fue imposible de convencerla de visitar las islas Perhentians, aunque ella tampoco consiguió convencerme de que me quedara. Así pues, decidimos separarnos por unos pocos días y nos reencontramos en KL en casa de nuestros amigos. Y, aunque echara de menos Alexandra, valió la pena la visita a las islas, principalmente por la fauna marina que pude observar. Cada uno de los cuatro días que pasé en la pequeña isla de Perhentian alquilé unas gafas y unos pies de pato y nadé por los corales de la costa, observando muchos peces de colores, algunos de los cuales de una medida considerable, como diversas mantas (1 metro de diámetro) y diversas familias de peces Napoleón con ejemplares de un metro y medio, las cuales hacían respeto cuando se mostraban curiosos conmigo y se me acercaban. También observé diversos tiburones cada día, algunos de los cuales de 2 metros de largo, pero sólo asustaban con el nombre, pues conocía que éstos no atacaban a los humanos y por otro lado no mostraban mucho interés con mi presencia. Uno de los días también contraté un tour para visitar diversas zonas coralinas alejadas de la playa y para ver una gran tortuga nadando en el agua, la cual casi toqué. Aparte de los peces que vivían bajo el agua, la isla sólo era interesante por unos grandes lagartos que de vez en cuando se cruzaban tranquilamente por el camino, con algunos ejemplares midiendo casi dos metros. Pero dejando de lado la fauna, la isla no era demasiado interesante, además de ser muy cara. Encontré una habitación de hotel compartida para 8 personas por 3euros la cama, facilitándome la comunicación con otros viajeros de la isla, la mayoría de los cuales eran ingleses (y el resto de países anglo-sajones) y muchos jóvenes, con los cuales fue difícil integrarme, aunque mantuve algunas conversaciones interesantes sobre religiones con algunos de ellos. En general eran viajeros muy inexpertos, muchos de los cuales habían sido robados en la isla por no vigilar: se habían dejado la puerta de la habitación abierta, se habían quedado durmiendo borrachos en la playa, habían ido a nadar dejando las posesiones en la playa ... Así pues, aparte de mantener algunas conversaciones interesantes, me pasé bastantes horas sudando en la cama del hotel, siguiendo la corrección de mi novela y siguiendo preocupado por los acontecimientos de Irán, aunque en la isla estaba completamente incomunicado. Kuala Lumpur (ver en mapa) 29/06/2009: Al volver de las islas Perhentians y reencontrarme con Alexandra en casa de Zaikha y Faizal, recuperé la conexión de Internet y me volví a obsesionar siguiendo el conflicto post-electoral de Irán. Hombres, mujeres, jóvenes y viejos (entre los cuales podían haber nuestros amigos) seguían muriendo en las manifestaciones pacíficas de Irán, matados por francotiradores, a golpes de hacha o golpeados sin piedad. Leía compulsivamente a los testigos de gente que había sido detenida y las torturas que habían sufrido, golpeándolos hasta romperles los huesos, cortándoles las gemas de los dedos, ahogándoles en agua o incluso violándoles (tanto hombres como mujeres). Me sentía impotente, sin poder ayudar a unas de las poblaciones que nos han tratado mejor durante el viaje, pero que viven bajo éste régimen cruento. Era consciente de que, paralelamente a este conflicto, había muchos otros conflictos en el mundo donde mucha otra gente sufría bajo regímenes todavía peores, pero estaba completamente enganchado emocionalmente con Irán. Quizás por eso, al mismo día que llegué a Kuala Lumpur, empecé a sentir un dolor de cabeza que se incrementó los siguientes días con intensidad. Tuve que tenderme en la cama sin poder apagar de mi mente las imagenes de las manifestaciones en Teherán y la gente que moría disparada por los basiji. Finalmente, al tercer día, el dolor de cabeza era tan insoportable que me decidí de visitar a un doctor, el cual me recetó unas pastillas, indicando que la causa se podía encontrar en mis inmersiones a 3 o 4 metros bajo el agua en las islas Perhentian. Realmente, las pastillas que el doctor me recetó hicieron desaparecer el dolor de cabeza, y al siguiente día fui capaz de reconectarme a Malasia para asistir al último encuentro de Couchsurfing. Los anteriores tres días se habían estado produciendo diversos encuentros, uno de los cuales en la noche anterior que había conseguido reunir unos cuarenta miembros de couchsurfing que estuvieron hablando y bebiendo hasta la madrugada. Quizás por eso, no se presentó mucha gente al encuentro de ayer, aunque suficiente para que fuera agradable. Entre los asistentes había Roman, nuestro amigo suizo con quien esperamos volver a cruzar caminos, y un iraní con quién intentamos hacer más soportable las noticias que llegaban de su país bromeando sobre Armadinejat y los basiji. Y hoy a la noche, con el billete de avión hacia Vietnam en el bolsillo, nos hemos despedido de Zaikha y Faizal (y sus hijas Aresha y Zara) los cuales nos han tratado muy bien durante los diez días que nos han estado alojando. Realmente nos han hecho sentir a casa nuestra, y de nuevo nos ha entristecido despedirnos de nuestros amigos. De todas maneras, los cuatro tenemos esperanzas de reencontrarnos por tercera vez, cuando ellos vuelvan a viajar a Europa o cuando nosotros volvemos a visitar Malasia, que a buen seguro haremos, pues el país y su gente nos han encantado. ‹ Anterior (01/05/2009) MES Siguiente (2009-06-30)› ‹ Anterior (2009-05-13 - Cambodja) PAIS Siguiente (2009-06-08 - Malaysia)› |
|